Crisis de efectivos
Del 20 de octubre de 1917 al 17 de enero de 1918, la Legión se encuentra destinada en las trincheras de la región de Flirey, y ataca con éxito el 8 de enero. El día 12, los alemanes bombardean con gases, pero dos compañías del RMLE junto con el cuartel general regimental se niegan a retirarse, ignorando las órdenes.
A principios de este año 1918, el RMLE no se libra de la crisis de efectivos que afecta al conjunto del Ejército Francés. Recupera a algunos hombres procedentes del Batallón de Oriente, recientemente disuelto, pero el futuro del regimiento es preocupante. Con el aumento del número de países beligerantes, la Legión se encuentra escasa de nuevos reclutas extranjeros.
Suiza, España y en menor medida Estados Unidos continúan abasteciendo de hombres a la Legión, pero resultan insuficientes para compensar las pérdidas o la marcha hacia los ejércitos o legiones nacionales, caso de los polacos o los checos, por ejemplo.
La derrota rusa anuncia una nueva llegada de voluntarios, pero en principio su fiabilidad es discutible. En Courtine, en septiembre de 1917, se amotinaron tres regimientos rusos. El RMLE integra así a algunos de ellos, pero tras una cuidada selección de los elementos más fiables tras el período de instrucción.
Por otro lado, Lyautey accede a las demandas de refuerzos procedentes de África sólo con cuentagotas, pues los 5 batallones de la Legión bajo sus órdenes le parecen indispensables para mantener el orden en Marruecos. Esta situación inquieta al teniente coronel Rollet que teme la disolución de su regimiento en caso de nuevas pérdidas importantes. Propone entonces buscar a voluntarios entre los regimientos franceses, tomando de otros regimientos los hombres necesarios para conservar operativo un regimiento tan excepcional.
Alemania toma la iniciativa
A principios de 1918, la marcha al Frente Occidental de varias divisiones que se encontraban en Rusia incrementa de manera importante el número de fuerzas alemanas. Ludendorff decide entonces dar un golpe decisivo, antes de que las tropas americanas finalicen su despliegue. Sus fuerzas de asalto emplean en lo sucesivo una táctica particularmente eficaz: un fuego artillero breve y violento de proyectiles tóxicos y fumígenos seguido de cerca por grupos de asalto que se infiltran en profundidad en las líneas enemigas, rodeando los puntos de resistencia dejados para la segunda oleada de asalto. Abundantemente provistos con granadas de mano y ametralladoras ligeras, estas tropas de asalto ya demostraron su eficacia en Rusia (Riga), en Italia (Caporetto) y en Francia (contraofensiva de Cambrai).
Ante esta amenaza, británicos y franceses proponen ahora una defensa en profundidad, con una posición principal retrasada (idea copiada de los alemanes). Los puntos de resistencia adelantados deben de desorganizar a los atacantes, esperando el contraataque de las divisiones colocadas en reserva, como la División Marroquí y sus legionarios.
Hangard-en-Santerre
El 21 de marzo, los alemanes lanzan sus ejércitos 2º, 16º y 18º en el sector de San Quintín. Los ejércitos británicos 3º y 5º son incapaces de resistir a las 66 divisiones alemanas apoyadas por 6.000 piezas de artillería. Los alemanes consiguen abrir así una brecha de 50 kilómetros. Los ejércitos franceses 1º y 3º forman el grupo de ejércitos de reserva que debe mantener el enlace con los británicos.
La División Marroquí llega a Villers-Bretonneux, en el sector de Amiens, el 2 de abril procedente de Vaucouleurs donde estaba descansando. El 25, el RMLE está en el ala derecha de la división y debe avanzar hacia el bosque de Hangard, situado en el norte del camino entre Amiens y Noyon.
Los legionarios van a gozar del apoyo de los carros, británicos en este caso. Los alemanes se revelan sin embargo mejor preparados para un combate tan móvil. Los ametralladores alemanes de la 19ª División sacan provecho de la niebla y se infiltran entre los puestos avanzados franceses, mientras los carros se revelan incapaces de contenerlos, y sus disparos siegan a los legionarios cuya progresión no pasa de 500 metros. Al final del día quedarán sólo un oficial y 187 hombres del 1º Batallón en condiciones de combatir. El 3º Batallón lo apoya, pero pierde a su jefe, el comandante Colin, y otros muchos son alcanzados en el bosque. Una lucha mortal tiene lugar en medio de la zona arbolada. Un contraataque alemán rechaza temporalmente a los legionarios, pero un nuevo asalto de éstos hace que queden dueños del terreno al precio de 120 muertos, 497 heridos y 205 desaparecidos.
Esta costosa hazaña le vale al regimiento su séptima citación. Defienden su posición hasta su relevo, el 6 de mayo, para retirarse luego a Versigny y Ermenonville. Al final, la ofensiva alemana se detiene pero la gravedad de la situación obliga a los aliados a colocar por fin un mando unificado: el 26 de marzo, el general Foch es nombrado comandante en jefe del conjunto de las fuerzas en el Frente Occidental. Del 9 al 29 de abril, Ludendorff lanza una nueva ofensiva contra el Ejército Británico en Flandes. Con apoyo francés, ésta también fracasa. En ambos casos, la artillería francesa resulta fundamental para sostener los contraataques.
La “Montagne de Paris”
El 27 de abril, los alemanes lanzan la tercera ofensiva en el Chemin des Dames. Un bombardeo con iperita neutraliza la artillería francesa. Los defensores pierden las primeras líneas y las pérdidas son importantes.
El 29 de mayo, la División Marroquí y el RMLE son enviados por carretera al oeste de Soissons, que acaba de caer en manos del enemigo. Se trata de bloquear su avance hacia Villers-Cotterêts y tomar posiciones sobre la cresta llamada Montagne de Paris.
El ataque se pone en marcha de madrugada después de un breve pero violento bombardeo. Superiores en número, los alemanes consiguen tomar las posiciones de la Legión. Escasos de municiones, los legionarios tienen 47 muertos, 219 heridos y 70 desaparecidos en dos días de combates. Estas pérdidas vienen a añadirse a las del mes anterior que no han sido compensadas (1.250 hombres). Sin embargo, el RMLE consigue mantener sus posiciones y bloquear el avance alemán en su sector.