25-05-2006
... pero hacía tiempo que los alemanes habían puesto sus miras en el este. Esto se puede ver en las sociedades pangermánicas de finales del XIX, y si nos ponemos descabellados en los caballeros de la orden Teutónica.
¡Oh, por Dios, Karl! ¡Por supuesto que los alemanes habían puesto sus miras de desarrollo e intercambio económicos en el Este, pero ello no significa indispensablemente una conquista de Rusia estilo "Plan Barbarrossa"! Es más, incluso hoy día la Alemania Federal se interesa pronunciadamente por las relaciones con la Rusia de Putin, sin que ello deduzca una conquista militar.
¡Las sociedades pangermánicas!! Otro tanto podría decirse de las sociedades paneslavas de la época! ¡Es tanto como deducir la polìtica de Bruselas a partir de las sociedades neonazis actuales!
Vamos a ver:
-La Orden Teutónica NO se interesaba por la conquista de Rusia (que ni siquiera existía entonces, ya que el Gran Ducado de Moscú era vasallo de la Horda de Oro). Se interesaba por dominar el comercio del Báltico y mucho más que contra Rusia, contra los intereses tanto de Suecia como de la Hansa Teutónica. Si la Orden tuvo un choque militar con Nijni Novgorod no era porque quería conquistar Rusia, sino porque pretendía someter esa ciudad mercantil a su dominio para controlar mejor las rutas del Báltico y las puertas de Livonia, amenaza por los suecos. La victoria de Alejandro Nevski sobre los caballeros de la Orden NO fue una victoria de Rusia sobre Alemania, sino únicamente el triunfo de una ciudad comercial sobre una orden religiosa-militar. O sea, en ambos bandos, era una empresa privada. Ahora: es verdad que el nacionalismo ruso siempre lo presentó como una victoria rusa sobre los alemanes y Occidente, lo cual obviamente es más propagandístico que histórico.
-Alemania fue hasta 1870 un país fragmentado que no era sujeto, sino objeto de la polìtica europea. Rusia, por cierto, utilizó varias veces suelo alemán como base de sus maniobras militares y políticas.
-Prusia siempre estuvo interesada en el buen entendimiento con Rusia. Fue Rusia la que, interviniendo en los asuntos internos alemanes (la guerra de Federico el Grande con Ma. Teresa de Austria) se alió a Francia para atacar a Prusia. Las tropoas rusas ya ocuparon militarmente a Berlín en tiempos de Federico el Grande, y sólo se retiraron, ¡porque el nuevo zar que ocupó el trono era un admirador de Prusia! Desde entonces hasta 1912, las relaciones con Prusia siempre fueron buenas.
-Las relaciones de Austria con Prusia siempre fueron tensas, pero no neceseariamente hostiles. De hecho, los austriacos fueron varias veces aliados de los rusos tanto contra prusianos como contra franceses. Las relaciones ruso asutríacas se rompieron a causa de los conflictos balcánicos de principios del siglo XX.
-Ya señalé que Bismarck, fundador del Reich alemán, siempre insistió que la buena relaciòn con Rusia era garantía vital para la unidad alemana. Para ello buscó y gestionó un tratado con Rusia que era una obra maestra de diplomacia. El joven y poco experimentado Kaiser puso en peligro ese difícil equilibrio logrado por el viejo Canciller, sentando con ello las bases sobre las que se desarrollaría el estallido de la PGM.
-La Repùblica de Weimar intentó establecer con la URSS una relación de intercambio favorable, incluso de complicidad y asistencia mutua frente a la animosidad de los aliados, lo cual se hizo evidente en el Pacto de Rapallo. Weimar estaba lejos de tener apetitos de conquista respecto a Rusia, pese a las probadas manipulaciones rusas respecto al partido comunista alemán en la política interna de la República alemana.
- El nacionalsocialismo, con su teoría del Lebensraum y sus delirios raciales, pusieron las relaciones rusogermanas en su punto más bajo y crítico, sin embargo, es notable que pese a ello, nunca renunciara del todo a la TRADICIONAL BUENA RELACION ENTRE ALEMANIA Y RUSIA, especulando acerca de la posibilidad de una alianza que nunca cuajó.
Este breve reseña histórica de las relaciones rusogermánicas solo pretenden señalar que no es posible hablar de una mala voluntad congénita de los alemanes hacia los rusos, ni un deseo perpetuo de robarles sus tierras o sus recursos, al mismo tiempo que demostrar que la amistad entre ambos grandes pueblos no solamernte es posible, sino necesaria para Europa y para ellos mismos.