03-03-2014
Napoleón Bonaparte es una de esas personas a la que la Historia (o los hombres que la escriben) transforman en leyendas, elevándolos por encima de los demás mortales. Su genio militar, a la altura de Alejandro Magno, Gengis Kan o Alcibíades, le aseguro la inmortalidad. Sin embargo, su campaña militar contra Rusia es el símbolo de una de las catástrofes militares mas grandes de la Historia: el poderío militar, la ambición desmesurada, los presagios, la tragedia...
Las generaciones venideras reconocen, y reconocerán en esta campaña, el ejemplo mas demoledor del ocaso de los dioses, del inexorable y fatídico destino. La magnitud colosal de la empresa, sus protagonistas, y los hechos que acaecerían en las entrañas de la indómita Rusia nos seguirán fascinando por varios siglos..."
[left]A comienzos del verano de 1812, mientras la Grande Armée se reunía a orillas del río Niemen, era, acaso, el ejercito mas poderoso que el mundo había conocido hasta entonces: Alrededor de 500.000 hombres se concentraban en las fronteras polacas. Tampoco había nadie que superara a Napoleón en grandeza; después de una serie de deslumbrantes hazañas militares en Italia, Francia y Egipto, se convirtió en primer cónsul de la República francesa. El 2 de diciembre de 1804, durante su coronación en la catedral de Notre Dame en París, una ceremonia oficiada por el papa Pío VII, Napoleón tomo la corona imperial y la coloco sobre su cabeza. Tenia 35 años. Tendríamos que remontarnos a Gengis Khan o Alejandro Magno para encontrar algo comparable a la asombrosa cadena de victorias militares que siguieron a continuación: Napoleón derroto a los prusianos en Jena en 1806 y volvió a humillar a los rusos en Friedland en 1807. A los 42 años dominaba toda Europa, desde el Atlántico hasta el Niemen, ya fuera de manera directa o por medio de su sistema de alianzas y reinos títeres.
Napoleón encarnaba a la vez las aspiraciones mas elevadas de la Revolución francesa, su ansia de modernidad, y el abrumador poderío del militarismo moderno como consecuencia del reclutamiento masivo y la tecnología industrial. Con la desastrosa campaña militar contra Rusia, todo esto se desmoronaría: La Grande Armée seria destruida,y su líder seria despojado del poder y la gloria, convertido en un cautivo recluido en una remota isla del Atlántico sur.
"Me doy cuenta-le dijo en cierta ocasión Napoleón a Duroc-que los rusos pretenden atraerme hacia el interior del país. Pero, así y todo, es preciso llegar hasta Moscú. Si Rusia no firma la paz, para la primavera de 1813 estará perdida. La paz me esta esperando a la puertas de Moscú".[left]
Para la campaña rusa, Napoleón había puesto todo su genio en preparar y organizar a su enorme ejercito; estudio atentamente la progresión y el reparto de todas las unidades que participarían y su abastecimiento. Sin embargo,después de una marcha forzada de tres días para recorrer la distancia nada despreciable que separaba el río Niemen de Vilna, permaneció 18 días en esta ciudad. ¿Porque? Muchos historiadores argumentan que el cuerpo de ejercito de Davout tenia bloqueado y ocupado Minsk, y Napoleón esperaba en vano que Jérôme hiciera lo mismo, pero fallo. Sin embargo, también puede hacerse una lectura política; el general ruso Alexandre Balachov se presento ante el Estado Mayor francés portando un mensaje del zar Alejandro, que fue deliberadamente mal interpretado por Napoleón como una prueba de su debilidad y confusión, y que tarde o temprano le rogaría por firmar la paz. Es importante recordar que al iniciar su invasion a Rusia, Napoleón contaba con un rápido acuerdo con Alejandro. Pero la estrategia de una guerra social, la política de apoyo a las masa oprimidas y descontentas que tan bien le funcionaron en el pasado (excepto en España) no estaría presente en la campaña rusa: La Grande Armée era un enorme ejercito que irrumpía en un país lejano y que solo traía muerte y servidumbre. Avanzaba como una enorme tormenta dispuesta a destruir todo a su paso. Para el pueblo y para el ejercito, para los campesinos que quemaban sus casas y sus escasos bienes y se convertían en guerrilleros, en fin, para toda Rusia, esta guerra era una guerra justa, una Guerra Patriótica.
Para la redacción de este texto, tomare como referencias las memorias del marqués de Caulaincourt*; "Con Napoleón en Rusia"*, las de Pihilippe-Paul de Ségur, publicadas bajo el nombre de "La derrota de Napoleón en Rusia" y "Napoleón Bonaparte", de Albert Manfred.