Bloody Ridge (también conocido como Edson Ridge)
*Primera noche, 12 Septiembre
Por Bill Wilder*
El ataque japonés consistía en 3 ataques, todos debían llevarse a cabo al mismo tiempo. La fuerza del Ilu atacaría desde el este, la fuerza del Matanikau desde el oeste y la fuerza principal de Kawaguchi que consistía en 3.000 hombres, atacaría desde el sur a trabes de una gran colina protegida al sur por el perímetro defensivo de los Marines, la colina seria conocida como Bloody Ridge.
Los dos ataques en los flancos serian una distracción del ataque principal. Los hombres de Kawaguchi tenían un slogan, por decirlo de alguna manera, una consigna de guerra, “Recuerden el suicidio de Ichiki”. Guiados por el mismo Kawaguchi, la larga marcha hacia los Marines comenzó el 7 de Septiembre (un día antes del Raid de Edson en su punto de desembarco), la caminata fue una pesadilla, sabían que los caminos normales eran lugares perfectos para ser emboscados por las continuas patrullas americanas, y que podían ser vistos por aviones de reconocimiento, así que se mantuvieron fuera de ellos. Avanzaron por la inundada jungla abriendo caminos y arrastrando el equipo pesado con ellos, a trabes de pantanos y colinas, se hicieron heridas que pronto se infectaron y fueron atacados día y noche por hambrientos y numerosos mosquitos además de sufrir de disentería.
Gracias al Raid de Edson, los Marines estaban en alerta, el estudio de mapas de la zona dio como resultado una colina bastante llana a una milla al sur de Henderson, los marines no la habían ocupado todavía, es mas, el perímetro sur era bastante débil en general.
Vandegrift había posicionado sus mejores defensas en sus flancos y en la costa. Los únicos Marines disponibles para ocupar la zona eran los Raiders de Edson y el Batallón de Paracaidistas al mando del Capitán Harry Torgerson que se había volado los pantalones en Gavutu. Edson, siempre optimista le informo a sus hombres que se dirigían a un área tranquila, la estaban necesitando, semanas de combate en la jungla y marchas habían dejado exhaustos a sus hombres.
El 12 de Septiembre Kawaguchi tenía dos de sus tres batallones en sus puntos de partida en la cara norte del Monte Austen. El ataque se llevaría a cabo sin el faltante batallón.
Las lluvias de la tarde habían inundado a los 600 Marines que defendían la colina y mientras caía la noche, las empapadas tropas buscaron algún confort y necesario descanso, pero las cosas no serian así. A las 2100 una bengala verde ilumino el cielo desde un avión de patrulla Japonés. En menos de media hora los barcos enemigos comenzaron a bombardear la colina, la mayoría erró su objetivo y solo consiguieron alertar a los Marines. Cuando la artillería naval termino su concierto, comenzaron los morteros, a ellos se le unió el fuego de ametralladoras y gritos de “Los Marines estarán muertos mañana” que venían de la oscuridad que eran acompañados por los hombres golpeando las culatas de sus rifles al unísono mientras avanzaban.
La carga fue rápida y dura. Los granaderos japoneses vinieron primero, seguidos por fusileros y soldados con ametralladoras ligeras. Se movían en columnas, saliendo de la oscuridad, intentando usarla como cobertura, sin embargo, resulto en una confusión masiva para las fuerzas de Kawaguchi. Se desorganizaron y el resultado fue una serie de pequeñas batallas cuerpo a cuerpo, con puños, pies, bayonetas y herramientas. La lucha se degenero en un combate desesperado en donde ninguno de los comandantes tenía el control.
De repente la línea de los Raiders fue penetrada por algunos japoneses. 7 Marines desaparecieron, y nunca fueron vistos de nuevo, ni siquiera se encontraron sus cuerpos después de la batalla. Pero los japoneses no pudieron mantener su ventaja, los japoneses se habían excedido y no tenían las fuerzas para mantener su incursión. Para las 0500 se habían retirado a la jungla nuevamente.
Los Raiders estaban heridos y asombrados, su orgullo había sufrido un golpe. Los japoneses los habían hecho retroceder. Las bajas obligaron a Edson a consolidar la línea más atrás en la colina. Los marines retrocedieron como zombis a sus nuevas posiciones, el calor y la falta de sueño seguían chupando sus energías, uno de cada tres hombres se había convertido en una baja. Su única motivación era que su bandera seguía flameando en Henderson Field y el ataque había sido repelido. Pero Edson sabía que los japoneses volverían, tendría que hacer previsiones para estar listo para el próximo ataque.
Un tercio de su fuerza había desaparecido, eso lo dejaba con 400 Raiders y Para-Marines para defender más de 1600 metros de 2000 soldados enemigos. Eso dejaba una proporción de 1 Marine aca 4 metros. Edson dijo a sus hombres “Es inútil preguntarse porque estamos aquí. Estamos aquí y solo nosotros separamos a los japoneses de Henderson Field, si no resistimos, perderemos Guadalcanal”
Kawaguchi estaba decepcionado por no haber tomado la colina en el primer intento, pero la moral era buena, el enemigo había sido forzado a retroceder, así que un golpe más y la victoria seria suya.
Estaba tan ansioso que adelanto la hora del ataque para las 1800, todo habría terminado para la media noche y el premio seria suyo.
Bloody Ridge
Segunda noche, 13 Septiembre
La hora había llegado, los japoneses empapados con el espíritu del Bushido le darían al general Kawaguchi su anticipado triunfo, esperaba que pronto estaría recibiendo la rendición americana en el aeropuerto.
El ataque comenzo a tiempo, Kawaguchi no espero al bombardeo naval planeado para esa noche, tampoco esperaría a que el resto de su atrasado batallón lograse llegar. Los 2100 japoneses debían ser suficientes para barrer la resistencia que pudiese quedar. Los scouts reportaban que las líneas americanas se habían encogido y que había habido una retirada. Seguramente que los americanos colapsarían con un poco mas de presión. Estaba extremadamente ansioso de alcanzar su ansiada victoria. Mientras la noche se posaba sobre la colina, los morteros japoneses comenzaron a arrojar su lluvia de granadas en las posiciones americanas. Edson había estado ocupado todo el día, mientras la mayoría de sus hombres intentaba conciliar unas horas de sueño, Edson había corrido de un lugar a otro, preparándose para el próximo ataque, primero se aseguro de tener la cobertura de los Howitzers de 105mm del 11th Marines del coronel Pedro de Valle, luego se recorrió toda la colina ubicando los mejores lugares para sus ametralladoras pesadas. Se había asegurado de que sus morteros podían alcanzar lo que parecían los caminos mas probables de avance del enemigo, eso fue todo lo que pudo hacer, regreso a su puesto de comandante y le dijo a su ayudante “Nada que hacer ahora, excepto esperar a que suceda”.
Una hora después, sucedió, o al menos comenzó. La usual bengala descendió del cielo y el ataque comenzó. La oscuridad de la jungla pareció abrirse en varios lugares cuando pequeños hombres en uniformes caqui salían de los arbustos. “Dios mío” dijo uno de los presentes “Aquí vienen!”. Y así lo hicieron, los enemigos avanzaron hacia los pies de la colina disparando desde la cintura, las armas de los marines comenzaron a escupir arrancando gritos de dolor a los Japoneses, los proyectiles de 105mm se estrellaron contra el valle justo delante de ellos. Las filas japonesas fueron diezmadas por las explosiones. El campo de batalla se lleno de gritos y explosiones, el sonido de tantas armas era suficiente para ensordecer a cualquiera. En minutos las laderas de la colina se llenaron con docenas de cuerpos, algunos inmóviles, algunos retorciéndose de dolor en el pasto incendiado por los proyectiles. Las ametralladoras japonesas ocultas en la jungla intentaban localizar el flash de las ametralladoras de calibre 50 de los americanos. Unas ves que las encontraban las rociaban sin misericordia, cuando un artillero caía, un cargador o cargador de municiones lo sustituía inmediatamente. Los equipos de ametralladoras fueron completamente destruidos uno por uno en menos de 30 minutos.
El rango pronto se hizo mas chico, aun con el devastador fuego que emanaba de la colina, había tantos japoneses que habían llegado a las posiciones avanzadas americanas y nuevamente la lucha se llevo a cabo mano a mano. Los oficiales japoneses desenvainaron sus espadas samurai mientras que sus soldados hacían trabajar frenéticamente sus fusiles, disparando mientras cargaban. Algunos de los atacantes estaban armados solo con cañas de Bambú, pero lucharon tan valientemente como sus mejor armados camaradas. En algunas zonas comenzaron duelos de granadas, las bayonetas y herramientas también entraron en acción. Un Marine se agachó para tomar mas munición que tenia en sus pies, y cuando alzo nuevamente la vista se encontró con un oficial japonés que corría hacia el con una espada. El Marine solo atino a defenderse del golpe con su rifle, la espada atravesó varios centímetros en la culata del arma y amputo limpiamente dos de los dedos de la mano derecha del Marine, luego ambas armas salieron despedidas hacia la oscuridad por la fuerza del golpe. El Marine comenzo entonces a ahorcar al oficial japonés con su mano izquierda mientras le daba patadas hasta matarlo, luego se fue en busca de un medico.
El ataque logro hacer algo de penetración en el flanco derecho donde 1000 japoneses concentraron sus esfuerzos contra 100 Para-Marines. A pesar de estar fragmentado, el flanco resistió, el ataque finalmente se quedo sin fuerzas, y el resto de las fuerzas japonesas desapareció tan pronto como había aparecido.
Otro ataque, una hora después tuvo el mismo final que el primero. La línea americana se dobló bajo la presión y comenzó a asemejarse a una herradura. Cinco ataques mas fueron lanzados esa noche, ninguno mejor que el primero.
Poco antes de que el último ataque japonés tuviera lugar, los Marines estaban cortos de todo menos de agallas. Edson tomó a un joven Cabo de nombre Watson que tenia alguna experiencia en llamar fuego de apoyo de la artillería.
Para el medio día, Watson seria Teniente Segundo gracias a la habilidad que demostró llamando un infierno sobre el enemigo. Vigilando las señales de los japoneses pudo señalar precisamente sus lugares de asamblea, luego mandar algunas rondas de artillería justo donde se estaban agrupando. Mientras trabajaba desesperadamente, comenzó el ataque final. Watson comenzó a acercar el fuego de artillería a sus propias líneas mientras que los japoneses comenzaban su avance. “Mas cerca” susurraba Watson mientras los proyectiles impactaban a 50 yardas de los puestos avanzados de la defensa de los Marines. Los aterrorizados Japoneses se escabullían hacia las trincheras americanas para escapar del infierno que se había desatado, en las trincheras eran acuchillados por los Raiders que estaban escondidos y luego devueltos por donde habían venido.
El horror de la artillería es el modo en que despedaza a los hombres. No los mata limpiamente, sino que arranca su carne y órganos de sus cuerpos y los lanza hacia el aire, destroza los órganos internos creando contusiones y arranca pedazos de la cara lejos del cráneo.
Los morteros de los Marines también se habían sumado a la defensa, era más de lo que los atacantes podían soportar. Una vez más se retiraron. Edson mandó un mensaje a Vandegrift, el mensaje era corto y simple: “Podemos aguantar”.
Para la mañana todo había terminado. Una de las batallas más importantes de Guadalcanal había terminado con los Raiders y Para-Marines duramente golpeados pero todavía “reyes de la colina”. Los hombres de Kawaguchi, mientras tanto habían comenzado la retirada.
Un oficial japonés escribió: “No puedo evitar llorar cuando veo a esos hombres marchando sin comida por cinco días, bebiendo agua apestosa de pantanos lodosos, cargando a sus heridos a trabes de los caminos de montaña. Las heridas no pueden cuidarse adecuadamente, no hay una que no haya sido infectada por las moscas. Muchos han muerto”. Más de 600 habían muerto en la colina, otros 250 en el Tenaru y 100 en el Mtanikau. Los Marines perdieron 40 hombres y 104 fueron heridos. Este punto sin nombre de una lejana isla se convirtió en otro capitulo de la leyenda de los Marines. No permanecería sin nombre, crucial en la defensa de Guadalcanal y Henderson Field, el sitio recibiría dos nombres, "Edson's Ridge," y Bloody Ridge”, cualquiera de los dos, nombres muy apropiados.
Mapa de la zona y las posiciones de los Marines
Bloody Ridge
Posicion defensiva en Bloody Ridge