03-09-2007
En 1941, la Fuerza Aérea Soviética sufrió pérdidas tan colosales en tierra, que hubo que recurrir a los irritantes ataques nocturnos a baja cota y con aviones de escuela o anticuados. Por extraño que parezca, unos años despues serían los años antes victoriosos alemanes quienes copiaron tales tácticas, al emplear viejos biplanos para hostigar la línea del frente soviética.
La táctica de los ataques nocturnos a gran escala adoptada por los aviones alemanes durante la gigantesca campaña del Este, fue casi única en la SGM pero, casi 10 años despues sería usada por la aviación comunista en Corea. A pesar de la improvisación, los ataques alemanes fueron muy eficaces y numerosos pilotos del Eje llegaron a ser muy expertos en estas poco ortodoxas tácticas.
En realidad, el procedimiento utilizado por Alemania derivaba de las tácticas empleadas por los soviéticos en 1942 cuando, al haber perdido la superioridad aérea, los rusos comenzaron a operar con los ligeros biplanos Polikarpov Po-2 ("Namaschinen", o máquina de coser) sobre las fuerzas alemanas que avanzaban.
Estas operaciones, aunque raramente obtenían resultados apreciables dada la improvisación y el pequeño tamaño de las bombas usadas, servían, sin embargo, para romper los nervios de los alemanes, así que, antes incluso de que se estabilizase el frente, a finales de 1942.
La Luftwaffe constituyó algunos "Behelfshamstaffeln" (escuadrones de bombardeo provisionales). Estos se regularizaron en noviembre como "Störkampfstaffeln" (escuadrones de bombardeo de perturbación) y las Unidades se asignaron a sectores específicos como los "Behelfsnachtkampfstaffeln" Don y Volga.
La misión de la primera de ellas era por ejemplo, hostilizar a los trabajadores nocturnos soviéticos de las fábricas de municiones de Stalingrado. Volaban con anticuados aviones o aviones de entrenamiento como los biplanos Gotha Go-145 y Arado Ar-66 y muchos pilotos ya habían superado la edad máxima para el combate e, por contra, eran jóvenes pilotos en espera de ser enviados a Unidades combatientes regulares. Muy pronto, cuando se apreció la necesidad de una mayor capacidad de los pilotos y se consideraron ruinosas las pérdidas sufridas, se aceptaron gustosamente voluntarios procedentes de centros de instrucción de vuelo.
Durante 1943 proliferaron las "Behelskampfverbände", y en el curso de 1 año el número de aviones, a los que se añadieron los Bücker Bu-131 "Jungmann", los Focke-Wulf Fw-58 "Weihe", los Heinkel He-46 y He-51, los Henschel 126 y Siebel Si-204, Fokker CV holandeses, Fiat CR-42 y Caproni Ca-314 italianos, pasó a ser de unos 300.
El 18 de octubre de 1943, todo el Ejército de apoyo al suelo de la Luftwaffe fue sometido a una completa reorganización para adecuarlo a las exigencias de la guerra defensiva y las unidades de perturbación fueron rebautizadas como "Nachschlachtgruppen" (escuadrones de asalto nocturnos).
El NSGr-1 con los Gotha Go-145 y Heinkel He-46 operó en el Frente Oriental hasta mediados de 1944 cuando fue trasladada a Francia con los Stuka Ju-87 B.
El NSGr-2 con los Bü-131 y Go-145 en el sector norte del Frente Oriental hasta mitad de 1944 cuando fue transferida primero al Norte de Italia y luego al Oeste con los Ju-87 D.
El NSGr-3 con los Arado Ar-66 y los Go-145 en el sector central del Frente Oriental.
El NSGr-4 con los Go-145 y despues con los Ju-87 B, en los sectores central y sudoriental.
El NSGr-5 con los Go-145 en el sector meridional del Frente Oriental y luego en Rumanía y Hungría.
El NSGr-6 con los Go-145 en Italia.
El NSGr-7 con los Henschel Hs-126 en Croacia.
Poco despues se formó el NSGr-11 con los Bücker Bü-131, los Heinkel He-66 y Hs-126, pilotados en su mayor parte por estonios.
También se formó el NSGr-12 con los Bü-131 y Hs-126, con pilotos letones.
Las operaciones con estas Unidades se realizaron con el mayor valor, por no hablar de las dificultades encontradas. En muchos casos, los pilotos despegaban con sus anticuados aviones desde pistas de tierra apisonada, con frecuencia (debido a la falta de aparatos de radio y al tener que confiar en los mapas como única ayuda para la navegación) no encontraban sus bases ni, una vez en tierra, contactar con su disperso personal de apoyo. Si se tiene en cuenta que la mayoría de sus misiones eran nocturnas, los éxitos obtenidos por los "asaltantes nocturnos" testimonian ampliamente una incondicional entrega al deber.