Porque España no participo en la SGM

Wittmann

18-09-2006

Desconozco que conocimientos militares tendría Serrano Suñer -supongo que escasos- pero el ministro de AA.EE. debería tener su propio informe, eso es seguro.

Además te habras dado cuenta que el informe es sobre costas, barcos, .... ¿que pasa con el informe sobre el ejército?, ¿y el informe sobre las posibles y prontas ayudas por parte del eje?.

Estoy convencido que existen tales informes ¿donde?, lo desconozco.

Saludos.

Deleted member

18-09-2006

Yo tuve, y digo tuve por que no se que ha sido de todo esto, ya que era información recortada con los consiguientes problemas... un informe del dispositivo de defensa en los Pirineos, no dejaba de ser muy interesante, pero no era contra los Aliados, si no para defenderse de los alemanes.

Wittmann

18-09-2006

Sobre ese caso concreto, existe un interesante artículo en la revista Serga, pero mi Scaner no es compatible con mi sistema operativo :-\

Deleted member

18-09-2006

Pues ya sabes amigo, como se solía hacer antes, a transcribir. :D :D ;) ;)

PD Lo digo totalmente en serio.

Nonsei

18-09-2006

Es un informe técnico, solicitado por Franco posiblemente después de la cumbre de Hendaya. Fue presentado y estudiado en una reunión en la que participaron Franco, Serrano y los ministros militares, en vísperas del viaje que iba a hacer Serrano a Alemania para entrevistarse con Hitler. Seguro que influyó en la táctica dilatoria que siguió Franco ante las presiones alemanas, y en los argumentos que presentó Serrano para justificarla en su reunión con Hitler en Berchtesgaden. Por ejemplo, el punto 8:

8 Ahora bien, el día que el canal de Suez sea ocupado por las potencias del Eje la situación cambiará completamente de aspecto. Inglaterra será desalojada del próximo Oriente, y para que el mediterráneo quede completamente fuera de la acción de las fuerzas navales inglesas y puedan ser plenamente aseguradas las comunicaciones a través de dicho mar, lo que será necesario para conseguir la ordenación económica del viejo mundo, será preciso inutilizar la base naval de Gibraltar, lo que exigirá la intervención de España en la guerra.

Este argumento lo presentó Serrano para intentar disminuir la presión que Hitler estaba ejerciendo sobre España insistiendo en la importancia estratégica de Gibraltar: mientras Suez permaneciese en manos de los ingleses, éstos tendrían acceso al Mediterráneo y podrían mantener sus fuerzas en este mar y en todo oriente próximo. Así que lo primero que tenía que hacer el Eje era cerrar a los ingleses el canal de Suez. Sólo entonces España podría entrar en la guerra y los británicos serían definitivamente expulsados del Mediterráneo.

En caso de guerra contra Inglaterra la clave iba a estar en las posiblidades españolas de evitar el bloqueo naval. En el Atlántico iba a ser muy difícil, por eso se insistía tanto en tener la seguridad de que se les iba a expulsar del Mediterráneo, y por eso se trasladaba la rsponsabilidad de lograr que se diesen las condiciones para la entrada de España en la guerra a sus aliados del Eje, que tenían que ser los que tendrían que tomar Suez. Y por eso el informe de la Armada era el más importante para evaluar las condiciones en las que entraría España en la guerra. No sé si hubo uno similar del Ejército, pero no tendría tanta importancia.

Un plan de defensa contra una intervención militar alemana sería posterior, no creo que se preparasen para esa posiblidad en 1940. Franco estaba empezando a dar largas a Hitler, pero todavía se sentía uno más de los líderes del nuevo orden.

Deleted member

18-09-2006

Esto está en plena contradicción con el hecho de que el amigo Suñer fuera un germanófilo redomado... es decir, ¿Suñer no deseaba la guerra según tu punto de vista?

Nonsei

18-09-2006

Suñer y Franco, pero esperaban el momento adecuado. La situación económica era desastrosa, y no podían arriesgarse a pasar el invierno sin el petróleo y el trigo que llegaban de América. Y al mismo tiempo, Hitler no se comprometía a nada en concreto, no daba garantías de que España tendría una alternativa al comercio con el bloque anglosajón y América Latina, que era de lo que dependía la economía española.

Deleted member

18-09-2006

Aquí va la información que nos da don Luis Álvarez de Estrada y Luque, tres días después de celebrada la cita, y posteriormente publicada en el diario ABC. Dado el interés historiográfico del documento, lo transcribiré íntegramente, tal y como fue redactado:

"Llega el tren que conduce a Su Excelencia el Caudillo a la estación de Hendaya poco después de las tres de la tarde. Hace S.E. el viaje en el "break" de Obras Públicas, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, señor Serrano Suñer, y los jefes de sus Casas Militar y Civil.

A la llegada del tren es recibido en el andén por el Führer, a quien acompañan su ministro de Negocios Extranjeros, señor Von Ribbentrop, el mariscal Keitel y todo su Estado Mayor. Una vez hechas las presentaciones de los séquitos respectivos, invita el Führer a Su Excelencia a pasar a su coche-salón, donde se ha de celebrar la entrevista.

En el dicho coche-salón, y en una mesa rectangular para seis personas, toman asiento S.E. el Jefe del Estado, el Führer, el señor Serrano Suñer, el señor Von Ribbentrop, un intérprete y el barón De las Torres, que actúa como intérprete por parte española, prohibiéndose el acceso a dicho salón de ninguna otra persona, ya que los embajadores de Alemania en Madrid, señor Von Sthorer, y de España en Berlín, general Espinosa de los Monteros, han permanecido con el resto del séquito.

El Führer está  sentado en una cabecera, teniendo a su derecha al Caudillo y a su izquierda al señor Serrano Suñer; a la derecha del Caudillo está  el señor Von Ribbentrop.

Comienza S.E. el Jefe del Estado señalando la satisfacción que le produce el encontrarse por vez primera con el Führer, a quien de nuevo reitera las gracias por la ayuda que Alemania prestó a España durante nuestro Glorioso Movimiento Nacional.

El Führer contesta a S.E. diciendo que es también para él muy grato el momento de encontrarse con el Generalísimo, y después de ensalzar la gesta del pueblo español, que ha sabido enfrentarse contra el comunismo a las órdenes de S.E., señala la importancia que tiene la reunión de ambos Jefes de Estado en este momento crítico de la guerra en Europa, en que acaba de ser derrotada Francia.

Empieza el Führer por hacer una relación bastante minuciosa de todos los acontecimientos ocurridos hace trece meses, y que han dado origen a la guerra mundial, insistiendo que él no quería la guerra, pero que se ha visto obligado a aceptarla con todas sus consecuencias. Pinta la situación de Europa como completamente favorable a las armas alemanas, diciendo textualmente: "Soy el dueño de Europa y como tengo doscientas divisiones a mi disposición, no hay más que obedecer". Continúa el Führer ponderando la eficacia y dominio de las fuerzas alemanas, asegurando que ser  cuestión de muy poco tiempo el aniquilamiento de Inglaterra, cuya invasión se está  preparando con gran eficacia, y que le interesa tener prevenidos y sujetos todos los puntos neurálgicos que pueden ser de interés para sus enemigos, y por ello es por los que le ha interesado tener esta conversación con el Caudillo, pues hay varios puntos en los que España está 1lamada a desempeñar un papel muy importante, y que no hay duda que velando por sus intereses políticos lo llevará a cabo, ya que si dejara pasar esta oportunidad no se le podría presentar nunca más.

A este respecto, dice que le interesa y preocupan tres puntos, que son: Gibraltar, Marruecos e Islas Canarias. Continúa diciendo el Führer, al pasar a tratar de Gibraltar, que ésta es una cuestión de honor para el pueblo español, el reintegrar a la patria este pedazo de suelo que está todavía en manos extranjeras, y que por su situación privilegiada en el Estrecho sea el punto de apoyo más importante que para la navegación por el Mediterráneo tienen los aliados, y que, por tanto, hay que ir tomando en consideración la necesidad de que se cierre el Estrecho, ya que si Ceuta y Gibraltar estuvieran un manos españolas, sería imposible la navegación.

Ataca el segundo punto referente a Marruecos, diciendo que España, por su historia y por otros muchos antecedentes, es la llamada a quedar en posesión de todo el Marruecos francés y de Orán (después Argelia), y que, desde luego, si España entraba en la guerra como aliada del Eje, se le garantizaba el dominio de los territorios antes citados.

Por lo que se refiere a las Islas Canarias, dice que, aunque está  convencido de que los Estados Unidos no han de entrar en la guerra, pues no tienen intereses de gran envergadura en ella, no así los ingleses, que aunque sufren una situación precaria actualmente, en cualquier golpe de mano podrían hacerse con ellas y sería, desde luego, un golpe muy fuerte contra la campaña submarina que con toda eficacia se está  llevando a cabo.

Su Excelencia el Jefe del Estado contesta a los puntos que acaba de mencionar el Führer, diciendo que aunque es exacto que Gibraltar es un pedazo de tierra española que hace muchos años está  en manos ajenas, y que sería de gran satisfacción para el pueblo español que volviera a formar parte de la patria, hay que comprender que lo que al Führer le parece muy fácil, que es tomar la ofensiva contra Gibraltar, supone para un pueblo que acaba de pasar por una de las más terribles guerras civiles un sacrificio, ya que no tiene aún cerradas las heridas de todo orden que ha sufrido, y que sería una muy pequeña compensación para los estragos y dificultades que la entrada en guerra con Inglaterra supondría.

Por otro lado, continúa el Caudillo, por lo que se refiere a Marruecos, debe tenerse muy en cuenta el esfuerzo que para una España aún no rehecha de la guerra civil supone el mantenimiento de los efectivos militares que tiene en su zona y que obliga a las tropas francesas a mantener unos efectivos importantes inactivos que no pueden acudir a otros sectores. Continúa el caudillo diciendo que agradece mucho los ofrecimientos que para después de la guerra, y en el caso que entrara España en ella, se le hacen de la zona francesa y de Orán, que no se le ha ocurrido pedir, pero que estima que para ofrecer las cosas es necesario tenerlas en mano, y que, hasta ahora, el Eje no dispone de ellas. Añade el Caudillo que este problema de Marruecos no lo ha considerado él vital para España, y comprende que no se le ha hecho justicia a nuestro país y que no se le ha reconocido la situación que por derecho e historia le corresponde; pero que habiendo sido, como lo prueba la Conferencia de Algeciras, problema que siempre suscitó la intervención de todos los países, aun de aquellos que más alejados se encontraban de él, estima que no debe procederse a la ligera, sino, por el contrario, sin hacer dejación ninguna de los derechos que le asisten, examinar el problema con toda frialdad.

Por lo que se refiere a las Islas Canarias, no cree el Caudillo que puedan ser objeto de un ataque, pero, desde luego, reconoce que aun cuando existen en las Islas efectivos necesarios, los medios de defensa de que disponen las Islas no están a la altura de las circunstancias, pues el armamento no es eficiente.

A esto contesta el Führer diciendo que se enviarían por Alemania las baterías de costa de gran calibre que fueran necesarias, así como los técnicos encargados de montarlas y enseñar su manejo.

Señala el Caudillo, con referencia al cierre del Estrecho de Gibraltar, que considera de mucha más urgencia e importancia el cierre del Canal de Suez, pues el corte de éste traería aparejada la inutilidad del Estrecho de Gibraltar, y pasaría el Mediterráneo pasaria a ser un mar muerto. El Führer se mantiene en su postura de que considera más importante cerrar por Gibraltar que por Suez.

Insiste Hitler en señalar los grandes beneficios que reportaría a España una intervención como aliada del Eje, manifestando que cree llegado el momento en que España tiene que tomar una determinación, pues no puede permanecer indiferente a la realidad de los hechos y de que las tropas alemanas se encuentren en los Pirineos. Y añade que como mañana o pasado tiene concertada una entrevista con el mariscal Petain y el señor Laval en Montoire, quiere saber a qué atenerse respecto a la actitud de España para obrar en consecuencia con respecto a Francia.

Contesta a esto el Caudillo que no cree que tenga nada que ver la actitud de España en las conversaciones con una potencia que acaba de hacer ofrecimientos, pues, una de dos, o estos ofrecimientos no son más que el cebo para una posible entrada de España en la guerra o no se piensa cumplirlos si la actitud de Alemania con el Gobierno de la Francia derrotada no es excesivamente dura.

Esta contestación del Caudillo no parece agradar mucho al Führer (seguramente porque es verdad), y recalca de una manera un poco vehemente, y sin recoger lo dicho por el Generalísimo, que él no puede ir a Montoire a entrevistarse con Petain sin conocer una actitud definida por parte de España.

El Generalísimo vuelve a insistir en lo antes manifestado, y además reitera que España, que acaba de sufrir una gravísima guerra civil, que ha tenido cerca de un millón de muertos por todos los conceptos, que está  falta de víveres y de armamento, no puede ser llevada sin más a una guerra cuyo alcance no se puede medir, y en la cual no iba a sacar nada.

(Al llegar a este momento se suspendió la sesión, que ha durado desde las cuatro menos cuarto a las siete menos veinte. La conversación ha resultado lenta por tener que traducirse del español al alemán y viceversa. Una vez terminada la conferencia se traslada el Caudillo a su coche-salón hasta la hora de la comida que ofrece el Führer a Su Excelencia y a su séquito. Se reanuda la conferencia poco después de las diez y media de la noche.)

En la segunda parte de la conferencia se nota desde el principio el afán del Führer de hacer ver la Caudillo la conveniencia de entrar aliado de Alemania en la guerra, por estar ésta, como quien dice, virtualmente ganada, y asegurando que tendría España cuanta ayuda pudiera necesitar tanto en provisiones como en armamento.

Vuelve el Caudillo a insistir en lo que tantas veces he repetido durante el curso de la conversación, de que España no está  preparada para entrar en ninguna guerra, y que no se le pueden pedir sacrificios inútiles para no obtener nada por ellos, y que considera que ya es buena ayuda la neutralidad española que le permite no tener efectivos en los Pirineos y la distracción de fuertes contingentes franceses por nuestras fuerzas militares en la zona de Marruecos, aparte de lo que representa el haberse adueñado España de Tánger, evitando que lo hicieran otros.

El Führer a esta contestación, y visiblemente contrariado, manifiesta que, aunque eso es verdad, no es lo suficiente ni lo que necesita Alemania.

El Caudillo le vuelve a contestar que él no puede llevar al pueblo español a una guerra que, desde luego, sería impopular, ya que en ella no se podría alegar que estaba implicado el prestigio ni la conveniencia de España.

Después de un forcejeo insistiendo ambos jefes de Estado en sus puntos de vista, y teniendo en cuenta que quiere llegarse a una solución por parte de Alemania, propone el Führer, de acuerdo con su ministro de Asuntos Exteriores, señor Von Ribbentrop, que se firme por parte de España un compromiso en el que se compromete a entrar en la guerra al lado de Alemania cuando ésta estime necesario que lo haga más adelante.

El Caudillo vuelve a insistir en los tan repetidos puntos de vista respecto a la imposibilidad de España de entrar en una guerra que no le habría de reportar ningún beneficio y que, por tanto, aunque fuera un compromiso aplazado, él no lo puede aceptar.

Se siguen manteniendo durante más de tres cuartos de hora los respectivos puntos de vista y, pasadas las doce y media, el Führer, que ha ido cada vez perdiendo más su control, se dirige en alemán a Ribbentrop y le dice:"Ya tengo bastante; como no hay nada que hacer, nos entenderemos en Montoire".

El Führer, dando muestras de su soberbia o de su mala educación, se levanta de la mesa y, de forma completamente militar y agria, se despide de los presentes, acompañado de su ministro de Asuntos Exteriores.

Poco después, y ya de manera oficial, tiene lugar la despedida en el andén en forma aparentemente cordial.

A la una menos cinco arranca el tren que conduce a Su Excelencia, quien creo ha sacado una impresión del Führer distinta a la que se había imaginado, como aquel señor que cree encontrarse con otro y se lleva un chasco.

Mi impresión, como español, no puede ser mejor, pues conozco a los alemanes y sé sus procedimientos, y teniendo en cuenta la fuerza que tienen hoy en día dominando Europa entera, la actitud del Caudillo ni ha podido ser más patriótica ni más realista, pues se ha mantenido firme ante las presiones, justificadas o no, del Führer y ha pasado por alto con la mayor dignidad los malos modos, al no ver satisfechos sus deseos, del Führer-canciller."

Deleted member

18-09-2006

Alguna información sobre el previsible ataque contra España de Alemania escrita por el historiador francés Roux:

El 30 de marzo de 1942, Hitler plantea “los principios generales de una acción que había de llevarse a cabo tanto en la Francia no ocupada como en España”. El 29 de Junio, el mariscal Von Runstedt es encargado de establecer un esquema preciso de la operación. Sobre este plan escribe “La Revista de Defensa Nacional” de noviembre-diciembre de 1964:

“...Una directiva del 15 de julio de 1942 traza las grandes líneas del plan llamado “ILONA”. Fija los detalles de ejecución del mismo. Su objetivo: en una primera fase, franquear los Pirineos y alcanzar respectivamente Vitoria, Bilbao y Pamplona. En una segunda fase, ocupar un amplio arco circular, comprendido entre  Santander y Zaragoza, y allí esperar nuevas órdenes en previsión de operaciones posteriores. La  acción sería llevada a cabo por el I Cuerpo de  Ejército, formado por las 7ª y 8ª Divisiones de Infantería, que se concentrarían en la región de Pamplona, teniendo como reserva a la Brigada Paracaidista "Hermann  Goering", la 10ª Division Panzer y dos divisiones más de las Waffen S.S. La operación estaría apoyada, naturalmente, por fuerzas navales y aéreas de reconocimiento y de combate.”

La ejecución de este proyecto comenzó por una concentración de tropas en el sur de Burdeos y por el refuerzo de la III  Fuerza Aérea, en la región de Bayona. Sin embargo, todo quedo en esto. El plan "Ilona" ni se prosiguió ni, propiamente hablando, se abandonó, pero fue “aplazado” por tres razones. La primera que Hitler se encontraba cada vez más comprometido en el Este para poder ocuparse del Oeste. La segunda era que, en el transcurso del verano del 42, los éxitos conseguidos por Rommel parecían suficientes para mantener Africa. La tercera razón, la menos conocida, es que Franco, sin duda alertado por sus servicios de información, tuvo conocimiento de los preparativos alemanes y tomó medidas para detenerlos.

En efecto, en una serie de estudios publicados a principios de febrero de 1964 en la “Vanguardia” de Barcelona, el general Díaz de Villegas revela lo siguiente: “El gobierno español fortificó las regiones pirenaicas. Para prohibir el acceso a los puertos de montaña y para barrer los caminos de penetración hacía el interior, era necesario levantar sólidas defensas y establecer líneas de trincheras hormigonadas. Incluso había dividido toda la región en cinco sectores estratégicos.”

Es curioso constatar que Hitler quien, al atacar a Rusia, cometió el mismo error que Napoleón, pensaba repetir otro grave error del emperador: la invasión de España.

Todo estaba dispuesto, todo se hubiera desencadenado, si las circunstancias no se hubieran opuesto a ello. Los acontecimientos de Moscú y de Stalingrado van a proporcionar a Hitler inquietudes mucho más apremiantes. Los jefes alemanes están demasiado ocupados por lo que ocurre en las llanuras orientales, tienen que desviar su atención de la Península Ibérica y se ven obligados a dejar dormitar sus extraordinarios proyectos.

Glenn E. Duncan

19-09-2006

vayaaa :o :oque documento tan bueno karl

este hitler...... ;D

Hiwi

19-09-2006

Si, muy bueno, pero este Roux de donde saco esa directiva, tienes que pensar que en ese momento España le daba apoyo logistico encubierto a Alemania y tropas Españolas luchaban contra la URSS, con uniformes alemanes.

Nonsei

20-09-2006

Creo que aparece en la directiva 42 de Hitler. Se trataba de ocupar España en caso de que hubiese una amenaza de un desembarco aliado en la península ibérica o el norte de Africa, con o sin la ayuda de Franco. Fue lo que le pasó a la Francia de Vichy, ese mismo año. Que yo sepa no tenía una fecha concreta para realizar la operación, más bien consistía en preparativos para intervenir en la península ibérica si la situación en el Mediterráneo lo hacían necesario. Pero la escricta neutralidad que intentó mantener Franco durante la operación Torch (el desembarco aliado en Marruecos y Argelia), y que finalmente era lo que más convenía a Hitler en esos momentos, y la escasez de medios, hizo que quedase en suspenso, aunque los alemanes mantuvieron planes para intervenir en España en caso necesario hasta mediados de 1943.

Deleted member

20-09-2006

Efectivamente Nonsei, estás en lo cierto.

StraT

20-09-2006

Es curioso el informe Karl, en él plantean una invasión del norte de España, que estratégicamente es útil por la industria bilbaina y quizás en previsión de un desembarco aliado en las costas del cantábrico. Sin embargo no hace mención a un avance hacia Barcelona o Madrid, con lo cual mantener el norte de España, con su habitual geografía "arisca", lo veo harto difícil. Tienes más información sobre esas maniobras de los ejercitos alemanes en esa supuesta operación?

Saludos

Deleted member

20-09-2006

Estoy buscando, a pesar de todo la conquista de España debía ser completa... su objetivo final estaba al sur: Gibraltar... esto no era más que el primer movimiento de penetración, que debía ser el de rotura y decisiva entrada de las fuerzas alemanas en territorio español.

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