22-11-2007
La Potencia Aeronaval En Su Apogeo
Pocas cosas debe haber más irritantes para un estratega que ver a un adversario vencerle gracias a una táctica de la que él fue el pionero. El Almirante japonés Isoroku Yamamoto, arquitecto del ataque a Pearl Harbor, conoció el amargo sabor de esta experiencia cuando la guerra naval centrada principalmente sobre los portaviones, estrategia de la que había sido el instigador y el primero en utilizarla, fue empleada por los americanos para paralizar el esfuerzo bélico de su país, aplastando su potencia naval.
Yamamoto, comandante en jefe de la flota unificada japonesa, resultó muerto en 1943, antes de que la importancia de este desastre fuera realmente efectiva.
Sin embargo, vivió lo suficiente para dislumbrar los primeros presagios de la desgracia que se acercaba. El primero ocurrió justamente el primer día de la guerra del Pacífico, el 7 de diciembre de 1941. Tres portaviones americanos, que se encontraban fuera del puerto cuando los portaaviones japoneses destruyeran Pearl Harbor, durante su ataque sorpresa, escaparon a la destrucción. Yamamoto sabía que esos portaviones eran los núcleos de la futura fueerza aeronaval americana en el Pacífico. En abril de 1942, cuando los bombarderos americanos B-25 Mitchell atacaron Tokio despegando desde el puente del portaaviones Hornet a 1287 km de allí, resultaba claro que la experiencia de Pearl Harbor había mostrado a los EEUU que los portaaviones iban a ser el arma clave en la guerra del Pacífico.
En junio de 1942 durante la batalla de Midway, la flota de Yamamoto perdió 4 portaaviones. Desde ese momento la potencia aeronaval japonesa quedaba severamente quebrantada.