30-06-2006
La batalla de Moscú representó enormes perdidas para el ejercito rojo, mas aun cuando esta -por tierra- no se dio en Moscú sino en sus alrededores.
¿Cual es la vision de Zhukov? Agárrense
La ofensiva de las tropas alemanas según el plan de la operación "Tifón" comenzó el 30 de setiembre con el ataque del Grupo Acorazado de Guderian y el 2 Ejército alemán contra las tropas del Frente de Briansk en el sector de Zhúkovka-Shostka. El 2 de octubre el enemigo asestó potentes golpes a las tropas de los frentes del Oeste y de Reserva. Siguieron golpes muy fuertes desde los sectores al norte de Dujovschina y al este de Roslavl. El enemigo consiguió romper la defensa de nuestras tropas. Sus agrupaciones de choque avanzaron im-petuosamente flanqueando por el sur y el norte toda la agrupación de tropas de Viazma de los frentes del Oeste y de Reserva.
Se creó una situación muy grave también al sur de Briansk donde el 3 y el 13 ejércitos del Frente de Briansk se encontraron amenazados de cerco. Sin encontrar seria resistencia las tropas de Guderian avanzaron impetuosas hacia Oriol, donde nosotros no teníamos fuerza para rechazar la ofensiva.
El 2 de octubre, por indicación del Gran Cuartel General, se formó el 1 Cuerpo Reforzado de Ejército de la Guardia, al mando del mayor general Leliushenko. La misión del Cuerpo era frenar el avance de las tropas enemigas y asegurar el repliegue de las tropas del Frente de Briansk.
Explotando la ofensiva, el 3 de octubre las unidades de Guderian se apoderaron de Oriol, que no estaba preparado para la defensa, saliendo con el 24 Cuerpo Motorizado a la retaguardia del Frente de Briansk. El 1 Cuerpo de Ejército de la
Guardia, desplegado en el sector de Mtsensk, entabló combate con la agrupación motorizada y acorazada del enemigo. Las tropas enemigas fueron detenidas allí varios días y sufrieron grandes bajas en hombres y material. Los tanquistas de la 4 y la 11 brigadas utilizaron por primera vez la táctica de atacar desde emboscadas los tanques enemigos. Aprovechando el éxito del 1 Cuerpo de la Guardia, las tropas del Frente de Briansk se replegaron a las posiciones indicadas.
He aquí cómo recuerda este episodio el general Guderian, comandante jefe del 2 Ejército Acorazado alemán: "El 2 de octubre... simultáneamente en el sector de operaciones del 24 Cuerpo Acorazado junto a Mtsensk, al noreste de Oriol, se entablaron encarnizados combates en los que participó la 4 División Acorazada... Fueron lanzados al combate gran número de tanques rusos T-34, que causaron cuantiosas bajas a nuestros tanques. La superioridad material de nuestras fuerzas acorazadas, que había existido hasta entonces, se perdió y pasó a ser del enemigo. Con ello desaparecieron las perspectivas de un éxito rápido e incesante".
Y más adelante: "La rápida ofensiva proyectada sobre Tula hubo que aplazada por el momento".
Lo que es cierto, es cierto. Guderian no sólo tuvo que aplazar la rápida ofensiva sobre Tula: más aún, no logró apoderarse de la ciudad. Sin embargo, el Frente de Briansk quedó cortado. Sus tropas, sufriendo pérdidas, se retiraban combatiendo hacia el este. Se creó una situación amenazante también en la dirección de Tula.
Por orden del comandante jefe del Frente del Oeste, coronel general Kónev, se asestó un contragolpe al norte de Viazma a la agrupación norte del enemigo que flanqueaba a nuestras tropas. Lamentablemente, este contragolpe no prosperó. Al expirar el 6 de octubre, una parte considerable de las tropas de los frentes del Oeste y de Reserva fue cercada al oeste de Viazma.
De la conversación en el Estado Mayor del Frente del Oeste y del análisis de la situación saqué la impresión
de que se podía haber evitado la catástrofe en el sector de Viazma. Sobre la base de los datos de la exploración, el Gran Cuartel General del Alto Mando ya el 27 de setiembre advirtió mediante una directriz especial a los jefes de los frentes de la posibilidad de una ofensiva en los próximos días de grandes contingentes del adversario en la dirección de Moscú. Por consiguiente, la ofensiva no fue una sorpresa, como sucedió al comienzo de la guerra. A pesar de la superioridad del enemigo en hombres y material, nuestras tropas habrían podido evitar el cerco. Para ello habría sido necesario determinar a tiempo más correctamente la dirección de los principales ataques del enemigo y concentrar contra ellos el grueso de las fuerzas y recursos a expensas de los sectores pasivos. Eso no se hizo, y la defensa de nuestros frentes no resistió los ataques concentrados del adversario. Se formaron brechas que no había con qué tapar, pues al Mando no le quedaba en las manos ninguna reserva. Al final de la jornada del 7 de octubre todos los caminos que llevaban a Moscú, en esencia, estaban abiertos.