22-07-2006
El mundo entero a querido ignorar el martirio que sufrió el pueblo alemán entre 1942 y 1945, un castigo de fuego y explosiones queno merecieron nunca. Desde mayo de 1940, fue bombardeada indiscriminadamente según un plan que se hizo sistemático en 1942.
El 10 de mayo de 1940, Neville Chamberlain, hombre que se negó al bombardeo de ciudades abiertas y a la utilización de bombarderos como arma terrorista, fue remplazado por Winston Churchill. Aquel día, tres aviones dejaron caer sobre Friburgo del Brisgau unas cuarenta bombas que acabaron con la vida de 22 niños, 13 mujeres y 23 hombres. Un Potez 63 fue divisado a la misma hora al oeste de Friburgo, pero ni la aviación francesa, ni la RAF reconocieron su responsabilidad en aquella matanza, de manera que, increíblemente, Hitler se vio acusado de haber ordenado el bombardeo sobre Friburgo.
Al día siguiente, el 11 de mayo de 1940, dieciocho aviones Whitley dejaron caer bombas sobre el Ruhr, matando e hiriendo mujeres y niños. El director del gabinete del ministro del Aire británico, J.M. Spaight escribió en su libro Bombing vindicated: “Nos avergonzaba el efecto psicológico que hubiera podido resultar del hecho de haber tomado la iniciativa de aquellos bombardeos; por ello, nos abstuvimos de dar aquella gran decisión del 11 de mayo de 1940 toda la publicidad que merecía. Aquel silencio fue una treta.”
Dos días más tarde, 400 paracaidistas de la 22 División aerotransportada alemana quedaron cercados en Rotterdam, según el articulo 25 de la Convención de La Haya, tenía que considerarse como fortaleza a dicha ciudad. Un ultimátum dirigido el 13 de mayo al coronel holandés Scharroo, fue rechazado. Student, jefe de la 22 División aerotransportada, solicitó un ataque con bombas sobre la artillería enemiga. Antes de dar la orden, se dirigió un segundo ultimátum por parte del general Schmidt al comandante holandés amenazándole con un ataque a la ciudad. El plazo señalado terminaba el 14 de mayo, a las 15 horas. El día 14, a las 13:40, el coronel Scharroo hizo saber que enviaría un oficial acreditado para entablar las negociaciones. Simplemente era una treta para ganar tiempo, por creer equivocadamente que el Cuerpo Expedicionario británico iría en su ayuda. El general Schmidt llamó de todas formas al mariscal Kesselring para que anulara el ataque de forma provisional. Entonces, el Estado Mayor holandés declaró que la comunicación del general Schmidt era irregular, “puesto que no se precisaba su graduación exacta”. Se perdieron cuarenta minutos en palabras. Los bombarderos alemanes despegaron con rumbo a la ciudad con orden de dejar caer sus bombas sobre los objetivos previstos a menos que cohetes rojos les señalaran que la ciudad se rendía.
Al final, el capitán Becker, enviado por Scharroo, aceptó tomar conocimiento de las condiciones alemanas. Inmediatamente un caza alemán despegó con orden de dispersar a los Heinkel que llegaban sobre Rótterdam. El general Schmidt hizo lanzar igualmente cohetes rojos.
Por desgracia tan sólo se avisaron a tiempo cuarenta bombarderos y se soltaron la mayor parte de las bombas en el momento que ascendían los cohetes rojos. A las 15:30 el coronel Scharroo capitulaba y el general Winckelmann, jefe del Ejército holandés, le imitaba algunas horas más tarde.
Las misiones diplomáticas holandesas en Estados Unidos y Gran Bretaña se apresuraron a presentar el ataque como un “diabólico asalto contra una población civil sin armas y sin defensa”. Nunca ha dicho nadie nada acerca del ultimátum dos veces rechazado por el coronel Scharroo, las dudas sobre los poderes del general Schmidt y los esfuerzos alemanes para evitar la catástrofe. Los periódicos y las radios aliadas pretendieron que el número de muertos entre la población civil alcanzaba los 30.000. Según la investigación holandesa efectuada después de la guerra, fueron 980. Ni en Rótterdam ni sobre la gran ciudad industrial de Coventry se lanzó, en noviembre de 1940 una sola bomba incendiaria. En Coventry no hubo mas que 380 muertos. Aunque por supuesto, soy el primero que sé lo odioso que resulta comparar un crimen con otro.
Tras estos acontecimientos y sus conscuencias mediáticas, en abril de 1941, Göring le dijo a Hitler: “Creo que no tenemos tiempo que perder en los Balcanes. La única manera de imponer al Ejército yugoslavo una capitulación inmediata, es bombardear severamente Belgrado”. Hitler le contestó al Reichsmarshall: “¡Pero van a decir otra vez que somos unos bárbaros!”. El mariscal del Reich contestó tranquilamente: “Como lo han dicho ya, lo repetirán de todas maneras. Créame; tanto los yugoslavos como nosotros perderemos muchas mas vidas, si la guerra dura tres semanas mas, que las que costará el bombardeo”. Palabras muy propias del gordo ex aviador...
Así fue como se cometió el crimen de bombardear Belgrado: el gobierno de Belgrado acababa de firmar con la URSS el pacto de no agresión que levantó ampollas en Alemania. Hubo 1.700 muertos y mas de 7.000 heridos. Ocho días mas tarde capitulaba el Ejército yugoslavo y se proclamaba la independencia de Croacia. Los servios jamás olvidarán el bombardeo de Belgrado, que no añade nada de gloria a la Luftwaffe. Todo lo contrario.
Con respecto a este bombardeo, en un debate ante el Tribunal de Nuremberg el 11 de marzo de 1946, el fiscal general británico M.G.D. Roberts, preguntó al mariscal de la Luftwaffe Erhard Milch: “¿... Y el bombardeo de Belgrado?... Fue un asesinato, ¿verdad?”. El mariscal, conservando la calma en todo momento le dijo sin pelos en la lengua: “Ignoro las circunstancias de aquel ataque y no se si Belgrado era una plaza fuerte. Pero conozco otros muchos bombardeos sobre los cuales podríamos hacer idéntica pregunta, de la misma forma”.
No se puede ser mas claro, palabras cargadas de verdades ignoradas o encubiertas.
El 30 de marzo de 1942, el profesor F. Lindemann, consejero de la Bomber Command de la RAF, recomendó, en un comunicado que fue adoptado, que era preciso bombardear “las zonas obreras de cincuenta y ocho ciudades alemanas de mas de cien mil habitantes”. La matanza de la población civil alemana comenzó con la completa aprobación de Winston Churchill y a su entera satisfacción.
Alfred Fabre – Luce en “ La historia sin maquillaje escribe: “Emmanuel d, Atier que visitó a Churchill en Londres en abril de 1944, describe una escena penosa: “...Churchill y su cigarrillo puro me condujeron hacia una amplia habitación en la cual estaban alineados, igual que indicadores de madera, un valioso número de estereoscopios. Cada uno de ellos estaba dirigido a una ciudad de destruida de Alemania. Churchill me llevaba de uno a otro, obligándome a dar vueltas al ocular para que desfilasen ante mis ojos las imágenes en relieve de la pesadilla de Colonia, Dusseldorf o Hamburgo. Parecía excitado como si estuviese en un partido de fútbol. Rugía y celebraba las catástrofes, vanagloriándose a cada golpe.”
La Luftwaffe tenía varios oficiales con una mentalidad apropiada para dirigirla y contaba con gran apoyo del pueblo alemán. Desde el principio algunos aviadores alemanes habían instado al régimen nacionalsocialista a crear una importante fuerza de bombardeo estratégico. Pero en 1933-1934 al industria alemana no estaba en condiciones de llevarla a cabo. A pesar de todo al principio de la guerra la superioridad en todos los aspectos era alemana, tenían una fuerza de bombardeo más amplia y capacitada que la de sus enemigos. Pero la misión de la Luftwaffe limitó un posterior desarrollo hacia las necesidades de una guerra total. Sus objetivos según los manuales serían la conquista y conservación de la superioridad aérea, el apoyo estrecho al Ejército en lo referente a bombardeos tácticos y la inhabilitación del campo de batalla.
A pesar de lo que siempre se ha querido hacer creer, la Luftwaffe estaba mejor preparada en las vísperas de la guerra para el bombardeo estratégico que sus contendientes. Los informes que llegaron durante la Guerra Civil Española procedentes de la Legión Cóndor, confirmaron las dificultades que entrañaría el bombardeo estratégico desde el aire para acertar en los blancos... inmediatamente los alemanes se pusieron a corregir estos problemas. Al comenzar la guerra, la Luftwaffe ya poseía aparatos de radionavegación, aparatos para bombardear sin ver el objetivo y una fuerza de reconocimiento. La RAF no dispondría de estas capacidades y tecnologías hasta le año 42.
Mientras tanto en Inglaterra, en la década de los 20, Trenchard, el Jefe del Estado Mayor del Aire, se erigió en decidido jefe en defensa del bombardeo estratégico... hubo una serie de disputas para absorber la RAF, y diferentes planteamientos... partidarios declarados del bombardeo estratégico como Harris o Portal, pero otros como Dowding y Tedder, estaban dispuestos a estudiar otras posibilidades.
Creció en el seno de la RAF la idea de que varias incursiones sobre la población del país enemigo bastaría para doblegar a este... y claro, esto se convirtió en una de las características fundamentales del proceder británico durante la Segunda Guerra Mundial. Pero en 1939 aun se había profundizado poco en los aspectos tecnológicos que permitirían llevar a cabo una guerra de bombardeos estratégicos contra Alemania.
En los Estados Unidos proliferó la idea de que grandes formaciones de bombarderos fuertemente armados permitirían abrirse paso luchando en el espacio aéreo enemigo sin sufrir pérdidas inaceptables. Tal como sugerían sus manuales: “Las formaciones de bombarderos pueden ser derrotadas por perseguidores hostiles; pero con una formación constituida apropiadamente, pilotada de manera eficiente, estas derrotas se convertirán en las excepciones en lugar de la regla”.
Pero no se abogaba, a diferencia de los ingleses, por un bombardeo terrorista de la población civil, al contrario descubrieron que las economías modernas ofrecían puntos vitales: comunicaciones, electricidad, petróleo, los rodamientos de bolas... con cuya destrucción se podía paralizar el funcionamiento de la economía de guerra. A pesar de todo no cayeron en la cuenta de la fuerza que podía llegar a tener una economía moderna.
Por lo tanto podemos ver la premeditación de la RAF y sus mandos al crear una fuerza ofensiva destinada a atacar a los indefensos civiles alemanes.
En febrero de 1942, Arthur Harris asumiría la Jefatura del Mando de Bombardeo, en el momento justo en que parecía que se iban a esfumar las promesas de obtener resultados decisivos de la campaña de ataques desde el aíre. Sólo un hombre como éste, partidario al cien por cien de los bombardeos podía sostener la campaña. Era un adepto del machacamiento de las ciudades alemanas, nunca creyó en el bombardeo estratégico que propugnaban los estadounidenses. El efecto del bombardeo por “zonas”, a su modo de ver, dependía de la pura destrucción. Si se volaban suficientes ciudades, los alemanes se vendrían abajo. Una curiosa visión de la guerra, máxime cuando se pensaba que estas ideas permitirían evitar las grandes matanzas de la Primera Guerra Mundial, al permitir una rápida capitulación del enemigo.
Hacia 1943 se habían desarrollado en Inglaterra las suficientes innovaciones tecnológicas como para asestar golpes devastadores a Alemania, a saber: El aparato radiogoniométrico de navegación, Oboe; el localizador de blancos en el radar, H2S y el desarrollo y producción de los Lancaster a gran escala. Por supuesto que la Luftwaffe y los artilleros de los Flak pusieron todo su empeño y corazón en defender a su patria, prueba de ello es que el Mando de Bombarderos rozó la derrota muy cerca al perder no menos de 872 bombarderos durante la primavera de 1943. Pero con la introducción del sistema Windows desde julio del 43, que consistía en el lanzamiento de tiras de aluminio para confundir al sistema de radar alemán que reducían los sistemas alemanes de detección a la impotencia, todo volvió a cambiar... son las pruebas de una guerra a muerte en la que ninguno de los contendientes tuvo piedad.
Jamás durante el transcurso del Blitz, sobre las ciudades británicas, empleó la Luftwaffe, aunque pudo haberlo hecho, la táctica terrorífica de las bombas incendiarias, clave de los ataques terroristas sobre Alemania. La Luftwaffe y los V-1 y V-2 causaron en Gran Bretaña 60.227 muertos y 87.900 heridos en total. Nunca sabremos con exactitud las victimas de los crimenes aliados de 1940 a 1945. Se estima que fueron entre 750.000 y 1.000.000 de muertos y 2.000.000 de heridos. Unos 25 millones de alemanes quedaron sin hogar. Los aliados también pasaron a Francia por su lluvia metálica, dejando un balance de 67.078 muertos y unos 75.600 heridos. Calculen, mas franceses muertos por bombas aliadas que británicos por bombardeos alemanes. Es irónico, se mire como se mire.
El perfil de un asesino en potencia. Bomber Harris. El hombre que se enorgullecería de pulverizar a los indefensos civiles alemanes.
Los aliados calificaron aquellos asesinatos como batallas. Lo que la prensa británica llamó, por ejemplo, batalla de Hamburgo fueron una serie de bombardeos masivos que comenzaron el 20 de junio de 1942, siendo los más mortales y terribles los de 24 y 25 julio y agosto de 1943, que recibirían el nombre de Operación Gomorra, algo que me parece de un mal gusto palpitante, haciéndose ensalzar como dioses los propios británicos, que impartían su justicia divina sobre los malvados alemanes. La antigua ciudad de la Hansa se convirtió en una gran hoguera, favorecida aun más si cabe por la climatología calurosa y seca... se alcanzaron temperaturas de 527º, el aire supercalentado barría la ciudad a más de mil kilómetros por hora, algo sin precedentes en la historia. La desafortunada población no tenía defensa alguna. Sufrió cuatro bombardeos consecutivos que causaron más de 53.000 muertos, 160.000 heridos, y 800.000 personas quedaron sin hogar, el 75 % de las plantas eléctricas, el 60% del sistema de abastecimiento de agua y el 90% de las fábricas de gas resultó destruido.. La precisión de la RAF fue aterradora. Durante el segundo ataque del día 25 de julio del 43, la mayoría de los bomberos de la ciudad se encontraban en el norte de la población combatiendo los incendios del día anterior. El desastre no podía ser mayor... en ocasiones los equipos de rescate sólo encontraban las cenizas de las víctimas que trataban de protegerse del bombardeo.
Por suerte para el III Reich, la RAF no tuvo capacidad para lanzar un nuevo ataque de tal magnitud, de lo contrario, como Speer advirtió a Hitler, seis bombardeos como aquel podrían haber acabado con el esfuerzo bélico alemán... a raíz de ese desastre la Luftwaffe se rehizo y volvió a aumentar sus cifras de derribos durante el otoño.
Hitler afirmaría tras este ataque que “el terror sólo puede ser combatido con el terror”.... una frase que como podremos ver condicionó toda la estrategia defensiva alemana.
Colonia fue bombardeada, desde mayo de 1942, 262 veces, la ciudad fue casi borrada del mapa, arrasada: el 87 por ciento de los edificios fueron destruidos o quemados por un millón y medio de bombas incendiarias. El resultado fue de 160.000 victimas civiles entre muertos, heridos y desaparecidos.
Berlín sufrió sus peores bombardeos en agosto, septiembre, noviembre de 1943; junio, agosto, noviembre y diciembre de 1944; en enero, febrero, marzo y abril de 1945: en febrero de 1945 se produjo un bombardeo que dejó un balance de 27.000 muertos y unos 60.000 heridos. El número de muertos y desaparecidos en Berlín resulta imposible de calcular; en 1945 se calcularon unos dos millones de desaparecidos. Y decenas de millones de refugiados fueron muertos o heridos en Berlín.
Todas las ciudades importantes de Alemania fueron victimas de aquel castigo, de aquellos bombardeos indiscriminados, todas menos Heidelberg, pero no sólo sufrieron las ciudades importantes; decenas de otras ciudades fueron incendiadas o destruidas parcialmente. El 5 de septiembre del 43 Mannheim y Ludwigshafen fueron destruidas, el 4 de octubre acabaron con Frankfurt del Main, cuatro días después el centro de Hannover fue devastado en gran medida... Kassel, el día 22 del mismo mes sufrió uno de los bombardeos más eficaces de la historia, el 86% de los lanzamientos se contaron por aciertos. El día 26 de marzo del 44 Essen sufriría las bombas inglesas. En algunas regiones, ingleses y estadounidenses se encarnizaron de manera particular en paralizar los socorros, y en bloquear a los siniestrados de las ciudades alemanas: ello fue lo que provocó el elevado numero de victimas.
Centenares de millares de mujeres, niños, ancianos y refugiados fueron muertos, enterrados vivos o quemados desde fines de 1941 al mes de abril de 1945.
La respuesta por parte de la Luftwaffe, por deseo expreso de Hitler se centró en la fabricación e instalación de artillería antiaérea en las ciudades, básicamente en esto se basó la defensa alemana, que a pesar de contar con una tecnología superior a la inglesa al principio de la guerra, su sistema de defensa era claramente inferior en todos los sentidos. El Führer se obstinó en seguir con la táctica del Flak, a pesar de que al tratarse de bombardeos a gran altura el sistema de guía de tiro por radar era totalmente ineficaz.
Las réplicas alemanas fueron en muchas ocasiones ineficaces... como la línea Kammhuber, como la llamaron, que era un sistema de gran profundidad y muy avanzado, pero que fracasó al no serle otorgados los suficientes elementos defensivos... es decir, el Alto Mando alemán adolecía de cazas suficientes. Hitler no tuvo en cuenta la amenaza y no asignó suficientes recursos. Inconscientemente ordenó llevar a cabo ataques de represalia (como él los llamaba) para tratar de disuadir a los ingleses. En 1940 se contaba con 116 cazas nocturnos, al año siguiente contarían con 250, pero no pasaría de 345 en septiembre del 42. Ya a comienzos del 43 la línea Kammhuber se había visto desbordada por la RAF. Y ni esto, ni la destrucción del Rurh o la ya mencionada devastación de Hamburgo hizo pensar a los líderes alemanes en construir una adecuada red defensiva. Milch advirtió de la amenaza que se cernía sobre Alemania el día 30 de julio del 43... éste aumentó la producción de cazas, que debía alcanzar los 2.000 mensuales antes de mediados del 44.
La táctica que Hitler puso llevo a la práctica del ojo por ojo diente por diente hizo que se destinaran cuantiosos recursos a la producción de las V-1 y V-2 que realmente de poco servirían.
El inhumano esfuerzo realizado por todos, los desastres constantes, y las inmutables decisiones contrarias a lo necesario y menester de la decisión por parte del Führer hicieron que Jeschonnek, encargado de la defensa aérea del Reich, militar eficiente y tenaz trabajador al servicio de Alemania, en medio de fuertes presiones se pegara un tiro el día que se produjeron los bombardeos de la RAF sobre Peenemünde y de la los estadounidenses sobre Schweinfurt, ante la terrible impotencia de no poder ayudar más a su patria, que se estaba verdaderamente consumiendo bajo las llamas de los bombarderos angloestadounidenses.
Hacia septiembre del 43 la Luftwaffe comenzó a tomar la medida a los ataques diurnos estadounidenses que tanto mal estaban haciendo sobre Alemania. Se concentraron los cazas monomotores disponibles en territorio germano... con lo que consiguieron debilitar la ofensiva diurna. Los Bf 110 volaban bordeando las formaciones de B17, fuera del alcance de su fuego defensivo podían reducirlos mediante el lanzamiento de cohetes. Los Bf 109 lanzarían ataques de frente y por detrás, para debilitar las formaciones de bombarderos. Mientras tanto, la disposición de municiones y carburante por todo el Reich permitió aumentar el número de salidas sin tener que volver a las bases.