24-06-2006
4 Ante esta situación, basada, es cierto, en elementos de juicio seguramente incompletos, pero que aprecio muy próxima a la real, considero mi deber someter al elevado juicio de V. E. mi punto de vista en orden a una orientación general del plan de acción naval en el caso en que a los altos intereses de España, providencialmente en manos de V. E., conviniera nuestra intervención en la guerra.
5 la ocupación de Gibraltar, o al menos la inutilización de su base naval, requiere, indudablemente, la entrada de España en la guerra al lado, claro está, de las potencias del Eje.
Ahora bien, al entrar España en la guerra frente a Inglaterra es evidente que perderíamos las comunicaciones marítimas a través del Atlántico, como las perdió Alemania desde el momento mismo de comenzar el conflicto no obstante disponer de una fuerza naval muy superior a la nuestra. El petróleo, la gasolina, el trigo y cuantos recursos indispensables para la vida de la nación llegan con más o menos dificultades desde América quedarían cortados. estos recursos no podrían llegar por el Mediterráneo, porque tendrían que proceder del mar negro, y mientras los ingleses estén en Alejandría las comunicaciones mar´timas en el mediterráneo oriental están también cortadas, y no nos quedará, por lo tanto, otra comunicación para abastecer la nación de víveres, combustible y material de todas clases, que el ferrocarril con Alemania a través de Francia, comunicación ésta a todas luces insuficiente, aun suponiendo que Alemania disponga de lo que nosotros necesitamos en la cantidad suficiente para proporcionárnoslo.
6 Es evidente que, en estas condiciones, la intervención de España no solamente no reportaría ventajas al Eje, sino que, por el contrario, le ocasionaría un considerable perjuicio, al tener que atender a nuestras necesidades (que entonces ya serían las suyas) acrecentadas por la guerra sin disponer de las comunicaciones indispensables. Por otra parte, la cuestión de Gibraltar es, en cierto modo, secundaria en orden a la influencia de Inglaterra en el próximo Oriente, mientras cuente con el mar Rojo y el Canal de Suez para sostener a las fuerzas de tierra, mar y aire, que operan en la región.
7 Parece desprenderse de éstas que por una razón casi de imposibilidad material, España no intervenga en la lucha en tanto que el canal de Suez esté en poder de los Ingleses.
8 Ahora bien, el día que el canal de Suez sea ocupado por las potencias del Eje la situación cambiará completamente de aspecto. Inglaterra será desalojada del próximo Oriente, y para que el mediterráneo quede completamente fuera de la acción de las fuerzas navales inglesas y puedan ser plenamente aseguradas las comunicaciones a través de dicho mar, lo que será necesario para conseguir la ordenación económica del viejo mundo, será preciso inutilizar la base naval de Gibraltar, lo que exigirá la intervención de España en la guerra.