Perfecto Sigel, te lo voy a decir más claro.
Yo soy el presidente Truman y ordeno lanzar las bombas.
Luego llámame lo que te de la gana y condena lo que te apetezca, pero yo he ahorrado miles de vidas de mis compatriotas y los que han pagado el pato son los que a la postre agredieron a mi país.
Y cuidadito con lo que hablas que no hay Plan Marshall para tí.
¿Lo entiendes ahora?
Saludos.
Entiendo, Topp: quieres justificar el bombardeo atómico desde una posición de fuerza.
Bien, en primer lugar yo no he referido el Plan Marshall para nada, y no se a que viene que lo menciones relacionado con lo del bombardeo atómico. Aunque si quieres, también hablamos del Plan Marshall de perdida, pero en otro hilo.
Con respeto a lo demás, perfecto, Topp, házle como quieras, pero el argumento sigue siendo racista (la vida de un militar norteamericano vale mucho más que la de cientos de civiles otro país, por lo demás ya derrotado) y el hecho (el bombardeo con un arma de destrucción masiva) continúa siendo un crimen de guerra que sentó un precedente de desastre nuclear nefasto cuya sombra no ha dejado de proyectarse sobre la humanidad.
No entiendo como puedes justificar semejante atrocidad, aún luego de leer los muy bien fundamentados argumentos expuestos por Karl que dejan fuera de dudas que ya antes del lanzamiento de las bombas atómicas, Japón había estado sondeando la rendición.
Por supuesto, la explicación va por muy otro camino. El VERDADERO motivo del bombardeo atómico no era la rendición del Japón que por lo demás ya había dado señales inequívocas de querer rendirse (y en todo caso, para ello hubiera bastado con una sola bomba atómica: la de Hiroshima, ¿por qué además bombardear Nagasaki?). Mucho menos estaba en relación a "salvar" vidas nortemaericanas. El veradero móvil de los bombardeos atómicos era enviar una señal clara a la URSS de que E.E.U.U. disponía de un arsenal de armas nucleares listas para ser detonadas y perfectametne eficaces, lo cual le daba a Norteamérica una posición obviamente privilegiada el nuevo reparto del mundo. Ni más, ni menos.
El fin, justifica los medios...¿no, Topp?