20-03-2016
[center]Hauptmann der Reserve Egon August Agtha
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[font=courier]Preludio[/font][/size]
Antes de 1941, Berlín, situada a 950 kilómetros de Londres, estaba al límite del rango de alcance para los bombarderos británicos. Tan sólo podía ser bombardeada en verano, cuando los días eran largos y el cielo estaba claro, resultando en un grave peligro para las tripulaciones de dichos aeroplanos, que sufrieron elevadas pérdidas en dichos ataques tempraneros. El primer bombardeo efectuado por la RAF (y por ende, de los aliados) en Berlín sucedió en la noche del 25 de agosto de 1940.
95 aparatos despegaron desde Inglaterra, con el objetivo de bombardear el Aeropuerto de Tempelhof y el Siemensstadt, un distrito industrial de Spandau, en Berlín Oriental, donde, además de diversas fábricas, fundiciones y laboratorios, se encontraban las humildes y simétricas casas de sus trabajadores. En una demostración de audacia, los aviadores britones pudieron lanzar tan sólo 81 bombas, causando daños muy superficiales. Sin embargo, el efecto psicológico en la población y en Hitler fue, sin duda, devastador.
El bombardeo de la RAF impulsó al "cabo de Bohemia" a ordenar un cambio de objetivos en la Batalla de Inglaterra, redirigiendo los objetivos, que ahora serían las ciudades de la Pérfida Albión, y no las bases y aeródromos de su orgullosa fuerza aérea. Justo cuando estaban al mismo borde del desastre, del colapso, de la aniquilación. Posiblemente salvando al Reino Unido, ese bombardeo cambió el rumbo de la guerra.
Más tarde, debido al convencimiento del comandante del RAF Bomber Command, Sir Arthur Harris, apodado "Bomber" Harris por unos, y "Butcher" (Carnicero) Harris por otros, la RAF comenzó a mejorar sus bombarderos, fabricando mejores modelos, desarrollando asimismo diversos avances electrónicos y tecnológicos. Con la aparición en los cielos de Europa del Avro Lancaster, disponible para la RAF en ingentes cantidades en 1942, y tras ser testados con el bombardeo de los búnkeres que servían de bases a los U-Boote en la Costa Atlántica francesa , a mediados de 1943, Harris comenzó lo que más tarde sería denominado Batalla Aérea de Berlín.
La estrecha colaboración del RAF Bomber Command y la USAAF Eight Air Force, a partir de 1943, y más tarde, con la Armee de L´Air francesa, conllevó con una devastación insólita de la capital germana. Entre noviembre del 43 y marzo del año siguiente, los aviadores aliados realizarían nada menos que 16 ataques masivos sobre la ciudad. Comenzando en la noche del 18 de noviembre, 440 Avro Lancasters, con la ayuda de 4 De Havilland "Mosquito", atacaron las zonas residenciales en las zonas occidentales de Berlín. Spandau, el Tiergarten, Charlottenburg y Schöneberg fueron las mayores víctimas, sufriendo la sangrienta destrucción de buena parte de sus vecindarios. Los aliados tan sólo perdieron 32 aparatos. 5 días más tarde, con los mismos efectivos, los bombarderos dejaron caer sus "regalos a Adolf" en diversos ministerios, el Zoo, y en diversas fábricas de importancia.
Y así, a lo largo de la guerra, las bombas aliadas hicieron estragos en Berlín. 28.5 km² de área urbana estaban en ruinas para marzo de 1945, y más de 40.000 personas habían muerto en menos de 2 años. Casi 2 millones de refugiados, el 40% de la población anterior de la guerra huyó de la semidestruida ciudad, huyó de la ruinosa y flameante Berlín.
Pero Alemania no se quedó parada ante los ataques aéreos. El "Gordinflón" Göring, Reichsmarschall y orgulloso comandante de la Luftwaffe, creó la Luftschutz en 1933, y para 1939, ya tenía cerca de 15 millones de personas entre sus filas, entrenadas para combatir incendios, localizar aeroplanos mediante el radar, mantener y cuidar de búnkeres y demás refugios civiles, y, más importantemente, usar el material Flak para el derribo de los aeroplanos enemigos. Al mando de oficiales veteranos, hábiles instructores, y una convicción extraordinaria para la defensa de la ciudad, de la familia, la Luftschutz defendería Berlín de la mejor manera posible.
Millones de hombres, y no sólo inválidos y veteranos de la PGM, servirían en el servicio de defensa aérea alemán. Es más, los miembros de diversas ramas de la Wehrmacht, especialmente artilleros, serían trasladados, ya por solicitud propia o por una recuperación demasiado larga, a los búnkeres y posiciones anti-aéreas de diversas ciudades teutonas, defendiendo barrios, factorías y edificios gubernamentales.
El Hauptmann Agtha es uno de estos últimos héroes, uno de esos guerreros olvidados por la historia (que no por Alemania, que le condecoró en numerosas ocasiones), que luchó entre las ruinas y las bombas, de noche y de día, intentando salvar una ciudad ya destruida y a sus somnolientos y heridos habitantes.
Un solitario viandante en una calle de Berlín, finales de 1943
Cartel de propaganda de la Luftschutz
Lasdehner Straße, Barrio de Friedrichshain
Bibliografía:
https://en.wikipedia.org/wiki/Bombing_of_Berlin_in_World_War_II
http://www.german-helmets.com/LUFTSCHUTZ_MAIN.htm