La batalla de la Colina Majuba

Ignaz Woll

23-10-2014

La batalla de la Colina Majuba

En la noche entre el 26 y el 27 de febrero de 1881, una columna británica, compuesta por 405 hombres al mando del Major-General Sir George Colley, se posicionó en la cima de la Colina Majuba. Dicha colina no era en realidad una posición de vital importancia, no tenía un valor real para los británicos. Sin embargo, estaba situada a una corta distancia del campamento bóer, y a causa de que los británicos eran fácilmente divisables desde el campamento enemigo, Colley simplemente esperaba a que ellos huyeran al darse cuenta de la presencia de la fuerzas del Imperio Británico. Así pues, no ordenó a sus hombres que preparasen ninguna clase de defensa, ya fuesen trincheras o cualquier tipo de fortificación.

La columna de Colley estaba compuesta por 171 soldados del 58. (Northamptonshire) Regiment, y  por 141 del 92. (Gordon) Highlanders. Además, Colley contaba con una brigada naval de marinos procedentes del HMS Dido. Salvo por los escoceses, los soldados era en general totalmente inexpertos, y algunas de las unidades no habían entrado en combate desde la Guerra de Crimea.

A las 4 y media de la mañana, mientras los británicos descansaban, tres grupos bóeres, compuesto cada uno por 100 o 200 hombres, comenzaron a ascender lentamente la colina. El primero estaba liderado por Stephanus Roos, mientras que los dos restantes estaban al mando de D.J.K. Malan y de Joachim Ferreira. Los bóers, apoyados por tiradores que les cubrían el avance, avanzaban a gran velocidad, mientras que los escoceses e ingleses no podían hacer poco más que permanecer a cubierto. A las 12:45, los hombres de Ferreira cargaron hacia la loma situada en la parte derecha de la colina. Los escoceses que la defendían, sorprendidos por completo, lucharon bravamente cuerpo-a-cuerpo. Colley se encontraba en su tienda de campaña cuando le informaron del ataque. Tuvo que ser insistido numerosas veces sobre la gravedad de la situación por sus oficiales para dar finalmente unas órdenes a las tropas bajo su mando.

Durante la siguiente hora, a pesar del esfuerzo bóer, los escoceses resistieron en la loma, al mismo tiempo que el resto de grupos atacantes asaltaba otras partes de la colina. Los afrikáners se aprovecharon de su conocimiento del terreno para avanzar por las zonas donde la hierba estaba más alta, para poder desde allí lanzar ataques sobre los sorprendidos británicos. Sin tener ni idea de donde venían las fuerzas bóer, el caos empezó a hacer mella en la línea defensora.

Los bóeres lanzaron todas sus fuerzas al asalto. Los británicos, sin ningún cañón, no tenían más que sus rifles para defender la colina. A base de pequeñas brechas, los atacantes pudieron hacer picadillo las débiles líneas defensivas británicas, y pequeños grupos de infantes quedaron completamente rodeados en cuestión de minutos, siendo masacrados.

Algunos británicos, aterrorizados, abandonaron sus puestos y huyeron por las laderas de la montaña. Los tiradores de las fuerzas atacantes tenían órdenes de disparar a los soldados que se retiraban, así que casi ninguno, llegó, de hecho, a llanura lindante a la colina. Mientras tanto, los bóeres aparecían de pronto justo enfrente de las posiciones de los defensores, y estos, sin casi poder disparar, sólo podían defenderse a golpes con los aguerridos atacantes. Además, los ingleses y escoceses tenían también que preocuparse de los tiradores bóeres que acechaban en las laderas.

Los atacantes pudieron, tras rodearlos por completo, cortar en dos a los defensores. Por un lado, los escoceses se habían ido retirando hacia la loma, mientras que los ingleses y los marineros todavía defendían el hospital. Tras varias horas de fieros combates, finalmente, los supervivientes de este último grupo abandonaron los alrededores del hospital y se retiraron hacia la derecha, donde los "Highlanders" todavía resistían.

Mientras la situación era totalmente desesperada, Colley intentó ordenar una retirada a tiempo, pero fue muerto en el acto por un disparo en la cabeza.Los bóeres reunieron a sus tropas y lanzaron un asalto definitivo. Ahora sí, finalmente, las defensas colapsaron por completo. Los británicos se retiraron sin ton ni son, en medio de un sálvese quién pueda, por las laderas. Sin embargo, un pequeño grupo de escoceses, decididos a resistir hasta el fin, continuaron en la lima, disparando, incansables, mientras observaban como sus compañeros supervivientes huían colina abajo, antes de ser cazados por el preciso fuego de los fusiles de los tiradores bóer.

Para intentar socorrer, en el último minuto, la batalla, el decimoquinto regimiento de caballería "King´s Hussars" lanzó una carga sobre la colina. Los bóers pudieron rechazarles fácilmente, y tras un breve combate, 285 soldados del mismo regimiento habían sido heridos o habían caído en acto de servicio.

Cuando la batalla finalizó, los bóers permitieron a los heridos regresar a las líneas británicas, y esos mismo heridos, narraban, todavía atemorizados, cómo esos mismos chicos granjeros de origén holandés les habían derrotado, a ellos, al gran ejército británico. Esta batalla marcó el fin de la primera guerra Anglo-Bóer. Tal fue la importancia dada a estos combates, que durante la segunda contienda en aquellos parajes entre los mismos contendientes, el grito de guerra usado por los británicos era "Remenber Majuba!" (¡Recordar Majuba!).

"Highlanders" manteniendo la línea en la Colina Majuba

Representación de la huida desesperada de los soldados británicos

http://www.britishbattles.com/first-boer-war/majuba-hill.htm

http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Majuba_Hill

Heinz von Westernhagen

23-10-2014

Ya lo comenté en "Batallas desesperadas": los bóers fueron un duro hueso que roer para los imperiales...que tuvieron que emplearse a fondo (con métodos inimaginables)con el fin de salir medianamente airosos de donde se habían metido...

Buen artículo, Ignaz...

(Acuérdate de citar las fuentes...)

Saludos!!

gaffer

23-10-2014

Cuando la batalla finalizó,los bóers permitieron a los heridos regresar a las líneas británicas, y esos mismo heridos, narraban, todavía atemorizados, cómo esos mismos chicos granjeros de origen holandés les habían derrotado, a ellos, al gran ejército británico.

Una manera boer de decirles que tenían muy difícil si continuaban intentando hacerse con el vaso territorio...

Buen trabajo  , cordiales saludos

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