14-12-2007
La Caballería polaca (Polskiej kawaleria) ha sido el objeto de los grandes mitos de la SGM: las cargas a sable y lanza contra las formaciones de panzers alemanes, y el ejemplo de cómo un ejército aferrado a las viejas tradiciones sucumbió ante las nuevas tecnologías. Las dos afirmaciones no son ciertas, ya que la primera fue una invención de la propaganda alemana y la segunda se demostró que no era tan acertada, ya que precisamente ese ejército mecanizado (que no lo era tanto), acabo la guerra con un fuerte contingente montado (Cuerpo de Ejército Cosaco, Cuerpo de Caballería de la SS, etc), del que carecía (o se había desprendido) al iniciar el conflicto, y que el ejército derrotado estaba en el trance de modernización, demorado por razones internas y externas.
La realidad es que el ejército polaco, al estallar la guerra, estaba en fase de transición (como casi todos los ejércitos del mundo) que no pudo completar por diversos factores (entre ellos el carecer de industria pesada para fabricar su propio material y tener que depender de adquisiciones en el extranjero), a los que no fue ajena la propia Arma de Caballería, ya que en los planes de la última reforma se contemplaba la progresiva mecanización de las Brigadas del Arma. Las circunstancias internacionales, así como las propias internas, entre ellas la “resistencia” de ciertos oficiales superiores a abandonar el caballo (iguales a las de oficiales de la misma Arma de otros ejércitos, reticentes a dejar la silla de montar), hizo que esta reforma sólo se llegase a aplicar a una de las Brigadas, que era la única fuerza mecanizada/motorizada del Arma, aunque con una grave carencia de carros de combate.
Por otro lado, no todas las Brigadas de Caballería polacas eran unidades de “solo caballos”, ya que había tres tipos distintos de Brigadas de Caballería, en algunas de las cuales se incluía, como veremos a continuación, componentes de Infantería (aunque no motorizada) y medios de apoyo, lo que hacía que fuesen unidades camino de ser de tipo mixto.
Por último, indicar que, como en otros ejércitos, aunque los Regimientos siguiesen conservando los títulos tradicionales de los Institutos montados (ulanos, ligeros, etc), se habían normalizado en torno a un único patrón de Regimiento de Caballería, como de hecho estaba ocurriendo en el resto de ejércitos, aunque hay que reconocer que los pioneros en el tema fueron los Estados Unidos (en donde, curiosamente, se considera a un polaco, Casimir Pulanski, el “padre” de su Caballería), que en 1861 suprimieron las “especialidades” del Arma (hasta la fecha, la Caballería USA estaba formada por Dragones y “Mounted Rifles”, que traducido libremente y conforme a los términos de la Caballería española podríamos decir que serían Cazadores a Caballo), pasando a haber sólo Regimientos de Caballería.
El uso de la lanza había quedado relegado a funciones puramente ceremoniales (como en otros ejércitos: p.ej., la Caballería alemana se desprendió de la lanza en 1927, cuando el uso de la misma se había extendido, en la época del Kaiser, a todos los institutos montados: coraceros, dragones, húsares, jaeger, ulanos, etc), y las funciones que desempeñaba la Caballería polaca era, como en otros ejércitos, aparte de las propias del Arma de exploración y protección de flancos, más de una infantería montada, que el realizar las cargas a caballo tradicionales del siglo XIX.
Continuará,...
Fuente: http://www.militar.org.ua