11-08-2013
RUSIA EN LA GUERRA (I)
De la invasión a Staingrado
Alexander Werth
II. DESDE LA INVASION A LA BATALLA DE MOSCU.
- Smolensko: El primer alto a la “Blitzkrieg”
pp.205-212.
Vista en perspectiva, la batalla de Smolensko iba a marcar el comienzo de una nueva fase en la campaña rusa, y en definitiva a introducir un tipo muy diferente de lucha entre la Alemania nazi y la Rusia soviética. En la zona de Smolensko, por primera vez, la resistencia rusa logro detener el avance de la blitzkrieg alemana, aunque solo por un par de meses. Así, en el mismo centro de gravedad del ataque invasor, sobre la ruta directa a Moscú, la libertad de maniobra del Alto Mando alemán quedo seriamente limitada, y su consideración del tiempo como factor fundamental de la guerra, abatida.
El 16 de julio llegaron las vanguardias de Von Bock a los suburbios de Smolensko para encontrar ahí una resistencia como nunca habían encontrado. Hasta entonces solo habían encontrado núcleos aislados de resistencia y pequeñas unidades rusas que llevaban a cabo unas acciones suicidas de contención. Esta vez tuvieron ante sí un frente unido, coherente y de cierta extensión.
Los rusos estaban determinados a no permitir que el enemigo avanzara mucho más. Pusieron en juego sus reservas en un amplio frente desde Velikie Luki a Mozyr, y mediante oportunos contraataques detuvieron la progresión de las tropas nazis. Aun cuando la propia ciudad de Smolensko cayó en poder germano, continuo sin tregua el duro combate general, hasta fines de julio, e incluso durante agosto, los alemanes no lograron romper las líneas rusas, establecidas firmemente a treinta o cuarenta kilómetros al este de Smolensko, entre Yartsevo, Yelnya y la línea del Desna.
Como de costumbre, los historiadores de cada bando se muestran en desacuerdo sobre que lado disponía de mejores recursos, quien tenía más hombres y material en la batalla de Smolensko. El general Guderian, verbigracia, ha hablado de la «gran superioridad rusa de tanques». Dadas las elevadas pérdidas que de tales ingenios bélicos habían sufrido los soviéticos, es extremadamente improbable que así sucediera, aun cuando también es posible que los mismos alemanes, con unas divisiones acorazadas que llevaban semanas ininterrumpidas de combate y de marcha, tuvieran muchos tanques en condiciones de inferioridad para la lucha. Además, las líneas de suministro eran para entonces tan extensas (en un país de malas carreteras), que las piezas de recambio y el mismo combustible pudo no haber llegado al frente, del lado alemán, con la rapidez o en las cantidades necesarias.
(…) Con todo, fuerza es admitir que tres factores favorecían a los rusos en la batalla en torno a Smolensko. En primer término, la moral de los soldados rusos era a la sazón mucho más alta que antes. El pensamiento de que ya no estaban luchando en la distante Bielorrusia, sino en la mismísima carretera que termina en Moscú, tuvo sin duda su importante efecto psicológico. En segundo lugar, la artillería soviética, que era casi la única arma rusa que se encargaba de enfrentarse, tanto a la aviación como a los tanques de Hitler, era considerablemente superior a la alemana. Finalmente, muy importante en lo psicológico como en lo militar fue la aparición de los morteros katiushka, arma desbastadora. Como escribía más tarde el mariscal Yeremenko:
«Probamos por primera vez esa soberbia arma en Rudnya, al noroeste de Smolensko. En la tarde del 15 de julio la tierra tembló con la explosión poco habitual de los cohetes. Como cometas de roja trayectoria, los cohetes salían proyectados por el aire. Las frecuentes y aterradoras explosiones, de un género jamás escuchado, impresionaban a la imaginación. El efecto de la explosión simultánea de docenas de tales proyectiles era auténticamente terrorífico. Los alemanes huían despavoridos, e incluso nuestras propias tropas cercanas a los puntos de explosión, desconocedoras –por razones de secreto militar-, de la naturaleza de la nueva arma, se aprestaban a retroceder desde la línea de combate»
Los rusos habían llevado al combate asimismo unos cuantos aviones, de modo que la supremacía aérea alemana ya no era completa como había sido durante las tres primeras semanas transcurridas desde el inicio de la invasión.
Sea como fuere, el hecho esencial es que los rusos consiguieron hacer más lento, hasta detenerlo, el fulminante avance de la blitzkrieg germana al este de Smolensko, con diversas e importantes consecuencias.
Desde el punto de vista ruso, aquello tenía todas las características de una desesperada acción de retaguardia, pero en gran escala y sostenida el tiempo bastante para permitir un respiro al Alto Mando soviético. La «Línea Smolensko» constituyo el escudo tras el cual los Ejércitos soviéticos fueron capaces de reagruparse y de aportar reservas a la defensa de Moscú. **De no haber mediado tal hecho de guerra, la capital rusa hubiera caído en manos de Hitler, de acuerdo con el plan previsto, antes de la llegada del invierno.**Examinando la cuestión desde el punto de vista alemán, la resistencia rusa en Smolensko era el primer momento difícil de sus planes, con la consecuencia de que el retroceso sufrido les planteaba un problema estratégico de primera magnitud.
El 4 de agosto, cuando la fuerte lucha alrededor de Smolensko llevaba ya unas tres semanas, Hitler celebro una conferencia militar en Novy Borissov, cuartel general del grupo de Ejércitos del sector central de la Wehmacht. Según refiera Guderian –quien asistió a ella- Hitler designo el área industrial de Leningrado como su objetivo primordial. No había decidido aun si luego seguiría Moscú o Ucrania, pero parecía inclinarse más bien hacia el último objetivo. Esperaba dominar Moscú y Jarkov para el comienzo de la estación invernal. Sin embargo, en ese día no se decidió nada concreto.
Durante las veinte jornadas siguientes la lucha siguió con toda dureza en torno a la zona de Smolensko sin llegarse a resultados concretos, y cuando Hitler celebró otra conferencia similar a la anterior el 23 de agosto, la solicitud de Guderian de concentrar el avance sobre Moscú, fue rechazado. Hitler se había decidido finalmente a a atacar Ucrania y Crimea, afirmando que las materias primas y la agricultura ucraniana eran vitalmente importantes para que Alemania pudiera proseguir la guerra. Respecto a Crimea la califico de «portaviones soviético para lanzarse contra los campos petrolíferos de Rumania», razón por la cual debía eliminarse la amenaza que suponía para el Reich. «Mis generales –afirmó Hitler- no saben nada de los aspectos económicos de la guerra» Pensara o no en su fuero interno el líder nazi que Moscú podía caer en sus manos antes del invierno, de acuerdo con el nuevo plan decidido, era evidente para Guderian que tal posibilidad se había convertido en muy remota, y por tanto la decisión del Führer le sentó muy mal, o al menos así lo ha afirmado una vez terminada la guerra. Más tarde calificaría la decisión de trasladar dos cuerpos de Ejército y fuerzas mecanizadas de tanques al Sur, en vez de concentrarlo todo en la conquista de Moscú, de «fatal error».
Si bien los rusos rechazan como algo fantástico la pretensión alemana de haber capturado 348,000 prisioneros, más de 3,000 tanques y otros tantos cañones, durante los combates librados en el área de Smolensko, no cabe la menor duda de que las perdidas rusas fueron muy serias. (…) La batalla de Smolensko fue uno de los momentos clave de la guerra. Los rusos habían detenido la blitzkrieg germana y obligado a Hitler al cambio de planes. Además todo ello tuvo un gran efecto y repercusión en la moral del Ejército Rojo.
Tras la batalla de Smolensko se concedieron un millar de condecoraciones y siete hombres recibieron el título de «Héroe de la Unión Soviética»
(continuara)
**De aquí podemos sacar conclusiones.
La más importante: En Smolensk descuben los rusos que a los alemanes si se les puede ganar**
saludos
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