26-03-2006
El tanque japonés es a menudo soslayado rapidamente cuando se escribe sobre la Segunda Guerra Mundial, en parte debido a pequeño tamaño y aspecto general poco impresionante (por lo menos para los estandares occidentales) y también debido al relativamente limitado número de tanques que Japón pudo producir durante la guerra. En el período 1931-45 Japón construyó escasos 6.500 tanques de todos los tipos (Mitsubishi, la firma más importante de la producción japonesa de tanques, fabricó 3.300, más de la mitad del total). A simple vista esta cantidad puede parecer muy pobre comparada a las cifras de otros países combatientes. Por ejemplo, los alemanes construyeron más de 20.000 tanques de más de diez toneladas (y otros 14.000 cañones autopropulsados), los americanos superaron los 49.000 Shermans; los sovieticos produjeron unos 40.000 T-34's y los británicos hicieron 8.600 tanques de todos los modelos en un solo año, 1942. Pero se debe tener en cuenta que el otro aliado del eje, Italia, apenas pudo fabricar algo más de 2.000 tanques de más de diez toneladas durante toda la guerra, y alrededor de 2.500 tanques ligeros y tanquetas adicionales. Y los italianos de hecho sí estuvieron implicados profundamente en un teatro de guerra (África del norte durante 1940-42) donde los tanques fueron siempre el arma decisiva, y donde el combate tanque contra tanque fue la regla más que la excepción.
El ejército japonés, articulado históricamente en torno al soldado a pie y sin una fuerte tradición de unidades de caballería, no tuvo en cuenta en toda su magnitud la importancia de los medios acorazados, para no decir de los medios mecanizados en general. El rol de reconocimento era cumplido por la caballería, y aunque se vió con buenos ojos que los vehículos la reemplazaran, pocos esfuerzos se hicieron en este sentido.
El origen de los medios acorazados japoneses se remonta al períodos posterior a la Primera Guerra Mundial, cuando fueron comprados a Gran Bretaña y Francia algunos ejemplares para evaluación, entre ellos el ubicuo Renault FT y los Vickers Six-Ton, Medium Tipo C y Carden Loyd Mk VI. El primer diseño autóctono fue el tanque medio Tipo 87 Chi-I (Tanque experimental N°1), un diseño multitorreta construido en los arsenales del ejercito de Osaka en 1927. Montaba un cañón de baja velocidad de 57 mm y dos ametralladoras, en línea con las tendencias armamentísticas de la época, e influenciado conceptualmente (aunque a escala reducida) en el Vickers Independent británico. Como debut en la industria de los vehículos blindados era un proyecto ambicioso. Estaba tripulado por cinco hombres. Medía 6 metros de largo, con un peso en torno a las 18 toneladas, y el sistema de ruedas era un complicado mecanismo de 17 ejes por lado, además de las ruedas tractoras y tensoras. Estaba propulsado por un motor naftero de 140 HP refrigerado por agua. Dos años mas tarde, en 1929, se intentó nuevamente con otro diseño mas convencional, el Tipo 89 (Tanque experimental N°2) que fue puesto en producción por Mitsubishi como tanque medio Tipo 89 I-Go (descripto en el capítulo de Tanques Medios). Fue el primer carro de combate de diseño autóctono fabricado en serie.
El ejército japonés empleó esencialmente tres categorías de tanques durante la Segunda Guerra Mundial. Casi todos estos vehículos, sin importar el tipo, eran algo mas pequeños que sus equivalentes occidentales. Sus compartimientos de combate eran mas bien estrechos, pensados para la pequeña constitución física del japonés medio (la altura media del soldado japonés era 1,60m). Pero lo más importante es que casi todos los tanques japoneses de la época salían muy mal parados en la comparación con diseños europeos y americanos contemporáneos, fundamentalmente en términos de poder de fuego y espesor del blindaje. Sin embargo, antes de juzgar con demasiada dureza a los diseños orientales, debe recordarse que el ejercito japonés no planeaba luchar en las extensiones de la estepa meridional rusa, en Normandía o en el desierto africano, donde la confrontación tanque contra tanque fue frecuente y los ejercitos estuvieron relativamente cerca de su propia base de suministros. La guerra japonesa ocurriría en la otra punta del mundo, en Asia y en las islas del Pacífico. Aquí la oposición serían otros países asiáticos independientes o semi-independientes, que en el mejor de los casos tendrían solamente escasas cantidades de tanques ligeros; o bien potencias coloniales occidentales, cuyo componente europeo estaba ya implicado en una guerra total en su propio suelo que les consumiría los recursos disponibles, y luchando a grandes distancias de sus centros de suministro, al final de una línea de abastecimiento muy larga y vulnerable. En estas condiciónes la calidad técnica del tanque japonés era a menudo secundaria frente al hecho de que de todas maneras había algún tanque disponible (por lo menos durante el período de conquista japonés al comienzo de la guerra) y la mera posesión de un vehículo blindado de cualquier tipo era a menudo una gran ventaja, ya que el enemigo muy a menudo no tenía ninguno.
Con todo, hubo dos aspectos en los que los diseñadores japoneses hicieron las cosas realmente bien. En prmer lugar, la movilidad de todos los modelos siempre fue mas que aceptable. Este factor se reveló especialmente importante en las enmarañadas selvas birmanas y en las pantanosas y anegadas costas pacíficas. El diseño básico de lo que serían las suspensiones de muchos tanques japoneses lo estableció en 1933 el Mayor Tomio Hara. Se basaba en pares de boogies articulados por un juego de palancas acodadas, conectados entre sí por amortiguadores externos colocados horizontalmente. El otro punto a destacar fue la decisión de dotar a sus tanques con motores diesel refrigerados por aire, lo que les permitía recorrer mayores distancias que sus homólogos equipados con motores alimentados por combustible de alto octanaje, dado el menor rendimiento de estos combustibles. Esta característica siempre fue apreciada en un ejército que menudo andaba escaso de abastecimientos. Estas dos características se beneficiaron de la política de diseño orientada a utilizar blindajes relativamente delgados. En estas circunstancias el poco peso total del vehículo exigía poco a las suspensiones, a la vez que reclamaba poca potencia del motor (a igual cilindrada un motor diesel es menos potente que un motor naftero).
Durante las operaciones en Manchuria en 1933 los japoneses tenían operativos tres Regimientos y una Brigada Mixta Independiente que incluía elementos de Infantería, Artillería e Ingenieros. Estas unidades estaban equipadas con tanques medios Tipo 89 I-Go. Para 1937, cuando comenzó la nueva ofensiva en Manchuria a raíz de los incidentes en el Puente Marco Polo en las afueras de Pekín, los japoneses alineaban mas de 1000 tanques en ocho Regimientos. En 1940 las fuerzas disponibles habían ascendido a dos Divisiones Blindadas completas.
Si Japón no pudo aumentar la producción de blindados no fue por ceguera de sus dirigentes (como ocurrió en Alemania y Gran Bretaña en cierto momento) sino por otros motivos. En primer lugar, esta escasez fue resultado de una base industrial demasiado pequeña para sostener todas las demandas de la guerra. En segundo lugar, la constante falta de materias primas (situación que se agravó en la segunda mitad del conflicto y que condujo a los japoneses a llevar inicialmente la guerra hacia las Indias Holandesas) obstaculizó cualquier intento serio de iniciar programas de fabricación en masa. Esta escasez de materias primas se hizo cada vez mas evidente a medida que se cerraba el cerco tendido sobre Japón por los submarinos estadounidenses, quienes impedían la llegada a puerto de barcos mercantes. Y, finalmente, la prioridad secundaria asignada a la producción de tanques en comparación con la fabricación de aviones y buques, perfectamente entendible dado el carácter eminentemente aeronaval de la guerra en el Pacífico.
A pesar de que, por los motivos expuestos, la producción japonesa de tanques fue relativamente escasa, los tanques japoneses aparecieron en un gran número de campos de batalla a través de Asia y del Pacífico. Y, como será visto mas adelante, hicieron a menudo una contribución significativa a la victoria en el período de mayores éxitos japoneses.
fuente:Mike Yaklich y traducido al castellano Patricio Delfosse.