Batallas desesperadas

peiper

11-04-2015

De poco les sirvió su experiencia se sabe que en la legión había también muchos soldados alemanes que se habían enrolado después de la ww2

Heinz von Westernhagen

16-04-2015

En Enero de 332 AC, Alejandro Magno pasa por delante de la fortificada isla de Tiro mientras dirige su campaña contra los persas. Pide (o exige) a los tirios que le dejen sacrificar en el templo de Melqart y, como éstos se niegan (sospechaban que las intenciones de El Magno eran otras), Alejandro prepara el asedio con sus 40.000 macedonios.

Los griegos comienzan la construcción de una enorme calzada artificial que va desde la costa a la ciudad, para poder tomar ésta por tierra. Utilizan a miles de “voluntarios” para acarrear la madera, tierra y piedras que vuelcan en el poco profundo mar. Los tirios, una vez evacuados por mar sus niños y mujeres, hacen muchas salidas y ponen en serios aprietos a los atacantes, que emplazan dos gigantescas torres móviles en el frente del istmo para evitar más sorpresas. Pero los motivados defensores las incendian y deshacen parte de la gigantesca obra. Alejandro, que estaba ocupado en otras lides, regresa a Tiro bastante enfadado y comienza de nuevo la construcción de otra nueva calzada, más ancha y mejor protegida de las salidas de los defensores. De paso, trae a 220 naves que anulan a la flota tiria.

Éstos usan buzos, máquinas de guerra y brulotes para evitar la diaria aproximación de la calzada, pero es inútil. La desesperada defensa que de su ciudad hacen los tirios admira a Alejandro...pero necesita dar un escarmiento a sus oponentes, para solaz de su ejército. Una vez acabada la obra y antes de un asalto generalizado, comunica a los sitiados que si se refugian en los templos no habrá represalias. Pero la mayor parte de los tirios lucharán como leones en las murallas, en las calles y casa por casa;  intentando evitar lo inevitable.

Cuando todo acaba, 6.000 habitantes han muerto dentro de la ciudad. A 2.000 defensores se les crucifica en la playa y a los 30.000 habitantes que sobreviven a la matanza, se les vende como esclavos. El asedio duró 7 meses.

josmar

16-04-2015

...¡...Expeditivo el chico.......!   

gaffer

16-04-2015

...Pero la mayor parte de los tirios lucharán como leones en las murallas, en las calles y casa por casa;  intentando evitar lo inevitable.

Me suena a algo parecido por tierras aragonesas.

Un saludo

mister xixon

16-04-2015

Si que se lo curraban para alcanzar la victoria...

saludos

peiper

18-04-2015

La que lío por que le dieron una negativa.

Saludos

Heinz von Westernhagen

20-04-2015

El 28 de Diciembre de 1890, un destacamento del 7º Regimiento de caballería intercepta a un grupo de indios Lakota (120 adultos y 230 ancianos, mujeres y niños) que se dirigen a la reserva de Pine Ridge, en Dakota del sur. Los soldados escoltan a los hambrientos y ateridos Lakotas hasta el arroyo de Wounded Knee, y allí les ordenan que monten sus tiendas entre la nieve.

Al día siguiente, todo el 7º Regimiento ha rodeado el campamento e instalado cuatro cañones Hotchkiss apuntando hacia él. Los soldados comienzan a desarmar a los indios y cuando llevan ya 38 viejos rifles apilados en un montón, un viejo Lakota sordo se resiste a entregar su bien más preciado. El forcejeo con varios soldados hace que el rifle se dispare...Y entonces, los hombres del 7º abren fuego a quemarropa con todo lo que tienen, artillería incluída.

Los pocos indios que no han sucumbido a las primeras descargas intentan defenderse pero es inútil. Se persigue a los que huyen y se les dispara sin piedad. Cuando las armas callan y se impone cierta cordura, de los 350 Lakotas sólo quedan vivos cuatro guerreros y 47 mujeres y niños. Todos los demás han sido masacrados.

Las bajas del 7º han sido de 31 muertos y 33 heridos...Prácticamente todos por fuego amigo. Veinte  soldados de ese Regimiento serán condecorados con la Medalla del Honor: Little Big Horn ha sido vengado de la forma más atroz y vergonzosa para un militar.

mister xixon

20-04-2015

Menuda masacre, que verguenza me produce que lleven algunos el merito de una medalla de honor por tal desproposito

buen relato Heinz

saludos

gaffer

20-04-2015

Pienso como mister en el asunto de las medallas, pero me llama la atención el dato de que:

  Las bajas del 7º han sido de 31 muertos y 33 heridos...Prácticamente todos por fuego amigo...

Vaya desbarajuste se tuvo que organizar; en algunas fuentes de las que he sorbido tachan el incidente de masacre, y no es para menos. No es de extrañar que a uno de los lacotas se le escapara un tiro, los Winschester del 73 era un arma por entonces muy fiable e igualaba a los dos bandos (el ARMY norteamericano los usaba también), el indígena no dejaría que se lo quitasen sin resistirse, al fin y al cabo era su seguro para poder cazar y comer.

Esos tristes acontecimientos y el fatal desenlace sirvió al menos para que desde entonces se hicieran las cosas con mas tiento y cuidado en lo concerniente a la reubicacion de las tribus indias USA. Lo que no parece muy claro (a mi me vale la versión del forcejeo) de donde procedió el disparo que sirvió de detonante de la masacre.

Un saludo

Pd: Un Winschester con papeles (pues quedaron debidamente registrados y datados) puede alcanzar los 25.000€ si algún coleccionista, que los hay, decide hacerse con uno de ellos. Casi da para comprar una casa  .

Heinz von Westernhagen

21-04-2015

Quien tuviera un ,73!!

De los 38 rifles incautados a los Lakotas había cuatro Winchester ( tres 73 y un 66) y los demás eran Springfield monotiros de diversos modelos. Los hombres del 7º de caballería llevaban en su mayoría el fusil Springfield 1878 ó 1884 en .45-70. Hay fotos de Wounded Knee en las que se ve a algún militar portando un rifle de palanca, que puede ser perfectamente un Winchester...

Saludos!!

Topp

21-04-2015

Si eso (y muchos otros crímenes y desafueros cometidos contra los primitivos pobladores) no se llama genocidio, yo no se entonces que define ese término

Y pensar que fue perpetrado solo cincuenta años antes de las masacres nazis y estalinistas.

Saludos.

mister xixon

21-04-2015

pero ya sabes jefe, al ser en un siglo anterior les suena como muyyy lejano y para ellos no comparable , como en politica, vaso medio lleno u medio vacio

saludos

peiper

22-04-2015

estas historias  son las que siempre se procura tapar ya que no son buena propaganda para el ejercito o la politica pero que encima concedieran medallas de alto rango es lo que no puedo llegar a creer

Heinz von Westernhagen

23-04-2015

El 25 de Octubre de 1944, en aguas de Samar , una gran fuerza naval japonesa (al mando del Almirante Kurita) formada por 4 acorazados (incluyendo al Yamato), 6 cruceros pesados, 2 cruceros ligeros y 11 destructores, se enfrenta por sorpresa a la Taffy III mandada por el Contraalmirante Clifton Sprague, que se retiraba de la zona confiada en estar al amparo de otras grandes unidades navales norteamericanas.

La Taffy III se componía de 6 portaaviones de escolta, tres destructores Fletcher y cuatro pequeños destructores que acompañaban a una serie de transportes y buques de logística. La sorpresa de Sprague fue mayúscula al encontrarse con la formidable flota nipona que se suponía no debía estar allí.

Cuando las granadas de gran calibre japonesas caen entre la Taffy III, Clifton ordena la huída a toda máquina a sus lentas unidades. Los aviones embarcados (que habían bombardeado anteriormente objetivos terrestres y blandos navales) despegan armados de cargas de profundidad y bombas antipersonal y de fragmentación, atacando y ametrallando a los buques japoneses. Les apoyan otros aviones de las Taffy I y II, causando una gran confusión entre los nipones. A la vez, Sprague lanza a sus siete destructores armados con sus cañones de 127 y sus torpedos hacia los grandes buques enemigos y sus proyectiles, amparados por sus propias cortinas de humo.

En dos horas, los norteamericanos protagonizaron ante buques muy superiores un ataque feroz, desesperado, de gran agresividad, que hizo que los japoneses pensaran se estaban enfrentando a una fuerza mayor. Cuando Kurita se da cuenta de la situación, decide abandonar la zona para gastar las fuerzas que le quedan contra los buques principales norteamericanos.

Éstos han perdido dos portaaviones de escolta, dos Fletcher y un destructor de escolta, 23 aviones y han sufrido daños otros tres portaaviones y los destructores restantes. A cambio de 1.583 muertos y 913 heridos, han logrado que la temible fuerza de Kurita abandone el lugar perdiendo tres cruceros pesados, con otros tres cruceros y un destructor dañados y con 52 aviones derribados.

Dos intensas horas en que la Marina norteamericana demostró un coraje y un heroísmo digno de tener en cuenta. 

josmar

23-04-2015

Un arrojo que tuvo su premio.....¡...Bravo, Heinz...! 

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