Relatos de Guerra

Moisin-Nagant

18-09-2007

Para mi tampoco pasa inadvertido Zukov, todos tenemos posts a los que hemos dedicado mucho tiempo y solo recivimos uno o dos comentarios o quizas ninguno.

Marcelo, temas que hablan de crimenes hay un monton, son parte de la guerra, y esto no viola de ninguna manera el reglamento.

Sigue Zukov, y no olvides los relatos de los alemanes, que hay un monton.

Zhukov

18-09-2007

Estamos acostumbrados a leer sobre la guerra acerca de campañas ,lideres ,generales y sus decisiones,estadistas , grandes personajes y cronicas de batallas. Quiero poner en este hilo relatos de aquellos protagonistas de la guerra,los combatientes o civiles que se encontraron envueltos en la mas grande tragedia del siglo pasado.Protagonistas involuntarios de historias en la que trataron de cumplir con su deber,fueron testigos o simplemente trataron de salir vivos.Aqui van algunas historias.

Estimados Compañeros del Foro,este es el primer post que coloque aqui y resume el espiritu de esto.

Les agradezco los mensajes de elogios y de criticas que seguramente me ayudaran a mejorar mis aportes.

Saludos. <<34

Zhukov

18-09-2007

Relatos de Guerra

Me Muero de Risa...........El Humor Puede ser Peligroso.

[color=red]Hitler fue el tema de muchos chistes durante el Tercer Reich. Hitler visita un neuropsiquiátrico. Los pacientes lo reciben con el saludo nazi. Mientras camina, observando las filas de internos, encuentra a un hombre que no está saludando.

“¿Por qué no está saludando como los otros?”, ladra Hitler.

“Mi Führer, soy el enfermero, ¡yo no estoy loco!”, le contesta.[/color]

El chiste puede no ser graciosísimo, pero se contaba de forma bastante abierta junto con muchos otros sobre Hitler y sus secuaces en los primeros años del Tercer Reich, de acuerdo con un nuevo libro sobre el humor bajo el nazismo.

Pero hacia fines de la guerra, uno podía ser asesinado por un chiste. Una trabajadora de la producción de municiones identificada sólo como Marianne Elise K. fue detenida por sabotear el esfuerzo de la guerra con “acotaciones rencorosas” y ejecutada en 1944 por contar este chiste:

[color=red]Hitler y Göring están parados en el techo de la torre de la radio de Berlín. Hitler dice que quiere hacer algo para alegrar a la gente de la ciudad. “Entonces, ¿por qué no salta?”, sugiere Göring.[/color]

Un compañero de trabajo la escuchó contar el chiste y la denunció a las autoridades.

El autor del libro, el director de cine y guionista alemán Rudolph Herzog, no está tratando de hacer reír a sus lectores. Quiere examinar el período nazi desde una perspectiva diferente, y ve los chistes contemporáneos como una buena manera de mostrar los verdaderos sentimientos de la gente en aquel momento.

“Los chistes reflejan lo que realmente afecta, divierte y enoja a la gente. Proveen una mirada interna del Tercer Reich que posee una autenticidad que por lo general se pierde cuando se examinan otros textos literarios”, dice Herzog, de 33 años, cuyo libro Heil Hitler, The Pig is Dead —título que es el remate de otro chiste sobre Hitler— sale a la venta este mes. “Los chistes políticos no eran una forma de resistencia activa sino válvulas de escape de la bronca pública. Los contaban en los bares, en la calle, para aliviarse con una carcajada. Esto era apropiado para el régimen nazi, que no tenía humor alguno.”

Muchos alemanes odiaban a los peces gordos nazis que conseguían importantes puestos laborales en el gobierno y la industria, pero no se rebelaban. Sólo contaban chistes:

[color=red]Un anciano nazi visita una fábrica y le pregunta al manager si todavía tiene socialdemócratas entre sus trabajadores.

“Sí, un 80%”, es la respuesta.

“¿También tiene miembros del Partido Católico de Centro?”

“Sí, un 20%”, responde el manager.

“¿No tiene nacionalsocialistas?”

“¡Sí, claro, ahora todos somos nazis!”[/color]

La vanidad de los jefes nazis era el tema de varios chistes:

[color=red]“Göring agregó una flecha al final de las hileras de medallas de su uniforme. La flecha dice: ‘Sigue atrás’.”[/color]

Tales chistes eran inocuos para los nazis y no reflejaban oposición a ellos, dice Herzog. Los contrasta con el desesperado humor de los judíos alemanes cuando se cerró el cerco sobre ellos durante los ’30 y en los años de la guerra:

[color=red]“Dos judíos están a punto de ser fusilados. De repente cambia la orden y se los sentencia a morir ahorcados. Uno le dice al otro: ‘Ves, se están quedando sin balas’.”[/color]

Tales chistes contados por los judíos era una forma de aliento mutuo, una expresión de la voluntad de vivir. “Incluso el humor judío más negro expresa una voluntad desafiante, como si quien lo contara dijera: Me estoy riendo, así que todavía estoy vivo”, dice Herzog.

Su libro, basado en literatura de la época, diarios y entrevistas con veinte personas que vivieron durante el Tercer Reich, llega a algunas conclusiones incómodas: desde el principio, los alemanes estaban al tanto de la brutalidad de su gobierno. Y el país no estaba poseído por espíritus malignos ni hipnotizados por la brillante propaganda nazi, dice. La gente hipnotizada no cuenta chistes.

“Al reírse de Hitler, se le roban esas capacidades metafísicas o demónicas que los apologistas de posguerra le atribuían. Los alemanes de ninguna manera eran desvalidas víctimas de la propaganda. Muchos veían a través de los juegos que jugaban Goebbels y sus cohortes. Esto no cambió el hecho de que el país fue chupado en una espiral de crimen en el espacio de unos pocos años.”

El libro de Rudolph Herzog quiebra aún más tabúes en el tratamiento de la historia alemana. Este chiste sobre el campo de concentración de Dachau, que se abrió en 1933, muestra cuán temprano la gente sabía que podía ser detenida por expresar sus opiniones:

“[color=red]Dos hombres se encuentran. ‘Es bueno ver que estás libre otra vez. ¿Cómo estuvo el campo de concentración?’”

“‘¡Fantástico! Desayuno en la cama, podías elegir entre café y chocolate, y para el almuerzo teníamos sopa, carne y postre. A la tarde, después de comer, jugábamos, antes de tomar un café con torta. Después una pequeña siesta y mirábamos películas después de la cena’.”

“El hombre se queda estupefacto: ‘¡Qué bueno! Hace poco hablé con Meyer, que también estuvo encerrado ahí. Me contó una historia distinta’.”

“El otro hombre asiente con gravedad y dice: ‘Sí, bueno, por eso lo volvieron a llevar’.”[/color]

El libro de Herzog es sólo la última indicación de un corrimiento fundamental en el tratamiento que hace Alemania de su historia nazi en los últimos años. Mientras la generación de la guerra muere, los hijos y nietos tienen una visión más distante del pasado, y un número de tabúes se ha quebrado.

En 2004, la película alemana La Caída, sobre los últimos días de Hitler en su bunker, retrató el lado humano del dictador. Este año, grandes carteles con esvásticas se levantaron en Berlín durante la filmación de la primera comedia alemana sobre Hitler, algo impensable de rodar algunos años atrás. “Cada generación de alemanes tiene que saldar cuentas con el pasado”, dice Herzog. “Los tabúes se han roto. Con la distancia del tiempo se ve el lado ridículo de este régimen, pero sin olvidar su maldad. Todavía estamos demasiado cerca en el tiempo para eso.”

La sociedad alemana se militarizó rápidamente después de que los nazis tomaron el poder. Se crearon nuevas organizaciones, cada una con su propia línea de uniformes. Un chiste que daba vueltas era que en el futuro el ejército usaría ropas de civil para ser reconocido.

Muchos encontraban el saludo a Hitler, con el brazo extendido, ridículo. Un director de circo en la ciudad occidental de Paderborn, socialdemócrata y opositor a los nazis, entrenó a sus chimpancés para que levantaran el brazo derecho cada vez que veían un uniforme, y llegaron inclusive a saludar al cartero. Fue denunciado y recibió una notificación oficial que les prohibía saludar a los animales, con amenazas de muerte.

[color=red]Otro chiste que ilustraba la vida bajo el nazismo era éste: “Mi padre está en la SA, mi hermano mayor en las SS, mi hermano menor en las JH (Juventudes Hitlerianas), mi madre es parte de la organización de mujeres NS y yo estoy en la BDM (grupo nazi de niñas)”.

“¿Alguna vez se ven?”, pregunta la amiga de la nena.

“Oh sí, nos vemos todos los años en la asamblea del partido en Nuremberg.”[/color]

Los nazis promulgaron leyes en 1933 y 1934 que prohibían comentarios críticos al régimen. Pero los casos penales usualmente tenían como resultado una advertencia o una multa, y se consideraba al alcohol un atenuante. Los chistes antijudíos, por supuesto, era bienvenidos, y florecieron en los años ’30 reflejando el antisemitismo presente en la sociedad alemana.

[color=red]El renacimiento económico en los años ’30 y más tarde las primeras victorias de Hitler atrajeron una ola de orgullo nacional: “¿Qué significa que el cielo esté negro? Que hay demasiados aviones en el aire y los pájaros deben caminar”.[/color]

Muchos alemanes consideraban que Hitler había restaurado el honor del país después de la derrota militar de la Primera Guerra Mundial y la crisis económica y turbulencia política de la década del ’20.

Durante la guerra, el régimen intentó entretener a las tropas y distraer a la población civil promoviendo comedias y films de cabaret inofensivos. También había chistes sobre la desorganización del ejército italiano.

[color=red]Aquí hay una: “El ejército alemán recibe noticias de que la Italia de Mussolini ha entrado en guerra”.

“¡Necesitaremos más de diez divisiones para contenerlo!”, dice un general.

“No, está de nuestro lado”, dice otro.

“Oh, en ese caso necesitaremos veinte divisiones.”[/color]

[color=red]Cuando estuvo claro que Alemania estaba perdiendo la guerra y los bombardeos aliados empezaron a destrozar las ciudades alemanas, el país se volcó al sarcasmo amargo:

“¿Qué vas a hacer cuando se termine la guerra?”

“Finalmente me iré de vacaciones y haré un viaje por la Gran Alemania.”

“¿Y qué vas a hacer por la tarde?”[/color]

Pero contar chistes era peligroso. El “derrotismo” se convirtió en una ofensa punible con la muerte y uno podía ser ejecutado por un chiste. “Con la derrota de Stalingrado y la primera oleada de bombardeos a ciudades alemanas, el humor político se convirtió en humor incriminante, la tontería dio lugar al sarcasmo más seco”, explica Herzog. Alemania no ha recuperado del todo su humor. “El humor judío es famoso por su agudeza y extrañamos eso aquí, hoy, junto con un amplio espectro de aspectos de la cultura judía”, asegura Herzog.

Por David Crossland

Zhukov

18-09-2007

Relatos de Guerra

El Diario de María Bierganz,integrante del Bund Deutscher Mädel.

La Liga de Muchachas Alemanas (BDM) —en alemán Bund Deutscher Mädel— sección femenina de las Juventudes Hitlerianas (HJ) para jóvenes de entre 14 y 18 años establecida por el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP) en 1930. Contaba con más de tres millones de miembros al inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Las jóvenes miembros de la organización eran formadas para adoptar las tradiciones, aprendiendo a representar un rol de mujer en la sociedad. Su adoctrinamiento comprendia frecuentemente el ser enviadas a trabajar en granjas para familias numerosas.

Aunque el alistamiento fue de carácter no obligatorio, la mayoría de jóvenes eran llevadas por su familiares al reclutamiento. Con posterioridad al final de la guerra varias manifestaron que la organización BDM les despertaba un auténtico entusiasmo, ya que les permitía sentirse útiles y sentían que su país las necesitaba. Además las responsabilidades que recibían a algunas les resultaban motivantes.

Durante los últimos meses de la guerra varias BDM participaron activamente en la defensa del territorio alemán que era invadido por los Aliados. Muchas de ellas sacrificaron su vida en la batalla de Berlín. No se puede saber el alcance de la participación de las BDM en la defensa de la ciudad ya que sus miembros no participaron de manera conjunta y cooordinada, sino que las muchachas más leales al régimen combatían de manera voluntaria, uniéndose a las HJ y a la Wehrmacht.

Como otros miembros de las fuerzas alemanas y parte de la población, algunas de las BDM prefirieron el suicidio a rendirse a los invasores.

Tras el final de la guerra las BDM fueron disueltas y desde entonces ninguna organización guarda relación con la desaparecida Liga.

[color=blue]María Bierganz es una joven de diecisiete años que vive en Monschau, Alemania. Su diario, se compone de una serie de cartas escritas a su novio que servía en las SS.[/color] 

Monschau, 7 de octubre de 1944.

Creo que ya no habrá en la vida pena que me conmueva después de haber visto entrar aquí a los

norteamericanos. Si pudiese saber siquiera dónde estás, Pedro, creo que me sentiría mejor.

Ayer supe que nuestra amada Colonia ha vuelto a ser víctima de los cobardes y despiadados ataques aéreos.

Sí, mi querido Pedro poco a poco me voy dando cuenta de que esta guerra por nuestro sagrado derecho a la vida no es una contienda leal del valor contra el valor, sino una dispareja y abominable guerra de materiales.

Ninguna culpa tenemos los pobres alemanes de no contar con un país tan rico como los Estados Unidos. Tampoco tenemos la clase de carácter que se necesita para explotar de tan ruin manera a pueblos pequeños y desamparados.

Aquí los norteamericanos no han avanzado ni un paso. a pesar de sus incesantes bombardeos. Solo podemos sacudir una y otra vez la cabeza, mientras decimos: "Evidentemente, no hay mejor soldado que el alemán". La cobardía de los norteamericanos es sencillamente indescriptible.

8 de octubre de 1944

Hoy brilla el sol en un espléndido cielo azul. Hermoso día, si no fuera por las continuas explosiones de las granadas, el zumbido de las bombas cohetes y el sordo retumbar de los cañones.

Los alemanes se defienden con valor sobrehumano de los ataques en masa: pero, por desgracia, tienen que ceder terreno palmo a palmo.

Pedro querido, ¿que hemos hecho para merecer esto? ¿Acaso no ha trabajado Alemania sin descanso y con la más recta de las intenciones? ¿Todo habrá de ser en vano? No, Pedro, no.

Siento que nosotros, los jóvenes que por tan amarga prueba estamos pasando, seremos duros como el hierro; nuestro destino es continuar la lucha por el ideal de nuestro insustituible Caudillo.

Cuando todos lo hayan abandonado, podrá el contar todavía con la juventud. Nosotros nunca lo traicionaremos. Tal vez la suerte vuelva a sernos favorable y llegue a permitirnos, quien sabe cómo, desfilar bajo el Arco de Triunfo.

No temas, Pedro, que los últimos reveses hayan convertido a tu novia en una criatura sin juicio. o en una vieja llorona. Por el contrario. mi calma desconcierta a las personas de mi familia, que tan nerviosas están. ¿Llorar? No, ni siquiera pienso en eso. Puede ser que no me ría tanto como antes pero conservo el buen humor, gracias a Dios.

9 de octubre de 1944

Hoy no hay tanto tiroteo. Dentro de unos minutos iré a la ciudad para enterarme de las últimas noticias en el club Heimatstreue (Fiel a la Patria). Debo confesarte que me avergüenzo de ser mujer.

Soy la única que hay en el club. Siempre que pienso en esto, me siento furiosa conmigo misma. Pero una puede confiar a ciegas en los del club. Todos ellos son jefes de la juventud Hitleriana.

Pedro, los pobres alemanes han sido siempre víctimas de un destino cruel. Demostraremos, sin embargo, que somos dignos de nuestros antepasados. Una de las cosas por las que odio a los

norteamericanos es porque muchos de ellos son alemanes renegados.

10 de octubre de 1944

Pedro, la vileza de mis queridas vecinas de pueblo y antiguas compañeras raya en lo indecible.

Uno de los fieles oyó ayer, por casualidad, que dos muchachas de la directiva de un club, que viven ahora en Monschau. estuvieron bailando con norteamericanos. Es una bajeza que no tiene nombre.

Hoy fue un día espantoso. Las ametralladoras tableteaban por todas partes. Parecía una lluvia de chispas acompañada por los agudos silbidos de las halas. Todavía no hemos salido de lo peor. Pedro.

Por nuestros bosques vagan dispersas las tropas de defensa. Escuadrillas de bombarderos norteamericanos cruzan constantemente; y ahora vuelan muy bajo.

Esta noche hemos comentado en el club el discurso del doctor Goebbels. Nunca le perdonare haber dicho que los habitantes del territorio ocupado por el enemigo hemos dejado de ser alemanes y que, al permanecer aquí. nos hemos entregado a los norteamericanos.

En el club todos estábamos furiosos. ¿A donde podíamos ir? ¿Acaso al Rin, exponiéndonos al terrorífico bombardeo enemigo? .

Pedro, ahora me doy perfecta cuenta de la gran dicha que supone poderse llamar alemán. Ser alemán equivale a luchar, Nuestro club ha quedado reducido a tres personas: dos compañeros y yo.

Acabo de saber que los norteamericanos presentaron a los defensores de Aquisgrán un ultimátum: si a las diez no se han rendido, la ciudad será destrozada por bombardeo aéreo y fuego de artillería.

¿Se rendirán las tropas de defensa ? Todavía sigo creyendo que no. Es verdaderamente horrible que Goebbels nos llame traidores, solo porque queremos seguir siendo alemanes.

11 de octubre de 1944

Esta mañana la artillería norteamericana dispara ferozmente y sin plan. Los colosales cañones retumban por todas partes y enormes nubes de polvo se elevan al Cielo. ¿Qué hará Aquisgrán ?

13 de octubre de 1944

Siento no haber podido terminar mi carta de anteayer. Tuvimos que salir todos de la casa. Estaban buscando soldados alemanes. Esta mañana, apenas habíamos regresado, tres norteamericanos entraron de nuevo, fusil en mano, y registraron todas las habitaciones. Tenemos que abandonar nuestra casa dentro de media hora.

16 de octubre de 1944

Nos han dado un departamento en la calle de Laufen. No nos gusta ni pizca. Los vecinos de esta barriada eran muy pobres y falta en ella hasta lo más indispensable.

¿Donde estás hoy, día de tu cumpleaños, Pedro querido ? Si supiera que estabas, como otros de tus compañeros, viviendo en los bosques cercanos, iría a buscarte.

Duisburgo y Aquisgrán han corrido una trágica suerte. ¿Ocurrirá lo mismo a la espléndida Colonia y a otras de nuestras hermosas ciudades ? No hay que pensar en ello. Es demasiado espantoso.

Todo hay que dejárselo al tiempo y al destino. No está a nuestro alcance cambiar las cosas. Lo único que podemos es mantenernos firmes y esperar.

Sin duda, tu padre te reñiría si le hablaras de firmeza y esperanza. Lo digo, porque yo tengo que librar un combate diario con mi familia a causa de esto.

17 de octubre de 1944

Hoy he hablado con un soldado de las tropas de defensa que estuvo prisionero.

Lo habían reclutado hacía solo dos semanas. ¡Qué suerte si un día fueses tú quien, de este mismo modo inesperado, se presentara ante mí!

Hoy he vuelto a casa y me he llevado la radio. Es pequeñita, de fabricación francesa. Figúrate que por poco piso una mina enterrada. Un norteamericano me salvó la vida.

Querido Pedro, cuantos más soldados de las tropas de defensa vienen por aquí, tanto mayor es mi deseo de volver a verte.

Colonia, mi Colonia. ¿Acaso no existe ya justicia en el mundo que castigue a los culpables de semejante crimen? ¡Nuestros corazones claman venganza!

Uno de "nuestro grupo" supo ayer que varios jefes de la juventud Hitleriana han sido llevados a Francia para hacer trabajos de descombro. Antes de dejarme llevar así, desertaría.

19 de octubre de 1944

¿Qué me dices del "ejército popular" alemán? Aquí lo califican de crimen y matanza al por mayor.

En mi opinión es la señal más clara de que no disponemos de nuevas armas.

Pedro, el corazón se me hace pedazos al pensar que tantas proezas y tantos sacrificios de nuestros jóvenes durante estos años han sido en vano. No, no es posible, Pedro. ¡Qué sería entonces de nosotros, la juventud?

Una ametralladora pesada alemana ha empezado a disparar de nuevo hace un instante.

La lucha es muy reñida en los bosques de Eiffel. Los norteamericanos llegan hasta allí pero no pasan.

Si nuestros soldados tuvieran los elementos con que cuentan estos manganzones, se pondrían de un salto en los Estados Unidos.

Estos tipos no son soldados, sino bailarines de jazz. Lucha y avance son para ellos palabras vacías de sentido. Ojalá podamos darles todavía otra buena paliza.

Pedro, cuando pienso en el tiempo que pasamos juntos en Monschau, no acierto a comprender por qué tenía que acabarse tan pronto aquella época maravillosa. ¿Qué se ha hecho de la compasión humana ? La humanidad no se apiada de dos criaturas desgraciadas.

Pero ¿qué esto diciendo? No queremos piedad. Vivir es luchar. Ser alemanes es ser fieles y yo permaneceré fiel a la obra y propósito de estos años. Criaré a mis hijos, inspirándoles los mismos principios, lo juro.

21 de octubre de 1944

¿Por qué no podemos seguir siendo alemanes, querido? En Monschau no quedan ya más que tres leales. ¿No te parece aterrador? La juventud está desmoralizada.

Les dan cigarrillos norteamericanos a los jóvenes de quince años, les enseñan a fumar. ¿No te duele el corazón al saberlo, Pedro? ¿Qué ha sido de nuestros ideales y de la moral de la juventud alemana?

Dos norteamericanos separaron ayer de su hijito a nuestra antigua jefa de escuadra y se la llevaron en automóvil. Quieren que les diga adonde han ido el administrador del distrito v todos los demás funcionarios. Pero ella jamás lo dirá. Tal vez uno de estos días me llegue a mi el turno de ser interrogada.

Mira lo que les diré: marchó a Aquisgrán y es fácil reconocerlo porque ha perdido las dos piernas. Mentiré, pero eso carece de importancia.

27 de octubre de 1944

Ayer se desato el infierno. Las ametralladoras disparaban sin cesar, el cielo estaba rojo y tronaban la artillería y los nuevos cañones de los tanques norteamericanos. En medio de aquel ruido infernal se oía el zumbido de nuestras bombas cohetes. Era indescriptible.

Hoy tenemos que ir a las oficinas del gobierno militar. Es muy probable que sea la última vez que nos permitan volver a casa. Ya sabes que tarde o temprano los norteamericanos acaban por mostrar el cobre.

28 de octubre de 1944

Pedro, todavía estoy pálida como una muerta. Conseguimos permiso de pasar una hora en nuestra casa. En la oscuridad tropecé con algo que estaba en el suelo. Sentí inmediatamente que era un cuerpo humano, y se me heló la sangre.

Necesité de todas mis fuerzas para reprimir un grito. Al fin. encontré unos fósforos y mis sospechas quedaron con firmadas... un alemán muerto. ¡Horrible! .

Las facciones del soldado estaban completamente desfiguradas. En el primer piso encontramos un herido.

Por él supimos de lo que había pasado. Algunos de nuestros soldados, que se habían parapetado detrás de la casa, tenían un hambre feroz y entraron con intención de aplacarla.

Poco después oyeron voces en el piso bajo y súbitamente aparecieron ante ellos unos cuantos norteamericanos.

Bien puedes imaginar la escena que siguió. Los cerdos aquellos cargaron con tres cajas de vino y no dejaron nada en armarios y alacenas, todo estaba en el suelo.

Habían regado jugo de frambuesa por dondequiera, y la ropa blanca, en revuelto montón, yacía en un pozo de aquel jugo. Algo espantoso, te digo. ¡Cerdos cobardes! Destrozaron el escritorio con un hierro de la estufa. Es sencillamente increíble.

Pedro querido, tengo que pedirte una Cosa. Tú eres soldado ahora y estás luchando con las implacables tropas de defensa. Hazme este favor, Pedro: Cuídate de las casas ¡Si tienes hambre, entra en alguna de  ellas, coge algo que comer, pero márchate en seguida! ¿Me entiendes? ¡Casos como el que tuvimos aquí son horribles!

29 de octubre de 1944

Cada cuarenta minutos rasga los aires con su infernal zumbido una bomba cohete. Van dirigidas a Bruselas y Lieja.

Ha vuelto una muchacha de la vecindad que fue herida hace seis semanas. Probablemente tendrá que guardar cama dos o tres meses. Tenia un fragmento de metralla en la  pierna derecha. Justamente encima de la rodilla.

Como no hay corriente eléctrica ni en Monschau ni en Eupen, la cruz roja norteamericana la llevó a Welkenraeth, en Bélgica.

Allí la examinaron con los rayos X. vieron que tenia rota la pierna y se la enyesaron. Luego dejaron que la pobre muchacha se consumiera de fiebre. Dos días después la trasladaron a un hospital de campaña norteamericano, en Hombourg.

Luego la llevaron a Bruselas donde sufrió el odio de los belgas y el terror de nuestras bombas cohetes.

¿Dónde puedes estar, Pedro? ¿Te llegarán alguna vez estas notas? Pedro, ¡quiero seguir siendo alemana ¡Tengo que seguir siéndolo! .

Si el arma nueva resultara... Aún podría sálvanos. ¿No crees tú que toda esta desgracia debe pesar sobre la conciencia de los traidores? ¿Cuantos, día tras día, se han pasado al enemigo, faltando a sus deberes con la Patria ? Me enfermo sólo de pensarlo, querido. Pero hay que tener valor y voluntad de seguir peleando.

Vivir es luchar. Me inspiro en este pensamiento y lo uniré a las palabras con que le despediste de mi: ¡Sé valiente!

1 de Noviembre de 1944

Cuando esto acabe, habremos perdido cuanto teníamos; pero hay una cosa que no pueden quitarnos, y es el modo de pensar y vivir que enseñaron a nuestra juventud.

Eso está incrustado en nuestros corazones. ¿Acaso no hemos crecido luchando? ¿Comenzaremos la nueva vida inspirados en los viejos principios? Hay que ser optimistas y confiar en que vendrán mejores días para Alemania.

3 de Noviembre de 1944

Ahora nos dan bastante carne (un kilo por persona a la semana) pero temo que cuando llegue el invierno, vamos a morir de hambre. La cosecha de papa no ha sido recogida aún. He tenido que esperar cuatro horas para conseguir un pan. ¿No te parece tremendo?.

Acabo de oír las noticias de las cinco. Tienen muy mal cariz. Yo sigo creyendo en la victoria alemana y tengo muchas discusiones con mi familia por esta causa. Estoy segura de que mi madre cambiará de parecer algún día. Tal vez acabe por abrir los ojos y ver lo que pasa. Vivir en nuestro tiempo es luchar. Debería haberme marchado de aquí hace mucho tiempo.

5 de noviembre de 1944

Estoy siempre con hambre. El pan y La mantequilla son cada día mas escasos. Me pongo furiosa cuando pienso que nuestros enemigos pretenden gobernar a Alemania y suprimir el uso de nuestra antigua y hermosa lengua.

¿Por que tenemos que soportar todo esto? Sólo porque ciertos individuos se pasan la vida mintiendo e inventando historias. Yo no dejo ni un instante de confiar en nuestro buen soldado alemán que es el mejor del mundo.

El enemigo dispone de recursos enormes, pero sus soldados tienen miedo, cosa que no ocurre a los nuestros. Esta es una guerra de materiales. ¿Como vamos a resistir a quienes los tienen en tan avasalladora abundancia ?.

Esta mañana me despertó una bomba V-1. Pasó muy cerca y a los pocos minutos oímos una explosión tremenda que sacudió toda la casa, abriendo puertas y ventanas. Debe haber caído cerca de Eupen.

Ojalá haya dado en el blanco a que iba destinada. Adonde quiera que mires ves aviones en el aire. ¡Que desgracia para nuestros pobres muchachos y para todas estas lindas ciudades!

8 de noviembre de 1944

Ya no puedo sufrir más a la familia.

Anoche tuve una pelea en la mesa, sólo por haber dicho que "seguía con hambre" "Deberías ver al medico", contestó mi hermano. La abuela dijo algunas cosas sarcásticas. "Ahora clama por tu Hitler y su pandilla, pero de nada te servirá, porque ya está llegándoles la hora". No pude aguantar más y salí del comedor.

Hoy hemos tenido aquí un tiroteo bastante grande. ¿Crees que el Führer hablará esta noche? ,Si lo hace, espero que no apaguen la radio de la casa porque tengo muchos deseos de oírlo.

Quisiera ser hombre para pelear por mis ideas.

9 de noviembre de 1944

Hoy está nevando. Otros años nos divertíamos de lo lindo, pero ahora no podemos salir a la calle ni nos permiten utilizar el trineo. Nuestra provisión de papas se ha agotado. Además, tenemos que aguantar que ocupen las calles estos norteamericanos.

¡Cuanto daría yo por ver otra vez aquí a los alemanes! Nos alegró mucho saber que se estaban lanzando bombas V-2, Ojalá mejoren algo nuestra situación. Anoche estuvimos esperando el discurso del Führer. Pero no hablo. Todavía ayer me encontraba dispuesta a hacer cualquier cosa por el Führer. pero hoy estoy un poco desilusionada.

¿Será cierto que Himmler tiene encerrado a nuestro Führer? El alto mando no lo menciona ya. Yo creo en él y confío en él todavía: así como en un porvenir mejor.

La victoria pertenece a nuestra bandera, y tiene que acompañarla siempre..........

Tomado integro de la revista norteamericana "Selecciones" de noviembre de 1945 (Condensado de un documento oficial del ejercito norteamericano).

Sus diarios quedaron truncos al ser descubiertos y requisados en un registro. Sus contenidos, y el hecho de que María fuese miembro de la BDM, la hicieron sospechosa de tomar parte en actividades guerrilleras.

Fue arrestada el 6 de enero de 1945, aunque eventualmente no se pudo probar nada en su contra.

El 4 de Marzo de 1945 volvió a su hogar en Monschau.

Para mayor informaciom lea La Historia de la Bund Deutscher Mädel (Liga de mujeres alemanas) .https://mundosgm.com/smf/index.php?topic=2524.msg74166#msg74166

Fug

18-09-2007

A mi me parecen que estan muy bien, que habla de crimenes, si, pero en un segundo plano, la verdad que podian "relatarlos" mucho mas en profundidad pero no lo hacen, y em primer plano esta la vida de las personas, unos eran pilotos, otros refugiados, todos fueron antes una cosa, despues prisioneros, etc..

Las cosas no pasan inadvertidas, antes o despues las vemos, pero no siempre, en mi caso, digo nada, por no llenar los post de saludos, solo hace falta hechar un vistazo a las veces que se han leido, y veras que la jente lo ve.

Saludos camarada.

Zhukov

18-09-2007

Gracias por tus opiniones Camarada.He puesto algunos relatos sobre Alemania y luego seguire con los dos articulos que faltan sobre Españoles en Mathausen.

Aclaro que en estos relatos he procedido a editarlos bajo mi entera responsabilidad para quitarles partes realmente muy duras de leer,como asi los testimonios fotograficos,eligiendo los menos graficos y crueles tratando de que prevalezca el relato por encima de todo.

Los tramos editados por mi llevan el signo ( ).

Saludos.

josmar

18-09-2007

Muy realista Zhukov, como todos los tuyos.

Zhukov

19-09-2007

Hola, para mí tu trabajo no pasa inadvertido, es un bonito documento. Mi opinión: La información y el conjunto de datos se perciben mediante los sentidos,y considero que la sabiduría consiste en saber juzgar correctamente cuando, cómo,donde y con qué objetivo emplear el conocimiento adquirido.

Gracias. <<34

Stauffenberg

19-09-2007

Muy buenos Zhukov  <<34, el último nos da una visión muy realista de como la ideología nazi, introducida con calzador a la juventud alemana, seguía efervesciendo en sus mentes, incluso viendo el mundo derrumbarse a sus pies.

Saludos

Zhukov

21-09-2007

Relatos de Guerra

Stalingrado:El Escape del Feldwebel Nieweg

26 de Enero de 1943. 56 soldados abandonan Stalingrado en busca de las lineas alemanas. 242 Km. andando a 30º grados bajo cero. Solo uno consigue llegar después de terribles situaciones.

Estaba en una rivera pensó el soldado Nieweg del Batallón Antiaéreo nº 4, el 26 de enero de 1943, al golpear con la pala contra de la bota de uno de los hombres tendidos en frente de él.

El hombre no hizo ningún comentario, ni podría hacerlo aunque quisiera. Su boca estaba llena de nieve y su cuerpo sepultado en ella hasta las rodillas, y aun cuando no hubiese estado lleno de nieve no hubiera podido decir nada ya que donde debería estar su corazón había un agujero tan grande como el puño de un hombre.

Nieweg no se paro a pensar mucho tiempo con el soldado desconocido sepultado en la nieve. Había tantos alrededor suyo y era tan difícil retirar la nieve de ellos para recoger sus chapas de identificación; como mandaban las reglas. Lo haré más tarde, pensó Niewig, aunque no sé cuándo...

Un hedor espantoso salió de su pipa, pues el relleno de los colchones no es un substituto muy satisfactorio del tabaco. El líder de la 'partida' se puso de pie, Nieweg hizo lo mismo y luego el resto de ellos, uno por uno. Allí estaban todos ellos , los de señales, dos hombres del Servicio de Correos, un teniente de la 71 División de infantería, un par de docenas de soldados de infantería de muchos regimientos diferentes, siete artilleros y un puñado de soldados de muchas unidades distintas.

Dos de ellos fueron pilotos que estuvieron dejando caer los suministros en Yelshanka el día antes y se habían estrellado después de que un caza enemigo les hubiera arrancado un ala de su avión. Nieweg lo sabía porque un par de los contenedores habían caído cerca de él y los suministros habían sido repartidos equitativamente en el acto sin ser reportados. Todo eso había ocurrido a unos cientos de yardas al sur de Voroponovo.

Todo lo dicho allí afuera por los cincuenta y seis hombres que se habían encontrado de esta forma permanecería como un secreto del frente. Ayer el cuartel general divisional había estado aquí, hoy estos hombres llevaban a cabo la 'Operación León', aunque no hubieran recibido instrucciones para hacerla. Una retirada era la única oportunidad y todo el mundo lo sabía, y era así aunque las probabilidades eran de 100 contra una.

Nieweg  supo de otros dos grupos que habían salido de Stalingrado cinco días antes y se dirigieron al Sur. No habían dejado nada atrás salvo los heridos, los hambrientos, los congelados y los hombres que iban a morir pronto. Solo Dios supo qué había pasado con esos dos grupos, Nieweg ciertamente no. Estaba demasiado ocupado con sus propios pensamientos. Pensaba en los harapientos abrigos que aún mostraban signos de vida de vez en cuando. Pensó en las casas que ya no eran casas, y en las miserables trincheras en las cuales él y otros soldados habían estado viviendo. Y luego pensó en qué se llevaría con él en su marcha hacia la libertad.

La mayor parte de sus posesiones tendrían que quedarse atrás; la escudilla de hojalata con la cual había comido en los buenos tiempos, el pequeño aparato de radio con el que había escuchado música de baile hasta que las baterías habían dejado de funcionar, la oxidada y sucia ametralladora, el helado casco de acero, el cinturón, la mochila y el resto. Para evitar cualquier malentendido posible, debería indicar que la ametralladora fue solamente tirada cuándo no hubo ninguna caja de munición llena.

Cogieron sus botas, los abrigos, las mantas y se llevaron unas pocas cartas o fotos en sus bolsillos del pecho. Hacía mucho tiempo que habían perdido sus pases y las cartillas de pago y racionamiento. Llevaron también con ellos algo de vital importancia, la voluntad y el deseo de completar su viaje. Cada individuo llevaba las experiencias de los últimos seis meses, experiencias que le habían enseñado a sobrevivir. Sólo los dos pilotos todavía tenían algo que aprender. Lo que era más importante era la brújula y algo con lo que poder usarla. Sus relojes todos marcaban horas diferentes, pero eso no era realmente importante. Si un hombre va a morir, apenas tiene importancia que su reloj marque la hora de Moscú o de Greenwich.

Los contenedores lanzados el día anterior contenían jamón, productos en conserva, carne de cerdo, y barras de pan en envolturas impermeables. Fue una selección afortunada, y cada hombre cogió todo lo que podía llevar con el. Sería una larga caminata, comentó el Teniente, y aquellos que lo oyeron asintieron con sus cabezas. Como mínimo sesenta millas, estimó. Quizá no sabía que ahora la distancia entre los dos frentes eran más de 150 millas.

Comenzaron sin ninguna formalidad. Los líderes simplemente anduvieron con paso pesado, mientras los demás hacían lo que mejor podían para seguir sus huellas. Sus orígenes, unidades, uniformes y los pensamientos que les zumbaban en sus cabezas eran tan variados, pero todos ellos caminaban de la misma forma. Así hicieron todo el camino los hombres que renqueaban con paso cansino y tropezando en la oscuridad hacia el Sur del nevado Stalingrado. Durante varios centenares de yardas la caminata iba bien. De hecho fue muy bonito el camino hasta Zybenko. Hubo un corto tiroteo, pero sólo afectó a los primeros diez hombres.

Aquí y allá uno o dos cayeron, pero los demás avanzaron poco a poco y con dificultad. Era duro ver a oscuras. Lo que contaba era que siempre hubiera alguien delante de ti para seguirle. No importaba que uno o dos del final de la columna ya no estuviesen allí. El soldado raso solo tiene procesos mentales elementales.

Cruzaron la línea ferroviaria al Sur de Krasnov, exactamente en el lugar donde la 371ª División de Infantería había aguantado la línea algunos días antes. Zybenko y Rogachev estaban a quince millas en línea recta pero eran quince millas de estepa nevada. Los hombres caminaron a tientas entre los campos de tiro del Ejército Rojo, lo cual les ayudó a encontrar la ruta. El camino condujo a un río, el Donskaia-Tsaritsa probablemente, luego hacia el Norte a través de la línea ferroviaria de Kalatch-Stalingrado y luego al noroeste hacia Kamyshevka.

Cinco hombres permanecían allí en el que había sido el cuartel de la Compañía Veterinaria, donde los calientes establos habían sido algunas semanas antes irresistiblemente atractivos. El resto del grupo cruzó sobre el congelado Don a mil yardas al Norte de Kalatch y luego, más tarde, cruzaron el Liska cerca de las colinas de Katchalinskaia. Aquí se enzarzaron en una larga batalla con una unidad rusa de suministros, pero unos treinta de ellos se las ingeniaron para escapar.

El 28 de enero a eso de las once y media de la mañana un avión alemán de reconocimiento divisó a un grupo de soldados a dos millas al oeste Kalatch, quienes lanzaron bengalas a medida que se aproximaba el avión. El piloto bajó a una altura de 600 pies para examinar de cerca al grupo y comunicó lo que había visto a Novo-Cherkask.

Las órdenes del Mariscal de Campo Milch eran que debía mantenerse el contacto con el grupo, y en la tarde de ese mismo día un avión de caza lanzó señales luminosas y dejó caer un mensaje para la unidad que ahora estaban a cuatro millas al Oeste de las colinas del Don. El mensaje ordenaba al grupo a formar una esvástica cuando se acercaran los aviones alemanes.

El 29 de enero el grupo fue divisado a diez millas al Oeste de Kalatch, marchando hacia Cherni-Chevskaia, y les arrojaron comida, munición y mapas. El grupo lo agradeció disparando dos bengalas verdes. Al tercer día después de haberlos observado el piloto del avión de reconocimiento calculó que habían marchado unas quince millas. Comunicó que había unos veinticinco hombres en el grupo. En el cuarto día estaban a veinticinco millas al Oeste de las colinas del Don, así que su tasa de progreso había descendido considerablemente.

Ese fue el último día en el cual la Luftwaffe tuvo contacto con este grupo solitario en mitad de la estepa. Habían realizado la mitad de su viaje, pero ellos no lo sabían. Un avión de caza, y más tarde uno de reconocimiento, lanzaron comida por última vez y comunicaron que había fuertes concentraciones de tropas enemigas en los distritos de Cherkovo y Milerovo.

El grupo también recibió instrucciones para que lanzaran dos bengalas de señales rojas y una verde para reconocerlos en el futuro. Nunca fueron lanzadas ninguna de las señales, no hubo ningún tipo de señal después del 30 de Enero. Al final de Enero los pilotos de reconocimiento comunicaron: "Ningún rastro de la unidad que estamos buscando".

Las órdenes de búsqueda del Mariscal de Campo siguieron hasta el 2 de Febrero, pero nunca más fueron vistos. ¿Dónde estaban los veinticinco hombres cansados, enfermos, y dando trompicones por un desierto helado lo suficientemente ancho para que pudieran marchar una docena de ejércitos en línea? Había un solo hombre que, sin embargo, sabía como había terminado todo. El soldado Niewig llegó a un puesto de avanzada al Oeste del Donetz el 3 de Marzo y contó la historia del grupo perdido. Fue una historia indescriptible de sufrimiento y horror.

Después de la lucha con las tropas rusas de suministros, dijo  Nieweg perdieron a seis hombres más debido a la disentería y al cansancio excesivo. El resto se dirigió como pudo hacia Oblivskaia. Pero su intento para encontrar refugio allí falló porque estaba ocupado por muchas unidades rusas. El fin tuvo lugar en la estepa entre Dobraia y Beresovaia. Para entonces sólo quedaban cuatro hombres. Se habían debatido a lo largo de carreteras, a través de la estepa, a través de la nieve, y una vez directamente en medio de una columna rusa, pero siempre solos.

Luego dos de ellos se rindieron a una unidad rusa de ambulancias. Nieweg y el otro hombre, quien había formado parte del Servicio de Correos, pasaron por muchos lugares de los cuales no supieron el nombre. En Veluiki los dos últimos encontraron su destino. El hombre que había presenciado el final de su unidad en Stalingrado cayó, deshecho por las congelaciones, y Nieweg se rindió. Después de ser tomado prisionero, fue llevado a Kharkov, desde donde escapó y volvió al frente en un camión de suministros que llevaba raciones para las tropas rusas.

Nadie se preocupaba por individuos solos andando de aquí para allá por tierra de nadie, y así el 3 de Marzo Niewig alcanzó las líneas alemanas. Fue recogido durante un ataque por las unidades de la "Das Reich" y elementos de la 2ª División Blindada.

Su historia llenó dos páginas de un informe, habría dicho más si no hubiese estado tan débil. Mañana, o quizá al día siguiente, continuaría.

Pero el día siguiente nunca llegó.

El hombre que había caminado desde Stalingrado hacia las líneas alemanas murió por un proyectil de mortero el día después de su llegada al puesto de socorro de un Regimiento de granaderos panzer.

La odisea del soldado Nieweg había terminado

Fuentes:Deutsche 6. Armee,Pandora,Stalingrad ...bis zur letzten Patrone"; by Heinz SCHRÖTER; 1953/54.

[color=red]Nota;¿Historia real o falsa?.El soldado se llama Nieweg ..nie Weg .... never (a) way ....Sin Salida...[/color]

MIGUEL WITTMAN

21-09-2007

Parecida historia se cuenta en el libro "General SS" de Sven Hassel.

Un grupo de soldados escapa del cerco encabezados por un joven general de las SS apellidado Ausberg. Conseguirán llegar a las líneas alemanas, y el general será juzgado en consejo de guerra y condenado a muerte...etc, etc...

En cualquier caso Zhukov, este es el relato que más me gustó de todos.

Cuestión de gustos. <<29

m1 garand

21-09-2007

muy buen relato,felicidades  <<34 <<34 <<34 <<34 <<34

y es cierto Steiner parece una historia de Sven Hassel,contada por Porta.

Stauffenberg

21-09-2007

Muy bueno Zhukov  <<37

josmar

21-09-2007

Magnifico relato, de una tragedia por partida doble: el principio y el final.

Enhorabuena Zhukov

Moisin-Nagant

21-09-2007

Muy bueno Zhukov.

Segun tengo entendido nadie escapó del cerco caminando pero vaya uno a saber.

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