04-04-2006
Siempre hemos dependido de unos hombres lamentables en todos los sentidos... :-[ menos Adolfo Suarez, ese si era un animal político, tenía un par de....
04-04-2006
Siempre hemos dependido de unos hombres lamentables en todos los sentidos... :-[ menos Adolfo Suarez, ese si era un animal político, tenía un par de....
05-04-2006
Y no comparto tu idea de que 1917 revistiera más gravedad que los acontecimientos de la República. ¿Casas Viejas? ¿Castilblanco? ¿Arnedo?
¿Estás juzgando a la República o la situación política en la primera mitad de 1936? Porque entonces yo podría decir que los acontecimientos del reinado de Alfonso XIII fueron mucho más graves que los que ocurrieron durante la República. La semana trágica de Barcelona de 1909 tuvo mucha mayor gravedad que los tres que has citado juntos. En esos años la radicalización política era común a toda Europa, Francia no se libraba tampoco. Pero tú conviertes los radicales en "los políticos". Pues en Francia también había políticos radicales.
05-04-2006
La Semana Trágica? es posible, no se, pero decir algo más grave que el episodio de Asturias me parece hacer afirmaciones demasiado apresuradas. :-[
06-04-2006
Díselo a quien lo haya afirmado.
06-04-2006
Una primera observación ha de dirigirse a la llegada pacífica de la República. Sin duda llegó ésta en paz en abril de 1931…; pero sólo después de haber intentado imponerse por la violencia cuatro meses antes, mediante el pronunciamiento militar de Jaca. Fracasado el golpe en diciembre de 1930, el nuevo régimen triunfó por medio de unas elecciones. Por lo tanto no fueron los republicanos, sino sus adversarios los que actuaron de modo pacífico y permitieron la llegada tranquila de la república. Todavía hay más: aquellas elecciones tuvieron carácter municipal, no parlamentario, y fueron perdidas por los republicanos. Sin embargo, los monárquicos se apresuraron a entregar el poder a sus enemigos. No importan aquí las causas del hecho, sino señalar el hecho indudable, reconocido por todos los historiadores y testimonios, empezando por Miguel Maura, principal promotor entonces de la abolición monárquica. Sorprendentemente, la oligarquía habría abierto el paso a la república.
¿Cómo puede, en estas condiciones, sostenerse la tesis de la generosidad republicana por no haber preparado el «cortejo sangriento de la venganza y la represalia»? Parece poco razonable que fueran a tomar represalias contra quienes les habían entregado el poder, se lo habían regalado, como dice Maura. La generosidad, si tal es la palabra adecuada, estuvo en este caso del lado monárquico, y por el contrario, los actos siguientes de los republicanos tienen mucho de persecución y venganza, por fortuna no sangrientas de momento. Así al declarar al monarca fuera de la ley y confiscar sus bienes, o al procesar a políticos por colaboración con la dictadura de Primo, con la cual habían colaborado también varios de los ahora republicanos, empezando por Largo Caballero y el PSOE.
Enseguida ocurrió, además, otro suceso al que no cabe atribuir generosidad ni ánimo pacífico: la gran quema de iglesias, bibliotecas, escuelas, centros de formación profesional y obras de arte a poco más de tres semanas de proclamarse la República, y antes de que los conservadores hubieran mostrado la menor hostilidad al régimen. Es difícil ver en aquellos incendios otra cosa que una explosión de fanatismo antireligioso, pero también antidemocrático y anticultural, cosas que suelen olvidarse. La actitud de los gobernantes ante los sucesos, permisiva primero y de castigo a las víctimas después, tampoco hay modo de entenderla como democrática, ni de respeto a la legalidad o a los derechos ciudadanos. Si a algo recuerda el acontecimiento es a la noche de los cristales rotos, protagonizada por los nacionalsocialistas en contra de los que tanto predicarían durante la guerra.
Hay pocas dudas de que la situación era caótica, como reconocen el socialista Prieto, el republicano Martínez Barrio y otros. Los datos disponibles, expuestos en las Cortes por Gil Robles y Calvo Sotelo, sin que nadie los contradijese, contabilizaban una serie interminable y creciente de asesinatos, incendios de iglesias, asaltos a locales políticos y periódicos, y a domicilios particulares, huelgas violentas, etc. Y los disturbios y atentados no daban señales de remitir, sino que iban en aumento, hasta culminar en el asesinato del jefe de la oposición, Calvo Sotelo, por fuerza pública y elementos socialistas.
Ya el 1 de mayo, Prieto había clamado, en su célebre discurso de Cuenca, por lo demás extremadamente demagógico: «¡Basta ya! Basta, basta. La convulsión de una revolución, con un resultado u otro, la puede soportar un país; lo que no puede soportar un país es la sangría constante del desorden público sin finalidad revolucionaria inmediata; lo que no soporta un país es el desgaste de su poder público y de su propia vitalidad económica, manteniendo el desasosiego, la zozobra y la intranquilidad. Podrán decir espíritus simples que este desasosiego, esta zozobra, esta intranquilidad la padecen sólo las clases dominantes. Eso, a mi juicio, constituye un error». Estas palabras encierran un reconocimiento cabal de lo insostenible de aquella situación, y de su origen izquierdista. La exhortación de Prieto no fue atendida por los suyos.
Aquí podemos ver en cierta manera como los mismos "defensores" de la República, fueron los que la torpedearon deliberadamente hasta hundirla, para luego luchar en una Guerra Civil en la que decían defender la libertad y el orden, que sandez, ¿quien puede creer algo así?
La clase dirigente fue un obstáculo para la democracia, vaya una paradoja... :-[
07-04-2006
Entonces sí que estás juzgando al régimen republicano, y no la situación política en 1936. Pues muy bien, los políticos repunlicanos eran unos revolucionarios quemaiglesias sedientos de sangre (sólo los de izquierdas, supongo).
Sólo un dato:
Los datos disponibles, expuestos en las Cortes por Gil Robles y Calvo Sotelo, sin que nadie los contradijese, contabilizaban una serie interminable y creciente de asesinatos, incendios de iglesias, asaltos a locales políticos y periódicos, y a domicilios particulares, huelgas violentas, etc.
En el discurso de Gil Robles al que te refieres, pronunciado en las Cortes el 16 de junio de 1936, dijo que entre el 13 de mayo y el 15 de junio había habido en España 171 huelgas totales o parciales, y 65 muertos y 230 heridos a consecuencia del desorden público. Pues son unas cifras curiosamente bajas, sobre todo, si como recuerdo haber leido del omnipresente César Vidal (antes de que viese la luz, supongo), el "desorden público" incluía la delincuencia común. Eran discursos que formaban parte de una campaña de ataque al gobierno utilizando como argumento el que luego se utilizó como justificación para leventamiento militar: que España se dirigía hacia el caos y la anarquía, pero no era más que propaganda política. Había violencia, por supuesto, por grupos extremistas de izquierda y de derecha, pero España había pasado en los años anteriores por situaciones mucho peores que la que había entonces (y no sólo durante la República).
07-04-2006
Me estas juzgando mal amigo, no me parece que debas pensar lo que estas pensando, por que las cosas no son así.
Gil Robles tuvo constantes tratos con los militares durante toda la era republicana para llevar a cabo un golpe de Estado, los militares siempre le dijeron que no era el momento, y cuando llegó ese momento ya no estaba en el meollo como podría haber sido en otro momento. Y no trato de justificar a nadie amigo, no te lleves el tema por donde no tiene que ir, creo que la postura que he sostenido durante todo este debate es una culpabilidad de ambas Españas (por decirlo de alguna manera)... se dice últimamente que quiere enterrarse a los republicanos, de forma simbólica, en el monumento a los caídos del Valle de los Caído, para que de verdad sea un homenaje a los caídos en una desgraciada guerra fraticida... es lo que se debe hacer, es una postura justa e inteligente, un gran gesto de reconciliación.
Pero no se puede defender a los hombres de la República por muchas cosas, espero que nadie trate de justificar a ninguno de estos hombres. Recuerdo las palabras de Azaña: "En Casas Viejas no ha pasado sino lo que tenía que pasar", estas inútiles palabras que vinieron de un hombre que se consideraba un intelectual le costó el gobierno.
07-04-2006
Azaña dijo eso cuando no sabía lo que había pasado en Casas Viejas. Fue un error político, pero no una muestra de su talante.
No sé qué piensas que estoy pensando yo, pero estás repitiendo lo mismo: culpas a la República y a sus políticos. No sé cómo quieres que lo interprete. Tampoco he dicho que estés justificando nada.
Imparcialidad no es lo mismo que equidistancia.
07-04-2006
No se, ¿acaso no crees que la República se hundió por los torpedos que le lanzaron los mismos políticos?(entre otras cosas claro).
07-04-2006
Entre otras cosas. Se hundió porque hubo un intento de golpe militar, principalmente.
07-04-2006
Por supuesto que algo así no lo voy a discutir, es la pura verdad.
11-04-2006
Si dices que la guerra era inevitable, el levantamiento militar no tendría tanta importancia: si no hubiese sido por eso habría sido por otra cosa.
11-04-2006
El levantamiento militar fue una reacción a situaciones sociales insoportables para la consecución de la paz y el orden... esto es demuestra en el hecho de que se llevara gestando desde hace tanto tiempo... ambas Españas (por así decirlo) prepararon activamente soluciones drásticas durante todo el periodo que ocupa la República, esta es una de las cosas que convirtieron a la guerra en inevitable: la incompresión y la intolerancia. En definitiva, la falta de ganas de solucionar los problemas. :-[
11-04-2006
Y eso es en lo que no estoy de acuerdo. El hecho de que se llevara gestando desde hacía mucho tiempo sólo demuestra que había enemigos del régimen en el Ejército, igual que los había en las organizaciones obreras. La radicalización política no es culpa del régimen republicano, fue algo común a toda Europa, incluso a todo el mundo, en los años treinta. La pregunta es si la República podría haber sobrevivido y se podría haber mantenido un régimen democrático, y la respuesta es que sí: en la primera mitad de 1936 la situación política no era tan grave, he intentado hacer ver que fue mucho peor en otras épocas de la historia reciente, con república o con monarquía. El gobierno del Frente Popular no era revolucionario, incluso tenía la ventaja de que fuerzas realmente revolucionarias (el POUM, el PCE o el sector más izquierdista del PSOE) estaban integrados en él, y eso eliminaba el peligro de movimientos revolucionarios, a no ser que fuese por parte de los anarquistas. España no estaba en peligro, ni por la situación en las calles, ni por ninguna revolución en ciernes.
11-04-2006
La división del pueblo era brutal, era un abismo el que se abría entre los "izquierdistas" y "derechistas", esto es algo que se ve en el reparto de votos de las elecciones de febrero del 36... nunca había desembocado ninguna situación anterior en Guerra Civil por que el pueblo luchaba contra el Estado, pero en esta ocasión eran dos Estados y dos pueblos... por triste que pueda parecer es así...
No podemos olvidar el decisivo cese de Niceto Alcalá Zamora de la Presidencia, lo que motivó la separación aun más si cabe entre las fuerzas, pues este es un hombre del que a menudo se olvida su labor política pacificadora, es este acto queda reflejado el interés de la izquierda en la busqueda de soluciones radicales, por supuesto lo mismo cabe decir de la derecha.
La República no podía sobrevivir.
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