Los Paracaidistas Franceses en la Guerra de Indochina (1946-1954)

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02-04-2008

Los Paracaidistas Franceses en la RC 4. El infierno (parte 06) :

El asunto de la RC 4 no terminará sin ofrecerle, en holocausto, un segundo batallón de paracaidistas. Como si hiciese falta el sacrificio de un puñado de guerreros para redimir la cobardía de la mayor parte.

El 3° BCCP está a punto de dar fin a su estancia en Asia. Al comienzo de la operación de “estrechamiento del dispositivo” (como dice Carpentier grandilocuentemente), se encontraba en alguna parte en dirección a Nasan, a ciento cincuenta kilómetros de Hanoi, en pleno corazón del país thaï.

En cuanto las cosas han empezado a ir mal dadas, Carpentier ha hecho volver a este batallón extenuado a Hanoi, a marchas forzadas, para lanzarlos en paracaídas sobre That Khé.

Le da la misión al capitán Cazeaux, el jefe del cuerpo :

Hay que tender una mano a la columna Charton-Lepage.

De hecho, el 3 de octubre Cazeaux y sus hombres se encuentran relativamente cerca de Coc Xa y podría haber acudido en ayuda de las tropas que van camino a la perdición. Pero Carpentier ha ordenado :

¡Sean prudentes! 

Ya sabía que no existía esperanza alguna para ayudar a Lepage, ni a Charton, y no tenía ganas de ofrecer a los  viets  un  batallón  suplementario.  Por  esta  razón,  el  7  decide  que  el  3°  BCCP, se dirija a That Khé. Misión : esperar a los supervivientes.

Por estar al final de estancia, el batallón no tiene más que dos compañías completas. Se le agregó la compañía de marcha del teniente Loth, formada por un refuerzo de legionarios inicialmente previsto para el 1° BEP.

Ultima foto tomada del capitán Cazeaux en Bach Mai, antes de su último salto. Morirá en cautividad en respuesta a una tentativa de fuga.

En resumen 398 hombres serán largados, 268 del 3° BCCP y 130 la compañía de marcha del BEP, recién lleganda de Argelia, en 3 oleadas. El 8 de octubre a 14:20 los primeros Dakota y el Junker 52 despegan del aeródromo de Bach Mai. Entre 16:00 y 16:30 los primeros elementos saltan cerca del puente Bascou a 7 km. en el norte de That Khé, llegados al suelo toman el camino a las colinas cercanas y descubren de inmediato allí a elementos de la Brigada 308 de los viets, que tiene tomada las partes altas.

Los supervivientes de la columna Charton-Lepage, van llegando de a poco. Cien, doscientos quizá. Los primeros en llegar son los solados marroquíes. 

Llegan allí llenos de pánico, locos de miedo, como una horda acorralada. Les siguen algunos legionarios de Charton, en número inferior. También algunos paracaidistas.

Y nadie más. Como si la jungla se hubiese cerrado sobre sí misma, como si ya nadie pudiese salir de allí. Menos los viets.

Los viets están por todas partes,

“Son los más fuertes, sálvese quien pueda“.

Esta frase repetida por los marroquíes desencadena el pánico. Pronto, a la guarnición de That Khé  ya no le quedan ánimos para afrontar a esta “marea roja” que los supervivientes describen con palabras de horror.

Carpentier, en Hanoi, se inquieta. Adelanta la retirada en cuarenta y ocho horas y recomienda al coronel Simon :

Sobre todo no destruyan nada, que los viets no adviertan que se marchan, pues en caso contrario prepararían emboscadas.

Una sección de morteros del 3° BCCP (Batallón Colonial de Comandos Paracaidistas), en operaciones en That Khé, en la RC 4, en octubre de 1950.

El puesto de That Khé levanta el campo de noche, con la habitual corte de civiles.

En la cola, para contener un eventual flujo de viets, los paracaidistas.

Cazeaux se pone en marcha de madrugada. A lo lejos,  hacia el río Song Ky Kong, se distingue un hormiguero humano que se desliza lentamente por un puente de barco.

La vanguardia enemiga empieza ya a tantear el terreno. Cazeaux contesta, contiene su ímpetu. Detiene al enemigo y a las tres de la mañana llega al río. Pero constata que los barcos que debían permitirles franquearlo han sido abandonados por los fugitivos, en la orilla contraria.

Los viets ganan terreno. ¿Van a acorralar al BCCP en la orilla del Song Ky Kong?

No. Tres paracaidistas se lanzan al agua y a nado llegan hasta los barcos que acercan a la orilla. El batallón pasa por los pelos.

Frente a ellos, al fondo de un estrecho valle donde serpentea la RC 4 que conduce a Lang Song, la salvación, hay un estrechamiento  que constituye la última dificultad.

Graciani, un joven teniente, un corso bullicioso que desde la víspera tiene un ojo reventado a causa de un estallido, dice :

Esperemos que los viets no estén en el paso.

Añade Planet :

Si están, estamos perdidos.

Están.

Apenas la columna evacuada de That Khé se introduce en el desfiladero, es recibida por las ametralladoras. Un muro de hierro y de fuego.

Ocurre entonces una cosa increíble, inaudita. Son los civiles, rebaño harapiento y famélico muerto de miedo, los que fuerzan el paso. Se lanzan hacia delante como animales acosados. Muchos son alcanzados por las balas, pero detrás de ellos, marroquíes, partisanos y soldados regulares pueden pasar al otro lado, hacia la seguridad.

Unicamente algunos elementos de tabors son cortados de la columna. Ellos y, naturalmente, el 3° BCCP.

El desfiladero de Deo Cat entre That Khé y Dong Dang, que vive gran parte de la destrucción del 3° BCCP y de la compañía del teniente Loth, el 11 y 12 de octubre de 1950.

Dice Cazeaux :

Hay que pasar.

Y contestan los comandantes de compañía :

¡Allá vamos!

A las nueve, cuando el sol empieza a calentar, se lanzan a descubierto hacia el flanco de las rocas donde están instalados los viets. Esperaban contar con el apoyo de dos pequeños puestos establecidos sobre los viets, a uno y otro lado de la carretera. Y su maniobra, montada en función de este apoyo, desemboca en la catástrofe.

Sin orden para ello, los puestos franceses han levantado campo al amanecer. Sin tampoco avisar. Lo que es fatal para los paracaidistas. Al cabo de dos horas de vanas tentativas, es evidente que no van a poder pasar.

Entonces, bajan de nuevo al valle.

Los oficiales discuten alrededor de Cazeaux.

Algunos opinan :

Sólo queda una solución, dejar a los heridos y huir a través de la vegetación, hay senderos y podríamos despistar a los viets.

Pero Cazeaux mueve la cabeza :

Acuérdense, señores, del asunto de Pho Lu...

El caso de Pho Lu es el drama secreto del 3° BCCP. Ello tuvo lugar hace un año. Acorralado en condiciones similares a las de hoy por alrededor de mil viets, el 3° BCCP consiguió salir contraatacando. En el lugar sólo dejaron a los muertos. ¡Sólo a los muertos!

Cuando el 3° BCCP regresó a Hanoi con los heridos, el coronel Carpentier, con un gesto despreciativo, les lanzó a la cara : “¡Son ustedes unos cobardes!”.

Actualmente, sigue siendo el que manda en Indochina. El 3° BCCP no puede ni pensar en abandonar a sus muertos, y menos aún a sus heridos.

Graciani sentencia :

En ese caso, estamos perdidos. Para eso es mejor reventar limpiamente.

Se pone a la cabeza de un destacamento y parte hacia el Norte a través de los matorrales. Al cabo de tres horas está de regreso y anuncia :

Hay un paso posible por la cima.

Cazeaux da la orden de ocuparse de los heridos y los muertos de forma que puedan ser transportados. A las cinco todo está a punto. El batallón se pone en movimiento. Durante todo el día y toda la noche van penetrando en la jungla.

El tiempo es malísimo. Sin guía, sin punto de referencia, sin mapa, sin nada, la columna se pierde en la selva de bambúes. Por la mañana las radios captan un mensaje dirigido al puesto de Lungai, muy cerca :

Esperen a los paracaidistas hasta las ocho. Si a esa hora no han aparecido repliéguense.

Instintivamente, Cazeaux mira el reloj : son las ocho menos cuarto. Queda una esperanza : el puesto de Na Cham. Hay que seguir, y andar. ¡Andar más y más!

Por la  noche  gracias  a una escampada, pasa un avión, repara en el batallón y le envía un mensaje con lastre :  “Estén en Na Cham a las tres de la madrugada. Les indico el camino correcto. ¡Animo!” 

Renacen de nuevo las esperanzas para el batallón. Y, de pronto, al final del sendero, un río con un puente. Todos piensan lo mismo : “Si los viets nos esperan, es ahí donde sucumbiremos”.

Y efectivamente, les esperan. En gran número además, seis mil : dos divisiones.

El 14 de octubre marca la destrucción casi íntegra del batallón, aparte de algunos paracaidistas perdidos en la selva que todavía se batieron durante dos días intentando reunirse con las líneas amigas, un puñado lo logrará, los otros serán muertos o prisioneros.

De los 268 paracaidistas del 3° BCCP empleados en la RC 4, 14 se reunirán con las líneas francesas, 15 llegarán a evadirse de los campos de prisioneros viets, 91 sobrevivirán a la cautividad, pero 38 serán muertos en los combates, 94 murieron en cautividad y 16 serán ejecutados por tentativas de fuga, como el capitán Cazeaux.

De la compañía de marcha BEP, únicamente cinco hombres llegan a Lang Son.

Las acciones en la RC 4 le dieron a los franceses 4.800 muertos o desaparecidos y 2.000 heridos, sin contar un importante material : 13 cañones, 450 vehículos, 120 morteros, 940 ametralladoras, 1.200 fusiles ametralladores y 8.500 fusiles.

El desastre de la RC 4 fue como una epidemia. Nadie lo creía, pero todos, o casi, murieron allí. Y el sacrificio de los paracaidistas, y también de otros, no sirvió para nada. Debían proteger la retirada y salvar Lang Song, la que fue vergonzosamente evacuada algunos días más tarde, sin destruir nada. Fueron los paracaidistas de Gilles, el general tuerto, quienes tres años más tarde hicieron por fin saltar los depósitos dejados intactos por Constans “El Magnífico”, el coronel a cargo de la guarnición.

Pero los paracaidistas no sienten rencor. Escondieron cuidadosamente su duelo y, si lloraron, lo hicieron sin testigos : no hay que dar un espectáculo a “los otros”.

Su única venganza fue un “al estilo de...” que se burlaba con humor y algo de amargura de esos “otros” que los enviaban a la muerte.

“Los que...”

Los que voluntariamente

Los que de oficio

Los que hacen campaña a los TOE en espera de que pase

Los que acorralan

Los que estorban

Los que medio estorban

Los que escalan

Los que construyen con hormigón

Los que destruyen

Los que abren el camino y que sólo tienen derecho a cerrarlo

Los que la tinta en la gorra

Los que la tinta en la pluma

Los que dan órdenes

Los que las transmiten y las mejoran

Los que se preguntan cómo ejecutarlas

Los que dicen estamos mandados por una pandilla de cerdos, sin dar cuenta de que podrían formar parte del      Alto Mando

Los de corbata verde

Los de corbata negra

Los que les gustaría mucho tener una del color de sus albornoces

Los que no necesitan color para llevar corbata

Los que toman las armas al enemigo

Los que más bien hacen tomas de armas entre amigos

Los que en el Regimiento

Los que en la Brigada

Los que en la División

Los que en Cuerpo de Ejercito

Los que en el Ejercito

Los que “al asalto” y que no tienen nada porque se encuentran completamente solos

Los que mueren como héroes modestos

Los que no son ni héroes, ni modestos, pero que no mueren

Los que se esconden

Los que “hacia delante, vosotros”

Los que disparan sobre todo lo que ven

Los que disparan sobre todo antes de ver

Los que comprenden y se acuestan viendo llegar a la Marina

Los que se esconden incluso allí donde no llega la Marina

Los que china

Los que vietnamita

Los que camboyana

Los que laosiana

Los que venérea

Los que doblan los paracaídas para tener el “sueldo del Aire”

Los que se contentan con amores masculinos domésticos

Todos éstos y muchos otros que no se atrevían como antes a gritar “Muerte a los cerdos” por miedo a encontrarse todos en los diques de la Vida Eterna, acabaron sin embargo por ponerse de acuerdo y por encontrar una sonrisa indulgente al contemplar a unos enormes diablos negros con unos dientes muy blancos, encuadrados como capitanes barrigudos doblemente provistos de anzuelos, y la divisa de todos ante este espectáculo reconfortante a partir de entonces : “En el asfalto, los más cerdos.”

Lo que a pesar de todo es falso, pues no había asfalto lo bastante importante para necesitar la presencia y justificar el sueldo de ciertos oficiales superiores.

Hasta aquí dejo las palabras de ese ex-para Erwan Bergot, que deja claro cual es el espíritu Para del Paracaidista Francés, y de lo valedera que es su máxima : “ El Para no para, Sigue”.

Fuente :

Les Paras (Erwan Berghot).

La Legión (Georges Blond).

La Légion Étrangère sur la RC 4. Indochine, 1950 (Jean Philippe Liardet).

Hasta acá este capítulo de los Paracaidistas Franceses en Indochina. Saludos.

Fug

05-04-2008

Saludos. ok

josmar

06-04-2008

Sin palabras.......

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06-04-2008

Espero que este "Sin palabras......." sea algo positivo, así como para continuar y no algo negativo.

Saludos.

MIGUEL WITTMAN

07-04-2008

Sin duda es de admiración Juan Manoel.

La información, las fotos, todo es muy bueno.

Esperamos la continuación de tus aportes con impaciencia.

Saludos.

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08-04-2008

Fotos de los Paracaidistas Franceses en 1951 :

No existen muchas fotografías de los Paracaidistas Franceses, entre noviembre de 1950 y octubre de 1951, quizá debido al desorden producido después del desastre de la RC 4 y la readecuación del Ejército Francés a los acontecimientos.

Pero acá tenemos las únicas dos de las cuales dispongo :

Dos legionarios, probablemente del 1° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), ya reconstituido después del desastre de la RC 4, observan impactos de balas sobre la pared de una casa de Dong Trieu. Fecha abril de 1951.

En el puesto de Yen Cu Ha, durante la batalla de Day, tiradores del IV BM/7° RTA (4° Batallón de Marcha del 7° Regimiento de Tiradores Argelinos) observan a los paracaidistas del 7° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales) y sus coolíes, que cargan las cajas de raciones a bordo de un LCM (Landing Craft Material) del 3° Dinassaut (División Naval de Asalto). Fecha junio de 1951.

Saludos.

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08-04-2008

Ya contamos anteriormente de como el comandante Fossey-François, batió el récord  mundial de los saltos operacionales, con dos saltos sobre objetivo en el mismo día, en la operación “Lea”, el 7 de octubre de 1947.

Bueno veamos ahora otro récord mundial de los Paracaidistas Franceses en Indochina.

Marca de Transporte en Camilla por la Alta Montaña (parte 01) :

Los legionarios paracaidistas del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) estaban sentados totalmente equipados, frente a frente, en el piso del avión. El viejo aparato Junker tosía como asmático, caía bruscamente en una bolsa de aire, reanudaba su penoso vuelo; volvía a ganar altura soltando gruñidos y, entonces, se tenía la impresión de que su vetusta estructura iba resquebrajarse por todas partes, a estallar; luego, otra vez una bolsa de aire y vuelta a empezar. No había tormenta; la turbulencia se debía únicamente al relieve del suelo.

Las montañas del país thai se elevaban a más de 3.000 metros. ¡Qué paisaje grandioso! Hondonadas fantásticamente profundas, de paredes abruptas, cortan boscosas cordilleras. En el fondo se divisa una plateada cinta de ríos. Durante milenios una civilización, finalmente dichosa, se había elaborado en este lugar, en ese país casi inaccesible, a semanas y más semanas del de marcha del delta tonquinés o de la frontera con China. Ahora se había introducido en él las hormigas comunistas, que iban avanzando con paciencia infinita desde el cuadrilátero de Ho Chi-Minh. Por su parte, los blancos llegaban del Delta en avión.

Los pasajeros del viejo Junker no veían casi nada del grandioso paisaje, porque el tiempo estaba encapotado. No lo estaba totalmente, pues, de tarde en tarde, se veía un claro. Pero desde hacía mucho rato estaban volando como entre algodón. Por la inclinación del piso del aparato y por los cambios de luz, los paracaidistas comprendían que el avión estaba describiendo círculos. No había orientación; sólo mapas aproximados. De vez en cuando unos de estos viejos Junker iba a estrellarse contra la pared de montaña y no se sabía más de él. En uno de los hangares del aeródromo de Bac Mai se había instalado una capilla ardiente para conmemorar a estos muertos en la montaña.

El 2° BEP se había creado en Marruecos en Marzo de 1948 y había llegado a Indochina diez meses después. “Sólido, coherente, homogéneo – decía su primera citación -. Haciendo gala, en cualquiera circunstancias, de audacia, tenacidad, ardor...” Después habían venido otras citaciones más. Igual que sus compañeros del 1° BEP, los paracaidistas del 2° ya habían gustado de todo un poco en Indochina. Ahora (4 de octubre de 1951) se trataba de ir a socorrer Nghia-Lo, “posición clave” francesa en tierra thai (operación “Thérèse”). Esta posición clave estaba sitiada por la Trescientos Doceava División del Viet.

Tres batallones de paracaidistas (el 8° Batallón de Paracaidistas Coloniales, el 10° Batallón Paracaidista de Cazadores a Pié y el 2° BEP) habían levantado vuelo en Bac Mai, lamentable y apolillado aeródromo de Hanoi. Ahora los viejos Junker volaban en medio de un inmenso y majestuoso corredor. El 2° BEP no había de ser soltado directamente encima de Nghia-Lo. Era preciso saltar en Giai-Ho, y, de allí avanzar a pie hacia el objetivo, para tomar al enemigo por la retaguardia. Los paracaidistas vieron como se prendía la luz roja que indicaba que habían de prepararse para saltar.

El paisaje que se veía por la abierta portezuela tenía con que dar a pensar. Metidos en sus uniformes camuflados, con las armas sujetas por medio de correas, con el cuchillo metido en la polaina y los bolsillos exteriores llenos de municiones, cada uno de los paracaidistas era un pequeño arsenal humano. Pero, ¿qué era un cuerpo humano al que se iba alanzar en medio de este caos arbolado, erizado, inmenso, que desfilaba por debajo del avión? Menos que un alfiler; sólo un grano de polvo.

El mapa indicaba que el medio más sencillo y más corto para ir de Giai-Ho a Nghia-Lo era seguir el valle. El jefe de esta primera oleada de la expedición del 2° BEP, capitán Cabiro, de veintisiete años, oficial de la Legión de Honor, que habría de resultar herido en Dien Bien Phu, integrando el 1° BEP, unidad a la cual había sido transferido, después de la reconstitución de ésta, sabía perfectamente lo que, sobre todo, no debía hacerse o sea seguir el camino más corto. Todos los valles que convergían hacia Nghia-Lo estaban, de seguro, llenos de soldados del Viet y podridos de trampas. Itinerario, pues, menos peligroso por la cima de las sierras.

  • Los legionarios me han obligado a admirarles por sus desplazamientos por la montaña, tanto en Indochina como en Argelia – había dicho el general inspector de la legión -. Han salvado numerosas distancias y desniveles en tiempos que se ha considerado un récord.

Estos alpinistas, de una clase muy especial, debían prescindir de cualquier guía en un terreno para ellos desconocido; trepar y descender llevando una pesada carga y evitar dejarse ver u oír. Y, por lo que se refiere a la expedición hacia Nghia-Lo, añádase lo siguiente : cuando se va siguiendo el trazo de las alturas y crestas, no hay agua; las fuentes están más abajo.

El 8° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales) es lanzado el 2 de octubre, el 2° BEP el 4 de octubre y el 10° BPCP (Batallón Paracaidista de Cazadores a Pié) el 5 de octubre.

Octubre 4 al atardecer. Llega la noche; el 2° BEP hace alto y se instala formando un firme punto de apoyo. Se ponen centinelas y no se deja ver ninguna luz.  Los hombres duermen en el suelo por turnos. A amanecer, el fresco les hace temblar. Dos horas después, sudan Marcha en silencio durante toda la jornada del 5; varias escaladas; nada digno de mención.

Octubre 6. Nada por mencionar, aparte de la sed. El alpinismo en país tropical (latitud : 22° norte) deshidrata mucho más que la ascensión al Monte Blanco de Los Alpes. El agua queda racionada.

Octubre 7. Ya no hay comida. El orden de necesidad de los pesos a transportar yendo de operaciones es : 1) armas, material y municiones; 2) bebida; 3) alimentos sólidos. Estos son los que faltan en primer lugar cuando la expedición dura más tiempo del que se había previsto, que es el caso que ahora se da. Se había pensado llegar al lugar de acción el 6 al atardecer o en la jornada del 7, pero no ha sido así. Esta montaña thai es terrible. De vez en cuando la sierra se alza casi verticalmente. Saber qué habrá de llevar menor tiempo, si escalar o rodear, es el problema que se plantea cada vez. Cualquiera sea la solución que se adopte, se avanza lentamente.

Durante el día, la selva está casi en silencio, sólo de vez en cuando se deja oír el grito de un ave. De todos modos los paracaidistas han encontrado que algunos de estos gritos tenían un sonido raro. También han oído piedras que rodaban sobre las rocas. ¿Habrá soldados del Viet en estos parajes? A pesar de todas las precauciones, es difícil que una tropa europea permanezca invisible durante varios días y, sobretodo, su paso deja huellas. Avanzan, pues, lentamente, en silencio y con los sentidos en completa tensión.

Medianoche. La selva parlotea. Varias especies de aves tropicales dejan oír sus extrañas voces, ridículas o inquietantes. Con el arma en la mano, los centinelas velan, tan cerca uno de otro que dan la impresión de que ni una serpiente lograría cruzar la defensa del campamento.

Medianoche y cinco minutos. Se produce el ataque. Súbitamente fulgores y estallidos de varios fusiles ametralladoras, y unas sombras negras que se lanzan hacia delante entre las ráfagas. Pero no ha transcurrido ni medio segundo entre el primer fogonazo divisado y la réplica de los paracaidistas. Las tropas atacantes se derrumban, otros soldados se levantan y algunos llegan locamente muy cerca, soltando alarido y, súbitamente, su griterío cesa de golpe. Durante un buen rato no se oyen más que los disparos y las ráfagas que se responden unos a otros. Después de la última ráfaga, resuena largo rato el eco. Luego, silencio.

  • Me han dado – dice una voz calmada -. En el hombro.

La dificultad está en todo lo que debe hacerse, por así decirlo, a tientas. Si se deja ver una luz se indica un blanco a los tiradores del Viet y, sobre todo, se crea una gran molestia para los defensores de miradas de lince que escrutan la oscuridad. Las órdenes se dan a media voz. Un enfermero se desliza donde está el herido.

Las 2:00; segundo ataque. Las 3:00, tercer ataque. Cada vez por un lado distinto; aspecto común en el Ejército Viet. Se tiene la impresión de que, al repercutir en las montañas, el estruendo del combate debe llegar a oírse a veinte kilómetros de distancia. El dispositivo del 2° BEP no permite que le hagan mella; ni un solo soldado del Viet cruza el muro de fuego. Pero, en estos momentos, la expedición tiene ya tres muertos y unos diez heridos.

La cuestión está en saber si, una vez llegado el día, se podrá reanudar la marcha en dirección a Nghia-Lo o si, para entonces, habrán llegado fuerzas importantes del Viet. En este caso, lo único que ocurriría será que los anales de la Legión se enriquecerán con otro pequeño “Camerone” de la alta montaña. Mientras esperan, se distribuye entre los heridos el agua que aún queda.

Las 4:00. Cuarto ataque que resulta ser más bien menos intenso, pero esto no es forzosamente un buen síntoma; si pronto han de llegar fuerzas importantes del Viet, es posible que los atacantes se conformen con mantener el contacto, con tener sujetos a sus adversarios. Si embargo, llega el alba sin que se produzca ningún ataque, y los legionarios se prestan a levantar su campamento. A la luz del amanecer divisamos a unos hombres ocupado en montar algo con ramas de árboles : son camillas. Once heridos que serán transportados, cualesquiera sean las dificultades. Y tres muertos. También serán llevados en camilla.

Las boscosas montañas del país thai están sumidas en un lechoso mar de niebla. Pero, allá arriba, el cielo se ve azul y el sol, al levantarse, lanza sus rayos hacia escarpadas sierras. El 2° BEP se ha puesto de nuevo en marcha, con las armas a punto de disparar, llevando en el centro a los once heridos y los tres muertos en sendas camillas; los camilleros se relevarán. Los paracaidistas llevan veinticuatro horas sin comer y no han bebido desde el atardecer del día anterior. Su misión sigue siendo la misma : atacar por la retaguardia a las fuerzas del Viet que asedian Nghia-Lo.

Los otros batallones de paracaidistas habían aterrizado alrededor de Nghia-Lo y, por ello, estuvieron en posibilidades de seguir itinerarios menos difíciles. La batalla ya estaba trabada desde el día 6. La guarnición sitiada tomaba parte de ella. Dos divisiones del Viet, bien armadas, libraban un asalto tras otro, para destruir las fuerzas de socorro y de hacer saltar el cerrojo de acceso al país thai. Los franceses aguantaban firmemente y hasta habían logrado poco a poco, algo de ventaja. Todos pensaban que los aviones encargados de transportar el 2° BEP se habían estrellado contra la montaña, o que el batallón había sido sorprendido y exterminado en el recorrido que había de hacer.

El 8 de Octubre a mediodía, los paracaidistas de las unidades coloniales, trabados en combate en las inmediaciones de Nghia-Lo oyeron disparos en el flanco del adversario, súbitamente se desbandó y se retiró en desorden. El 2° BEP llegaba y atacaba, de conformidad con su misión. El 2° BEP llegaba numéricamente completo, por cuanto con él estaban sus once heridos y los tres muertos que los compañeros habían llevado por turno, rompiendo con ello la marca de transporte en camilla por la alta montaña.

Veamos algunas fotografías de la operación “Thérèse” :

Tumba de un paracaidista de la 16ª Compañía del 8° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales), fallecido el 3 de octubre de 1951. Foto sacada en octubre de 1951.

El capitán-médico Chataigneau, del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), gravemente herido en los combates de Nghia-Lo, es llevado en camilla por legionarios (armados de fusiles MAS 36 CR 39) hacia el puesto de Giai-Ho para su evacuación médica. Fecha octubre de 1951.

En el curso de los combates de Nghia-Lo, el comandante Raffalli, al mando del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) comparte un café con un cabo. El 2° BEP, lanzado en paracaídas el 4 de octubre sobre Giai-Ho (operación “Thérèse”), cuya primera oleada estaba al mando del capitán Cabiro, Raffalli es lanzado en una segunda oleada. El batallón  hostiga la división Viêt-minh 312, que desde el 3 de octubre amenaza a Nghia-Lo, defendido por un Batallón Thai reforzado por el 8° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales) y el 10° BPCP (Batallón Paracaidista de Cazadores a Pié). El cuartel del 2° REP (Regimiento Extranjero de Paracaidistas), en Calvi, lleva el nombre de este oficial, denotando su importancia para la unidad. Fecha octubre de 1951.

Un legionario de origen español del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) deja la carcaza de un casco sobre la cruz de bambú que marca el emplazamiento de la tumba de un compañero caído en los combates de Nghia-Lo. Fecha octubre de 1951.

El teniente coronel de Rocquigny, al mando del grupo operacional formado por el 8° BPC (Batallón de Paracaidistas Coloniales), el 10° BPCP (Batallón de Paracaidistas de Cazadores a Pié) y el 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) y el comandante Raffalli, al mando del 2° BEP, se recogen frente a la tumba de un legionario caído en el curso de los combates de Nghia-Lo. Fecha octubre de 1951.

En el curso de los combates de Nghia-Lo, un legionario (de origen húngaro) de 1ª  clase del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) vigila detrás de su ametralladora Browning M 1919 A4 de calibre 30  (7,62 mm.). Es allá dónde se encontraba el cuartel general de la división 312 (Daï Doan 312) de Viêt-minh, donde se está en pleno del enfrentamiento. Fecha octubre de 1951.

En el curso de los combates de Nghia-Lo, personal del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) avanza en el río Nam-Minh. En el primer plano, el capitán Coat (que será muerto el 15 de octubre de 1951), viste la frecuente combinación de camuflada de mono USMC 42. El segundo legionario lleva un gorro de cuartel de infantería de la Legión Extranjera (verde con fondo rojo) considerada como prenda de descanso, en lugar de la boina verde llevada desde el 1949. Esta práctica cesará en 1952 con la adopción definitiva de la boina verde. Fecha octubre de 1951.

Continuará.........

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08-04-2008

Marca de Transporte en Camilla por la Alta Montaña (parte 02) :

En el curso de los combates de Nghia-Lo, un sargento 1° de origen belga (a la izquierda) y el sargento Thater, de origen alemán, de la 2ª  CIPLE (Compañía Indochina Paracaidista de la Legión Extranjera) del 2° Batallón Extranjero de Paracaidistas, comen y fuman cigarrillos en medio de los bambúes. El sargento Thater morirá en una emboscada cerca del pueblo de Xuong Si, el 24 de diciembre de 1951. Fecha octubre de 1951.

Un legionario del 2° BEP (Batallón extranjero de Paracaidistas) atraviesa un pequeño río, en la región de Nghia Lo. Fecha octubre de 1951.

Después de los combates de Nghia-Lo donde se distinguió, el capitán Hélie Denoix de Saint Marc, jefe de la 2ª  CIPLE (Compañía Indochina Paracaidista de la Legión Extranjera) del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), es condecorado por general de Lattre de Tassigny en el curso de un acto militar en Ninh-Giang. Fecha noviembre de 1951.

En del acto militaren Ninh-Giang, el teniente Calixte, que tuvo al mando de la 4ª  compañía (ex 2ª  compañía) del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), es condecorado por el general de Lattre de Tassigny por su conducta en el momento de los combates de Nghia-Lo. Se puede ver sobre el hombro del oficial la insignia del 1° Ejército “Rhin et Danube” que a título conmemorativo es reservado para los antiguos militares de esta formación. Fecha noviembre de 1951.

Después de los combates de Nghia-Lo, un sargento del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) es condecorado por el general de Lattre de Tassigny, en el acto militar en Ninh-Giang. Lleva el quepis de suboficial, sin embargo recubierto con un cubre quepis blanco (uso general con ocasión de un acto militar), este sargento también lleva un cinturón blanco de parada, de fabricación local, que es específico del 1° y 2° BEP. El soldado de su izquierda es un voluntario vietnamita del 2° BEP, que no pertenecía a la CIPLE (Compañía Indochina Paracaidista de la Legión Extranjera), si no que a las compañías de extranjeros, ya que las CIPLE portaban boina de color blanco, y este paracaidista porta la boina verde de los paracaidistas de la Legión. Fecha noviembre de 19/51.

Después de los combates de Nghia-Lo, en el acto militar en Ninh-Giang, el comandante Raffalli, jefe del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), acabar de ser promovido oficiar de la Legión de honor y condecorado por la Cruz de Guerra de los Teatros de Operaciones Exteriores por el general de Lattre de Tassigny. Gravemente herido por una bala mientras que acompañaba por una última vez su batallón en operación, a dos días de entregar su mando, muere en Saïgon el 10 de septiembre de 1952. Fecha noviembre de 1951.

Después de los combates de Nghia-Lo, en el acto militar en Ninh-Giang, el general de Lattre de Tassigny condecora a un sargento del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas) que lleva el quepis de suboficial y que se distingue la correa (en color oro) y está recubierto por un cubre quepis blanco, de uso general los actos militares. A la derecha, hay un cabo del servicio medico del 2° BEP que lleva, sobre el bolsillo izquierdo de su camisa, la insignia del Servicio de Salud que señala su especialidad. Fecha noviembre de 1951.

Un voluntario del 4° RTM (Regimiento de Tiradores Marroquíes), un voluntario vietnamita del 2° BEP (Batallón Extranjero de Paracaidistas), un legionario, posiblemente del 3/5 REI (3° Batallón del 5° Regimiento Extranjero de Infantería), y un adjunto del 1° Batallón Muong, que participaron en los combates de Nghia Lo, van a ser condecorados por la Cruz de guerra del TOE (Teatros de Operaciones Exteriores) por el general de ejército De Lattre de Tassigny, alto comisario de Francia y comandante en jefe en Indochina. Fecha noviembre de 1951.

Fuente :

La Legión Extranjera” (Georges Blond).

Saludos.

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08-04-2008

10° BPCP (Bataillon de Parachutistes de Chasseurs a Pied-Batallón de Paracaidistas de Cazadores a Pie) :

Antes de continuar con la historia de los Paracaidistas Franceses en la Guerra de Indochina, me gustaría entregar algo del 10° BPCP.

Este batallón de paracaidistas siempre me ha dado un poco de curiosidad, por su génesis, no tan clara, por la poca información que hay de él y por su actuación en la Guerra de Indochina, del que sólo dispongo de una fotografía.

Este batallón fue creado administrativamente el 14 de septiembre de 1946.

En 1948, el batallón tuvo base en Ouezzane, en Marruecos, y el centro de saltos en Agadir.

La unidad deja Marruecos el 18 de noviembre de 1948, y se instala en Vela, en Argelia, con el centro de saltos en Philippeville.

El 10° BPCP estaba dotado de la boina azul oscuro de las tropas alpinas con insignia de cazador. En algo debiera haber influido el hecho de estar ligado a las tropas alpinas, con la génesis del batallón. 

Llega a Indochina en 1950  y fue disuelto el 31 de agosto de 1952. Con su disolución, una parte de su contingente (los no repatriables), formó el nuevo 3° BPVN (Batallón de Paracidstas Vietnamitas), el resto volvió a Francia, muchos de los cuales sirvieron como voluntarios para la formación, en Francia, del 10° BCCP (Batallón Colonial de Comandos Paracaidistas), que tuvo una cortísima vida, y que rápidamente pasó a llamarse II/1° RCP (Regimiento de Cazadores Paracaidistas), al mando del comandante Brechignac,  con el fin de que los paracaidistas metropolitanos siempre estuvieran representados en Indochina, siendo enviado a Asia en el mes de noviembre de ese año. El II/1° RCP, combatió en Tonkín desde 1952 a 1954, y desapareció en Dien Bien Phu.

Pero volvamos al 10° BPCP.

En Hanoi el 14 de Julio de 1951, el general de Lattre de Tasigny condecora el banderín del batallón con la Cruz de Guerra TOE con palmas.

Tuvo más de 600 citaciones, ocho Cruces de Caballero en la Orden de la Legión de Honor, en la que tres son a título póstumo, y una cuarentena de medallas militares, de las que la mitad son a título póstumo.

Pero será después de la disolución el 10° BPCP, que el batallón obtuvo una segunda citación a la Orden del Ejército, con la adición al banderín de la Fanion de la Fourrajere con los colores de la Cruz de Guerra de los Teatros de Operaciones Exteriores (TOE).

El texto de la citación, fechado el 22 de diciembre de 1952, dice más o menos lo siguiente :

“Magnífico batallón de paracaidistas que, bajo las órdenes del capitán Weil, y posteriormente del capitán Chaudrut, no cesó de estar en la delantera de la obra emprendida en Indochina. Haciendo prueba en toda circunstancia de audacia, de tenacidad, de ardor, y de bellas cualidades de maniobra, obtuvo resultados muy fructuosos en el curso de numerosas operaciones en las cuales participó. En especial el 8 de agosto de 1951 en Nhu Tinh, donde toma contacto con un elemento rebelde muy fuerte, viéndose obligado a luchar. Después de un combate de seis horas, penetra en el dispositivo enemigo, inflinge serias pérdidas, treinta y dos muertos.

El 5 de octubre de 1951 es lanzado en paracaídas en Nghia Lo (país Thai). Fuerza por su actividad incesante al adversario a retirarse y reocupa el 14 de Octubre el puesto de Son Buc y el 18 de octubre el puesto de Coc Bang.

El 5 de diciembre de 1951, es destinado a Phung Mao (en Tonkín), que ha sido atacado por los rebeldes. Rachaza al adversario hacia Gia Phu, y lo tiene a su fuego a una distancia de menos de 100 metros.

Es movilizado de urgencia a Hanoi, y el 10 de diciembre de 1951 es lanzado dos kilómetros al sur de Phat Diem, en una pequeña zona de aterrizaje  bajo el fuego del Viet-minh. Ataca el puesto de Phat Diem, obligando al Viet-minh a aflojar su cerco y establece contacto con un Batallón de Marcha Indochino en Phu Nhac, obligando al adversario a retirarse dejando cincuenta cadáveres.

El 20 y 21 marzo de 1952 en Lamiet, a un precio de pérdidas mínimas se impone de nuevo al adversario, haciendo 80 prisioneros, entre los que están el jefe de un batallón, el comandante de una compañía y dos jefes de sección del Regimiento 98 del Viet-minh.

Batallón valeroso, el 10° Batallón Paracaidista de Cazadores a Pie dejará en Indochina la memoria de una excelente unidad al encarnar las tradiciones de los Cazadores a Pie y los Paracaidistas.”

Esta es la única fotografía que dispongo del 10° BPCP :

Evacuación sanitaria de un herido del 10° BPCP (Batallón Paracaidistas de Cazadores a Pie) en un helicóptero Hiller M360, pilotado por el comandante Bartier, durante los combates llevados a cabo por el 10° BPCP en la región norte de Thaï Binh. Fecha febrero de 1952.

Saludos.

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09-04-2008

interesante, algo sabia sobre el tema, indirectamente ya que el actor Alain Delon participo en Indochina, aunque creo que en marina.La "mala fama" creo que se la llevaron en Argel, cuando los trataron como mercenarios que sólo mataban árabes

saludos

Deleted member

09-04-2008

La "mala fama" creo que se la llevaron en Argel, cuando los trataron como mercenarios que sólo mataban árabes.

Estimado amigo, yo no reniego de lo que pasó en Argel, no es mentira en ningún caso, pero esa es una historia repetida, de cuando los poderes políticos de alguna nación, le dan a las fuerzas armadas la misión de "policías" en alguna parte. Ahora eso de "mercenarios", me pareció casi infame, los paracaidistas franceses eran soldados antes que nada, inclusive los de la Legión, y servían a Francia...."mercenarios" es más que discutible.

Saludos.

Deleted member

09-04-2008

Estimado amigo, yo no reniego de lo que pasó en Argel, no es mentira en ningún caso, pero esa es una historia repetida, de cuando los poderes políticos de alguna nación, le dan a las fuerzas armadas la misión de "policías" en alguna parte. Ahora eso de "mercenarios", me pareció casi infame, los paracaidistas franceses eran soldados antes que nada, inclusive los de la Legión, y servían a Francia...."mercenarios" es más que discutible. Saludos.

yo no discuto que se trate de un cuerpo de asalto de primera linea en ningun momento, si me lees es como los trataron en Argel, allí, , no como yo los considero

saludos

posiblemente conozcas esta informacion;

La Legión Extranjera.

¿Héroes románticos o simples mercenarios?

Una verdadera leyenda, aún en nuestros días, es la histórica Legión Extranjera. En el imaginario colectivo de muchas personas resulta un refugio de románticos. Para otros, son crueles mercenarios domesticados por Francia. Nuestra corresponsal en París, Geraldine Lublin, ante las habituales simplistas y maniqueas posturas, decidió indagar en el mito y entrevistó a un ex legionario, el argentino Daniel Sempé, quien nos cuenta su particular experiencia en esta fuerza

Daniel Sempé es un ex-legionario de origen argentino que hoy reside en Paris. Sus confesiones a Sitio al Margen sobre su paso por la mítica Legión Extranjera confirman ciertas ideas relacionadas con el culto de la misión y el inagotable espíritu de sacrificio y desmienten otras referentes a las idealizadas aventuras excepcionales de los integrantes de la fuerza. Se alistó en 1990, al comienzo del conflicto entre Irak y Kuwait, y considera que el motivo de su enrolamiento, "aunque idealizado, es relativamente simple de comprender: proteger a quien no puede defenderse". Mientras deshoja su relato, el brillo de los ojos de quien solía formar parte de este ejército de elite atestigua el emotivo recuerdo que guarda de aquellos momentos compartidos con camaradas franceses, rusos, polacos, checos, españoles, rumanos, ingleses y norteamericanos, entre otros orígenes. 

Este antiguo legionario destaca ante todo el profesionalismo y la rigurosidad con los que se debe trabajar, que han quedado grabados para siempre en su personalidad y lo ayudan a no renunciar ni resignarse a un trabajo mediocre. Si bien descarta la idea corporativa de la "gran familia", subraya los esfuerzos que realizan los efectivos en su afán de formar a sus subalternos. Su período dentro de este cuerpo le hizo abrir los ojos y mirar de frente una cruda realidad que tal vez antes no imaginaba. Es quizá esta conciencia del sufrimiento lo que lo impulsa hoy a trabajar como voluntario para el Servicio de Ayuda Médica de Urgencia (SAMU), que se encarga de asistir a los sin techo de las calles parisinas, mientras sigue con sus estudios de derecho.

"Mi paso por la Legión Extranjera no ha sido muy distinto al de otros legionarios. De las tres misiones exteriores en las cuales participé, la primera fue en la República de Djibouti en 1992, cuyo recuerdo me resulta mayormente desagradable. La pobreza que reina en esta región del mundo es atroz; guardo la imagen de los niños que pedían de comer para paliar el hambre omnipresente. Más de una vez, mi ración de combate terminó en el vientre de estos pequeños, así como la de algunos de mis camaradas. El calor asfixiante que nos impedía incluso respirar y que hacía pesadísimo el menor ejercicio físico, la precariedad sanitaria... Cuatro meses bastaron para ayudarme a abrir los ojos a la cruda realidad: África muere poco a poco junto con sus niños."

Otra experiencia muy fuerte fue la que vivió en la segunda misión, en donde La Legión fue parte de una fuerza de paz enviada por las Naciones Unidas. "En 1993, nuestra compañía se embarca hacia Camboya, en donde permanecimos cinco meses. "Durante nuestra estadía en ese país, nos concedieron dos semanas de vacaciones, por lo que las Naciones Unidas nos ofrecieron una estadía en Pattaya, Tailandia. De verdad que me arrepiento muchísimo de haber aceptado ir, ya que en ningún otro sitio la explotación del hombre por el hombre me resultó tan evidente. El hecho de saber que los niños se prostituyen y que las niñas que uno conoce (muy fácilmente) forman parte de 'clubes' es sumamente repugnante pero ahí está la realidad. El sistema económico del país funciona en gran parte gracias al mercado de estos niños-objeto. Me pregunto si los responsables de las Naciones Unidas están al tanto de la situación; de ser así, ¿por qué enviar soldados de todas las nacionalidades que formaban parte del dispositivo del UNTAC (Autoridad Transitorio de las Naciones Unidas en Camboya) de relevo a Tailandia? Desde aquel día, nunca más he vuelto a poner pies en aquel país, ya que eso sería apoyar una práctica inhumana y contribuir a la esclavización infantil."

Sin embargo, su estadía en Camboya arrojó una experiencia bien distinta para Daniel Sempé. "Esa misión fue la más interesante de todas las que me encomendaron: apertura de itinerario, es decir, la colocación de puentes metálicos y en maderamen. Previamente nos abocamos a la imperativa limpieza del terreno, tanto en materia de minas como en cuanto al reacondicionamiento de árboles caídos o de senderos desaparecidos bajo los pastizales. El contacto con la población fue extraordinario; son sumamente gentiles y poseen una inmensa capacidad de adaptación. Tuve que rendirme a la evidencia de que aprecian mucho las grandes arañas en su dieta cotidiana. Los camboyanos que conocimos tienen por así decirlo un espíritu fatalista; creo que esta particularidad les permite despegarse del sufrimiento."

"Desde nuestra llegada a Camboya, enviaron a nuestra sección al norte del país durante unos 54 días y luego nos relevaron a nuestra base, situada a algunos kilómetros del templo de Angkor en Siem Reap. Durante aquella misión, sentí que contribuía al restablecimiento del país, que salía de un período muy duro tras el gobierno de Pol Pot. Todavía no puedo comprender como puede ser que países con tanta riqueza humana y cultural caigan en esta tragedia; sin duda los pseudo-dirigentes militares se creían más astutos, y el resultado es todavía palpable."

Los pasos previos

"La idea de partir hacia Francia apareció cuando pasé el examen de ingreso del Colegio Militar de la Nación, y luego pude poco a poco recoger suficiente información para hacerme una idea concreta de qué es la Legión Extranjera francesa. Algunos me advirtieron sobre el carácter insensato de mi proyecto; otros desplegaron sus conocimientos sobre el sombrío pasado de los legionarios. No puedo más que constatar nuevamente que el mundo está lleno de charlatanes; el hombre necesita fabular para vivir."

Se nota que la vida que llevaba en aquel entonces ha quedado atrás en su memoria: "Mi pasado en Argentina no es muy interesante, y el recuerdo del ejército es bastante vago. Sin duda debido a mi juventud, yo no comprendía las causas profundas de la escisión de las fuerzas armadas argentinas ni tampoco las soluciones adoptadas por las diferentes facciones. Desde luego que vivir el período 1982-1990 fue extremadamente difícil. La guerra de Malvinas había dejado rastros desagradables en mi memoria. En aquella época tenía trece años y estudiaba en el Liceo Militar General Roca, en Comodoro Rivadavia". Con el tiempo, algunas cosas parecen aclararse: "hoy en día, pese a mis vastos conocimientos militares, reconozco que el razonamiento que siguieron los altos mandos militares sigue siendo un enigma: no se inician hostilidades contra el Reino Unido, en su carácter de miembro de la OTAN, por simples motivos patrióticos. No obstante, expreso mi admiración por aquellos que lucharon en inferioridad de condiciones y rezo para que las almas de los soldados que han dejado su vida en nuestras tierras australes encuentren el reposo que se merecen".

La memoria del momento de partida se revela muy clara:"Todavía me acuerdo de los últimos momentos que pasé en compañía de mis padres y de mi hermanita, de los ojos de mi madre inundados de lágrimas y de su última recomendación: 'Cuidáte mucho'. Fue papá quien me acompañó hasta Buenos Aires".

 

 

El ex legionario argentino Daniel Sempé.

  La formación de un legionario.

"Tras mi enrolamiento en el Fuerte de Nogent (cercano a París), me transfieren a Aubagne (Primer Regimiento Extranjero), a 14 kilómetros de Marsella, donde se llevan a cabo los diferentes trámites administrativos y de control. Dos semanas más tarde, nos asignan al Cuarto Regimiento Extranjero de Castelnaudary, cuyo propósito es formar a los legionarios en las diversas etapas de su carrera. Al momento de enrolarse, la instrucción se concentra en el aprendizaje del francés, tarea que constituye la misión principal durante los primeros cuatro meses. Luego se dispensa una instrucción militar de base, ya que la verdadera formación se brinda en el regimiento de asignación. La instrucción se cierra con una marcha de 130 a 150 kilómetros en los Pirineos, realizada en tres etapas y con el equipo de combate completo (mochila de operaciones, arma, casco) al hombro."

"Después de la instrucción del Cuarto Regimiento, la asignación se lleva a cabo por orden de promoción. Yo elegí el Sexto Regimiento Extranjero de Ingenieros porque quería a toda costa especializarme en el deminaje. La instrucción específica comienza una vez llegados al cuartel. Cada regimiento forma a sus legionarios según lo que necesiten las respectivas unidades. Los regimientos están compuestos por varias compañías de combate y una de comando y logística; a cada una le corresponde una especialidad, como por ejemplo anfibios o montaña. Este dispositivo es el mismo en todos los regimientos, aunque desde luego que depende de la situación geográfica de cada uno. Por ejemplo, en la Demi Brigade Legion Etrangere situada en Africa no existe una compañía de montaña, aunque sí tiene una gran mobilidad y una alta potencia de fuego ya que incluye elementos de caballería, tropas aerotransportadas, una compañía de combate tradicional, una compañía de anfibios y otra de trabajos, y una sección de mortero pesado, entre otras. Cada entrenamiento se adapta a las diversas necesidades específicas; en la ciudad de Nimes, el Segundo Regimiento de Infanteria no tiene los mismos imperativos que el Tercer Regimiento de Infanteria de Guyana."

"Durante la vigencia de mi contrato (el primero de una duracion de 5 años, renovable por 6 meses, un año o tres), pude gozar de diversos cursos de capacitación como entrenamiento comando, cursos de sniper, de montaña invierno-verano, de ski, y un certificado nacional de socorro, entre otras disciplinas que se ofrecen con el objetivo de conferirle a cada uno los medios para afrontar eventuales dificultades vinculadas con nuestra profesión."

"En cuanto a la formación de cada legionario, el costo puede estimarse bastante elevado teniendo en cuenta la cantidad de municiones, explosivos y cohetes que utiliza cada uno, tanto en el regimiento de asignación como en el de Castelnaudary, ya que la instrucción de los caporales (jefes de equipo) y sargentos (jefes de grupo) se efectúa en el regimiento escuela al igual que el entrenamiento inicial."

Una trágica pérdida en la última misión exterior.

"En 1995, fue el turno de Yugoslavia (la tercer misión en el exterior de Daniel Sempé), donde permanecimos cinco meses; aunque interesante, esta misión no contó con la aprobación de todos. Mi peor recuerdo es la pérdida de Thierry Cleran, el mejor amigo que se pueda imaginar, siempre presente en el momento oportuno, sonriente y de buen humor, tenaz en el trabajo y físicamente muy sólido. El día de nuestro relevo en el Monte Igman, Thierry y yo habíamos aprovechado para tomar una taza de té. Antes de su partida, yo le había dicho que se cuidase, y esa misma noche supe por la radio que había fallecido. No exagero al afirmar que las lágrimas me corrieron durante varios días. Era realmente un profesional; es lamentable que los mejores nos dejen siempre muy pronto".

La dureza del conflicto en Yugoslavia, en el cual las tropas de la ONU se vieron varias veces en problemas, se desprende de sus recuerdos como legionario. "Estuvimos en la región de Bosnia-Herzegovina, en el Monte Igman, donde nuestra compañía compartió el emplazamiento con una sección de artillería inglesa. Una noche, los cañones 105 milímetros comenzaron a tirar sin advertir a nadie. El olor de la polvora invadió el aire y los temblores de la tierra ante cada disparo dejaban adivinar que mejor sería no estar en el lugar del blanco al momento del impacto. Los disparos de la contrabatería serbia no fueron eficaces, y algunos proyectiles de obús cayeron aquí y allá sin inquietarnos. Los grupos de trabajo de nuestra compañía cavaron refugios y sitios para ubicar las baterías de mortero y de cañón. Como el suelo era pedregoso, la tarea resultaba muy difícil y varias veces se rompieron las piezas de los vehículos excavadores y hubo que continuar a mano. Cada sección había preparado su propio refugio con ayuda de árboles y dispositivos excavados en la montaña. Después de Igman nos transfirieron a Mostar (todavía en Bosnia), donde nuestra misión fue la escolta. Me acuerdo especialmente de un convoy de 155 milímetros (AUF1) montado sobre un chasis AMX 30."

El recuerdo y la dura y tolerante convivencia.

"Me fui de la Legión en 1996 con cargo de suboficial, y todavía guardo vínculos con determinados legionarios. La Legión Extranjera suscita muchos anhelos, y debemos aceptar el lado sombrío y misterioso que gravita en torno de esta institución legendaria. Ultimo bastión del soldado internacional, la Legión tiene sin embargo ventajas e inconvenientes." 

Entre los dificultades Daniel Sempé enumera: "En primer lugar, la disponibilidad casi total del legionario, cuya rutina se resume a la monotonía de la vida de cuartel, siempre listo para partir en misión. Las salidas a la ciudad se ven precedidas de un verdadero ritual de control y recomendaciones; esta formalidad disminuye a medida que aumenta el grado del legionario. En ocasiones, el sistema de subordinación roza el ridículo, y muchos suboficiales suelen olvidar que alguna vez ellos también fueron legionarios, por lo que corrompen la autoridad que les confiere su grado a beneficio personal y el legionario se convierte entonces en la mucamita. No obstante, sólo se trata de una minoría; en mis épocas de joven legionario, mis superiores fueron ejemplares, aunque en las otras secciones no siempre sucedía lo mismo."

'También hay ciertas incoherencias que merecen un comentario: pese a su profesionalismo, la Legión sigue aferrada a tradiciones no siempre prácticas, como por ejemplo cuando en una salida en tiempos de paz los legionarios comen su ración de combate, a fin de acostumbrarse pueden utilizar sus cubiertos y su escudilla o bien limitarse a consumir directamente de la lata de conserva, mientras que los mandos (oficiales y suboficiales) hacen transportar la denominada 'caisse popotte', un cofre metálico lleno de utensilios de cocina (vajilla, cubiertos, vasos, etc.). Un legionario recibe el cargo de 'popottier' y debe servirles de comer a sus jefes. Esto me parece bastante ridículo, tratándose de un ejército como la Legión". 

Curiosamente su mayor crítica no tiene por destinataria a la Legión, ya que para Daniel Sempé "la aberración más grave es sin duda la policía militar: unos roperos que jamás oyeron hablar del Código de Justicia Militar, cosa que no les impide hacer reinar 'el orden'. Pese a atribuirse privilegios que no figuran en ninguna legislación, este cuerpo no tiene prerrogativas sobre la Legión, por lo que nada pueden decir."

"Sea como fuere, el legionario sigue pareciéndome un militar ejemplar que nada tiene que ver con las acusaciones que se le atribuyen, como mercenario, criminal, etcétera. La Legión es una etapa inolvidable de mi existencia; en ninguna otra parte se pueden encontrar tantos extranjeros por centímetro cuadrado, que coexisten en paz y que ponen sus competencias al servicio de una causa común. Estaría tentado de decir que el corazón de los legionarios no se puede comparar más que en su obstinación."

Deleted member

09-04-2008

Muy de acuerdo en parte importante de lo que expones la Legión es algo especial, digno de un análisis muy pero muy profundo.

Recuerda "Legio Patria Nostra".

Saludos.

josmar

10-04-2008

Brillantes portes, como todos los tuyos, Juan Manoel, y estupendo colofón el de Rommel.

Deleted member

23-04-2008

Los Paracaidistas Franceses y la  “Teoría Skorzeny” en la Guerra de Indochina (parte 01) :

En los años iniciales de la Segunda Guerra Mundial, los aliados no estaban en condiciones de emprender combates terrestres en gran escala y surgió de nuevo el soldado irregular; la historia de los ejércitos angloamericanos de aquellos años se halla repleta de nombres como los de David Stirling, Wingate, Mac Lean, Laycock y medio centenar de jóvenes y valientes oficiales. En los amargos años que precedieron a la marea de las victorias aliadas, nacieron fuerzas irregulares por todas partes producto del tedio, de la desesperación y del alto espíritu de la juventud. De ellas, regidas por el afán de aventuras y caracterizadas por la elevada moral, muchas son hoy legendarias: el Ejército Privado de Popski, Phantom, el LRDG, el SAS, el SBS, los Comandos, los Chindits, etc., además de las fuerzas nacidas de los Servicios de Inteligencia como el BCRA, SOE y el OSS.

Es más, todas estas organizaciones tuvieron algo en común : fueron dirigidas por hombres que, aunque combatieron de una forma irregular y se mostraron imaginativos y nada tradicionales en sus procedimientos bélicos, eran todos oficiales regulares. Popski, Stirling, Frederick y Wingate habían servido en unidades regulares de sus ejércitos antes de la guerra y, tanto si eran conscientes como si no, sus ideas estaban dominadas y limitadas por objetivos militares. Así, mientras sus unidades operaban en la retaguardia enemiga, sus objetivos fueron casi exclusivamente aeródromos militares y aviones de guerra, depósitos de abastecimientos y tanques de combustible, estaciones de radar y plantas de agua pesada. Incluso los secuestros personales intentados, como los imputables a las formaciones especiales británicas en Creta y Africa, tenían como sujetos pasivos a miembros del ejército, como el general Kreipe o el mariscal de campo Rommel (tanto la misión para su secuestro o asesinato llevada a cabo en Africa, como otra llevada a cabo en Europa).

Otto Skorzeny trabajaba de forma diferente, ya que no era un soldado profesional antes de la guerra sino un aficionado con cualidades, forzado por las circunstancias a entrar en el ejército y crear los “Cazadores del Friedenthal” por el simple hecho de que ya no podía seguir sirviendo en unidades convencionales a causa de su salud, muy quebrantada en la campaña rusa. Es importante señalar aquí que el único jefe de comandos dotado de talento de la Segunda Guerra Mundial no se presentó voluntario en estas unidades irregulares, sino que fue enrolado en ellas. Por todo ello, Skorzeny no se limitaba a actuar según las tradicionales y estrictas reglas militares, sino que permitía que su imaginación volase en cualquier rumbo, enfocándola hacia objetivos no solamente de interés castrense sino también políticos y económicos, tales como el proyecto industrial de los Urales, sugerido por Himmler casi en el preciso instante en que tomó posesión de su destino en Friedenthal.

Si se une a esta modalidad no militar el temperamento de  Hitler, que despreciaba la táctica convencional castrense en la problemática de la guerra, se obtendrá una combinación ideal que condujo invariablemente a utilizar las unidades de Skorzeny para fines distintos de  los estrictamente militares.

Es necesario resaltar aquí la gran intimidad que tuvo el jefe de comandos alemán con su compatriota Adolf Hitler, debiendo recordar que aunque el mismo Churchill tuviera también esa debilidad por las unidades irregulares militares, ningún jefe de comandos británico tuvo nunca acceso directo al primer ministro británico como lo tenía Skorzeny con su Führer. No es, pues, extraño que los dos consiguieran las más notables hazañas político-militares de la guerra : el rescate del Duce italiano Benito Mussolini y el aplastamiento del complot de la familia real húngara para firmar una paz por separado con Rusia. En ambos casos, la feliz realización de las misiones encomendadas a Otto Skorzeny por Hitler evidencia la importante contribución que tuvo en la reanudación de la lucha por el Tercer Reich. Por esta razón, siempre que se analice la historia de la Segunda Guerra Mundial, habrá de tenerse en cuenta el importantísimo papel que Otto Skorzeny desempeñó en ella.

Otto Skorzeny.

Sumando a esto la influencia que ejercieron los ochenta hombres de la unidad de Stielau a las órdenes del austríaco en la Batalla de las Ardenas, cuando un puñado de militares disfrazados de soldados norteamericanos causaron el pánico, la confusión y el caos en la retaguardia aliada, como pueden atestiguar cuantos vivieron esos momentos, se llega a la conclusión de que Skorzeny no sólo tiene una importancia histórica sino de que constituye un ejemplo para nuestro tiempo.

Con el advenimiento de las armas nucleares, la teoría militar ha conocido formas de guerra cristalizadas en conceptos rígidos, tales como la guerrilla, tan corriente en el continente americano y en el Extremo Oriente que es sin género a dudas la clase de guerra con la que se tiene que enfrentar toda gran “superpotencia” cuando está implicada en un conflicto armado con otra potencia menor en un terreno apropiado. Además de las guerrillas existen la guerra nuclear y la convencional, o una combinación de las dos, como ocurriría en el caso de Europa, donde tanto el Este como el Oeste se verían sometidos, al menos sobre el papel, a una estrategia de “respuesta flexible” y a una escalada progresiva en la utilización de armas nucleares durante los primeros días de la contienda.

El enfoque político-militar utilizado por Otto Skorzeny en la Segunda Guerra Mundial constituye una posible alternativa. La mayor parte de los mandos militares del Eje y de los aliados fueron víctimas inocentes o complacientes propagadores de las arcaicas doctrinas castrenses de una época que fijaba la función de un ejército en destruir la potencia militar de su adversario. Para la mayoría de los militares, esta clase de destrucción debía realizarse en el propio campo de batalla. Skorzeny, quizás inconscientemente, no lo interpretó así. La potencia militar se puede destruir en la persona de un solo hombre, especialmente si éste es un dictador que no delega su autoridad en sus subordinados, de suerte que, si él falta no podrá seguir marchando la máquina militar por sí sola.

En el caso concreto del almirante Horthy y su hijo, Skorzeny demostró cómo un rápido y decisivo ataque a un solo individuo puede aturdir de un golpe a militares y políticos, quitándoles el tiempo preciso para tomar una decisión, en este caso el mantenimiento de Hungría al lado de Alemania en la guerra.

Del mismo modo el ataque para apresar a Tito, que resultó al final fallida, fue una operación político militar, ya que Tito no sólo era el comandante de una parte importante de las fuerzas guerrilleras de Yugoslavia, si no que también era un “gobernante”, y más aún era en ente aglutinador de varias etnias absolutamente diferentes.

En el caso de los Aliados sólo la operación que costó la vida a Heydrich en Praga en mayo de 1942, puede entenderse dentro de esta “Teoría Político-Militar de Skorzeny”, la operación fue un éxito completo : el hábil Heydrich conseguía mantener el Protektorat de Bohemia y Moravia (Checoslovaquia) sin demasiada violencia. Sus medios eran políticos. Y eso el SOE lo solucionó en parte con esta operación, ya que las posibilidades de entendimiento entre checoslovacos y alemanes se  ahogó en sangre, debido a que su asesinato lleva consigo una represión despiadada

En la Guerra Fría, la teoría “Skorzeny” de la realización de la guerra por medio del secuestro y aun del asesinato, considerando que la muerte de un solo hombre es preferible a la de miles o millones, como podría ocurrir en una contienda atómica o de armas de destrucción masiva, por ejemplo, ofrecía una posibilidad y quizás una alternativa más piadosa y humana que el amargo y largo tipo de guerra de guerrillas o la matanza en masa de un enfrentamiento convencional o mixto convencional-nuclear. En esa época, en un mundo donde los militares de ambos lados del telón de acero no veían, aparentemente, más que los tres tipos de guerra señalados, uno se pregunta qué efecto tendría una contienda que comenzara con la desaparición del Comité Central del Partido Comunista y el asesinato de unos treinta jefes de los ejércitos del Pacto de Varsovia; o a la inversa, con un ataque con gas letal al Pentágono y el rapto del Presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca. No se necesita una imaginación muy viva para considerar el pánico que se habría desencadenado en la nación implicada. Ni hay que ser un profeta para predecir el efecto que habría causado en la disposición bélica de la misma. Pero los teóricos de las estrategias militares no usaron o no quisieron utilizar en forma generalizada la teoría, salvo algunas operaciones de Grandes Potencias, contra Pequeñas Potencias, y en forma muy limitada.

Después de la caída de Muro de Berlín, esta teoría se comenzó a usar con mayor ahínco, quizá debido a que sólo quedó una Gran Potencia, y ésta, en su papel de “Policía del Mundo”.

Esta es la lección que Otto Skorzeny, el genial soldado de fortuna, legó. Una lección que, recordando la máxima de Víctor Hugo de que “ni siquiera un Ejército puede resistir la fuerza de una idea que llegue a su debido tiempo”, quizás una lección que los jefes militares de los ejércitos aprendieron o esté, en vías de aprender.

Pero volvamos al tema, En los primeros años de la Guerra de Indochina, los franceses intentaron colocar en práctica esta “Teoría”. Se daban las condiciones ideales una “Gran Potencia” contra una “Pequeña Potencia o simplemente insurgentes”, pero con un estado más menos organizado. Además las operaciones que se llevan a cabo contra los jefes guerrilleros especialmente, son eminentemente políticas, ya que además de sus cargos militares, estos jefes guerrilleros son una especie de “gobernadores” o “comisarios políticos”, es son jefes también del poder civil.

En marzo de 1947, se lleva acabo la operación “Giongs” en Cochinchina en el sector de Giongs Dinh. Saltan tres compañías de la Semi-Brigada SAS (DBSAS) (317 hombres) con el objetivo del desmantelamiento del dispositivo logístico y político del Viêt-minh en Cochinchina. Los resultados, sólo un éxito parcial, con un muerto y un herido para los paracaidistas franceses.

En mayo de 1947, se lleva  a cabo la operación “Aphrodite” en Tonkín en el sector de Phu To. Salta un Grupo Táctico de tres compañías de la DB SAS con el objetivo de la captura de los responsables políticos del Viêt-minh. El resultado un fracaso debido a la pérdida de la sorpresa y al número limitado de aviones, además que los paracaidistas franceses tuvieron varios muertos y heridos

Ya vimos como en la operación “Lea”, de octubre de 1947, los Paracaidistas Franceses atacaron y lograron el aislamiento y control del “Reducto Nacional” Viêt-minh.

Parte de esta operación fue llevada a cabo tomando en cuenta la teoría político-militar  de “Skorzeny”.

Centrémonos en el ataque del 1° Batallón de Choque sobre Bac Kan.

Su objetivo era la toma de la Bac Kan, capital del gobierno de Hô Chi Minh, y capturarlo.

Hanoi, el 7 de octubre de 1947, parten del aeródromo de Gia Lam, los 510 hombres del Batallón de Choque que van a saltar sobre Bac Kan.

Todos los objetivos son cubiertos en forma efectiva. La 1ª Compañía, en el norte, ocupó el hospital, el mercado, la concesión china, la estación de la radiodifusora, la residencia de Hô Chi Minh. Neutralizó con su fuego el cuartel de la guardia. En el sur, Jaussaud, con la 4ª Compañía, ocupó la casa de la aduana, la casa del veterinario y los edificios del centro administrativo”.

La segunda oleada, con la 3ª Compañía del capitán Vermonet, se reunió, en el norte, con la sección del teniente Grenet, ocupó el antiguo campo de aviación, al otro lado del río. En cuanto a la 2ª Compañía de Fournier, se reunió con el comando Hentic para hacer frente en el sur, hacia Thai Nguyen; ayudando a la 4ª Compañía a tomar la ciudadela

Se apresaron gran cantidad de personas, y algunos vehículos, entre ellos un muy bello V8, es el coche Hô Chi Minh, el que no debería estar lejos, pero nunca fue encontrado. Los informes de inteligencia así lo indicaban, pero el destino o alguna “indiscreción sobre la operación hizo que “Tío Ho” no estuviera, se había arrancado de las manos como un pescado.

En esta primera jornada de la operación, las pérdidas del batallón : 1 muerto, 2 desaparecidos, 4 heridos. En los días posteriores, hasta el 24 de noviembre, tendrá 17 muertos y 54 heridos más.

En esta primera jornada, las pérdidas del Viêt-minh : 260 muertos, entre los que está el ministro de las Finanzas; 115 prisioneros heridos, 184 prisioneros, entre los que está un ministro de Estado, un director armamento, un director finanzas, dos presentadores de la Voz de Viêtnam, otros funcionarios menores de la administración.

Se apresaron en combate, además 250 fusiles, 4 FM, 1 ametralladora pesada, 3 ametralladoras ligeras, 2 morteros de 81 mm., 3 morteros de 60 mm., 2 lanzagranadas, 12 pistolas, numerosas granadas e importantes existencias de municiones (en depósitos que estaban en proceso de inventario).

En la ciudad se apresaron otras existencias de armamento, producto textiles y farmacéuticos, material de radio, 250 kg. de explosivos, 400 toneladas de municiones diversas, 2.000 granadas, varios vehículos, 8 kg. de oro, 101 kg. de mercurio, varias decenas de millones de piastras, la inmensa mayoría de Hô Chi Minh.

Además se liberaron a cuatro rehenes europeos y 120 presos.

Continuará......

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