26-11-2007
Nació en Niza en el seno de una familia originaria de Wisconsin, que contaba con cierto número de banqueros y políticos. De espíritu aventurero, el joven William se alistó como soldado en el 1º Rgtº de voluntarios de Wisconsin, cuando su país declaró la guerra a España en 1898, y luego se especializó en transmisiones, llegó a Subtenente y sirvió primero en las Filipinas y despues en Alaska. En esta última región, profundizó sus conocimientos técnicos. Su interés por las comunicaciones le llevó a reflexionar sobre las posibilidades del arma aérea y, poco despues, en 1916, pidió el traslado a la aviación, lo cual le fue concedido.
Cuando los EEUU intervinieron en la 1ª GM, partió a Francia. Fua ascendido lentamente y acabó dirigiendo todas las operaciones de la aviación militar americana en Europa.
Acabada la guerra, emprendió visita a Europa para estudiar el uso de la aviación en varios paises.
En 1921, ya como General de Brigada, fue nombrado Jefe adjunto del Air Service.
Mitchell preconizó la unificación de la aviación militar americana, repartida en esa época entre Ejército de Tierra, Marina y Marines. Además, se dedicó a demostrar que las campañas terrestres y navales tradicionales estaban obsoletas. Pensaba que un arma aérea compuesta por bombarderos capaces de asegurar su propia defensa podía obtener el dominio del aire y alcanzar, en el mismo corazón del país enemigo, los centros industriales que alimentaban a la guerra moderna.
Los militares tradicionales no eran partidarios de esas ideas revolucionarias y el cabreo fue monumental. Es cierto que Mitchell en 1921 demostró que los aviones podían destruir los cascos de los navíos. Pero se pasó de la raya cuando en 1925 acusó al US Army y a la US Navy de "incompetencia, negligencia culpable y traición en la organización de la defensa nacional". Se le juzgó en consejo de guerra y tuvo que dimitir de sus cargos.
El tiempo le iría dando la razón, y los jefes de la USAAF aplicarían desde 1942 sus teorías en la guerra aérea contra Alemania y Japón.