Presentación del Juicio y discurso de apertura del Juez del caso Karl H. Guderian
Varsovia. 18 de enero de 1947.
Situación el 18 de enero de 1947
Los más inmediatos proyectos alemanes... trazas rojas representan las autobahnen en construcción, las zonas con círculos lilas son de urgente reconstrucción y repoblación.
La hermosa ciudad donde se llevará a cabo el juicio a Paulus.
Tras una agónica victoria alemana en el frente del Este, forzada tras el desastre de Stalingrado con el triunfo de la Operación Zitadelle, que abrió una brecha que no permitió a los soviéticos rehacerse, muchas dudas quedaban en el aíre… ¿que iba a ser de todos aquellos nuevos territorios adquiridos? Esta era la mayor de todas, un problema por resolver… grandes obras de infraestructura y reacondicionamiento económico de los territorios conquistados comenzaban a llevarse a cabo, éxodos de alemanes en dirección a los nuevos territorios recien adquiridos se producían constantemente y de forma progresiva... muchos recordaban la aventura a la Tierra de las Oportunidades, América, en estos hechos... pero esta vez nadie tendría que salir del territorio patrio para encontrar oportunidades sabrosas... no obstante, pronto corrió la noticia de que el mariscal Friedrich Von Paulus había sido encontrado en un campo de prisioneros alemanes cerca de Kuibisev a la entrada de las tropas alemanas en esta ciudad. Inmediatamente, un exultante Hitler lo hizo llamar a su presencia. Rápidamente fue enviado a Berlín, el Führer necesitaba dilucidar sus dudas acerca del comportamiento del mariscal durante la batalla de Stalingrado. La visita de un coche más a la cancillería del Reich no sorprendió a un Berlín resacoso aun por la victoria. Unas cinco horas estuvo el Führer encerrado con el mariscal, se dice que en contra de lo esperado Hitler mantuvo la calma y no se oyeron gritos ni discusiones fuertes. A la salida de Paulus la voz del Guarda de Corps resonó: “Apresadlo”. Los periódicos dieron enormes titulares, todas las ciudades de la vieja y la nueva Alemania se hicieron eco de la increíble noticia: Paulus iba a ser juzgado por Alta traición a la Patria. En los cafés, en los trabajos, sólo se oía esta palabra: Paulus. Las dudas corroían a la población... así como también a los abogados tanto de la acusación como de la defensa, y por supuesto al fiscal del caso. El único poseedor de la verdad al cien por cien sería Paulus. Y este no se manifestaba, constantemente alegaba que sólo hablaría en un juicio, cosa por otra parte comprensible.
El acusado. Mariscal del Reich Friedrich Von Paulus.
Cinco meses después de la victoria el mariscal se encuentra en la prisión del sotano del Antiguo Castillo Real de Varsovia, donde espera ser juzgado por un supuesto delito de Alta Traición a la Patria.
Abogado defensor: Joachim Peiper (Lenz Guderian)
Durante la guerra la vieja ciudad de Varsovia sufrió grandes desperfectos, pero ha sido reconstruida a conciencia para mayor grandeza del Reich, pronto será bautizada con otro nombre, y de las ruinas de una guerra mortal, comienza a surgir una paz plagada de sueños y esperanzas. Esta será la capital del nuevo Gau de Prusia meridional, así como Dantzig lo es de la septentrional, una gran autobahn une ya Berlín con Varsovia, esta se prolongará con el tiempo hasta Minsk, Smolensko, Moscú y quien sabe si más allá. Pronto grandes camiones alemanes iran y vendrán entre la vieja y la nueva Alemania. Pronto millones de alemanes se instalarán en Rusia, como ya lo están haciendo en Polonia o Alsacia y Lorena.
Fiscal Erich Hartmann (Stalingrado)
El Palacio Real de Varsovia que albergará el Juicio es un claro ejemplo de esa grandeza, de ese afán de conservación de la cultura de los alemanes... profundamente reconstruido y engalanado va a albergar uno de los más importantes hitos de la Historia.
El general Karl H. Guderian, que en esta ocasión será el Juez del caso hasta el final de éste, en un día como el de hoy 18 de enero, que ha amanecido triste, nubloso y no se decide a levantarse todavía del sopor. Se ha decidido razonablemente que todo quedará en el Ejército, más tratándose de que este se legisla por otro tipo de leyes.
Juez del caso: Karl H. Guderian (Karl H. Guderian)
El abogado de la acusación será el señor Joachim Peiper (Lenz Guderian) y el de la defensa Erich Hartmann (Stalingrado).
Las personalidades del Reich atraviesan las enormes avenidas de Varsovia camino del Palacio Real donde se va a albergar el Juicio contra Paulus... los mercedes atraviesan el asfalto con las banderitas rojiblancas de la cruz gamada ondeando a ambos lados del capó. Comienza a llover, es una lluvia trieste, que infunde un tono más gris al día, a la situación, cae fina y vagamente. Los ciudadanos caminan nerviosos con sus paraguas, otros se arremolinan frente a las calzadas, queriendo ver por un momento a los poderosos dirigentes del Reich... esperando al Führer, que por cierto no aparecerá.
Los coches entran en el gran recinto, podemos ver salir de los coches a diferentes personajes, entre ellos el corpulento mariscal del Reich Hermann Goering, que por nada del mundo se perdería un acontecimiento así, el Reichsführer Heinrich Himmler, y por supuesto los militares propiamente dichos como Keitel, Jodl, Manstein también aparece por allí, Sepp Dietricht que saluda a sus hombres a la entrada, que es custodiada pues por la Leibstandarte.
El fiscal, el acusado y los abogados ya han llegado hace horas, llevan mucho tiempo preparando este importante y a la vez triste hecho... para ellos resulta más difícil que para nadie, van a juzgar a todo un mariscal alemán...
El jurado y los espectadores, autoridades locales como Hans Franck o grandes triunfadores de esta guerra como Degrelle, que ha aceptado de buen grado la anexión de Bélgica por Alemania o Seyss Inquart, gauleiter del nuevo gau de Nederland, comienzan a sentarse en sus butacas... se dice que Degrelle ha iniciado negocios de inmobiliaria y se va a encargar de financiar la construcción de varias ciudades - colonia en la Ucrania occidental... pero seguramente no será el único de las personalidades que hay hoy por aquí que llevarán estos negocios entre manos.
Por fin, aparece Karl Heinz Guderian, su rostro es serio, es consciente del momento, se sienta tranquilamente y comienza a ordenar sus papeles en su estrado... pronto aparecen Erich Hartmann y Joachim Peiper, tras ellos entra un Paulus tranquilo pero muy delgado, se nota en su rostro la tensión de enfrentarse a esta situación difícil para todos los presentes, es custodiados por dos SS engalanados con sus trajes negros. Todo está listo pues para comenzar.
Habla el Juez, general Karl H. Guderian:
“Buenos días a todos señoras y señores, señores del jurado, fiscal Erich Hartmann, abogado defensor Joachim Peiper. Heil mi Führer, sea disculpado pues no se puede encontrar aquí por importantes asuntos de Estado.
En el día de hoy nos une aquí un propósito muy importante, yo diría que vital para la existencia de Alemania, para dar fin a la guerra que en su momento ya terminamos victoriosos. Aquí, en la antigua capital polaca, Varsovia, punto de encuentro entre el viejo y el nuevo y esplendoroso Reich vamos a juzgar a un hombre que ha sido acusado de graves delitos contra la patria. Nuestro objetivo será conocer la verdad... la pura y cristalina verdad. El objetivo se plantea arduo, pero es lo que queremos, por el bien de Alemania. Es un paso imprescindible para caminar hacia el futuro por fin. Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado. Nosotros seguiremos ese camino por que creemos que es lo justo, sería mucho más fácil absolverlo y dejarlo encerrado en un castillo con un retiro digno, pero no queremos dar lugar a la especulación.
Si se me permite recordarlo diré que su actuación en Jarkov previa a la Operación Azul fue brillante... digna del mejor de los generales.
Pero seamos templados, a medida que avanza una discusión retrocede la verdad, así que debemos ser claros en nuestros planteamientos, por el pueblo alemán, nada de alegatos sentimentalistas ni adornos sin necesidad, queremos hechos señores abogados.
Señoras y señores, la peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande.
Señores abogados, el que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión.
Como diría un hombre cuyo nombre no voy a recordar: “La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores.” Voy a tratar en todo lo posible quitarle la razón a ese hombre. También trataremos de que la verdad no esté de parte de quien grite más, no esta vez.
Cada lágrima enseña a los mortales una verdad y la enseñanza de Stalingrado aun no ha salido a la luz por que no sabemos la verdad… todo lo que se haya dicho hasta ahora no tiene validez… pero esas miles de lágrimas derramadas por el VI deben tener algún motivo, alguna razón… hoy son el reflejo de una victoria sufrida, de una derrota terrible que posibilitó un grandioso triunfo en pos de la existencia del pueblo alemán... tienen derecho a la verdad esas madres, novias, hermanos....
Abogado de la acusación, puede proceder con su alegato.”
Sñr. Fiscal General Karl Heinz Guderian