25-07-2010
Cuando los Estados Unidos se convirtieron en hegemónicos. ¿Qué significa hegemonía en este contexto? Significa que el Estado nacional norteamericano era con mucho el más fuerte, tenía una capacidad económica muy superior a la de cualquier otro en el mundo hasta 1945, que podía vender a precios más bajos que cualquiera de sus competidores en su propios mercados internos. Los Estados Unidos disponían de un poderío militar que no tenía paralelo. En consecuencia, tenían la capacidad para crear alianzas formidables – la OTAN, el pacto de defensa Nipo – Norteamericano, y otras por el estilo. Al mismo tiempo, como poder hegemónico, los Estados Unidos se convirtieron en el centro cultural del mundo. Nueva York se convirtió en el centro de la alta cultura, y la cultura popular norteamericana se abrió paso a través del mundo entero.
Ahora, el consenso de Washington significó el abandono y la condena del desarrollismo, que para la década de 1980 había fracasado de manera evidente y que, por tanto, todo mundo estaba listo para abandonar. Sustituyeron el desarrollismo por lo que llamaron la globalización, que simplemente significaba abrir todas las fronteras y eliminar todas las barreras para a) el movimiento de mercancías y, aún más importante, b) el de capitales, pero no c) el del trabajo. Y los Estados Unidos se propusieron imponer esto al mundo. La tercera cosa que hicieron en esta línea de "cooperación" un proceso ideológico de construcción de consenso en Davos. Davos fue un intento de crear un terreno de encuentro para las elites del mundo, incluyendo elites del tercer mundo, y de acercarlas constantemente y mezclar su actividad política.
Al mismo tiempo, los intereses de los Estados Unidos durante este período adoptaron tres formas. Una fue de la lanzar una contraofensiva. Fue una contraofensiva del neoliberalismo en tres niveles: 1) reducir los salarios en todo el mundo; 2) reducir los costos (y eliminar las restricciones ecológicas) a la actividad de las corporaciones, y 3) reducir los impuestos que subsidiaban el bienestar social (esto es, subsidiaban la educación, la atención de la salud, y las garantías de ingreso de por vida). En cada uno de estos tres niveles se alcanzaron éxitos parciales. Ninguno conoció un éxito total, pero todos tuvieron alguna medida de éxito. Sin embargo, las curvas de costo no pudieron ser bajadas a nada parecido al nivel de 1945. Las curvas de costo se habían elevado mucho y bajaron algo, pero no al nivel de 1945, y volverán a subir. El segundo objetivo era enfrentar la amenaza militar. La verdadera amenaza al poderío militar de los Estados Unidos – y lo dicen todo el tiempo, así que debemos creerle – es la proliferación nuclear, porque si cualquier país pequeño tiene armas nucleares se hace muy difícil para los Estados Unidos involucrarse en acciones militares. Eso es lo que está demostrando Corea del Norte en estos momentos.
El tercer objetivo – y esto tiene una importancia crucial, y han estado trabajando en ello desde la década de 1970 – era detener a la Unión Europea. Los Estados Unidos eran partidarios de la Unión Europea en las décadas de 1950 y 1960, cuando ese era un medio para lograr que Francia accediera al rearme de Alemania. Pero en cuanto se tornó en algo serio, fue percibida como un intento de crear un Estado europeo de uno u otro tipo, y los Estados Unidos naturalmente se oponían con fuerza a eso.
En tercer lugar, sin duda en la década de 1990 vimos un auge momentáneo de la economía de los Estados Unidos. Sin embargo, ese auge no alcanzó al conjunto de la economía mundo, y ya ha cesado. Pero ahora tenemos un debilitamiento del dólar, y el dólar ha sido una palanca fundamental de los Estados Unidos, que le ha permitido tener el tipo de economía que tiene, y el predominio que tiene sobre el resto del mundo. Y por último tenemos el 11 de septiembre, que mostró que los Estados Unidos eran vulnerables. Entran en escena los halcones. Los halcones no se perciben a sí mismos como la continuación triunfal del capitalismo norteamericano o del poderío norteamericano ni de nada por el estilo. Se perciben a sí mismos como un grupo de marginales frustrados que durante cincuenta años no han logrado salirse con la suya, incluso con Ronald Reagan, ni con George Bush padre, ni aun con George Bush hijo antes del 11 de septiembre. Aún les preocupa que George Bush hijo se acobarde y los abandone. Piensan que la política de intentar manejar esta situación de manera diplomática, multilateral – la del guante de terciopelo-, ejercida de Nixon a Clinton y hasta el primer año de George Bush hijo, ha sido un abierto fracaso. Piensan que esa política tan solo aceleró la declinación de los Estados Unidos y piensan que debe ser cambiada de manera radical mediante el recurso a una acción imperial egregia y abierta – la guerra por la guerra misma. No fueron a la guerras en Irak porque Sadam Hussein fuera un dictador. No fueron a la guerra en Irak ni siquiera por el petróleo. Necesitaban la guerra para demostrar que los Estados Unidos podían hacerla, y necesitaban esa demostración para intimidar a dos grupos de personas: (1) cualquiera del tercer mundo que piense que puede involucrarse en la proliferación nuclear, y 2) Europa. Este fue un ataque a Europa, y fue por eso que Europa respondió como lo hizo.
Analisis obtenido de Immanuel Wallerstein, sobre el Imperio desde adentro.