La Legión Extranjera (parte 04) :
Me gustaría tratar con un poco más de soltura a una de mis unidades favoritas la 13ª DBLE (Semi-Brigada de la Legión Extranjera).
La 13ª DBLE (Semi-Brigada de la Legión Extranjera) (parte 01) :
Esta unidad de la Legión es casi única, ya que combatió, Artico hasta el Ecuador, por tres continentes, Europa, África y Asia y en siete campañas, desde Noruega, pasando por Gabón, Eritrea, Siria, Africa del Norte, Italia, Francia y Alemania. En ellas se enfrento a tres ejércitos, el alemán, el italiano y el francés de Vichy, y estuvo encuadrada en el Ejercito de la 3ª República Francesa, en el Ejército de la Francia Libre, en el Ejercito Británico y en el de Estados Unidos.
Por eso creo necesario darle un punto aparte, y conocer la génesis de su formación.
El 1° de Diciembre de 1939, corrió por Francia la noticia de que los rusos atacaban Finlandia. El oso que acababa de devorar los países bálticos, lanzaba su enorme garra contra este pequeño país que, orgullosamente, se negaba a una rectificación de fronteras. Y, con gran estupefacción general, el oso recibía un buen papirotazo en el hocico. El Ejército Finés lanzaba contraataques victoriosos.
Estupefacción entusiasta. Desde las hazañas del corredor a pie Paavo Nurmi en los Juegos Olímpicos de 1924 en París, el nombre de Finlandia era para los franceses, sinónimo de seriedad y valentía sin límites. Ver como el David de las nieves le hacía frente al Goliat rojo, era algo que entusiasmaba; en medio de la inmovilidad siempre algo inquietante de aquella extraña y rara guerra en Europa, tal hecho daba la impresión de que la suerte aún no estaba echada, que los llamados colosos del Este eran, posiblemente, muy vulnerables; de que quizá se asistiría a acontecimientos sorprendentes, a victorias inesperadas. El entusiasmo aumentó cuando los diarios publicaron fotografías de “lottas”, jovencitas encantadoras, auxiliares del Ejército Finés; su sonrisa resplandecía sobre la nieve. En París y en otros lugares se formaron comités para recoger “donativos para Finlandia”; se aceptaba todo : ropas de lana, chocolate, conservas, barajas, todo cuanto pudiera servir para comodidad o distracción de los soldados fineses. Una joven conocida mía fue a hacer donativo de su acordeón, soberbio instrumento de música para cuya adquisición se había quedado sin un centavo.
Por desdicha, el oso aún no había dicho la última palabra. Molesto al principio por el terreno y sobre todo por no haber lanzado en los principios de la lucha más de 300.000 hombres si apoyarlos con ninguno de sus últimos modelos de tanques y aviones, se puso a reforzarse ( 600.000 hombres ) y, a principios de Febrero, destrozaba la Línea Mannerheim, fortificación del istmo de Carelia. Cediendo bajo tal empuje, la valiente Finlandia habían dirigido un llamado a la Sociedad de las Naciones. El 5 de Febrero, Francia y Gran Bretaña decidieron enviar en ayuda a Finlandia un cuerpo de 100.000 hombres.
El aviso : “Se piden voluntarios para Finlandia”, hizo estallar, al principio, una gran risotada en los depósitos de Bel Abbés y Saida. ¡ Vaya rareza ! La Legión, camino al polo. Pero un instante después, con versatilidad de niños por así decirlo, los legionarios, se entusiasmaron. “Es fácil imaginarse su entusiasmo al pensar que irían a reforzar a una nación de héroes”. Sin duda era así, pero la fiebre surgía sobre todo del súbito imprevisto, de la paradoja, de un tufillo de aventura totalmente nueva. El Gran Norte. Ante todo, Finlandia era un viaje. Y todo era mejor que la perspectiva que, en aquellos momentos, se les ofrecía a los que no se quedasen en Africa : la extraña guerra del Noreste de Francia, con los arroyos helados, fajinas, guardias, obras de terracería. También en Finlandia helaba “pero todo estaba ya dispuesto para ello”. En una palabra, hubo abundancia de voluntarios. “Yo he esquiado y patinado en hielo”. Hasta el patín de ruedas era un naipe de triunfo. Los que resultaban seleccionados resplandecían de beatitud.
Desde el instante que fueron admitidos, los voluntarios para el Gran Norte ( el “refuerzo Finlandia” como se les llamaba ), fueron ya héroes festejados. El primer batallón de refuerzo se formó en Fez y el segundo en Bel Abbés. Hasta las tabernas de Fez y Bel Abbés, llenas de legionarios cansados ya de haberlos visto de todos los colores, incluso en estos lugares, los “finlandeses” eran como caídes. Oficialmente debía guardarse el “máximo secreto” respecto de la operación, pero no se hablaba sino de ella, y a los elegidos podía reconocérseles por su atuendo de campaña con cheche y capote de cuello doblado.
Sobre este entusiasmo se cernía una sombra, al menos por lo que se refería al Primer Batallón : su jefe, el príncipe Aage de Dinamarca, no tomaría parte en la expedición. Motivo oficial : su origen nórdico. Sin embargo, en el estado mayor figuraba un ruso, el capitán Nazaroff. De todos modos, el príncipe-jefe de batallón, tuvo que despedirse de sus subordinados. Les pasó revista, cada uno de ellos diciendo su nombre en un grito : “Legionario Fulano, mi comandante”. Los ojos de éste estaban húmedos y no solamente los suyos. Este personaje de excepción había podido llegar hasta aquellos rudos corazones.
El teniente coronel Magrin-Verneret mandaba el refuerzo Finlandia, de unos dos mil hombres, al que oficialmente se le había bautizado con el nombre de Treceava Media Brigada de la Legión Extranjera. Su primera decisión fue darle a su unidad una divisa latina : “ More mejoratum”, “al estilo de los antiguos”; es evidente que quería decir : dignos de ellos por el valor. Sus diecisiste heridas y sus citaciones, en número aún mayor, le autorizaban a hablar de esta manera. Buen número de legionarios le tenían, empero, como alguien difícil de contentar, muy apegado al servicio, a quien era mejor admirar de lejos que de cerca. El teniente coronel Magrin-Verneret habría de llamarse, más tarde, general Monclar.
El Primer Batallón salió de Fez a fines de Febrero de 1940. Mientras estaban detenidos en la estación de Taza, con abundante distribución de golosinas y vino tinto entre los héroes, súbitamente comenzó a correr un rumor a todo lo largo del tren : “¡ El príncipe Aage ha muerto !” Nadie quería creerlo cuando, súbitamente, se hizo oír la corneta : primero el distintivo del príncipe, luego el toque “a los muertos”. Las prolongadas notas flotaron por encima de los soldados consternados, en posición de firmes. Un poco más tarde, el príncipe, muerto a causa de un ataque cardiaco, entraba en la leyenda de la Legión, figurando un poco como la primera baja de la expedición. En el fondo los soldados preferían mejor esto que saberlo como cautivo en Africa.
La 13ª en si era un regimiento de infantería con dos batallones y una sección motorizada, en total cerca de 2.000 hombres.
La 13ª se encuadró en una llamada Brigada de Alta Montaña en conjunto a dos semi-brigadas de cazadores alpinos, al mando del coronel Bethoart.
Tal como hemos dicho, en febrero de 1940, la 13ª se traslada a Francia, a Belley, en los faldeos de Los Alpes, para recibir equipo y adiestramiento acorde con la misión que debían realizar, pero antes de acabar su entrenamiento Finlandia y Rusia firma un armisticio. Además de eso el giro de los acontecimientos hace que el alto mando decida mandarla a ocupar los puertos de Noruega, en especial Narvik, por donde se embarca el hierro de las minas suecas con destino a Alemania. Los alemanes reaccionan más rápido ya que atacan Noruega el 9 de Abril, ocupando Narvik.
Legionarios españoles enrolados en la 13ª DBLE (Semi-Brigada de la Legión Extranjera). 1940.
Los soldados de la 13ª DBLE (Semi-Brigada de la Legión Extranjera) embarcan a bordo del paquebote “Général Metzinger”. Perteneciendo al CEFS (Cuerpo Expedicionario Francés en Escandinavia), se van a Narvik, en el marco de la expedición de Noruega llevada para “cortar el camino del hierro” sueco a los alemanes. Abril de 1940.
En Brest, el almirante de Laborde y el teniente coronel Magrin-Vernerey, alias el general Monclar, pasan revista a una sección de exploradores-esquiadores de la 13ª DBLE (Semi-Brigada de la Legión Extranjera) antes de su salida para Narvik. Abril de 1940.
La 13ª recibe sus primeros disparos en Bjerkvik, al norte de Narvik, donde tiene lugar el primer desembarco anfibio de tropas bajo fuego enemigo de toda la 2ª Guerra Mundial. Los alemanes que defienden fuertemente Bjerkvik, por lo que el desembarco y posterior avance hacia Narvik hace que la 13ª tenga muchas bajas.
Las condiciones de combate de la 13ª son muy complicadas, terrenos muy escarpados y fáciles de defender, enfrentarse a unidades alemanas escogidas, una clara superioridad aérea alemana, y duras condiciones climáticas. Pese a todo ello, tanto los 2 batallones como de la sección motorizada de la 13ª demostraron un espíritu ofensivo y un aguante extraordinarios.
Soldados de la 13ª DBLE (Semi-Brigada de la Legión Extranjera) en Narvik. Mayo de 1940.
La 13ª es utilizada como punta de lanza en el ataque a Narvik, el que consigue tomar el 28 de Mayo.
Pero todo es inútil, ya que el Mando Aliado decide retirar a sus fuerzas de Noruega, debido a las derrotas en Francia.
El 7 de junio de 1940, los últimos efectivos del ejercito francés (la sección de demoliciones de la 13ª), abandonan Noruega.
La 13ª es trasladada vía Inglaterra a Francia, donde los alemanes avanzan sin control. La 13ª junto a otros elementos de las unidades que habían servido en Noruega, es destinada en Bretaña, para mantener una cabeza de puente aliado en el continente. La unidad prácticamente no participa en los combates en Francia y París cae el 14 de junio y el Gobierno Francés pide el armisticio el 17.
La 13ª, en las horas que preceden a la rendición, consigue en pleno embarcarse y huir a Gran Bretaña.
De Gaulle se presenta ante ellos el 30 de junio en el campamento de Stoke-on-Trent y les pide que se unan a la Francia Libre. Después del discurso, sólo la mitad de la Treceava, siguió combatiendo al lado aliado, el resto fue repatriado a Marruecos.
De Gaulle pasa revista a la 13ª DBLE (Semi-Brigada de la Legión Extranjera) en Londres en 1940. Casi 600 españoles se unieron a la Francia Libre en ese momento.
El 30 de agosto la 13ª zarpa desde Liverpool, al mando del teniente coronel Magrin Vernerey (“Monclar”). Su destino es Senegal, territorio fiel a Vichy, pero la operación fracasa y los legionarios terminan en Camerún, una de las colonias galas partidarias de De Gaulle.
A finales de octubre, la 13ª participa en la invasión de Gabón, único territorio del Africa Ecuatorial que a un esta bajo la autoridad de Pétain. Una parte de la 13ª, al mando del comandante Koenig va por mar y desembarca a principios de noviembre cerca de Libreville, que finalmente es tomada.
La segunda campaña militar de la 13ª es contra fuerzas francesas.
Soldados de la 13ª DBLE en Centro de Africa. 1941.
Continuará....