22-06-2007
[size=20pt][color=red]Kretschmer[/color][/size]
[size=16pt]El silencioso[/size]
Nadie ilustró con más intensidad la vitalidad, la intrepidez y la persistencia de los hombres de Dönitz que el comandante Otto Kretschmer. El orgulloso hijo de un maestro de escuela de Silesia nació el 1 de mayo de 1912 en Heidau, Alemania, y murió quizás emulando al mayor as de todos los tiempos Lothar von Arnauld de la Periére, en un accidente de aviación el día 5 de agosto de 1998 en Baviera.
Comandante del U-35 (del 31 de julio de 1937 al 15 de agosto de 1937. Este submarino estaba asignado a la 2ª flotilla y no entró en combate), U-23 (del 1 de octubre de 1937 al 1 de abril de 1940, con el que ya consiguió algunos éxitos reseñables como por ejemplo el minado de Moray Firth en noviembre de 1939 o el hundimiento del petrolero danés Danmark (10.517 tn) el 12 de enero de 1940 y en febrero del mismo año también logró hundir el destructor británico HMS Daring con un tonelaje de 1.375 tn. Este U-boot hizo un total de 8 patrullas bajo su mando, logrando hundir 8 buques con un total de tonelaje de 27.539 tn) y U-99 con lo cual cosecharía el mayor número de tonelaje hundido, lo que le convertiría en el mayor as de la Segunda Guerra Mundial.
El U-99 de Kretschmer
Realizó 16 patrullas (228 días) en las que hundió un total de 47 naves (274.385 tn.) y dañó 6 más (47.119 tn.).
A finales de junio de 1940 partió con el nuevo U-99 (tipo VII B). La soleada tarde del 5 de julio se encontró en el camino del Magog un barco a vapor canadiense de 2.053 tn., lanzó un solo torpedo para quebrarlo por el centro. Dos días después un segundo barco solitario apareció en el horizonte. Era el Visen sueco, de 1.514 tn., y Kretschmer lo hundió también con un torpedo en el centro. Su lema era “un torpedo... una nave”, eso y su táctica de atacar de noche en superficie contra los convoyes le haría un comandante temible ante el enemigo.
Em patrulla
Esa misma noche avistó un convoy, el primero que encontraba, que salía de Inglaterra y rápidamente maniobró para situarlo en su camino. Pasando a menos de 100 metros de un destructor intentó disparar al corazón del convoy, con torpedos de derecha a izquierda. Solo uno dio en un blanco. Se sumergió para escabullirse de los escoltas pero al rato captó ruidos de hélices en el hidrófono. “Creo que esta vez mi tripulación va a recibir su bautismo de cargas de profundidad”, escribiría mas adelante en una entrada en tiempo presente en su diario oficial de guerra. Las cargas de profundidad comenzaron a caer casi de inmediato y las explosiones sacudieron peligrosamente el casco del U-99, aun cuando lo sumergió a 110 mt.
Pasadas dos horas el sistema de suministro de oxígeno de la nave falló y la tripulación hubo de recurrir a las mascaras de emergencia. Kretschmer les ordenó que se quedaran quietos y que evitaran los esfuerzos innecesarios. Tras seis horas algunos jadeaban, y el bombardeo de cargas de profundidad continuaba. Después de 12 horas el aire estaba viciado y era visiblemente amarillo y muchos hombres temieron morir pronto, bien por falta de oxigeno, bien por las explosiones de las cargas de profundidad o aplastados por la presión del agua si las baterías, que mantenían la nave en lento movimiento y por ello impedían que descendieran por debajo de la profundidad permitida, se detenían. Por último, tras 14 horas de constante bombardeo, los atacantes en la superficie pararon pero Kretschmer no se arriesgó. Esperó cinco horas más antes de salir a superficie.
Después de casi 20 horas sumergídos, el capitán abrió la escotilla y su tripulación salió tambaleante para derrumbarse sobre la cubierta aspirando aire fresco. La reacción de Kretschmer no fue de alivio porque hubiera acabado esa experiencia, sino de satisfacción de que hubiera tenido lugar. “Nos sentimos como colegiales en navidad…”, escribió en su diario, “…ya hemos recibido todos los regalos que el enemigo puede darnos. Tenemos una confianza renovada en la nave”. De inmediato reanudó la ofensiva. Antes de dirigirse a puerto hundió tres barcos más y caprichosamente le ordenó a un cuarto, un pequeño carguero estonio, que se entregara a las autoridades germanas en Burdeos como presa de guerra (aunque nunca lo consiguió pues fue bombardeado de camino al golfo de Vizcaya).
En el siguiente viaje, dos semanas mas tarde, hundió siete barcos (un record para una sola misión) con un total de 65.137 toneladas, acabando con tres de ellos con disparos de un único torpedo desde el mismo centro de un convoy, al que llegó por la noche sin que los escoltas del perímetro notaran su arribo. La presencia del submarino sumió al convoy en tal confusión que dos barcos, zigzagueando en un esfuerzo por escapar del U-99, colisionaron y se hundieron pero no se añadieron a la cuenta de Kretschmer.
El 7 de septiembre de 1940 una manada de lobos grises, con Prien y Kretschmer en la vanguardia, avistó un convoy de 53 barcos y en una noche hundió cinco.
El 18 de octubre una manada de 5 submarinos avistó un convoy de 34 navíos, y el diario de Kretschmer registró la violencia y la tensión de la caza que comenzó justo antes de la medianoche:
“23:30. Ahora atacamos el flanco derecho de la penúltima línea. Disparo a la proa de un carguero grande. El barco zigzagueó, con el resultado de que el torpedo pasó delante de el e impactó en su vecino aún más grande. El navío, de unas 7.000 tn., recibió el golpe debajo del palo del trinquete y se hundió rápidamente por la proa.
23:58. Disparo a la proa de un carguero grande de unas 6.000 tn. Distancia 750 mt. Le doy debajo del palo del trinquete. La explosión del torpedo fue inmediatamente seguida por una alta lengua de fuego y una explosión que abrió el barco hasta el puente y dejó una nube de humo de unos 200 mt. de alto. Al parecer la proa del barco quedó destruida. Aún arde con intensidad, con llamas verdes.
00:15. Los destructores no saben que hacer, y disparan todo el tiempo bengalas de estrella para confortarse entre si. No es que incremente mucho la brillante luz de la luna. Ahora los ataco desde la proa del convoy.
01:38. Disparo a la proa de un carguero grande y a rebosar, de unas 6.000 tn. Distancia 945 mt. Impacto debajo del palo del trinquete. Se hundió en el acto.
01:55. Disparo a la proa del siguiente barco, un navío grande de unas 7.000 tn. Distancia 975 mt. Impacto debajo del palo del trinquete, se hundió en 40 segundos”.
A las 2 de la madrugada la manada había hundido 17 barcos con un total de 80.000 tn., la mitad del convoy.
[size=14pt]El Cazador Cazado[/size]
El 16 de marzo de 1941 el U-99 alcanzó un convoy, Kretschmer recurrió a su propia y especial táctica navegando en superficie hacia el centro y torpedeó seis barcos. Cuando se le acabaron los torpedos con prudencia puso rumbo a casa en la oscuridad. Pero en ese momento avistaron un destructor y en vez de realizar una huida por la superficie, en pos de la seguridad, el oficial de guardia ordenó que el U-99 se sumergiera.
Kretschmer se puso furioso, pues al sumergirse el submarino había confirmado en el acto su presencia en el asdic del destructor. Por una incalculable desgracia para Kretschmer, el destructor era el Walker. En toda la inmensidad del salvaje Atlántico el U-99 se había colocado casi en la posición exacta en que apenas, media hora antes, hundieran el U-100 (Schepke). El Walker montaba guardia mientras que el Vanoc recogía a la tripulación superviviente del U-100, cinco en total.
El comandante MacIntyre, a bordo del Walker, se quedó sorprendido al oír un eco positivo de asdic casi justo debajo de la popa del Vanoc. Mientras retrocedía despacio el Walker se lanzó directamente al ataque arrojando seis cargas de profundidad, que fue lo único que pudo preparar a tiempo. Cuando viró para dar otra pasada recibió una señal dramática del Vanoc: “Submarino emergiendo a popa”. Iluminado por el duro resplandor del haz de luz del proyector del Vanoc, el U-99 estaba inmóvil en el agua. De su puente salió un mensaje de linterna en ingles: “Me hundo”.
Las cargas de profundidad habían dejado fuera de acción los motores del U-99 y dañado tanto las hélices que la nave, incapaz de mantener la velocidad, se había hundido a 220 mt., a esa profundidad el casco había empezado a agrietarse y Kretschmer se vio obligado a introducir aire en los depósitos de lastre, y salir a la superficie con el morro por delante al igual que un corcho. Allí se bamboleó, escorándose mientras los hombres del Walker le disparaban frenéticamente.
Con calma, Kretschmer encendió un cigarrillo mientras organizaba la destrucción de los códigos y papeles secretos, la salvación de sus hombres y el hundimiento de su nave. Fue el último de la dotación del U-99 en ser rescatado por el Walker de las gélidas aguas. Kretschmer apenas encajaba en la imagen que tenían sus captores británicos de un comandante de submarino, en vez de a un nazi fanático encontraron a un oficial de voz sosegada, educado, apolítico y profesional que hablaba un buen ingles y que con presteza felicitó a MacIntyre por su éxito. Cuando lo llevaron al camarote de popa de éste, el as de los submarinos se sentó en un sofá y cayó en un sueño de absoluta extenuación.
Otto fue llevado a un campo de prisioneros en Canadá, donde se pasó recluido 4 años, a finales de 1942 organizó un plan de fuga con otros comandantes que fue abortado a mediados de 1943. En 1947 retornó a Alemania, en 1955 ingresaría en la Bundesmarine para continuar su carrera militar en la Otan, donde pasó a la reserva en 1970 con plaza de Almirante de Flotilla. En el verano de 1998 murió en el hospital de Baviera por las heridas recibidas en un accidente aéreo.
Poco antes de su muerte
[size=16pt][color=red]Sus condecoraciones:[/color][/size]
17 DE OCTUBRE DE 1939
[left]CRUZ DE HIERRO DE 2ª CLASE.[/left]
9 DE NOVIEMBRE DE 1939
[left]DESTINCIÓN DE GUERRA.[/left]
17 DE DICIEMBRE DE 1939
[left] CRUZ DE HIERRO DE 1ª CLASE.[/left]
4 DE AGOSTO DE 1940
[left]CRUZ DE CABALLERO.[/left]
4 DE NOVIEMBRE DE 1940
[left]CRUZ DE CABALLERO CON ROBLES.[/left]
26 DE DICIEMBRE DE 1941
[left]CRUZ DE CABALLERO CON ROBLES Y ESPADAS.[/left]
Fuentes:http://www.uboatnet.de
Saludos