Los soldados de la idea: las SS

m1 garand

14-12-2006

He encontrado este artículo en internet

Personalmente detesto a las SS y todo lo relacionado con esta organización,PERO admiro su comportamiento como combatientes,lo cual hace que mi corazón lata con fuerza cuando leo pasajes de este artículo,que está claro que es de extrema derecha.

Para poder amar u odiar, es preciso comprender; y para ello,  anteriormente, conocer. La Idea que difundieron estas tropas por el mundo - aunque prioritariamente y de forma directa por Europa -, era y es la Cosmovisión Nacionalsocialista. Esa Cosmovisión fue, dada la adversa suerte de la armas, "borrada" -aparentemente- del mundo político. Pero, con la "difuminación" se ha quintaesenciado y permanece hasta hoy; resultando ser una "constante y peligrosa impregnación" ideológica que cala en el pensamiento de un número creciente de personas, especialmente jóvenes. Persiste y amenaza muy gravemente al Sistema; por lo que, es lógico, resulta objeto de una máxima, constante y reiterada "neutralización", por parte del mismo. El Mundialismo no puede cesar de combatirla con todas sus fuerzas y hacerla objeto de sus "cuidados propagandísticos", cuando no de su más brutal represión, porque resulta ser, no hay la menor duda, una "cuestión de vida o muerte" para este Sistema Mundial, "triunfador" en la pasada - pero realmente, no liquidada o resuelta- Segunda Guerra Mundial.  Así, alabar a las SS no sólo está "estrictamente prohibido" por un Sistema que las odia (siempre las odió), "visceralmente"; sino que representa, incluso, quebrantar una norma de las mismas SS, que jamás han buscado alabanza, sino cumplir con el deber de lealtad para la raza que se impusieron. De modo que, no se leerá aquí una alabanza de las SS; sino que, dejaremos hablar tan sólo a la "historia de las anécdotas", a esa Historia que aún escrita  "con minúsculas", sabe aportarnos, con toda su franca Verdad, la plena calidez y colorido humanos que se contiene en el hombre SS.  "SS" son las siglas de "Schutzstaffel" (para el plural, debe añadirse una "n" final). Eso es sabido por muchos, pero no tantos  saben el significado español de ese término alemán, porque es tan sólo deducible al conocer su traducción: "Grupo/s de Protección". De modo que, a todos los militantes SS se les "marcará" -ya desde su misma denominación- la idea de "proteger"; nunca la de agredir a nadie, de forma gratuita e injustificada... Con todo, muchísima gente está aún engañada por la desesperada Propaganda del Sistema que, no se olvide, intenta presentárnoslas a la "opinión pública" como "Grupos de Agresión" como una horda bestial y verdaderamente desenfrenada. Nos mienten descaradamente porque hasta el concepto del término "Staff" indica algo muy diferente; a un grupo selecto de gente, especialmente capaz y profesionalizada, que resulta ser de la máxima vital importancia para su Empresa, Organización, etc. Resulta el "alma" de éstas y jamás define una "masa ingobernable" Sólo así lo hemos heredado, entendemos y utilizamos, hasta hoy...  Ciertamente, allá en los balbuceos del Nacionalsocialismo, algunos SS pretendían comportarse como unos "caídes orientales", respecto a los demás. Pero, tras la prisión de Adolfo Hitler (en la Fortaleza de Landsberg), éste recuperaría su libertad y pocos  pretenderán, ni podrán ya, seguirlo siendo. Los peores se habían dispersado; los mejores comprenden y aceptan que el Líder no sea anuente con aquella idea errónea. Adolfo Hitler ve necesario que el Movimiento cuente con una, tal vez, escasa numéricamente –más fanáticamente fiel y convencida -, actualización de esas antiguas  "Guardia de Corps"... Más no quiere "caídes"; y lo trasmite con una decidida y esencial aclaración: Ya no habrá una "Stosstrupp Hitler" (Tropa de Asalto "Hitler"), sino una "Schutzstaffel". De hecho, desecharía resueltamente esa denominación de "Stabwache" (o "Guardia de Corps"), que le venía proponiendo Göring desde el principio; ésta le "sonaba" demasiado aristocrática, a la antigua "usanza" (cosa natural en Adolfo Hitler, un trabajador, que como tal propugnaba una revolución de los trabajadores; una auténtica, propiciada y  protegida por los líderes naturales de los mismos).  En Diciembre de 1.925 había (con más o menos "participación activa"), mil hombres en aquella antigua "Stosstrupp 'Hitler'"... Pero a muchos molestó que Hitler encomendase a Franz Pfeffer von Salomon (aristócrata con titulo no muy "ario" y que puede dar que pensar a los que creen ver en Hitler un duro antisemita negativo) dar nuevo espíritu de estos hombres. Aún más, Röhm y Göring están ausentes, cuando vuelve del exilio el teniente Berchtold. Hitler reafirma en su puesto a Pfeffer y, entonces al dimitir Berchtold, le sucede Erhard Heiden... Con todo ésto, a finales de 1.927 hay tan sólo 280 hombres..., pero serán ya: ¡Las SS!. Ha nacido otro espíritu diferente (el sustentado por Hitler desde el principio) y queda, bajo la divisa "LA NOBLEZA SE CALLA". La norma refleja, sencilla y muy significativamente, ese espíritu arriba indicado. Ya no habrá más "caídes"; tan sólo ¡Habrá SS!.

m1 garand

14-12-2006

Saltemos en el tiempo y en el espacio, llevados de la mano de esta "historia de las anécdotas". Estamos en abierta Segunda Guerra Mundial (invierno 1943-44); en San Martino de Castrozza, a 46º 16' latitud Norte y 11º 48' de longitud Este. Su estación de deportes para antiguos aristócratas es requisada para Cursos de Esquí y Montañismo que deben realizar jóvenes promociones de Oficiales de las SS. Desde las cumbres de 3.000 metros, junto a los albergues de alojamiento, puede verse un magnífico festival de colores destacándose en el nevado fondo del valle. Lo forman decenas de banderas tremolando al aire frío de las cumbres. Los mástiles se disponen en un circulo; en su centro, aislado y más  alto que los restantes, un mástil enarbolando una bandera negra, con dos grandes runas "Sieg" bordadas en plata . Alrededor, las banderas de todas las naciones y etnias que le han suministrado voluntarios a las SS Europeas y entre ellas, ni mas alta ni más baja, la germana de la Cruz Gamada... Aquí sería farragosamente largo enumerar este conjunto de banderas; y, por tanto, a todas las etnias y nacionalidades que representan... ¿Quién esperaría  -según la propaganda del Sistema-, encontrar allí representados a Uzbekos, Turkmanos, Hindúes o Kirguizes?. ¿Cómo explicaríamos  que voluntarios que han de incorporarse tras difícil selección, pertenezcan a unas naciones "sojuzgadas" como Bélgica, Albania, Grecia, Holanda, Noruega, etc.?. ¿Cómo, en paz, jóvenes hombres ingleses, y de muchas diversas etnias de Rusia, etc, se agrupan con neutrales?. Simplemente POR EUROPA que, liderada por el III Reich, combate por todo el Mundo Blanco.  El numero de SS fue creciente; así como, la diversidad del origen nacional de sus integrantes. Llegó a rondar el millón de SS, combatientes simultáneos; pero, dado que intervenían, desde un principio, en todas las acciones bélicas más comprometidas y peligrosas, los muertos y desaparecidos superarán con creces el de sobrevivientes. Dado que su combatir se basa en el Idealismo  (aunque, además, sus cotas de "capacidad profesional", tal vez, jamás serán superadas por ningún otro grupo combatiente, de los que participan en el triste conflicto), los oficiales encabezan los ataques y cubren las retiradas; de aquí que porcentualmente la relación de bajas en combate aumenta cuanta mayor graduación militar se ostenta. El hecho de que, recontándose a los muertos tras el conflicto, los sobrevivientes fuesen (en su porcentaje) mayoritariamente de la clase de "tropa" y no de la oficialidad, resulta insólito. Lo anterior, reunido a la rigurosa selección, previa a integrarse en las SS (y que resultó necesario aplicar, ante una multitudinaria afluencia de voluntarios solicitantes), nos demuestra de que material estaba forjado el hombre SS medio  La fuerza generada por aquellos nobles ideales llega a extremos verdaderamente asombrosos; así, facilitará alcanzar los mayores imposibles. Pero, mueve tal número de voluntades y entusiasma a tantísimos voluntarios que, se haría preciso contener a la gran mayoría de los candidatos; y muchos habrán de ser rechazados... Lo que nos importa ahora es comprender que éstos también se han impregnado profundamente de aquella voluntad de ideales que les llevaría al voluntariado, y de aquí que aún hoy se mantengan en fidelidad a los mismo; como poco, en la intimidad de la familia, a pesar de la derrota de las armas. Incluso, aún más empecinados por ese adverso resultado bélico. LAS IDEAS SOLO SE COMBATEN CON OTRAS IDEAS MEJORES; no con una sarta de "juicios", represiones, persecuciones, "ajustes de cuentas" y todo ese largo y consabido "etcétera", al que se les sometió, ya de por vida y como hombres que defienden convencidos la Cosmovisión Nacional Socialista.  Crear unos difíciles requisitos, que han de superar los que deseen llegar a ser SS, indica no sólo que existen candidatos en  gran cantidad sino que estos están dispuestos a intentar superar todas las pruebas para ser seleccionados y evitar entrar en esta prevista mayoría de rechazados. Como resultaba imposible admitir a todos se recurrirá a parámetros insuperables, como la estatura. Para ingresar en la "Leibstandarte-SS 'Adolf Hitler'", requerirá (tan sólo por ser la unidad más solicitada), medir, como mínimo, 178 cm., descalzo; pero, ya para los "SS-Standarten 'Deutschland' y 'Germania'", se "permiten" tallas de 174 cm. Así, y en general, cualquier SS medía, a su ingreso, 172 cm... Requisitos como éste y similares de tipo físico, determinaban la "unidad de destino", simplemente. Pero quedaban supeditados a satisfacer previamente, otras condiciones como gozar de Derecho de Ciudadanía; tener una mente acorde -en lo fundamental, por no requerirse conocimientos profundos-, con la Ideología Nacional-Socialista; debían aportar datos convenientes sobre el origen y devenir familiar desde 1800 -o sea, unas cinco generaciones-; tenía "preferencia" el soltero  (incluso, aún no comprometido al matrimonio), al casado y padre;  debían haberse cumplido, previamente, aquellos deberes sociales, militares, de trabajo en labor comunitaria, etc., contraídos con la Nación como integrantes de la misma; poseer la "capacitación" escolar suficiente; no poseer antecedentes penales; no necesitar usar lentes correctoras de la visión o presentar piezas dentales careadas o postizas; tener salud física, psíquica y moral; etc., etc... Por el contrario la capacidad económica no pesaba nada...  Tras cumplir todo lo anterior, se veían sometidos -de modo  recordemos, anuente y voluntario-, a un muy riguroso régimen de vida, para aprendizaje de conocimientos ideológicos, militares, gimnásticos e, incluso, profesionales (según vocación, aprenden  una profesión de utilidad cívico-social y, de hecho, la mayoría lograba obtener apreciados títulos en su paso por las "Escuelas de la Orden SS"), con multitud de exámenes y pruebas. Ante todo lo anterior verdaderamente resulta aún más admirable ese número de integrantes -de derecho y hecho- que conforma, a lo largo de su historia, a las SS...; y resultaría ser ya algo milagroso de no conocer sobre qué base de aspirantes voluntarios tan enorme, se seleccionan aquellos pocos seleccionados (aproximadamente el 10% del total).  Hemos hablado de Moral (término proveniente del latín Mos, moris; costumbre). El Sistema nos presenta a los SS como "viles  asesinos sádicos" de unos "Campos de Concentración y Genocidio"; o bien, refugiados cobardemente en la retaguardia en vigilancias opresoras en seres indefensos e "inventando" las más truculentas actividades sexuales; y un larguísimo "etcétera"... Sin embargo, la historias de las anécdotas, habla de "Batallones de Castigo", a los cuales se destinaban los reos de falta de valor o indignos comportamiento incorrecto, promiscuidad inmoral con la población -en cualquier punto de la "Europa Ocupada" (para el concepto del SS, la LIBERADA DEL SISTEMA)- y con mayor razón con torpes fines de intimidad sexual que derivase en posible progenie mestiza. Un Batallón de Castigo es una forma eufemista de condena de muerte, ya que, en la mayoría de los casos venía a representar para todo el que lo integrase la alta probabilidad de ser baja de combate; pero, a la vez, representaba una oportunidad de reivindicarse el delincuente, a sí mismo y en su honor, por demostrar su valentía y sacrificio, ante el enemigo y en pro de sus camaradas. Destaco que, a mayor abundamiento, también existen casos comprobados del enérgico castigarse cualquier manifiesto abuso de poder personal con la población, acaparamiento de bienes, robos, etc, en que la sentencia de muerte era irreversible y sin oportunidad alguna de reivindicación; llevada a cabo tras decisión legal, traducida en fusilamiento del delincuente (si el delito lo requería, aplicaba el Mando Jurídico, unos complementos penales y correctores mucho más denigrantes y deshonrosos, como ahorcamiento o una ejecución pública).  Dado que, estos casos de sanción resultan sumamente escasos y aislados, no son del interés del Sistema, para promocionar con ellos su mensaje de "criminalidad innata al SS". Resulta dudosa, cuando no contraproducente, su "utilidad". Incluso no se utiliza -salvo en alguna obra de Sven Hassel- el tema de los "Batallones de Castigo" porque, numéricamente representan la excepción en el colectivo SS; y, por otra parte, vienen a demostrarnos como eran de rigurosas las cortes marciales no concordando con el ambiente de "degeneración generalizada" que pretenden difundir abundantes "Best-sellers", series televisivas, etc, etc. ¿Cómo "aprovechar" el caso de aquel oficial degradado y ajusticiado, en 1944 -tras el proceso legal correspondiente y público-, por "haber cometido abusos sobre las personas y bienes de los internados en un campo de concentración" y que tuvo una inusitada resonancia en todo el Reich y sus aliados europeos de aquella época?... Cualquiera que aún viva y recuerde, lo constatará; o bien, teniendo acceso a la prensa, publicaciones y documentos oportunos, lo podrá comprobar.  La SS pretendió, consiguiéndolo con creces, ser la élite de la Europa Nacional-Socialista; pero no pudo coronar su propósito acariciado: Construir una orden que aglutinase Ejército, Escuela e Iglesia. Con éste en mira, impone sus "NORMAS RACIALES" a todo candidato (las conoce ANTES de solicitar el ingreso); a nadie se obliga a solicitarlo y, de hecho, se rechaza -como ya ha quedado visto antes- a la mayoría. También la Iglesia Católica impone el celibato y, por siglos, entre una mayoría de los católicos, casi nadie se escandalizó o protestó, por ello; siendo ésto sumamente antinatural y otra forma de "racismo", promoviendo a una especie de "raza espiritual célibe", que es muy superior a los restantes hombres, aún siendo sus "hijos cristianos". La "selección racial positiva", viene a ser otro "celibato", ante determinadas etnias diferentes a la propia, y puede interpretarse -superficialmente- como exagerado; pero jamás antinatural, ya que la naturaleza, ya por milenios, ha venido manteniendo a todas las razas "dentro de unos límites determinados de mestizaje". Es gracias a los cuales que existen los conceptos de Raza Blanca, Negra; o Amarilla, así como el de mestizo, en el pensar común de las personas normales. Si la naturaleza viese como provechosa otra mezcla racial -fuera de dichos límites naturales-, hace milenios que, sólo habría una raza; y, cualquier persona del pasado no habría cesado de buscar pareja propia hasta poder unirse a otra de raza diferente...; ya que, en cosas de amor y procreación no hay barreras, distancias, ni impedimentos insalvables. La sangre acabará "traicionando" al propósito artificial y antinatural, SIEMPRE. Es inútil oponerse.  La Naturaleza hace estériles a los híbridos de cierta intensidad de mezcla y no mantiene por generaciones razas mestizas, las que aún con cruces entre sí (y aún siendo fértiles y sanos; lo cual, como es sabido no es normal), llegan a reproducir, de nuevo, los tipos ancestrales de los que se originaron.  También, hubo una confrontación básica entre la SA y la SS. La SA, en un principio, reclutaba a muchos afiliados del Partido no sólo entre parados (sin trabajo), y/o gente sin cualificación (cosas "normales" para la "democrática" Alemania de Weimar de la inmediata postguerra de los años 20), sino que en ocasiones, por falta de una exigencia de rigurosa calidad, hubo algunos simples advenedizos, vagos o maleantes que se lograron "colar" sin tener propósito alguno de corregirse. Hicieron daño al Movimiento y no hubo más remedio que actuar contra ellos. Como se sabe bien, las SA fueron "purgadas" decididamente de los tales e incluso ya los había algunos instalados en puestos de una cierta importancia en el mando. Tras la llegada al poder, decrece la importancia de la SA y, finalmente, durante el III Reich, fue disuelta. Las SS por el contrario, aún entre los "sin trabajo", seleccionaba personas con una profesión de utilidad social -o posibilidad de ejercerla en caso de tener una oportunidad-, y fundamentaba su aprendizaje y perfeccionamiento ya dentro del Cuerpo. De aquí que cuente con muchísimos profesionales desde obreros especializados y técnicos hasta universitarios de cualquier rama, pasando por agricultores y ganaderos. En resumen, personas de múltiple extracción social, se hermanaban en la Orden SS, desde sus primeros orígenes... Por ello, muchas familias burguesas, militares, aristocráticas, etc. ven desesperadas cómo sus jóvenes se asociaban al servicio de un "aventurero" y se trasformaban en auténticas "ovejas negras" que traían "oprobio y vergüenza" para dichos decimonónicos conceptos familiares -abundaron casos y ocasiones para tales "escándalos"; sobre todo al principio). No ha de olvidarse que el mejor venero de solicitantes -y posteriores integrantes-, proviene del "medio rural"; del campesinado. Con ello, el "medio urbano" -artesanal, o no-, queda como proveedor secundario de las filas de las SS... La sencilla nobleza de estas gentes y su genuino comprender toda la filosofía de esa estrecha vinculación entre "Sangre y Suelo", se hace notar en la SS, con una gran intensidad. Está fuente del voluntariado agrario no es tan perceptible en la SA que se nutre de un voluntariado urbano principalmente; por tanto, ésto indica otra importante diferencia entre SA y SS: Su composición humana.   Para llegar a esas selecciones -necesarias y convenientes-, del 10-15% de los solicitantes, hasta se "investigaba" el pensar político de familiares directos, amistades, etc..., no por "afán policial e inquisitorial" sino seleccionador; o sea por la misma razón de todos aquellos exámenes genealógicos, penales, médicos, antropológicos, de comportamiento, etc.  Para poderse complementar el "estilo SS", el candidato con edad suficiente ha debido -insistimos-, cumplir con el País por dos años; primero, "con la pala" y después, "con el fusil"; éso representa otra selección y/o necesidad de "espera" (durante la cual, el candidato maduraría su decisión y determinación). Como aspirante, además, apenas tiene "derechos" y sí una multitud de deberes y reglas de Honor. Es como un "monje-guerrero" (con los oportunos matices de "distancia", atribuibles a ambas figuras).  Además, debe lograr ser MAESTRO CON EL EJEMPLO. Cuando, por fin se siente preparado y así se lo reconocían sus instructores, se liga mediante JURAMENTO AL FÜHRER; de modo que asocia su propio Honor a guardar Fidelidad al mismo, como "personificación de la Idea y del Pueblo Nacional-Socialista". Legalmente, adquiere el derecho de defender su Honor con las armas, y/o cualquier medio preciso.  Siempre se nos presenta al SS de uniforme, con una belleza original e impresionante y como "pavoneándose"; pero las gentes no los conocían con tal, sino de paisano o civil... El uniforme en la preguerra -o dentro de "territorios en paz"; sin acciones bélicas directas-, queda reservado para algunos actos oficiales o para típicas actividades de cuartel (Unidades acuarteladas) y dentro siempre de dichos recintos y/o circunstancias. Aún más y por otra parte, estos "civiles" estarán OBLIGADOS a desplazarse andando, siempre que les sea posible; a evitar hábitos viciosos  -tabaquismo, alcoholismo, etc.-; a dar siempre ejemplo familiar y ciudadano; a cumplir OBLIGACIONES casi "militares" (en tantos momentos que otros ocupan merecidamente en diversión y asueto); etc, etc... En multitud de ocasiones (Día de los Héroes; Fiesta de las Recolecciones; Celebraciones de Trabajo y Cultura, etc.) su "uniforme" es sólo una pintoresca y entrañable reencarnación de la vestimenta de los antiguos germanos (así disfrazados esos hombres personifican mejor su ancestral espíritu, portando unas "ruedas solares"; encendiendo fogatas sobre las cumbres, en los  días señalados, como el 21 de Junio o Solsticio de Verano, etc. Las SS no serían pues, sólo una milicia muy capacitada, sino la celosa guardiana del Patrimonio Europeo. Por ello, excavan para "sacar a la luz" el poblado vikingo de Haithebu (Schlewig) o se hacen canteros y edificadores, para reconstruir fortificaciones medievales como las de Altechristenburg (Prusia Oriental); o se encargan de cuidar sagrados recintos y lugares ancestrales como el querusco de "Sternsteine", en el Bosque de Teutoburgo sajón, etc, etc. Por tanto: ¡Su actividad cultural es algo que también ha de rescatarse del olvido!... A veces, resultan ser realmente  enternecedores por su AMOR A LOS VALORES ANCESTRALES DE PATRIA, SANGRE, CULTURA Y SUELO...; como en el caso de Sternsteine o en el de Sachsenheim, cerca de Verden: Allí fue donde el cristiano Carlomagno, ante la negativa a "cristianizarse" de los sajones, masacró a 4.500 de éstos, que ya se habían rendido e indefensos supieron ser mártires del Paganismo. Una matanza previa a otras posteriores más extensas que llevó a cabo por idéntico "motivo" De sus hogares, no dejó "piedra sobre piedra". Estos hombres SS de nuestro siglo y en pro del futuro, destierran este conjunto; y con tantos bloques (de aquellos prehistóricos, que retornan a la luz), como sajones fueron martirizados, reconstruirían todas aquellas casas primitivas. Labores como éstas las realizan, con un amor sólo superado por sus conocimientos arqueológicos, y en número elevadísimo... ¿Son actuaciones de hordas incontroladas y sádicamente destructivas?... Hoy, se evitará: ¡Sean conocidas!   Realmente, los SS no eran hombres "como los demás"... Pero jamás como el Sistema nos predica que fueron... Europa tiene su propia personalidad; Alemania la suya característica, dentro de Europa y el Mundo Blanco. Los SS se esfuerzan de ser, a su vez, diferentes (en el sentido de "destacados y superiores" que allí prevalecía, y que, en alguna parte, puede volver a prevalecer); decantándose de las imperfecciones humanas, hasta donde resulta posible, para la humana voluntad, y liberándose de "hojarascas" que sobre ellos, se les pretendía imponer desde fuera, desde lo ajeno y no connatural a ellos... Ellos las lograron vencer y se remontaron a una superioridad ética; dándonos un "ejemplo vivo" de que nos es posible zafarnos de las similares que hoy existen  Igualmente, se nos presenta intencionadamente al SS como a un "robot", que sólo entiende de "disciplina fanática".

m1 garand

15-12-2006

ESTRUCTURA INTERNA DEL R.S.H.A.() R.S.H.A. son las siglas de REICHSSICHER- HEISHAUPTAMT; o sea es DEPARTAMENTO CENTRAL DE SEGURIDAD DEL IMPERIO ALEMAN (Reich). En el momento de ser fundado el R.S.H.A. quedo dividido en  7 "Amt" (1), que son:  AMT I - Servicio para todo el personal del R.S.H.A. Estará  sucesivamente bajo la responsabilidad de: 1.- Dr. Brest. Desde su fundación hasta julio de 1940 (2). 2.- Streckenbach. De julio 1940 hasta principios de 1943. 3.- Schulz. De principios de 1943 hasta noviembre de 1943. 4.- Ehrlinger.De noviembre de 1943 hasta la capitulación.  AMT II - Asuntos Administrativos y Económicos; que, tenía, a su vez cuatro grupos: Amt II A - Se ocupa de asuntos de Salarios y Locales;  Conservación y Cuestiones de Contabilidad, en general. Amt II B - Asuntos Económicos y las Relaciones con el  Ministerio da Justicia. Detenidos (exceptuando los de prisiones  y el transporte de los mismos). Amt II C - Administración material de los Servicios  Activos S.I.P.O.-S.D. Amt II D - Grupo Técnico (en especial eran servicios  motorizados  AMT III - S.D. Interior (3), organismo del N.S.D.A.P., es  el Servicio Activo de Información. El Servicio Central contaba  con 300 a 400 agentes. Estaba dividido en 5 grupos: Amt III A - Asuntos relativos al derecho y estructura  de Reich. Amt III B - Asuntos relativos a la "Comunidad Étnica"  del Reich. Raza y Salud Pública. Amt III C - Asuntos culturales: Ciencia. Educación. Artes e Imprenta. Informaciones en el medio religioso. (4) Amt III D - Asuntos Económicos: Vigilancia Industrial de industrias e industriales, Abastecimientos, de Mano de Obra,  del Comercio, etc,... Un Grupo-G se encarga del Espionaje de los integrantes de Alta Sociedad y el tratamiento con personalidades.  El responsable del Amt III fue: Otto Ohlendorf.  AMT IV - GESTAPO, organismo de Estado. Servicio Activo que  detenta el Poder Ejecutivo (Derecho de detención), dentro de los  delitos de índole política que representan amenaza para el Reich.  El Servicio Central contaba con 1.500 agentes. Su cometido sería  la investigación de los enemigos del Nacionalsocialismo. Estaba  dividido en 6 grupos: Amt IV A - Adversarios activos del Nacionalsocialismo. Contra-Sabotaje y medidas de seguridad en general. Se dividía en  6 subgrupos, a su vez. Amt IV B - Actividad política de las Iglesias Católica  y Protestante, del Judaísmo, de la Masonería, y diferentes sectas  religiosas. Se dividía en 5 subgrupos, a su vez. Amt IV B4 - Asuntos relacionados con encontrar una  forma de poder solucionar el problema de presencia y convivencia,  entre comunidades judía y alemana, de una forma definitiva (y que  se conoce como "Solución Final"). Dirigido por Eichmann. Amt IV C - Detenciones preventivas. Internamientos  de protección. Elaboración de informes e impresión de los mismos; como asuntos de vital importancia para el Partido. Ficheros. Amt IV D - Lo relativo a la seguridad civil en los  territorios ocupados por Alemania durante la guerra. En concreto, el Amt IV D4, estaba encargado de los territorios del Occidente; o sea Holanda, Bélgica y Francia.  El responsable fue: Karl Heinz  Hoffman (5). AmtIV E - Contra-Espionaje. Se dividía en 6 grupos  a su vez. Amt IV E 1 - Problemas económicos de C.E.C.E. en las fábricas del Reich. Amt IV E 2 - Problemas económicos generales. Amt IV E 3 - Idem en Países de Occidente. Amt IV E 4 - Idem en Países nórdicos. Amt IV E 5 - Idem en Países del Este. Amt IV E 6 - Idem en Países del Sur. Amt IV F - Policía de fronteras. Documentaciones  personales de identidad y Pasaportes. Policía para Extranjeros.  A partir de 1941, el responsable del Amt IV, tuvo  a su disposición un grupo suplementario independiente, el REFERATN, que colaboraba para la correcta centralización de informes.  El responsable del Amt III fue: Heinrich Muller.  AMT V - KRIPPO, organismo de Estado. Servicio Activo que se ocupa de los delitos en materia criminal y detenta, al respecto, un Poder Ejecutivo. El Servicio Central contaba con 1.200 agentes Se dividía en 4 subgrupos, a su vez. Amt V A - Policía Criminal. Medidas preventivas. Amt V B - Policía Criminal. Represión del delito. Amt V C - Identificación, Investigaciones y Pesquisas. Amt V D - Instituto Técnico Criminal da S.I.P.O. siendo una intercolaboración entre GESTAPO + KRIPPO.  Estará sucesivamente bajo la responsabilidad de: 1.- Arthur Nebe, desde su fundación hasta julio de 1944 (7). 2.- Panzinger, desde julio de 1944 hasta el fin.  AMT VI - S.D. Exterior, organismo de Partido (8), Servicio  de Informaciones en el extranjero. El Servicio Central contaba  entre 300 a 400 agentes. Primeramente dividido en 6 grupos quedó,  después, en 8. Amt VI A - Organización General Servicio de Información  Control del trabajo de la sección S.D. (9). Amt VI B - Dirección del trabajo de espionaje en Europa  Occidental. Se subdividía en 3 grupos: AMT VI B 1 - Opera en Francia. AMT VI B 2 - Idem en Portugal y España. AMT VI B 3 - Idem en Norte de Africa. Amt VI C - Espionaje en zonas con influencia soviética. Se subdividía en subgrupos: AMT VI C 2: Una Sección Especial, con misiones de  realizar acciones de sabotaje en la Unión Soviética. AMT VI C 13: Sección Arabe Amt VI D - Espionaje en la zona Europa Oriental. Amt VI F - Medios técnicos necesarios al conjunto de todo el Amt VI. Este departamento utilizaba gran número de sociedades en el extranjero y controlaba miles de agentes. (10) Amt VI G - Espionaje sobre todas las actividades en áreas  científicas, tecnológicas, etc.  Estará sucesivamente bajo la responsabilidad de: 1.- Heinz Jost desde su fundación hasta inicio de 1941 (11). 2.- Walter Schellenberger, idem pero hasta la capitulación. Amt VI S - Preparación y ejecución de sabotajes de tipo moral y político, además de los sabotajes materiales. Actúa bajo  la dirección y ordenes de Otto Skorzeny.  AMT VII - Documentación escrita. Organismo del Partido, que  se integraba con miembros de S.D. Misiones: Investigaciones sobre  ideologías enemigos del Nacionalsocialismo: Masonería, Judaísmo, Iglesias liberales y marxistas. Se dividía en 3 subgrupos: Amt VII A - Pesquisa y centralización de documentos. Amt VII B - Exploración de la documentación. Síntesis. Notas biográficas. Amt VII C - Centralización de los archivos. Mejora de los métodos para la clasificación y exploración de los ficheros. Conservación de un museo, biblioteca y archivo de R.S.H.A. Notas al texto: (1) - "Amt" significa "Gabinete" o "Departamento" de un Servicio. (2) - Dr. Brest ocupó, a partir de esta fecha, otras importantes responsabilidades en la Dirección de la Administración Militar, en París. (3) - Excepto el S.D.I. (Investigaciones sobre Actividad Enemiga) y absorbido por la Gestapo (tras la creación del R.S.H.A.), era  el Amt III el que dirigía la imprenta y la red de delatores que  operaban en Alemania. (4) - Una parte del personal del Amt III C resultaría transferido a la Gestapo el 12.05.1941 (era el momento mas crítico la lucha  contra las Iglesias). (5) - Antiguo consejero político de la Gestapo en Düsseldorf y  más tarde responsable de S.I.P.O. en Holanda y después jefe  adjunto  de la Gestapo en Dinamarca. (6) - Durante sus cinco años y medio de existencia, Amt IV sufrió varias transformaciones internas, pero se mantuvieron idénticas su organización y atribuciones. (7) - Arthur Nebe resulto condenado a la horca y ejecutado porque se probó su participación en el traidor atentado del 20.07.1944 mientras tenía a sus órdenes un "Einszatgruppe" en el Este. (8) - Competía con la ABWEHR. (9) - Esta atribución le fue retirada en 1941. (10) - El responsable de Amt VI F fue Naupocks. (11) - Fue dimitido y enviado al Frente del Este como otro simple  soldado. (12) - Los "Amter" I, II y VII se limitaron a realizar una misión como servicios centrales y no poseían unas secciones exteriores Los "Amter" II y II eran simples servicios administrativos para todo el R.S.H.A. Nota.- [color=Red]El presente trabajo ha sido elaborado por NS-portugueses[/color]

m1 garand

16-12-2006

Cuando Alemania, ante la guerra que visiblemente parecía se aproximaba, ya empezó a rearmarse, sólo contaba con ese ejército de cien mil hombres mal armados que el "Tratado de Versalles" le había permitido conservar. Pero, éso sí, serían cien mil hombres magníficamente instruidos, donde los meros soldados rasos tenían una preparación similar a la de un buen suboficial de otro país, y así habían sido seleccionados y bien formados, por el anterior gobierno democrático... Muchos oficiales, por otra parte, habían recibido su mejor instrucción en la Unión Soviética. Por más que se hubieran reincorporado oficiales y suboficiales de la Primera Guerra Mundial, casi todos rozando los 50 años de edad, la nueva «Wehrmacht» (Poder armado), encuadraba a muchísimos hombres cuya lealtad política era altamente dudosa. Fue el fundamental motivo que obligará a HITLER a crear la "SS"; como un ejército paralelo y muy fiel con el que pudiera contar en cualquier circunstancia: Las «Waffen SS» (SS armadas).

Y por cierto, no se trataba, ni de movilizar a los miembros de las «Allgemeine SS» (SS generales; es decir, la SS del tiempo de paz), indiscriminadamente, ni muchísimo menos, constituir con ellos una especie de "policía militar", sino por el contrario de formar un cuerpo de élite, que reuniendo una eficacia excepcional en el campo de batalla a un óptimo ímpetu ideológico (el derivado de su sincera identificación con el Nacionalsocialismo), sirviera como de "punta de lanza" para la entera nación armada. Semejante ejército sólo podía constituirse con voluntarios, pero duramente seleccionados en función de su biotipo, su concepción del mundo, su edad y ya tras ello, sometidos a un entrenamiento despiadado. Por éso, la historia militar de la Segunda Guerra Mundial, es una clara evidencia de lo que se logró en este campo.

El enorme conflicto de 1939 apareció, en un primer momento, como otro más, del tipo clásico. Un «casus belli», provocado por la diplomacia inglesa en una frontera de Polonia; la declaración de guerra al «Reich» por parte de Gran Bretaña y Francia, fue en virtud del juego de sus alianzas y luego una campaña militar que opuso a los ejércitos nacionales de ambos bandos. El pacto de no agresión, firmado entre Alemania y la Unión Soviética, reforzaba esta impresión. El Japón, aliado de los países del Eje, mediante el pacto «Antikomintern», no se había movido. Los Estados Unidos tampoco habían intervenido. Aún, ni siquiera el ejército alemán, después de la campaña de Francia, había intentado cruzar el canal de la Mancha para ocupar una Gran Bretaña, ahora manifiestamente indefensa... Dicho con otras palabras, todo parecía indicar que Alemania combatía meramente para repeler una agresión provocada por la querella del corredor de Dantzig. Pero las cosas cambiaron cuando, el 22 de junio de 1941, se desencadenó la "Operación Barbarroja". La «Wehrmacht» se adentró en territorio soviético. Aquí, ya no se trataba de un "conflicto entre naciones" típico, que defendían o aparentaban defender sus legítimos intereses, sino de un choque de bandos ideológicamente ahora bien definidos: por un lado, los países demoplutocráticos, liderados por los Estados Unidos, con su aliado marxista; por el otro, una Europa nueva y revolucionaria, encabezada por Alemania. Ya resultaba difícil permanecer neutral.

m1 garand

16-12-2006

En casi todos los países del viejo continente entonces había desde tiempo antes de la guerra, movimientos o partidos que, por su doctrina, tenían bastante en común con el Nacional-Socialismo alemán. Muy varios antisemitas, anticomunistas, anticapitalistas y antidemocráticos, aspiraban a establecer regímenes más o menos revolucionarios y a la vez, nacionalistas y socialistas. Algunos de ellos -como los de Italia y España-, estaban el poder. Hasta, no sin reservas, se encontraban en el mismo bando que Alemania. Otros, como Rumanía con su "Guardia de Hierro", simpatizaban muy abiertamente con la política de Berlín. Otros más, como Bélgica, con el "Rex", estaban tironeados entre dos diferentes lealtades, la territorial y la ideológica. Y no faltaban los que, en virtud de su nacionalismo, manifestaban un antigermanismo rabioso, y en especial la "Acción Francesa"; aunque cuya doctrina, vía Italia, había influido de modo marcado en el Nacional-Socialismo alemán.

Había, en fin, diferentes movimientos nacionales cuyas posiciones ideológicas no estaban aún claramente definidas, pero que aspiran a la independencia de sus países, sometidos a un poder extranjero que les oprime (el "V.N.V." flamenco, en Bélgica; o la "Ustascha" croata, en Yugoslavia); y por éso no vacilarían en plegarse a los postulados doctrinarios de quienes les dieran la libertad.

Las inquietudes suscitadas por el "Pacto Hitler-Stalin", con los comprensibles escrúpulos nacionales, que paralizaban entonces a los movimientos y partidos del tipo nacional-socialista, en los países no aliados de Alemania, se desvanecieron en junio de 1941. Ya no se trataba de saber por dónde debía correr una frontera muy discutida ni, en los países que Alemania acababa de vencer, estar alimentando revanchismos militares de otra época sino de combatir todos reunidos y aceptando el liderazgo impuesto por la historia, contra el enemigo común y de echar así los cimientos de la futura Europa unida que pregonaba la propaganda alemana (a veces, no sin segundas intenciones, en estos primeros momentos). En toda Europa occidental (menos en Portugal, por las presiones de Gran Bretaña, y en Irlanda, por razones geográficas), los Estados o Movimientos crearon legiones de voluntarios que se pusieron a las órdenes del alto mando alemán. Simbólicamente, justo la primera de ellas fue la "L.V.F." (o sea la "Legión de los Voluntarios Franceses contra el Bolchevismo"). Luego, no tardaron en constituirse las unidades formadas por los prisioneros de guerra soviéticos (pertenecientes a las diversas nacionalidades de la U.R.S.S.; sometidas por ella) muchos de los cuales se rindieron y habían entregado sin combate; precisamente con el propósito de alistarse en el Ejército Alemán. Así la "Legión Armenia", la "Legión Tártara" y varios regimientos de cosacos, etc., etc.; y ésto sin hablar de los ucranianos, como de los rusos propiamente dichos. Esto a pesar de las vacilaciones y, a veces, de la total incoherencia de las autoridades alemanas, que fluctuaban entre una "política de nacionalidades", que tendía a dividir el antiguo Imperio Ruso, y el apoyo a los nacionalistas panrusos del General VLASOW... Mencionemos aún los «Schutzkorps», formados en Servia, pero con rusos blancos, y donde se alcanzaron los efectivos de una división.

De todas estas unidades, dos tenían, desde el punto de vista jurídico, un estatuto especial, pues habían sido creadas por unos Estados soberanos: la "Legión de los Voluntarios Franceses contra el Bolchevismo", y la "División Azul" española. Las demás estaban constituidas en países ya ocupados por el ejército alemán, y sólo dependían de este último. Pero este matiz en lo legal desaparecía en el terreno práctico; puesto que, todas resultaban incorporadas en la «Wehrmacht» como regimientos regulares.

?Decir que el "O.K.W." (Gran Estado Mayor Alemán), se alegró mucho de la llegada de esos voluntarios extranjeros sería un neto abuso de palabra... Si la incorporación de los que hablaban algún idioma germánico no suscitó mayores aprensiones, no paso lo mismo con los franceses y los valones. El Alto Mando Militar Alemán era radicalmente pan-germanista, no nacionalsocialista; así, para él, la mera lingüística primaba, evidentemente, sobre la raza. No muy diferente, por otro lado, era la evidente actitud de muchos altos funcionarios del Estado e, inclusive, de altos jefes del Partido. ¿Cómo explicar, si no, que Alemania haya retenido, hasta el final no sólo a 2.500.000 prisioneros de guerra franceses, sino también a los mismos valones, cuando liberó de inmediato a los flamencos? La frase que se atribuía al General VON BRAUCHITSCH que por aquel entonces era comandante en jefe de la «Wehrmacht», sea la hubiera pronunciado o no, era: "¿Franceses?. Les haremos descargar bolsas de papas" y ésto reflejaba perfectamente la mentalidad imperante. ¿No había sido el reclutamiento para la "L.V.F." concienzudamente frenado por la embajada alemana en París; e incluso solapadamente saboteado por el Servicio de Sanidad de la «Wehrmacht»?. Nada más comprensible, por lo demás. Porque todos los oficiales superiores del ejército alemán, excombatientes de la Primera Guerra Mundial, sólo veían en esta Segunda una simple revancha patriótica. Y así, "Europa" no pasaba para ellos, de ser "un hábil falso invento del diabólico Dr. GOEBBELS".

m1 garand

16-12-2006

No así, por cierto, el «SS-Reichsführer», Heinrich HIMMLER, que sí que creía en Europa. Una Europa, sin duda, bajo conducción alemana, pero una Europa federativa, y en la cual, cada comunidad de raza aria tendría los mismos derechos y obligaciones que todas las demás. HIMMLER en persona y muy de cerca, seguía la actuación de las legiones de voluntarios extranjeros y, en especial, de las que no pertenecían al "mundo de habla germana". Quedó estupefacto cuando comprobó el comunicado del Ejército Rojo: "En el río Bobr, unas unidades blindadas pertenecientes al segundo frente de Rusia Blanca han tropezado con la resistencia encarnizada de dos bravas divisiones francesas". ¿Dos divisiones francesas? ¡Tres compañías de la "L.V.F." y que durante tres días, habían detenido el avance de todo un ejército!.

HIMMLER quería hacer a esta gran Europa. ¿Por qué no empezar con forjar un gran ejército europeo?. ¿Por qué no abrir las filas de las «Waffen SS» para todos los voluntarios, aunque no alemanes pero del mundo occidental, unidos por una raza, una civilización, y una historia comunes?. HIMMLER no ignoraba, por cierto, que iba a tropezar con muchas resistencias, en su mismo Estado Mayor. Con los escandinavos y hasta con los holandeses y flamencos, no había habido problemas: eran "especies de alemanes". Con los bosníacos, tampoco sería difícil: su país ya había formado parte del imperio austrohúngaro. Pero, ¿y con los ex-enemigos? HIMMLER no temía las resistencias y hasta estaba acostumbrado a quebrarlas... Decidió, pues, constituir la "brigada de asalto francesa". Ya hacía tiempo que Joseph DARNAND, jefe de la Milicia Francesa -una organización paramilitar ya creada por el mariscal PETAIN- se lo había pedido.

Un año va pasando, y desde ese mes de septiembre de 1943 que vió nacer la «Sturmbrigade Frankreich», se constituyen otras más, rápidamente, como unidades diferenciadas. Pero el gran cambio se da en 1944, como consecuencia del atentado contra el «Führer»... Altos jefes del ejército regular han tomado parte en la traición. Con ello, la «Wehrmacht» ya no es segura al «Reich». HITLER sólo puede contar incondicionalmente con las «Waffen SS»; también con las unidades de no alemanes, pero voluntarios y que combaten por sus ideales nacionalsocialistas. HIMMLER rápidamente aprovechará la oportunidad: Presenta al «Führer», que lo firma sin vacilar, un decreto por el que pasan a la «Waffen SS» todas las unidades no alemanas de la «Wehrmacht», salvo las que se constituyen con voluntarios oriundos de la Unión Soviética, y para las que esta incorporación será selectiva. Se reagrupan, por nacionalidad, a elementos dispersos. Así se reúnen la "L.V.F." (Regimiento 638, de la «Wehrmacht»), la "Brigada de Asalto Francia" con unidades de la "Milicia Francesa", replegadas en Alemania, en la llamada "División de Granaderos Blindados de las Waffen SS Carlomagno". Inclusive, se incorporan en las «Waffen SS», unidades militares propias y procedentes de países antes aliados -Italia, Hungría, Rumania-, cuyos gobiernos han caído o vacilado.

A fines de 1944, al lado de dieciséis divisiones alemanas, la «Waffen SS», comporta tres divisiones de «Volkdeutsche» (son la «Prinz Eugen» o "VII División Alpina"; la «Maria Theresia» o "XXII División de Caballería" y la «Karstjager», "XXIV División Alpina), y diecisiete de otro origen: dos son predominantemente escandinavas (la «Wiking» o "V División Blindada", y «Nordland» u "XI División Blindada"), dos croatas, formadas con musulmanes de Bosnia (la «Handschar» o "XIII División Alpina", y la «Kama» o "XXII División"), una ucraniana («Galizien» o "XIV División"), dos letonas (la «Lettland» o "XV División" y la «Latvia» o "XIX División"), una estonia («Estland» o "XX División"), una albanesa (la «Skanderbeg» o "XXI 21º División Alpina"), tres húngaras (la «Hunyadi» o "XXV División", la «Hungaria» o "XXVI División", con? una tercera División en formación, sin nombre ni número oficial), una flamenca (la «Langemarck» o "XXVII División"), una valona (la «Wallonie» o "XXVIII División"), una italiana (la «Italia», como la "XXIX División"), una rutena (la «Sigling» -antes, denominada como la «Weissruthenien»-, o "XXX División"), una francesa, pero que incorpora, además, a miles de españoles de la «Legión Azul», producto de la "División Azul" o 250 División de la «Wehrmacht», tras desaparecer oficialmente la ayuda del régimen franquista al «Reich» (la «Charlemagne» o "XXXIII División"), y dos holandesas (la «Nederland» o "XXIII División" y la «Landstorm Nederland» o "XXXIV División").

m1 garand

16-12-2006

A esas grandes unidades, hay que agregar otras unidades que son igualmente de las «Waffen SS», como una "Brigada de Asalto", rusa-blanca; un "Batallón de Esquiadores", noruego; un "Batallón Servio", un "Batallón" de griegos, dos "Batallones" de rumanos", dos "Batallones" de búlgaros, un "Batallón" de bretones, además de las "Legiones de Voluntarios Caucasianos", una "Legión Hindú" y numerosos "Einsatzgruppen" de muy distintas nacionalidades (y, a menudo, multinacionales). Sin hablar ya de las tres "Divisiones Montadas", de caballería cosaca que gozarían, en las «Waffen SS», de un estatuto especial y «sui generis».

Merece una mención aparte la gran «Sankt Kreuz» de polacos, una "Brigada" (aunque en realidad un regimiento), y constituida por prisioneros, hechos tras la sublevación de Varsovia. Cuando se vieron abandonados a su suerte por los ejércitos soviéticos, detenidos y voluntariamente inactivos al otro lado del Vístula, muchísimos de estos combatientes polacos habían comprendido, en el último momento, cuáles eran sus peores enemigos y tras ello, como las «Waffen SS» les abrió sus filas, se encuadraron dentro de ellas y en ellas que lucharon hasta el final de la guerra.

A principios de mayo de 1945, justo antes del final, todas las unidades militares del "Cuerpo Negro" contaban con alrededor de 400.000 combatientes; pero, de estos, más de la mitad no eran alemanes. Así, del millón de hombres que, a lo largo de la guerra sirvieron en las «Waffen SS», 400.000 eran alemanes del «Reich» y 300.000 «Volkdeutsche» (los "racialmente alemanes"), mientras que 300.000 pertenecían a otras naciones arias. Esto dicho en números redondos, sumamente aproximativos. NOTA.- La proporción existente entre solicitantes y admitidos a las «Waffen SS», no superó jamás al 10%; o sea, 9 de cada 10, no lograban ingresar en ésta élite.

m1 garand

18-12-2006

SOLDADOS POLÍTICOS.

 

Desde el punto de vista militar, las unidades de la «Waffen SS» se distinguían por su extraordinaria agresividad y eficacia. Tales características provenían, en primer lugar, de una severa selección de los hombres. Así, todos ellos eran muy jóvenes y de constitución robusta. Pero después, el duro entrenamiento al que se les sometía -aquel viejo «drill» de los ejércitos de Luis XV, adoptado por Federico Guillermo-, eliminaba de ellos a los menos resistentes, tanto desde el punto moral como físico; y convertía a los demás en verdaderos atletas olímpicos, de músculos tensos, y siempre listos para saltar hacia adelante... Pero, sobre todo, se trataba de convencidos voluntarios. Sólo ya a partir de 1945, fueron incorporados en las unidades alemanas hombres conscriptos pero muy bien elegidos y que además tenían muy poderosos motivos para combatir.

Es ésta una tropa de élite, mejor instruida y mejor armada que las demás unidades clásicas de la «Wehrmacht», la «Waffen SS» siempre ocupaba en combate las posiciones de mayor peligro y sus jefes reivindicaban, para ella, el gran honor de encabezar todos los ataques. Los Estados Mayores la respetaban, por cierto, pero sin que esto excluyera alguna tirantez cuyos motivos eran varios. Por un lado, existía alguna envidia ante "los privilegios" de que gozaba en cuanto a armamento. Por otro, cierto desprecio por sus oficiales, con formación técnica que resultaba, académicamente, en comparación, un tanto deficiente. Por fin, el rechazo normal, provocado por el "espíritu de cuerpo", de todo este modo de vida y de combatir, típicos de la «Waffen SS», demasiado diferente del clásico que formaba parte de las tradiciones del ejército alemán. Por su parte, los hombres de la «Waffen-SS» tendían a considerar como "burgueses" a los soldados regulares de la «Wehrmacht»; que, por cierto, cumplían muy bien con su deber, aunque, en conjunto, con un ímpetu y un grado de eficacia inferiores a los de ellos.

Los oficiales de la «Waffen-SS tenían procedencias sumamente diversas. Algunos conservaban los mismos grados alcanzados antes, en la «Allgemeine SS» y tan sólo un período de instrucción bélica muy intensa y acelerada, había precedido a su incorporación real, de hecho, en una unidad combatiente. Para otros voluntarios, sin esos antecedentes paramilitares en la «Allgemeine SS», no se les reconocían los grados anteriormente obtenidos, por ellos, en sus respectivos ejércitos nacionales, y ésto cualquiera que fuese su nacionalidad. Así, se mandaba a los seleccionados y que cumplían los requisitos establecidos, fueran o no oficiales anteriormente, como simples cadetes a escuelas especiales, siendo la más célebre la de Bad Tölz. Esto hasta 1943. Posteriormente, hubo excepciones que, después, se multiplicaron rápidamente: no era posible enviar a un coronel, a un comandante u oficial de carrera de un ejército serio, cubierto de condecoraciones ganadas en combate, pasar tres meses a "arrastrarse en el barro", a las órdenes de un suboficial instructor de veintidós años. Los comandos especiales y de élite, por su parte, exigían un tipo de hombre específico que se hubiera plegado bien difícilmente a una disciplina "tropera" y antinómica con lo que se les exigiría después. Bastante más tarde, ya cuando se incorporaron a las «Waffen-SS», otros combatientes de unidades de la «Wehrmacht» (algunas de ellas alemanas, pero muchas más que no lo eran), hubo que reconocer los grados de sus oficiales, para reconvertirlos en unos similares, dentro de la «Waffen SS». Pero, lo que se les pedía a los cuadros de mando, no era tan sólo tener una adecuada formación académica y demostrable por lo demás, sino caracter, capacidad de mando y coraje. Esa política de exigencias daba los mejores resultados. Los militares de los Estados Mayores no conseguían entender como se las "podía arreglar" un comandante de ejército, como Sepp DIETRICH y al que tildaban de ser "oficial de barricada", para desempeñarse de un modo más eficaz que muchos generales diplomados.

Para decir la verdad, dentro de la «Waffen-SS», el grado era casi lo de menos. En las unidades alemanas de la SS, la jerarquía estaba calcada de la que ya se estilaba, tradicionalmente, en los ejércitos regulares; tan sólo que, en éstas, los oficiales sirven con el grado inferior al que por norma, les hubiera correspondido a su función. Así, una División estaba al mando de un General de Brigada y no uno de División; y un Batallón, queda a las órdenes de un capitán, etc., etc... Eso era, en la teoría; ya que, en la realidad y como regla general, no se ascendía en campaña. Además, como el "plazo de vida promedio" para un oficial SS en el frente era de tres meses, allí era muy común encontrar toda una Compañía al mando de un sargento. En las unidades no alemanas de la SS aún era mucho mayor la pobreza en estrellas. Nadie, en ellas, procede de la «Allgemeine SS» y no tenía un grado político anterior, para reconvertirlo en grado militar; además, por razón de edad, pocos eran los oficiales superiores que se habían alistado... Por otro lado, y a pesar de la idea de HIMMLER, el espíritu pangermanista no estaba del todo ausente en el «SS-Hauptamt» (Oficina que hace funciones de Estado Mayor en las SS), donde se regateaban muchos ascensos a los "extranjeros".

Así,León DEGRELLE, el Comandante de la División «Valonia», sirvió con el grado de Mayor, obtenido anteriormente a la incorporación de la unidad en la «Waffen-SS, casi hasta el final de la contienda mundial. Cuando el Coronel PUAUD, oficial de carrera del Ejército Francés y Comandante de la "L.V.F.", fue nombrado por su gobierno General de Brigada y comandante de la División «Carlomagno», se desenterró, para no darle la jerarquía equivalente -el de «Brigadeführer»- un viejo grado casi olvidado -el de «Oberführer»-, de la «Allgemeine SS»? Algunos «Einsatzgruppen» y durante dos años y más estuvieron al mando del mismo «Unterstumführer» (literalmente, equivaldría al de Subteniente en un ejército regular; y era, en realidad, sólo el segundo grado de la jerarquía, para oficiales «Waffen SS»).

Ya lo hemos dicho: el grado era lo de menos. El tratamiento de "camarada" que se mantuvo y daban entre sí aquellos oficiales SS, expresaba claramente una sólida fraternidad que, lejos de ir en desmedro del respeto, por el contrario lo reforzaba. Incluso, la distancia entre todos los oficiales, suboficiales y soldados, se marcaba mucho menos que en los ejércitos profesionales, donde es herencia de una época en que aquellos eran nobles voluntarios y la tropa estaba formada de mercenarios, cuando no por forzosos enrolados. Pero, en la «Waffen SS» el oficial comía y dormía con sus hombres, estando en campaña. En combate, siempre ocuparía el lugar de mayor peligro y encabezaba todos los asaltos.

Pero esa tal camaradería no provocaba el menor relajamiento de la disciplina. Considerada desde afuera, es vista como la más feroz; cuando, por parte de los voluntarios, es algo espontáneo. Y así, muchas faltas leves se sancionan con castigos colectivos; mientras que otras faltas graves, como las contra la disciplina, con el internamiento en un campo de concentración especial donde el culpable particular, encontraba la oportunidad de corregirse.

Las faltas más graves, que lo son contra la seguridad o el honor común (incluyen robo, saqueo, violencias gratuitas y violación), se castigan con la muerte. Esta gran severidad dura y despiadada pero libremente aceptada, era contrapartida a pagar por el honor de pertenecer a un cuerpo de élite.

Cuerpo de élite. Más la «Waffen-SS» no lo era sólo desde el mero punto de vista militar, sino, más bien, toda esta capacidad combativa era la consecuencia de su carácter de milicia política. Los alemanes, movilizados de cualquier modo y al optar por ella,? demostraban su fervor nacionalsocialista; y lo hacían dentro del marco tradicional y, casi diríamos, "convencional" de su nación. Pero, los voluntarios de otros países, éstos que hubieran podido permanecer tranquilamente en su casa, manifestaban así, voluntad especial para combatir y, eventualmente, de morir, por una causa revolucionaria que implicaba, no sólo una función de futuro, sino también la superación de viejos hábitos y viejos sentimientos.

Desde hacía más de ciento cincuenta años, tras la Revolución Francesa, los europeos estaban acostumbrados a vivir y a combatir en el marco de dinastias y meras naciones, a menudo artificiales, que se enfrentaban periódicamente por cuestiones de supremacías, de frontera o de competencia económica.

m1 garand

18-12-2006

El nacionalismo jacobino había suplantado aquellos antiguos vínculos feudales y destruido el pluralismo cultural y en particular, lingüístico, que le daba a aquella Europa anterior a la mal llamada "Revolución Francesa" (ya que, en realidad, fue sólo una subversión), esa incomparable civilización, a la vez una y variada. Las anexiones a Francia del territorio de Alsacia, realizada, en el siglo XVII, por Luis XIV; y de Lorena, por Luis XV, en el siglo XVIII, habían significado, para estas "provincias", un mero cambio de soberano. Pero después en 1871, por el contrario, la reincorporación de Alsacia y Lorena al Imperio alemán, había sido un verdadero "despedazamiento" para Francia; por que, aquel gran patriotismo francés ya no se refería a una cierta "tierra de los padres", a lo que se vuelve a llamar, hoy día, la patria carnal, sino a un ente mítico inventado, sobre la base de "realidades" nobles pero muy parciales, por ideólogos racionalistas. Así, en 1939, todos los europeos, en mayor o menor medida, habían recibido desde la escuela primaria que tanto había contribuido a imponerlo, la impronta de este especial patriotismo "laico y obligatorio". Entonces en el año 1914, nadie se escapaba de los efectos del ambiente sentimental así creado, que era igual tanto los socialistas internacionalistas de ambos lados del Rhin, que habían respondido con entusiasmo, al llamado de movilización, como para los nacionalistas que, aún renegando de todas las ideas democráticas, no por eso dejaban de actuar así; y no podían obrar de otra manera, so pena de rechazar las condiciones impuestas por la historia, en el marco de unas artificiales fronteras, trazadas o, por lo menos, hechas sacrosantas por la burguesía liberal. Así MAURRAS, maestro de «Acción Francesa», echaba de menos el Imperio Romano y la Cristiandad medieval; y pregonaba, aquí para Francia, un federalismo que reivindicaba unas autonomías regionales, pero, al mismo tiempo, vituperaba a una Alemania con mucho más odio que razones. En el «Mein Kampf», HITLER tampoco expresaba "profundos sentimientos de ternura", exactamente, para con Francia.

En 1941 la situación ya no era la del siglo XIX, por cierto. La Europa de las Naciones, que medio siglo antes hacía la ley en el mundo entero, estaba amenazada en su misma existencia por dos potencias en plena expansión: la Unión Soviética, al este; y los Estados Unidos, al oeste. Potencias rivales, éstas, pero aliadas, que no escondían su propósito de dominación mundial. Como en los Campos Cataláunicos, ante los hunos, o en España ante los árabes, que no remontan Poitiers, Europa debía unirse, aún por encima de los malos recuerdos e incluso de legítimos antagonismos locales. Los hombres de la «Waffen-SS» habían entendido bien ésto, desde el principio... Pero no fueron a pelear para defender una Europa que ya no existía, ni menos algunos de sus hermosos restos, sino para reconstruir, sobre la base de la herencia plenamente asumida a una comunidad multinacional y que, gracias a nuevas estructuras adaptadas a las exigencias de la historia, pudiera ser dueña de su destino. Por eso, los voluntarios no eran, ni unos mercenarios indiferentes, ni conscriptos impelidos por un rancio patriotismo sentimental, sino soldados políticos.

m1 garand

18-12-2006

SANGRE Y SUELO.

 

¿Qué es Europa, para el hombre de la «Waffen SS»?. Para éste Europa es, ante todo, una verdadera comunidad racial. Bien podrán los antropólogos seguir discutiendo, sin una solución a la vista, para saber por fin si los seres humanos tienen un "origen común", o sea, constituyen una especie; o si, por el contrario, proceden de unas "corrientes evolutivas distintas"; y por lo tanto, forman "especies múltiples". Pero lo que aquí interesa es comprobar que, desde los lejanos albores de la prehistoria, ya existen conocidos conjuntos endogámicos y provistos de una dotación genética común. Así, la gran familia humana de la especie blanca se divide en dos razas principales -arios y semitas-; y la raza aria agrupa a tres subrazas fundamentales: nórdicos, alpinos y mediterráneos... Bien podrán los científicos indicarnos que, y hasta demostrarnos como, en el transcurso de estos muchos milenios pasados, pueden algunos genes de amarillos haberse introducido y perpetuado en dotaciones hereditarias propias de alpinos y nórdicos; y como genes semitas, lo han logrado en la de los mediterráneos. Bien podrán, con mucha razón, hacernos notar como, desde hace siglos y con un ritmo cada vez más acelerado, las tres subrazas arias se van mezclando. Todo ésto es sumamente interesante, desde el punto de vista académico, pero realmente no afecta a la cuestión, ya que un conjunto racial se define, no en función de su fidelidad a su lejano origen, sino por los caracteres que hacen reconocibles a sus individuos dentro de un grado de homogeneidad de su dotación hereditaria.

Es así como toda la población europea actual evidencia tener un sustrato genético que determina sin duda su diferencia con las diferentes comunidades raciales no arias. Además, las variaciones que se evidencian en su seno son secundarias, aunque susceptibles de una valoración comparativa, pero resultando sernos provechosas ya que abren mayor abanico de potencialidades que el más limitado y procedente de una completa uniformidad genética. Pero tan feliz situación se da sólo en la medida en que los caracteres genéticos diferenciales son complementarios y no antagónicos.

De ahí que toda mezcla con elementos alógenos incompatibles sea siempre negativa. Así, éstas que tuvieron lugar en el pasado causaron claras decadencias (por ejemplo, la del Imperio Romano) y ya no se puede remediar. Pero sí dependerá de nosotros impedir toda nueva mestización masiva. Ahora bien, Europa alberga, desde hace cientos de años, a dos conjuntos raciales alógenos: uno que no tiene la mayor importancia, en razón de su bajo nivel social, y tendencia endogámica, es el de los gitanos; otro es el de los, en sus diferentes ramas, judíos, resulta mucho más peligroso por su capacidad de infiltración por rama femenina y su enorme afán de predominio. Tal era, por lo menos, en los años 40; y en parte ambos grupos y los riesgos raciales que traían estaban asumidos. Pero esta situación se ha ido agravando y haciéndose peligrosa, en especial, desde el final de la guerra, con la inmigración de muchedumbres no blancas de otros continentes.

Mantener la unidad de sangre de los europeos y la necesidad de defender esta genuina dotación genética común contra posibles? mestizaciones, constituían una base indiscutible del pensamiento de los voluntarios SS. Lo cual, por cierto, no implicaba, ni por parte de ellos, personalmente, ni por parte del "Cuerpo Negro", hostilidad alguna con respecto a las demás razas. Queda evidente que ni los uzbekos, ni los armenios, ni los actuales hindúes son arios. Sin embargo, unidades de tales procedencias pertenecían a la «Waffen-SS»; y en igualdad de condiciones con las europeas. Allí se respetaban y cultivaban las diferencias raciales. Lo que no se aceptaba era aquel mundo gris de bastardos, que pregonaban los celosos propagandistas del caos étnico. Ni, por supuesto, el predominio de una raza de parásitos por sobre las demás.

Tal profundo respeto por la personalidad racial de todos los conjuntos humanos tampoco significaba, sin embargo, la aceptación de una supuesta y monótona igualdad entre ellos. Aunque se conoce como todos habían tenido las mismas oportunidades para progresar, más o menos, en la Edad de las Cavernas, no todos supieron lograr aprovecharlas. Unas han creado civilizaciones del más alto nivel, mientras que otras han vivido del mismo modo que sus antepasados del paleolítico, desde aquel entonces; y si hoy las razas parecen ser algo más "iguales" es por copia o imposiciones de lo ajeno... Entre las razas creadoras, la aria se ha destacado especialmente; a lo largo de los milenios y, dentro de la raza aria, la subraza nórdica siempre ha desempeñado un papel preponderante. Es decir, ni la supremacía aria, ni el liderazgo nórdico han nacido de las cavilaciones de tal o cual ideólogo, sino que son simples hechos que evidencia la historia.

La sangre (indicando, con poesía, toda la dotación genética hereditaria de un pueblo), constituye el factor primordial de su afirmación. Primordial sí; pero no único. En efecto, tal dotación esta hecha de potencialidades pero que se actualizarán o no según las condiciones externas impuestas por el medio ambiente. De ahí la importancia de un territorio, con su situación, su extensión, su clima, etc..., para permitir o no, la proyección histórica de un determinado pueblo. De ahí que todo pueblo genéticamente capaz siempre haya luchado para adquirir y conservar el territorio que necesitaba indispensablemente, o sea: su "Espacio Vital". No sólo el territorio suficiente, en donde pudiera ubicar cómodamente una población y encontrar aquellos productos alimenticios y materias primas imprescindibles, sino también el que le asegurara disponer de seguras fronteras de fácil defensa y acceso libre al mar. Las naciones históricas de Europa nacieron como fruto de una secular lucha de pueblos fuertes para conquistar su espacio vital.

Pero el surgimiento de las nuevas "superpotencias" obligaba a esas naciones a olvidar sus pequeños conflictos territoriales, ya carentes de significado geopolítico... Esto no era fácil, sin embargo, pues el raro nacionalismo jacobino había tenido tiempo, en ciento cincuenta años, de crear en todas las mentes un nuevo concepto y unos nuevos sentimientos de Patria, por artificiales que fueran. Era especialmente difícil para Alemania cuya unidad cultural siempre había sobrepasado las fronteras del territorio políticamente ya unificado. No es por casualidad que la palabra alemana «Volk» no expresa a un conjunto de habitantes asentados en determinado territorio geográfico, así como lo hace "pueblo" y otros vocablos derivados del «populus» latino, sino más bien a una comunidad de tradiciones, de sentimientos, de costumbres, de idioma, etc... Para dar un ejemplo, un bretón, un provenzal o un vasco-francés, son unos pueblos de Francia por obra de un Estado francés, federador y centralizador, pero no son franceses. Mientras que prusianos, hanoverianos, wurtembergueses, etc., eran pueblos alemanes, mucho antes de que existiera un Estado alemán.

Si agregamos que el Nacional-Socialismo surgió en Alemania, como reacción contra el «Tratado de Versalles» que había quitado al «Reich» gran parte de su natural territorio, se entenderá muy fácilmente por qué la política de A. HITLER fue ambigua en este campo y por qué al mismo tiempo que anunciaba una Europa futura, se empeñaba en reconstruir aquella Alemania pasada, anexionando el Schleswig "danés" y, a pesar del convenio del "Armisticio de Compiègne", también Elsatz-Alsacia y Lorein-Lorena, llegándose, en este último caso, a expulsar a sus habitantes o repobladores últimos de habla francesa, gente tan ario, por cierto, y hasta tan nórdica, como los demás de habla alemana. «Volk» y «Rasse» eran unos criterios fácilmente interpretables como antagónicos. Sólo con una lentitud relativa el «Führer» y sus colaboradores, fueron aclarando conceptos y pasando del primero al segundo.

En la «Waffen-SS» se sufrió la misma evolución, pero mucho más rápidamente. Si en su Estado Mayor, el Pangermanismo siguió prepotente hasta el final, frenando el proceso natural mediante pequeños vejámenes, con respecto a los voluntarios no alemanes,? tampoco dejaban de influir en la mente de estos últimos iguales resabios del pasado. Casi todos ellos procedían de "movimientos nacionalistas" y lo propio de todo nacionalismo era el mantener un antagonismo artificial con el nacionalismo vecino. Así, para muchos húngaros nacionalistas, Rumania seguía siendo el enemigo por antonomasia; como Servia para muchos croatas y Valonia para muchos flamencos. Por otro lado, las unidades no alemanas de la «Wehrmacht» a menudo habían sufrido, antes de su transformación en nuevas «Waffen-SS», los efectos de la hostilidad, no siempre disimulada, que les manifestaban diversos oficiales alemanes de vieja formación y para quienes los voluntarios extranjeros eran realmente una especie de traidores a sus respectivas patrias... También, el cambiar de «Spiegel» en el cuello de la guerrera no podía bastar para eliminar, del todo y de la noche a la mañana, las reservas y hasta los resentimientos nacionalistas que muchos no alemanes, albergaban en la mente, desde que eran sólo niños, con respecto a las "cabezas cuadradas".

Pero tal situación se modificó del todo, a partir de 1943, cuando los voluntarios no alemanes pudieron entrar directamente incorporados en unidades SS. Estos, en efecto, recibían toda su instrucción militar juntos, en varios campos multinacionales y, también los futuros oficiales y suboficiales, en escuelas donde alemanes y no alemanes estaban cuidadosamente mezclados. A esta instrucción, por otro lado, se agregaba la formación doctrinaria especial que iba de lo moral a lo político, siempre basada en la raza. En las clases de «Weltanchauung» ("Concepción del Mundo"), se les enseñaba que los arios siempre habían sido, a lo largo de la Historia, los Creadores de Civilizaciones; y que las virtudes de Heroísmo y Servicio al Conjunto habían resultado los factores de su superioridad; que gracias al fiel respeto de la Tradición, y al sincero apego de la Tierra, se les había permitido superar las peores adversidades; que comprender bien el «Führerprinzip» (Sistema de Comportamiento; donde toda la autoridad debe quedar en manos del responsable ante los demás), había constituido el secreto de sus éxitos. Se les definían los enemigos comunes de Europa: la democracia niveladora, la plutocracia explotadora, la masonería corruptora, el marxismo envilecedor y, sobre todo, el judaísmo que instrumentaba todos los demás factores de decadencia para afirmar, en escala del mundo, su supremacía racial.

Nadie, por cierto, tenía por qué renegar de su nacionalidad histórica. Pero el hombre de la «Waffen-SS» sabía que Europa era una en su esencia, que todos, griegos, romanos, celtas, germanos y eslavos no habían creado sino formas diversas, -enriquecedoras por su misma variedad- de una misma civilización, que también la Cristiandad medieval, a pesar de las luchas feudales (y en parte por ellas), había manifestado, y en el más alto nivel, la unidad profunda del continente; que tan sólo llegándose al siglo XVIII, la descastada burguesía demoplutocrática había logrado suscitar, entre aquellos pueblos hermanos una hostilidad artificial. En el marco de la Europa reunificada, por la cual todos iban a luchar, los voluntarios SS podían conservar sus preferencias nacionales: franceses, o bretones, occitanos, flamencos, etc.; escandinavos, o suecos, noruegos, daneses; belgas, o flamencos de los Grandes Países Bajos, o "borgoñones". La historia decidiría.

La misma flexibilidad se manifestaba en el orden religioso. La «Waffen-SS» era decididamente hostil con el judeocristianismo llorón de la Reforma y de la democracia cristiana. Algunos de sus teóricos afirmaban que Jesús sólo había sido un «rabí» esenio más y toda su prédica se podía resumir en ese «Sermón de la Montaña», tan populachero y envilecedor; pero otros teóricos, amparados en la autoridad de Houston Stewart CHAMBERLAIN, Jesús fue realmente un galileo (es decir, un ario); un nacionalsocialista de su época que había luchado contra el mundo de los judíos y por éso, éstos lo habían hecho crucificar; y ya posteriormente utilizar al judío San Pablo para que difundiera sus enseñanzas, una vez deformadas, y poder así, zapar los cimientos morales y políticos del Imperio Romano. En el «SS-Hauptamt», había fanáticos paganos exacerbados que protestaron mucho cuando la división francesa tomó el nombre de «Carlomagno». Este emperador franco del Occidente, y nombrado por el Pontífice de Roma, dominaba Francia, Germania e Italia en nombre del Cristianismo, e impuso cruelmente esta fe a todos sus súbditos, incluyendo a los paganos sajones. Pero varias unidades no alemanas tenían sus propios capellanes: eran musulmanes, para las divisiones croata y albanesa; ortodoxos, para las divisiones cosacas; y católicos para la «SS-División Wallonie» y en la «SS- División Charlemagne»

m1 garand

18-12-2006

. El Capellán General de esta última era el célebre Monseñor MAYOL DE LUPE, justo un gran amigo personal del propio HIMMLER y su consejero; pues bien, aquél reivindicaba, en cada sermón (la cruz sobre un pecho, cubierto de condecoraciones militares y pistola «Luger» en el cinturón), aquel "cristianismo heroico de la Edad Media, como precursor del nacionalsocialismo" Tampoco vacilaba en reunir, tal vez imprudentemente, los nombres de "nuestro venerado «Führer» con el de nuestro «Santo Padre» el Papa de Roma".

A morir o a vencer, aún muriendo. A vencer aunque murieran. A vencer, aunque se perdiese esa guerra militarmente. Pues la SS no era solamente un ejército, sino también, sobre todo una santa y noble Orden de Caballería, destinada a suministrar sus cuadros para edificar la Europa de Mañana, a servir de crisol a la Nueva Aristocracia. Un ejército siempre puede ser aplastado y olvidado. Una nueva Concepción del Mundo y de la Vida sólo será por contra, fecundada, justamente, por la sangre de los héroes; así, renace, con fuerza y por milenios, cuando todo parece perdido.

m1 garand

19-12-2006

LAS «WAFFEN-SS» GERMANICAS.

 

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la SS sólo contaba con cuatro unidades de combate permanentes; el regimiento escolta del «Führer» («Leibstandarte SS Adolf Hitler»), cuyo jefe era el ya famoso Joseph (Sepp) DIETRICH, y los tres primeros regimientos («Deutschland», «Germania» y «Der Führer»), también constituidos sobre la base de las «Verfügungstruppe» (lo que vale decir de los "Batallones acuartelados de la SS paramilitar"), y éso sin hablar de otros cuatro destacamentos de guardianes especializados en los campos de concentración («Totenkopfverbände»), para antisociales. En principio los voluntarios de estas unidades eran todos hombres alemanes. Sin embargo, algunos pocos extranjeros -como máximo era un centenar-, ya figuraban en sus filas: suizos, sobre todo, pero también algunos suecos y hasta cinco norteamericanos. Constituida oficialmente la «Waffen-SS» el 2 de marzo de 1940, unos numerosos voluntarios, no movilizados por la «Wehrmacht» y procedentes, por lo general, de la «Allgemeine SS» y de la policía, ampliaron sus efectivos a cien mil hombres, y resultaron reagrupados en cuatro divisiones denominadas: «Leibstandarte», «Das Reich», «Totenkopf» y «Polizeidivision».

Ya, en aquel entonces, se había planteado un serio problema de reclutamiento. La «Wehrmacht» era consciente del gran peligro que representaba para la institución militar clásica el ejército político con que soñaba Heinrich HIMMLER, y por éso, se opondría terminantemente a que se incorporaran en las unidades SS hombres pertenecientes a las clases movilizadas, por recluta de quintas; pocas, es cierto, en el primer año de guerra. La «Waffen-SS» sin poder acoger a estos jóvenes había debido, pues, recurrir a unos voluntarios demasiado viejos, aunque estaban bien entrenados, de la «Allgemeine SS» y a otros voluntarios demasiado jóvenes de la «Hitlerjugend» y del «Arbeitsdienst» (Servicio del Trabajo). Eso evidentemente, no era lo más apropiado, ni bastaba.

Uno de los lugartenientes de HIMMLER, Gottlob BERGER, tuvo entonces una idea cuya aplicación posterior constituyó el primer paso hacia una internacionalización geográfica de la «Waffen-SS». Fuera de las fronteras de la Gran Alemania, vivían innumerables «Volksdeutsche» (alemanes de sangre, familia, origen y cultura), que no eran ciudadanos del «Reich» y escapaban, por lo tanto, al reclutamiento de la «Wehrmacht»; así, limitándonos a territorios europeos, las principales poblaciones de «Volksdeutsche» estaban en Eslovaquia, en Croacia, en Polonia, en Hungría, en los Países Bálticos, en la Unión Soviética (donde constituían la "República Autónoma de los Alemanes del Volga"). ¿Por qué no aceptarlos en la «Waffen-SS»?. No se iban, por cierto, a oponer señalados jefes nacionalsocialistas como Rudolf HESS, nacido en Egipto, o Walter DARRE, nacido argentino, o ROSEMBERG, «Volksdeutsche», de Reval. Así nació la «SS-División Prinz Eugen», origen de que, al final de la guerra, más de 300.000 «Volksdeutsche» habrán servido, al lado de 400.000 «Reichsdeutsche» (incluyendo en estos últimos a los alsacianos, loreneses, luxemburgueses, y tiroleses del Sur), en las unidades del "Cuerpo Negro". Y también, de más de 300.000 voluntarios que nada tenían que ver con el «Deutschtum»; o sea, con la "alemanidad", propiamente dicha.

La incorporación de estos «Volksdeutsche» en la «Waffen-SS» no quebraba aun el concepto cultural de nacionalidad. Muchos de ellos, sin embargo, pertenecían a grupos separados de la "Madre Patria", desde hacía muchos siglos y así hablaban dialectos que se diferenciaban tanto del alemán moderno como se diferenciaban el danés o el holandés... Había, por otro lado, en el norte y el oeste de Europa, pueblos que hablaban idiomas germánicos y que, desde el punto de vista racial, eran mucho más nórdicos que los alemanes bávaros o los austriacos. De aquella gran «Waffen-SS» alemana no se tardaría mucho -unos meses, no más-, en pasar a la «Waffen-SS» germánica.

En abril de 1940, y por tanto, algo antes aún de la campaña de Francia, el «SS-Hauptamt» creará el Regimiento «Nordland», al que afluyen rápidamente numerosos voluntarios daneses y noruegos, sin olvidar cientos de suecos, de suizos, y hasta algunas decenas de británicos, y, en mayo, el regimiento «Westland», constituido por holandeses y flamencos. No se trata de "unidades nacionales". Sus miembros no llevan unos distintivos especiales y será alemán el idioma común de instrucción y mando. En diciembre de 1940, por decisión y orden personal de HITLER, estos voluntarios germánicos son reagrupados ya junto con el regimiento de alemanes «Germania» y un batallón de voluntarios finlandeses, en el seno de una nueva (siendo la quinta) división de «Waffen-SS», que tomará por nombre propio el de «SS Division Wiking» y queda bajo mando de un alemán el «Brigadeführer» Felix STEINER. Este conjunto tan diverso, será una de las primeras unidades en entrar en Rusia, en junio de 1941 y llegará combatiendo al Comunismo, hasta el Cáucaso.

Entre tanto, con la declaración de guerra del «Reich» alemán a la Unión Soviética, se ha estimulado, enormemente, al Occidente y provocado el aflujo de nuevos voluntarios germánicos, que ahora se organizan en "legiones nacionales": Así el «Frikorps Danmark», es creado por el gobierno real danés, y la «Norske Legion» lo era por el noruego, la «Legion Nederland» es holandesa, y la «Legion Vlanderen» es flamenca. Todas combatirán valerosamente en Rusia, bajo sus respectivas banderas de origen y con mandos nacionales, pero en el marco de la «Waffen-SS», hasta la primavera de 1943. El «SS-Hauptamt» decidirá entonces incorporar total y plenamente las legiones germánicas en la «Waffen-SS». Holandeses y flamencos forman brigadas de asalto -«Nederland» y «Langemarck»- que pronto se podrán convertir en divisiones, por afluencias de voluntarios, mientras que el numeroso regimiento escandinavo «Nordland» deberá separarse de la división «Wiking» para constituir una nueva, pero que conservará el nombre de la unidad primitiva. Y, por su parte, aquella primitiva «Wiking» absorberá al batallón estonio «Narwa», y la brigada de asalto «Wallonie». Por cierto, estos dos cuerpos no son de gentes racialmente germánicas -los estonios se expresan en un idioma propio uroaltáico y los valones, en francés-, aunque sí son gentes racialmente nórdicas, si generalizamos el concepto. Además y por aquel entonces, ya existe otro gran grupo, integrado por franceses, la «Brigada de Asalto Francia».

En el marco de la «Waffen-SS» nórdica, los bálticos merecen una mención aparte. Las tres naciones que constituyen los Países Bálticos (Estonia, Lituania y Letonia), habían sido conquistadas y convertidas al Catolicismo por los Caballeros Teutónicos. Tras ello y a partir de la Edad Media, sus principales ciudades -Riga, Memel, Reval-, comerciaban activamente con los puertos de la Liga Hanseática. Cuando fueron anexionadas al Imperio Zarista quedaron sometidas a un esfuerzo de influencia ortodoxa y rusa. La nobleza local siguió siendo fiel a su vieja cultura alemana, pero tampoco vaciló en acoplarse al Imperio Ruso, y así suministrar gran parte de sus cuadros civiles y militares. Por el contrario, una mayoría de las poblaciones autóctonas, resistirían con éxito esa política de rusificación, conservando sus idiomas nacionales y costumbres alemanas, así como sus antiguas convicciones religiosas católicas e incluso luteranas, pero siempre ajenas a las ortodoxas de Rusia En 1919, después de mantener duros combates con los bolcheviques, constituyeron tres Estados soberanos, ajenos a la Unión Soviética Las conquistas soviéticas de 1940 los eliminaron

m1 garand

19-12-2006

. Así, la entrada en la zona, un año más tarde, de las tropas alemanas (siempre muy cordiales con las poblaciones autóctonas), tomó el aspecto de una auténtica liberación, aun cuando Berlín, lejos de restituir a los países bálticos su soberanía e independencia anteriores, formaría con ellos el territorio «Ostland», sin disimular en absoluto como tenía el propósito de regermanizar y desrusificar aquella región. Muchos voluntarios bálticos afluyeron entusiasmados. Al batallón estonio, ya preexistente, se agregaron rápidamente dos divisiones letonas y una estonia, con propios mandos nacionales. Su conducta en el combate fue tan fiel y brillante que los letones recibieron ocho "cruces de caballero" (es la más alta condecoración alemana) y los estonios cuatro, mientras los demás voluntarios no alemanes totalizaban trece, los holandeses cinco, los franceses tres, los daneses dos, los valones dos y los flamencos una.

No podemos, en estas breves páginas, contar las campañas de las unidades germánicas de la «Waffen-SS». Diremos solamente que todas dieron pruebas de un heroísmo y una eficacia que, a menudo, dejaban a los alemanes estupefactos. Del Mar Báltico al Cáucaso, pasando por los durísimos frentes de Leningrado y de Ucrania, los voluntarios daneses, noruegos, holandeses y flamencos, junto con sus camaradas de las nacionalidades menos representadas, siempre estuvieron en "la punta de lanza" del combate... Y tampoco faltó quien juzgara que la División «Nordland», en especial, resultaba haber combatido con un fanatismo sin par.

 

LAS «WAFFEN-SS» ARIAS.

 

Aquel marco culturalista del Pangermanismo primitivo, había sido ampliado, más que superado, con la masiva incorporación del voluntariado germánico en la «Waffen-SS». Ya que en realidad ¿no procedían aquellas tribus germanas de un territorio que abarcaba Dinamarca, el Sur de Noruega y de Suecia y unas tierras alemanas situadas inmediatamente al mediodía de Escandinavia?. Además ¿no encontraba la mitología germánica su máxima expresión en «Eddas» islandesas?. Como diría el historiados francés Jean MABIRE, este paso desde una "Gran Alemania" a la "Gran Germania", en el fondo constituía, más que una concesión, un retorno a las fuentes. Los científicos del «Ahnenerbe», el instituto de la SS que, conforme con su nombre, se dedicaba a realizar el estudio de la "herencia de los antepasados" no iban a tardar mucho en hacer excavaciones arqueológicas en la antigua ciudad vikinga de Haithabu y tampoco a mandar a Francia un equipo encargado de encontrar el auténtico Grial precristiano. Los "nordicistas" del Nacionalsocialismo, en primer lugar Alfredo ROSEMBERG, veían colmadas sus aspiraciones. ¿Se llegaría, por este camino, a coincidir con el extremismo del explorador sueco Sven HEDIN que quería excluir el territorio Sur de Alemania de un futuro "Imperio Nórdico"?. Antes al contrario: los valones pasaban a integrar la «SS-Division Wiking».

Bélgica es tan sólo un país artificial, para cuya formación política incidió fundamentalmente, la preocupación de Inglaterra para impedir que Francia controlara el estuario del río Escalda.

Recortada en el mapa de Europa, artificialmente, sólo en función de factores circunstanciales, comprende las provincias flamencas (pero no a todas, dado que parte de Flandes pertenece a Francia), cuya población comparte con los Países Bajos (que ahora llamamos impropiamente Holanda), un idioma común y semejantes tradiciones, y otras provincias valonas, de habla y cultura francesas. De tal dualidad debían, inevitablemente, nacer muchos conflictos. Tanto más cuanto qué, hasta los años 20, el Estado belga, y a pesar de tener una dinastía de origen alemán, imponía ahí el francés como el idioma administrativo y militar, hasta el punto que Bruselas, ciudad históricamente flamenca se afrancesó tan rápidamente que, hoy en día, y a pesar de tener bilingüismo oficial, su población se expresa exclusivamente en el idioma de sus vecinos del Sur.

¿Como superar una situación semejante?. ¿Separando Flandes de Valonia?. Esa era la posición del "V.N.V.", que pregonaba la unión con Holanda tras realizar la separación, y del Movimiento "De Vlag" que, tras ello, buscaba la incorporación lisa y llana en el «Reich». Por su parte, también, algunos valones, y es una tendencia que existe aún, se consideraban franceses y defendían tesis Pangalistas, mientras que otros, expresándose mediante el poderoso diario «Nation Belge», se esforzaban desesperadamente, por mantener el «statu quo». En ese marco político muy confuso, había surgido el Movimiento "REX", hacia 1925 y que iba a tomar rápidamente, una extraordinaria importancia: Estaba formado por estudiantes del tipo "maurrasiano" y de Acción Católica. Pronto se independizaría de la Iglesia y, con un neto estilo fascista, se lanzaría a la acción, llegándose incluso, a conseguir muchos escaños en el parlamento. Su jefe, León DEGRELLE, no pensaba en destruir Bélgica, sino en federalizarla, en el mutuo respeto de los dos pueblos que la componían. Luego, durante la guerra, esa moderación dejó el lugar a un sueño, cuyas raíces se perdían en un pasado muy lejano: Una reconstitución del ducado de Borgoña, con sus diecisiete provincias, que abarcaban Flandes, Valonia y otros diversos territorios del Norte de Francia. Algunos de los colaboradores de DEGRELLE, y en especial algunos franceses -los había-, irían aún más lejos: Crear una gran Francia federativa, bajo la conducción del jefe de "Rex". El mismo DEGRELLE estando en París, proclamaría: "Francia es una patria y demasiado vieja para que hoy se la pueda despedazar. Borgoña no pasa de un mito necesario".

Desencadenada la "Operación Barbarroja" contra el Comunismo el hasta entonces inactivo "Rex", se adhiere a aquella "Cruzada" y crea la «Legión Wallonie»: es una unidad nacional, como tantas otras y cuyos voluntarios llevan, en la manga, un escudo con los colores de la bandera belga. DEGRELLE se alista, como un soldado raso más, y rehusando las estrellas de teniente que le ofrece la «Wehrmacht». Ganará sus grados por méritos de campaña y recibirá varias heridas en innumerables combates cuerpo a cuerpo; los que siempre buscan entablar los valones, en los campos de batalla.

Aquella "legión" tiene apenas los efectivos de un batallón. Sin embargo, ya en el famoso primer invierno de 1941, se destaca conservando durante diez horas en su poder la indefendible aldea de Gromowaja-Balka, y donde sólo debía permanecer veinte minutos. Siendo adscrita, en 1942, a la 97 División de Montaña, participa en la gran ofensiva que la lleva hasta el Cáucaso. La derrota de Stalingrado determina su repliegue; le quedan 300 supervivientes cuando sus restos llegan al campo de Meseritz... Pero, ahora que todo parece perdido, afluyen en gran cantidad nuevos voluntarios y será Regimiento a fines de 1942. Después la "legión" pasa a la «Waffen-SS» como brigada de asalto, en 1943. Pronto se convierte en la «28 División de Granaderos Blindados Wallonie» con la Cruz de Borgoña como distintivo.

Todavía constituye una brigada más de la «División Wiking», en febrero de 1944, cuando se destacará en un combate cuyos ecos sacuden Alemania y toda Europa. Estando encargada de proteger el repliegue del Grupo de Ejércitos de Ucrania, esa división, junto con algunas unidades alemanas, se encuentra rodeada por enemigos en la Bolsa de Cherkasy. Mientras unos pocos blindados restantes de la «Wiking» se sacrifican para intentar bloquear -uno contra diez-, el avance irresistible de los blindados soviéticos, toda la infantería alemana trata vanamente, en asaltos sucesivos, de abrir alguna brecha en el cerco de fuego. Es en vano, hasta que les toque el turno a los valones. En aquel entonces es DEGRELLE con el grado de "Sturmbannführer" (comandante mayor), es el que dirige la brigada. Como siempre, en combate, delega el mando en un oficial de menor formación militar que la suya propia y toma un fusil, cargando a la bayoneta, a la cabeza de sus hombres... Los soviéticos, que no aguantan este asalto valón, han de abrir sus filas, y por aquella brecha que es ampliada, 50.000 hombres consiguen así escapar de una trampa mortal.

Ya titular de la Cruz de Hierro de primera clase, LEON DEGRELLEes llamado al cuartel general del «Führer». HITLER, en persona, le condecora con la Cruz de Caballero, con unas nobles palabras consagratorias: "Si tuviera un hijo, me gustaría que fuese como usted".

La «SS-Division Wallonie» participaría en la ofensiva de VON RUNSTEDT en las Ardenas; ya luego, estará en los últimos combates de Estonia y Pomerania. Separado de sus hombres, en la desbandada final, LEON DEGRELLE se repliega sobre Dinamarca el 2 de mayo de 1945. Tras firmarse la capitulación de Flensburg, logra conseguir salir de Oslo, en el pequeño avión del ministro SPEER y tras sobrevolar una Europa ocupada, logra aterrizar en una playa de San Sebastian ya sin gasolina. En un libro, aún inédito, el escritor SAINT-LOUP relata algunas palabras pronunciadas por HIMMLER "con una emoción insólita en este hombre reservado y frío".

En un encuentro casual con el comandante de la «División Wallonie», muy pocos días antes del final de la guerra, le dijo: "DEGRELLE, Vd., va a sobrevivir ¡Lo sé!. El nacionalsocialismo jamás capitulará, porque no es un movimiento político sino una gran religión. Vd. quedará para dar testimonio de ello. Pues, aunque ya con nuestra derrota, la raza blanca estará amenazada por todas partes; quedando los escogidos como Vd., que permanece entre nosotros, y los demás profetas que saldrán supervivientes de entre nosotros, jamás estará perdida".

Si hemos insistido en la epopeya de los voluntarios valones, no ha sido simplemente por destacar esta excepcional personalidad de su jefe (el que, en una Europa nacionalsocialista, y sin duda, habría desempeñado un papel fundamental), sino también ante todo, porque en ella se evidencia una etapa especial de esta evolución de la «Waffen-SS». Ante su heroísmo, los pangermanistas tuvieron que refrenar su mal humor y reconocerlo. Es más, no faltaron los que buscaron un cierto consuelo en lejanos recuerdos históricos: "¡Claro, los valones habían pertenecido antes al Sacro Imperio!" Pero, no pudieron decir lo mismo de los franceses, por ejemplo.

Por cierto, burgundios, francos y godos eran germanos y aún los galos, de cultura celta, eran tan arios nórdicos como ellos. Pero la población francesa actual también comprende a abundantes alpinos -pero aún menos que la alemana, por lo demás- y, como la población noruega, por ejemplo, también a mediterráneos... Había sido un francés, el conde GOBINEAU, quien había puesto las bases históricas del arianismo y otro francés, VACHER DE LAPOURGE, sus bases antropológicas. Aunque sin embargo, muchos dirigentes, por lo demás, intachables nacionalsocialistas, tenían de sus vecinos occidentales una visión deformada por el resentimiento. Respecto del tema que nos interesa, resultaban particularmente llamativas las palabras del «Brigadeführer» alemán KRUKENBERG, inspector de la División «Charlemagne», tales como las recogió Jean MABIRE.

HIMMLER no conocía nada de Francia. Había viajado muy poco. Creía que todos los franceses eran más o menos unos mestizos. Un día, durante la ocupación, fue a París. Circulaba en su vehículo muy cerca de la acera y muy lentamente para poder examinar a los parisienses de cerca... Se mostraba sorprendido y hasta un tanto escandalizado y repetía con asombro: "No es posible... Muchos de aquí, podrían lo mismo pasar por ser perfectos alemanes".

m1 garand

20-12-2006

Pronto, también, quedaría impresionado el «SS-Reichsführer» ante tantas hazañas de la "Legión de los Voluntarios Franceses", constituida, como ya lo hemos dicho, apenas declarada la guerra a la Unión Soviética, y cuyos dos mil hombres llegarían durante el famoso primer invierno, a estar a menos de 60 Km de Moscú. La primitiva "L.V.F.", sin embargo, había heredado muchas taras del ejército francés de 1939/40. Su indisciplina notable y su estilo "granuja", indisponía a los alemanes, e incluso a muchos jóvenes franceses que sinceramente buscaban "una cosa diferente". De ahí que HIMMLER, a principios de 1943, diera su beneplácito para que se crease la «SS-Sturmbrigade Frankreich». Realmente, dos suizos del «SS-Hauptamt», el Dr. CONTI y el Dr. RIEDWEG -este último es? nada menos que jefe de la «Germanische Leitstelle» (Departamento Germánico)-, habían sido los responsables de tal apertura. El Dr. RIEDWEG no vacilaba en proclamar: "¡Aquí, estamos a favor de una Europa federal, no de la Gran Alemania. Dios quiera que no se me entienda mal ni demasiado tarde!".

Recién en julio de 1944, después de un año de entrenamiento feroz ("el sudor ahorra la sangre") que incluía además clases de «Weltanchauung» (Cosmovisión; Concepción del Mundo), incorporado? operativamente, en la «SS-División Horst Wessel», queda asignado el primer batallón -de hecho, era más que un batallón, por tener cuatro compañías-, de esta brigada francesa de asalto, al frente de Galitzia. Allí, después de ocho días de combates desesperados sólo quedaban válidos 140 combatientes de sus 1.200 hombres. Sus oficiales habían muerto en combate o estaban gravemente heridos.

Replegados en el campo de Wildflecken, en Franconia, donde el segundo batallón de la brigada aún estaba en instrucción, los sobrevivientes se encuentran con un gran cambio. En efecto, será a fines de julio, cuando el «SS-Hauptamt» decidió reagrupar todo aquel voluntariado francés en una gran unidad operativa, que muy pronto recibió el nombre franco-alemán de: «330 Waffen-Grenadier División des SS Charlemagne». De modo que esta encuadraría todos los voluntarios franceses que servían, hasta entonces, separados en la "L.V.F.", en la brigada de asalto, enla "S.K.", integrada en la "Organización Todt" (unidades militares de ingenieros), en la "N.S.K.K." (transporte), la «Kriegsmarine» (Marina de guerra), y en la "FLAK" (artillería antiaérea), etc. Además, a los dichos voluntarios, se agregarían otros 2.000 franceses de las unidades permanentes («Franc-Garde») de la "Milicia Francesa" y numerosos prisioneros de guerra y trabajadores; los que por supuesto antes lo habían solicitado voluntariamente, por supuesto, y que serán examinados antes de seleccionarse. El general PUAUD un brillante oficial de carrera procedente de la Legión Extranjera, que antes había sido comandante de la "L.V.F.", se vio confiar por HIMMLER el mando de la nueva división, que contaba ahora con un total de unos 10.000 hombres.

El reclutamiento de aquella unidad es demasiado heterogéneo en la procedencia de sus hombres, para que su formación militar, e instrucción política, resultase una tarea fácil. Y por ejemplo los miembros veteranos de la "L.V.F.", miraban a con un paternal desdén a los "bisoños" de la Brigada, a quienes, esos milicianos, un tanto patrioteros al antiguo estilo, consideraban, con alguna hostilidad, como "franco-boches". También, los marineros estaban furiosos de haber sido arrancados de sus navíos, y transformados en infantes. Para colmo, existía una mutua antipatía que reinaba entre DORIOT, jefe del "Partido Popular Francés", el grupo a que pertenecían muchos hombres de la "L.V.F.", y DARLAND, jefe de la "Milicia Francesa"..., y éso sin hablarse de los demás "partidos únicos" cuya proliferación se había fomentado muy cuidadosamente desde la embajada alemana, en París. Todo ello, repercutía en la moral de los voluntarios. Asqueados de todo ello, los auténticos SS de la Brigada de Asalto desertaban por decenas para incluirse de "contrabando" en la «SS División Wallonie», y en los comandos de SKORZENY o en otras unidades de la «Waffen-SS»: Una deserción muy extraña, justo para incorporarse directamente al frente...

Mal instruida, insuficientemente encuadrada, y desprovista de un buen material pesado (artillería, cañones de asalto sobre orugas, morteros blindados), que nunca llegará, la «SS-División Charlemagne» resultaría enviada a los duros combates del frente de Pomerania en febrero de 1945. No nos corresponde aquí contar sus muy heroicos combates. Limitémosnos a mencionar sólo y como hecho de cierta importancia simbólica que en Kolberg, a orillas del Mar Báltico, un regimiento francés ha de defender la ciudad contra un regimiento alemán rojo y reclutado por los soviéticos entre los prisioneros de Stalingrado. En la llanura de Belgrado y a lo largo de un mes de combates sin el mínimo descanso, toda la «SS Division Charlemagne» fue prácticamente aniquilada. Sólo unos centenares de sus hombres lograron forzar el cerco tendido por los soviéticos y cruzar el río Oder. Los 800 sobrevivientes fueron reagrupados ya con legionarios españoles en Neustrelitz,? desde donde 250 de ellos iban a participar en la última defensa de Berlín. Pero de eso hablaremos más adelante.

 

LA «WAFFEN-SS» PANEUROPEA.

 

Alemanes, franceses, escandinavos, españoles, holandeses, italianos, etc., todos ellos, por encima de tantas diferencias secundarias y de antagonismos circunstanciales, participan aún de una misma civilización y durante siglos integraron la misma Cristiandad europea, sin hablar del Imperio de Occidente. Así, aquel emperador alemán Federico II "el Pajarero", se expresaba casi exclusivamente en francés y usaba la terminología militar alemana, que hasta hoy, es casi enteramente española medieval. Y regimientos alemanes servían en el ejército francés, incluso hasta 1789.

En la «Waffen-SS», esos voluntarios de la "Brigada de Asalto Francia" no desentonarían prácticamente. La apertura del "Cuerpo Negro" a musulmanes resultó más sorprendente.

Hay aún hoy, en los Balcanes, además de reducidos núcleos de origen turco, algunas poblaciones compactas, que practican, con indudable fanatismo, desde tiempos de la ocupación otomana la religión islámica, a la que quedaron convertidas... Después de pertenecer durante siglos al Imperio Austrohúngaro, aún con un estatuto especial que respetaba su autonomía, los bosniacos o bosnios habían resultado absorbidos, en 1919, en el marco de una Yugoslavia, tan artificial como sumamente heterogénea, por los servios que eran sus enemigos hereditarios. Cuando en 1941, Croacia, que se encontraba en una idéntica situación, recuperó su independencia, incluyó en sus fronteras aquellas provincias musulmanas de Bosnia y Herzegovina, sin consultar, por cierto, a su población que no tenía por aquellos duros católicos mucha más simpatía que por los ortodoxos. El «Poglavnik» de Croacia, Ante PAVELIC, que conocía muy bien el espíritu díscolo de esos nuevos ciudadanos bosnios de Croacia, se cuidó de evitarles la incorporación a las filas del ejército regular croata, y desde luego tampoco en la "Milicia Ustacha", en la que, además, sólo podía ingresarse como voluntario. La situación era la misma en Albania, de población predominantemente musulmana sincera; por lo que, su lealtad para con Italia estaba sujeta a precaución.

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20-12-2006

Pero, a principios de 1943, HIMMLER decidió aprovechar el real estado de cosas para constituir las divisiones musulmanas de la «Waffen-SS». La medida respondía a una triple finalidad: contar con intachables fuerzas fieles, propias de los Balcanes y alrededores, y donde los aliados de Alemania, salvo Croacia, ya mostraban algunas claras señales de vacilación; el disponer en la lucha antiguerrillera, de tropas muy fieles y aguerridas que conocieran perfectamente el terreno; y sobre todo, influir políticamente en los países musulmanes, del Asia y del Africa. Desde este último punto de vista, HIMMLER contaría también con la poderosa ayuda del Gran «Mufti» de Jerusalén, sabio y santo de gran? influencia entre todos los fieles musulmanes: EL HADJ AMIN EL HUSSEINI, que además fue figura destacada y legendaria del Panislamismo (por tanto, enemigo del Sionismo, Comunismo y Capitalismo), y que había buscado refugio en el «Reich».

Así se constituyó, con encuadramiento como «Volkdeutsche» musulmanes, de Croacia, y procedentes de la «SS-Division Prinz Eugen», la División de Montaña «Handschar» ("Cimitarra"). Esos hombres llevaban, en el cuello de la guerrera, en lugar de las runas nórdicas, una rueda solar y una cimitarra y, en la manga, un escudo con la bandera croata. En lugar de la gorra, emplean el fez musulmán, de color rojo con el uniforme de paseo y gris con el de campaña; pero tocados del águila nacionalsocialista, y del símbolo de la calavera SS, de modo que realmente no eran en su heterodoxia formal nada heterodoxos ideológicamente. Una pequeña división de albaneses musulmanes, se constituyó luego, en 1944: la «Skanderbeg». También en 1944, y ante la creciente afluencia de voluntarios musulmanes a la «Handschar», se haría preciso crear otra nueva división: la «SS Division Kama».

Después de largos meses de instrucción en Auvernia, donde la población apreciaba muy poco la vecindad de esos "salvajes" cuyo comportamiento chocaba mucho y hasta dejaba, a veces algo que desear, los musulmanes volvieron a su país, donde hasta el final, combatieron heroica y eficazmente a los guerrilleros de TITO, en una inenarrable lucha heroica, sin cuartel ni piedad. Replegados en Austria, junto con milicianos «ustaschi» y otros «Volkdeutsche» de la División «Prinz Eugen», fueron asesinados al fin cobardemente por los partisanos comunistas, en Maribor, a orillas del Drave; donde 50.000 cadáveres de esos musulmanes arios y europeos yacen abandonados aún en una antigua cantera.

No por ser musulmanes, estos bosníacos dejan de ser arios como tampoco otros por ser cristianos tienen parentesco judío. Ambos no se diferencian en absoluto, entre si y desde el punto de vista estrictamente racial. Por tanto -o menos aún-, de los de los católicos croatas que pertenecen, en su inmensa mayoría a la subraza dinárica. Hoy se ve como un tanto extraña aquella incorporación en la «Waffen-SS». Pero, sin duda, no carecía de cierta lógica; aunque, por cierto, no se podía esperar de ellos una total asimilación de la «Weltanschanung» del Cuerpo Negro. Más delicado aún resultaría aquel especial problema, planteado por los ciento sesenta pueblos de la Unión Soviética.

Al adelantarse el 22 de junio de 1941, por muy poco tiempo, al ataque que preparaba desencadenar el Ejército Rojo contra el «Reich», HITLER ya había fijado su política futura con respecto al gigantesco Imperio Ruso: sería desmembrado como tal, rodeando el antiguo Gran Ducado de Moscú con la multiplicidad de naciones independientes, lógicas racialmente y más fáciles de controlar. El Nacionalsocialismo se iba a oponer al Comunismo; pero también el pangermanismo, al paneslavismo de los zares y de STALIN.

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