Malvinas 1982, apuntes de la guerra.

Fug

09-01-2007

Si pero son el tipo U-209 para el fabricante, creo, ponlo y salen los que buscais, aparte de la direccion exacta de Marcelo

Gallo Rojo

09-01-2007

A lo que me refiero es a que si pongo "U 209 submarine scale model" o algo así, lo que obtengo es un montón de maquetas de submarinos de la Segunda Guerra (ya sé que el Type 209 no es de la segunda guerra, pero debe haber habido un U-209 famoso en la segunda guerra o algo así).

Hasta donde pude ver no encontré ningún modelo para armar del Type 209. Hay muchos de los U-Bote Type VII, y posteriores a la SMG hay submarinos nucleares rusos y norteamericanos... pero estre submarino diesel pequeño de ataque no lo encuentro como maqueta, no debe existir  :(

investigando mucho y usando planos como los que posteó marcelo podría armarme uno "from scratch" y con piezas de otros subs... pero eso toma mucho tiempo.

Marcelo

09-01-2007

Este tema no se habrio para maquetismo sino cosas mucho mas importantes.

Gallo Rojo

09-01-2007

Este tema no se habrio para maquetismo sino cosas mucho mas importantes.

ah, volvió la buena onda otra vez por suerte!  :-*  ;D

¿Será la 'hospitalidad cordobeza' que le dicen?  :-X  ;D

Sí, de ese avión también me armaría una maqueta  ;)

De hecho, tenía una del Super Etendart que hundió al HMS Shefield. En escala 1/72. Con el exosset y todo. Muy linda me había quedado  8)

Marcelo

10-01-2007

Hay una seccion de maquetismo en el foro...no es esta.

Soldados del Batallon Comandos 601, se ve un fusil norteamericano M-16.

Marcelo

11-01-2007

Deleted member

17-01-2007

Les subo alguna informacion que logre conseguir en 2006, este es el relato del capitan de la fragata tipo 21 HMS Avenger, donde relata el ataque del 30 de mayo, por parte de los Ala y Zonda, y lo dicho por Sandy Woodward jefe de las Task Force en sus memorias. Para los Argentinos el ataque al portaaviones HMS Invincible, version que estoy de acuerdo esta ultima.

Saquen sus propias concluciones, nunca esta de mas leer y estudiar todas las versiones.

Saludos desde Montevideo, Ururguay. Pedro

HMS Avenger en Malvinas

En mayo de 1982 la Avenger zarpó hacía el Atlántico Sur, donde

sufriría ataques aéreos y de misiles de los que sobreviviría sin

mayores sin mayores consecuencias.

La fragata británica "Tipo 21" HMS Avenger pasó las Navidades de

1981 en Nueva Orleans, después de realizar una travesía por el

Caribe durante la que visito Curacao, Belice, Gran Caimán y las

islas Virgenes. La intención era que quedarse en dique seco para ser

carenado. Durante su visita a Belice había disparado con su cañón de

115 mm en el polígono de tiro naval de la colonia, había recogido al

148° Equipo de Observación Artillería Avanzada y se dirigió hacia el

norte para pasar las festividades de esa época del año. Durante la

travesía hacia la desembocadura del Mississipi los servicios

religiosos estuvieron animados por cirujano del buque y las melodías

que interpretaba, pero que tenía que retirarse a la cocina a mitad

de los salmos, si se mareaba debido al mal tiempo reinante.

La entrada en el Mississipi tuvo lugar de noche la Avenger

sobresaltó al piloto de un anticuado petrolero, que se encontraba a

sus anchas en mitad del río, al rebasarle a gran velocidad en plena

oscuridad. Después de un viaje agotador, pero placentero, la Avenger

regreso a Plymouth en marzo de 1982 para ser sometida a una

revisión. La dotación del buque bajo a tierra el 1 de abril, pero a

condición de que permaneciese en las cercanías de Plymouth. Al día

siguiente, las Fuerzas Armadas Argentinas invadían las Islas

Malvinas.

La estancia en el dique tenía que durar más de 6 semanas, pero los

astilleros la redujeron a 17 días, un logro que incluso impresiono

al Comandante de la Avenger, Hugo White: "A veces aquello aprecia un

hormiguero. El personal del astillero corría de un lado para otro y

trabajaba a toda prisa. El buque fue reparado casi delante de mis

propios ojos."

Deleted member

17-01-2007

Tras pasar un largo fin de semana en Plymouth que se aprovechó para

hacer provisión de pertrechos, la Avenger se desplazó a Portland

para cinco días de entrenamiento operacional, que incluyo ejercicios

de control de daños, "decenas de amenazas aéreas de los argentinos",

y el disparo de su cañón de 115 mm a lo largo del cabo St Alban.

Luego llegó la noticia del hundimiento del Sheffield. El primer

Oficial, el Capitán de Corbeta Tony Bolingbroke, recuerda el efecto

que causó: "Fue un golpe que nos devolvió a la dura realidad y nos

recordó que el enemigo tenía una fuerza militar capaz y peligrosa.

Hubo quién intento dar ánimos, pero el efecto más palpable fue que

los preparativos se hicieron muchos más serios."

La Avenger paso un breve fin de semana en Plymouth y luego zarpo

hacia el Atlántico Sur.

"Empezamos el tiempo intentando reducir el tiempo de entrada en

zafarrancho de combate: pasamos de 15 minutos a tan solo dos.

Establecimos recorridos fijos para todo el buque para que los

hombres pudieran ir corriendo a sus puestos de combate, un sistema

muy útil de evitar la congestión en algunos lugares. Cuando llegamos

a la isla Ascensión habíamos mejorado la mecánica de una forma

extraordinaria."

La Avenger había zarpado hacía el sur el 10 de mayo con un grupo que

encabezaba el HMS Bristol y que incluía a los Active, Ambuscarde,

Cardiff, Andromeda, Minerva y Penelope, junto con el buque auxiliar

Olna. Seis días más tarde la formación llego a la isla de Ascensión,

pero zarpo casi inmediatamente, al tiempo que realizaba ejercicios

con los Harrier y recibía por vía aérea municiones y suministros.

Mientras me alejaba de Ascensión la Avenger se vio invadida por una

nueva atmósfera, descrita por Tony Bolingbroke como "una especie de

presión en la boca del estomago."

Se realizaba ejercicios con los Harrier y recibía por vía aérea

municiones y suministros.

El 22 de mayo un avión de reconocimiento argentino Boeing 707

sobrevoló la flota a gran altura y por primera vez, la Avenger se

preparo para entrar en combate real. Sin embargó, el Boeing estaba

fuera de alcance, aunque el HMS Cardiff le lanzo 2 misiles

superficie-aire (SAM) Sea Dart.

Cuándo el grupo del HMS Bristol llegó a la zona de Exclusión Total

(ZET), se ordeno a la Active y a la Avenger que se adelantaran para

reunirse a la Fuerza Operacional. La Avenger gano al cinta azul al

realizar la travesía mas rápida hecha por cualquier buque? 15 días

desde Plymouth? entro a la ZET a las 20:15 horas de Greenwich de 25

de mayo, batiendo a al Active por media hora. Tras reunirse a los

buques allí estacionados el Capitán White fue consciente de que era

un "Chico nuevo en un mar de tripulaciones muy bregadas".

"Pero entonces oímos los comentarios del Broadsword sobre los

hundimientos del Coventry y del Atlantic Conveyor durante la noche

siguiente. Nuestras primeras 24 horas en la ZET fueron realmente muy

tristes".

La noche del 27 sería el bautismo de fuego de la Avenger, un

bombardeo nocturno sobre Puerto Argentino junto con el HMS Glamorgan

y la Alacrity. Como novata la Avenger fue el tercer buque en

disparar sobre la línea costera, tras observar como lo hacían los

dos primeros. El Glamorga, a mando del Capitán de Navío Mike Barrow,

estaba encargado de la operación y disparo en primer lugar. Un fuego

muy impreciso y esporádico procedentes de las baterías costeras

argentinas caía alrededor de los buques y los salpicaban con espuma.

Durante el combate, el Capitán de Navío White dirigía la Avenger

desde la sala de operaciones, situada en él combes, bajo el puente,

sólo alumbrada la mitad de la oscuridad por la luz fantasmagórica de

las pantallas de los radares. Allí se podían oír claramente los

proyectiles a través de los sistemas de escucha del buque.

En la sala de maquinas, bajo la línea de flotación las explosiones

de los proyectiles podían escucharse incluso más claramente. El jefe

de maquinas, Capitán de Corbeta Nick Harry, y sus hombres no tenían

nada que hacer salvo esperar que algo ocurriese con los motores y

discutían acaloradamente sobre temas como "si la Royal Navy estaba o

no en una experiencia terminal".

Entre tanto el Capitán de Navío White, para animar a los

tripulantes, hacia chistes sobre la escasa puntería de los

argentinos.

"Eramos de que disparábamos en serio por primera vez y que también

había el riesgo de recibir impactos enemigos. El propio buque corría

peligro y todo lo que teníamos que hacer era jugar a la ruleta rusa

con los proyectiles que caían: ¿ Vamos hacia donde cayo el último, o

más allá?"

Desde el puente, el Capitán de Corbeta Bolingbroke podía ver los

destellos de los cañones costeros. Observo el disparo de las piezas

del Avenger y vio como los proyectiles daban el blanco:

"Era muy extraño, todo tan imparcial en mitad de aquella quietud y

calma tensa, sólo rota por los estampidos del cañón. En la costa se

veían los efectos de un cohete iluminante y las explosiones de los

proyectiles rompedores. Era poco mas que un ejercicio de tiro

nocturno, a excepción que podíamos oír los proyectiles enemigos

entre nosotros".

Deleted member

17-01-2007

A menudo había "mirones" que observaban el cañoneo nocturno: "... se

veían los efectos del fuego y las rojas líneas de los proyectiles

trazadores. Era muy raro observar cómo matabas gente con una tasa de

café en tus manos. La radio estaba casi muda, teníamos la

claustrofobia de la encarcelación y estábamos asustados de miedo fue

peor sobre la primera noche porque nadie sabia que nos esperaba".

También fue durante la noche del día 27 cuando la Avenger tuvo su

primer contacto con un arma que desde el hundimiento del Sheffield,

se había convertido en la pesadilla de la Royal Navy, el terrible

Exocet. A fines de mayo, las fuerzas argentinas estacionadas en

Puerto Argentino fueron equipadas con misiles Exocet montados en la

parte trasera de camiones aparcados en el sudoeste de la ciudad.

Aquella noche dispararon el primero, esta vez contra la Avenger. En

la sala de operaciones, el Capitán de Navío Hugo White oyó un

silbido ahogado. El Alférez de Navío Carl Walker, oficial de la

plataforma de vuelo y asistente del capitán, anunció que un "maldito

y enorme misil" acababa de sobrevolar la cubierta de vuelo. Su voz

estaba alterada y casi hablaba a gritos, mientras que, en contraste,

todos aquellos que estaban en la sala de operaciones permanecían

tranquilos y, con aire de profesionalidad, asumieron que este tipo

de cosas eran normales.

El Alférez Walker y sus hombres en la plataforma habían visto una

fuerte luz blanca que se hacía cada vez mayor y más brillante por

segundos mientras se acercaba de Puerto Argentino. Walker

sobrepasaba los 1,80 m de altura y en la fase final de la

aproximación del misil decidió echarse cuerpo a tierra, actos que

imitaron sus subordinados. Posteriormente calcularían que el Exocet

había pasado a unos 1,5 m sobre la cubierta y a unos 4,5 m de la

popa del hangar rozando la superficie del mar. Dentro de la sala de

operaciones el ruido del misil pudo escucharse sin los auriculares.

El Exocet se desvaneció camino del mar y viró a la derecha.

El Capitán White se irrito y dijo irónicamente: "Díganle a los de la

plataforma de vuelo que no se pongan tan histéricos. Si el misil

paso de largo no es nuestro problema, al fin y al cabo, recordar que

estamos en guerra."

Poco después. White se reiría de su reacción aquella noche: "debido

a que era nuestra primera acción nocturna lo aguantábamos todos sin

rechistar y el episodio del paso del Exocet sobre la plataforma de

vuelo fue, naturalmente, parte de todo aquello".

El Capitán Withe considera el lanzamiento del Exocet sobre el último

de los buques que se acercaban a la costa para cañonearla parte de

un oportunismo argentino que iba a acabarse: "Tuvimos mucha suerte,

pues sabíamos que había un Exocet allí. Deberíamos haber estado en

cualquier otro lugar otro lugar o estar tomando tranquilamente el Té

tranquilamente en China".

El Capitán de Corbeta Bolingbroke se divirtió con la reacción de su

Capitán: "... En otras palabras, el fallo del Exocet por medio metro

era cosa trivial. Abajo en la sala de operaciones asumieron que el

personal de la plataforma de vuelo había mal interpretado el sonido

de un proyectil y que luego se asusto cuando lo penso lo que

realmente había pasado".

Aquella noche a pesar de haber escapado por muy poco del Exocet, la

Avenger disparó 100 proyectiles rompedores y 9 iluminantes en apoyo

de la 3° Brigada de Comandos.

Dos días más tarde, el 29 de mayo, un equipo combinado del Escuadrón

Especial Botes y de fuerzas de la 148° Batería se trasladaron a la

Avenger, que los llevaría hacia el sur en una misión de inserción en

el área de la Laguna del Voluntario, al norte de Puerto Argentino.

El Comandante Hugh Mc Manners, miembro de este equipo, estaba

encantado de volver a la Avenger, donde recibió una calurosa

bienvenida del Capitán Hugo Withe y el resto de los oficiales, con

quienes había compartido la Navidad de Orleans.

El equipo tenia que desembarca aquella noche reconocer y luego

atacar una posición argentina localizada en el Monte Brisbane. En

los días siguientes tendrían que limpiar la meseta situada al norte

de Seno Berkeley. Sin embargó, cuando todos los hombres estuvieron a

bordo del buque, ya era demasiado tarde para desembarcar y atacar la

posición antes de que amaneciera.

El día 30 de mayo amaneció con el mar agitado, Mc Manners se mareo y

tuvo que permanecer tendido en una litera salvo en las horas de las

comidas. Se encontraban fuera de la ZET con el grupo del Hermes y el

Invincible, el que deberían abandonar después del anochecer para

dirigirse hacia el sur, al punto de desembarco.

La atmósfera dentro de la Avenger era tensa. Durante todo el día

hubo constantes ataques aéreos y la dotación estuvo continuamente en

estado de alerta. Corrían una y otra vez a sus puestos de combate,

al tiempo que enfundaban sus trajes, guantes y capuchas blancas

antifogonasos.

En sus puestos de combate, el equipo medico estaba en la camareta de

oficiales rodeados de camillas e instrumental quirúrgico. Los

equipos de primeros auxilios y los de distinción y los de extinción

de incendios y control de daños se concentraban en los corredores

principales; los bomberos llevaban sus sofocantes de amianto e

intentaban leer periódico bajo luminosidad roja de las luces de

emergencia. En la sala de operaciones, los hombres se concentraban

en las pantallas de los radares, mientras abajo, en las entrañas del

buque, los mecánicos contaban chistes macabros sobre el impacto de

un Exocet y apostaban quién seria el primero por salir por la

pequeña escotilla del mamparo del techo. A lo largo y ancho de todo

el buque, los camareros hacían sus interminables rondas con

sus "aperitivos de combate", bocadillos, empanadillas y termos de té

caliente y dulce para llenar las tazas que todo el mundo llevaba

colgando de sus cinturones de respiración.

Sin embargo era mucho mas abajo, lejos de la sala se operaciones y

del puente, donde la tensión era más alta. Los maquinistas

trabajaban en cualquier cosa para mantener sus mentes ocupadas. No

obstante, los equipos de control de daños, los de apoyo general

(cocina y camareros) y los de primeros auxilios no tenían nada que

hacer excepto esperar los primeros efectos del combate, que vendrían

acompañados de incendios y las primeras bajas. Aquellos cuyos

puestos de combate los obligaban a esperar eran quienes sufrían una

mayor ansiedad. Se le permitía ir a la cubierta y empuñar armas

ligeras. Esta era una solución puramente psicológica, ya que

disparar subfusiles y ametralladoras portátiles contra los aviones

atacantes era un gesto inútil pero que descargaba la tensión del

ambiente.

Deleted member

17-01-2007

La tarde del 30 de mayo fue tranquila. El Capitán White caminaba,

conversando y bromeando con los marineros cuando escucho disparos de

los cohetes de 76 mm.

El oficial de combate, el Teniente de Navío Richard Simmons, solía

reaccionar contra un ataque aéreo disparando dipolos metálicos (para

confundir los radares de los aviones de ataque) antes de comenzaran

a funcionar las sirenas de zafarrancho de combate. Los hombres

comenzaron a correr hacia sus puestos cuando escucharon el sonido de

los cohetes de dipolos, incluso antes de que sonaran las sirenas de

zafarrancho. El Capitán White corrió hacia la sala de operaciones

para hacerse cargo de la situación.

La incursión corría a cargo de 2 Super Etendard y 4 A-4 Skyhawk.

Estos habían llegado al punto de retorno al sur de la Fuerza

Operacional y viraron al norte para dirigirse hacia sus bases. Pero

un Super Etendard viro hacia el este en el último esfuerzo por

localizar la flota británica. Conecto su radar y localizo un

contacto, la Avenger. Así que todos los aparatos viraron hacia la

derecha y atacaron.

El siguiente aviso fue espeluznante: "Impacto inminente en 12

segundos. ¡Alerta! ¡Alerta!".

El HMS Exeter captó el primer barrido del radar del Super Etendard e

informo, "radar de Super Etendard marcación dos, cero, cero". La

Avenger se encontraba a 16 Km al sur de la Exeter, pero interpreto

mal el aviso como marcación "algo", cero, cero y sé asumió que era

tres, cero, cero debido a la localización del Exeter. El suboficial

de instrucción de tiro Taylor disparó dipolos rápidamente según su

propio esquema táctico, aunque para un ataque procedente del norte.

El Oficial de combate Richard Simmons cambio el rumbo del buque

según esta marcación.

Cuando el Capitán White llegó a la sala de operaciones pensó que la

marcación estaba equivocada y que ahora no tenían tiempo para

presentar la popa del buque hacia los misiles atacantes. Esta

maniobra generalmente se realiza para ayudar al proceso de atraer

con señuelos a los misiles y defenderse del ataque con los misiles

Sea Cat. En estas circunstancias White movió lentamente el buque a

estribor para presentar la proa y ofrecer un radar a lo que

presentaba eran 2 Super Etendard.

Desde el puente podían verse 3 estelas de humo que se dirigían hacia

el buque. Mc Manners se encontraba en la camareta de oficiales con

el personal médico y escuchaba los lacónicos informes del puente a

través de los altavoces: "Acabamos de detectar la señal de un Super

Etendard que a realizado un único barrido con su radar".

El buque se balanceaba de un lado a otro mientras disparaba los

cohetes de dipolos. En la sala de operaciones se escucho el cambio

de modo a ESM, que indicaba que los aviones y se presumía que 2

Exocet se dirigían hacia ellos. El radar detecto algunos pequeños

contactos que se tomaron por los misiles, pero que probablemente

eran Skyhawk. Los Británicos observaron como el Super Etendard se

apartaba y se dirigía hacia la Argentina.

El ataque lo realizaban de hecho, un Exocet y 4 Skyhawk. La Avenger

disparo más dipolos que apenas tuvieron tiempo de eclosionarse en el

aire. En el buque se actuaba febrilmente pues para entonces el

Capitán White "había descartado cualquier sentimiento de

economizar." La situación empeoró aún más por la aproximación de un

helicóptero Wessex a la plataforma de vuelo.

La Avenger esperaba que lo que creían 2 de los Exocet llegaran al

alcance de los cañones. De hecho, los antiaéreos adquirieron 2 de

los Skyhawk. Posteriormente se observaron 3 o 4 contactos en su

dirección, por lo tanto, había más atacantes además de los 2 Exocet

identificados inicialmente. El Wessex abandonó la Avenger,

literalmente en mitad de una nube de dipolos.

El Primer Oficial mantuvo la dotación informada sobre el ataque: "

Hemos detectado el lanzamiento de un Exocet a 40 Km, marcación

directamente hacía nosotros, se confirma la marcación".

La una velocidad de Mach 0,9, 40 Km se cubren en poco tiempo. En la

camareta de oficiales, los allí reunidos se tiraron al suelo. En el

siguiente informe del altavoz fue espeluznante "Impacto inminente en

12 segundos. ¡Alerta! ¡Alerta!. Los oficiales examinaban de cerca la

moqueta de la camareta de oficiales e intentaban no pensar en el

Sheffield ni en el punto a lo largo del corredor sobre el que el

misil estaba programado para hacer impacto, a media eslora, a 2,74 m

sobre la línea de flotación.

Desde el puente se vio una bola de fuego sobre el horizonte y 3

aviones que se aproximaban a baja cuota. Se había ordenado a los

artilleros cambiar del Super Etendard al Exocet y que dispararán

cuando los blancos estuvieran a su alcance. Por lo tanto, asumieron

que habían derribado el Exocet. Cuando se informo de la bola de

fuego, el blanco sobre el que se había disparado se desvaneció de

las pantallas. De hecho, lo que había sucedido es que el Exeter

había disparado un misil Sea Dart por encima de la Avenger y

alcanzado uno de los A-4 Skyhawk, aunque en el Avenger sé penso que

su cañón, que efectuaba un disparo cada 2 segundos, había destruido

al segundo misil Exocet.

Desde el punto de vista del Avenger quedaban ahora 1 Exocet y 3

Skyhawk al ataque. El Capitán White seguía inclinado sobre la

pantalla de radar, intentando descubrir todas las alternativas. En

las verdes pantallas se pudo observar como el destello del Exocet se

acercaba y lentamente, "tan lentamente que parecía una eternidad",

se desvío a estribor a través de una nube de dipolos junto al buque,

y luego falto de combustible, cayó al mar.

En la sala de operaciones se encontraba el Marinero "Buster" Brown

se encontraba frente a la pantalla de dirección de, donde mantenía

el radar bloqueado sobre los aviones atacantes y seguía el misil. El

seguimiento de un blanco debe realizarse con precisión para mantener

una buena adquisición radar, de modo que el cañón pueda alcanzarlo.

La pieza de la Avenger disparaba en ese momento proyectiles

rompedores a 4.300 metros por delante del buque para crear una

barrera antiaérea por entre la que tenían que pasar los A-4. El

buque se movía muy lentamente para mantenerse bajo el amparo de los

dipolos. Estaba rodeado por el humo del cañón, aunque el mar estaba

en calma y había buena visibilidad.

Entre tanto los Skyhawk atacantes se acercaban. Entonces el cañón

interrumpió su fuego debido a un fallo menor y ahora los aviones

parecían más grandes y más cercanos. La pieza volvió a disparar y el

primer oficial penso que los Skyhawk podían hacer fuego con sus

cañones y matar a cualquiera que estuviera sobre cubierta. Grito por

el alta voz ¡Alerta! ¡Alerta! Y se tiro al suelo. El oficial de

Combate, Teniente de Navío Simón Wall permaneció de pie a pesar de

todo.

Hubo un tremendo silbido cuando los dos aviones pasaron uno a cada

lado del puente a la misma altura a través de la manga del buque. El

tercer aparato fue alcanzado por el cañón de 115 mm y callo al mar a

estribor del puente, a unos 100 m del buque.

Cuando el personal del puente se puso de pie recibió una lluvia de

espuma levantada a cada lado del Avenger por las bombas lanzadas por

los aviones argentinos a ambos lados de la proa. Los 2 Skyhawk

supervivientes viraron a babor y pusieron rumbo a la Argentina. Tras

la pasada de los aviones, hubo un gran sentimiento de alivio en el

puente de la Avenger. Tony Bolingbroke recuerda que: "Todo paso en

unos 2 minutos pero parecieron una eternidad, y durante todo el

tiempo estuvimos asustados. Pude ver la cara del piloto enemigo tuve

la repentina sensación de que nadie puede sobrevivir a un contacto

tan cercano".

El Capitán White rompió el silencio y la tensión sin duda por todos

aquellos que no estuvieron involucrados directamente en la defensa

del buque. Rápidamente asumió lo que había pasado y añadió: "ya les

dije cuando abandonamos Plymouth que yo era un tipo con suerte. Bien

aquí tienen una prueba de ello. Todos hicieron un esfuerzo muy

profesional y con la cabeza muy fría".

Se observaron restos a estribor, de modo que se lanzo un bote para

investigar. Se encontró una botella de oxigeno liquido.

El derribo del Exocet fue muy importante para la tripulación de la

Avenger. A raíz de la perdida del Sheffield el Exocet se había

convertido en el gran éxito de la campaña y la Avenger lo había

derrotado.

El incidente reforzó la afirmación de Hugo White de tener buena

suerte y que nada alcanzaría a la Avenger su suerte seria un

talismán que pareció proteger a todo el buque. Hugo White es un

capitán "Pirata", tranquilo, con un fino sentido del humor, siempre

divertido y con una mente absolutamente fría. Esta asumió

instantáneamente la información, y sus reacciones infalibles y

rápidas dieron a la dotación confianza suficiente para hacer al

instante todo aquello que él ordenaba.

Con las últimas luces del 30 de mayo, la Avenger dejo el grupo del

Hermes y el Invincible y se dirigió al sur para desembarcar a su

equipo. Se dispararon 125 proyectiles rompedores sobre posibles

posiciones argentinas en el Monte Brisbane y se realizó la inserción

sin incidentes.

El 12 de junio el la noche en que el HMS Glamorgan fue alcanzado por

un Exocet lanzado desde tierra, la Avenger tuvo la oportunidad de

contemplar los efectos de esta arma muy de cerca. A finales del 11

de junio dejó San Carlos hacia la línea de bombardeo, al sur de

Puerto Argentino, donde se unió al Glamorgan y a la Yarmouth que

disparaban en apoyo del 45° Comando sobre Dos Hermanas y Tubledown.

El Glamorgan viró hacia el este en dirección a la Fuerza de

Operacional, mientras el Yarmouth continuaba hacia el sur.

El oficial de guardia en la Avenger, Simón Wall informó de una "luz

blanca, brillante y rápida al norte de Puerto Argentino, que parecía

un misil". Este se dirigió hacia el sur, se convirtió en un punto en

las pantallas de la sala de operaciones y cada barrida del haz se

pudo comprobar que su blanco era el destructor Glamorgan.

El Glamorgan vio aproximarse el misil y disparó un Sea Cat. Los dos

misiles se dirigían uno hacía el otro y, a medida que los ecos

aparecían en las pantallas todo el mundo rezaba para que se

destruyeran entre sí. Luego el Exocet solo en la pantalla, se

dirigió hacia el sur y se precipitó a toda velocidad sobre el

Glamorgan. El Capitán Bob Harmes, de la 148° Batería de Observación

Avanzada de los Comandos, que se convertiría en el "Jonas" de la

flota al ser "hundido" tres veces mientras actuaba como oficial de

enlace, se encontraba en el Glamorgan cuando este fue alcanzado.

Había estado en la sala de operaciones para redactar un informe con

el asistente del Capitán, Teniente de Navío David Trinker. Este era

también el oficial de la plataforma de vuelo y por lo tanto tras

terminar el informe se dirigió hacia la popa, a la misma.

Unos cuantos minutos después, murió. Bob Harmes abandonó la sala de

operaciones cinco minutos después que Trinker. Cuando habría la

escotilla corredera de la sala de operaciones escucho un choque muy

fuerte, como un ruido, sin vibraciones ni sacudida. Tuvo un

apremiante deseo de ver luz diurna y respirar aire fresco. Cuándo

salió a la cubierta había multitud de marineros y un suboficial

grito: "Hemos sido alcanzados por un proyectil de artillería".

Hubo una conmovedora ceremonia en memoria de sus buques gemelos

Ardent y Antelope.

Se declararon incendios en la aleta de babor. El combustible de

aviación ardía y el helicóptero Lynx había quedado totalmente

destruido. Harmes se fue hacía la popa y comenzó a ayudar a los

equipos contra incendios. Cuando pareció que las llamas se acercaban

demasiado a los misiles Sea Cat, se decidió dispararlos, pero

quienes se encontraban el la popa no escucharon la orden. Harmes

recuerda que el "repentino lanzamiento de los Sea Cat fue lo más

terrible de todo". El Glamorgan continuo navegando de modo que el

fuego se dirigiera hacia la popa y no se extendiera.

Con el Glamorgan en llamas, la Avenger se dirigió hacia el sur para

con la Yarmouth, darle escolta hasta la Fuerza Operacional.

La Avenger tomó parte en otras muchas acciones en el conflicto de

las Malvinas, desde la escolta hasta un lugar seguro al submarino

diesel Orlix a través de las atestadas y peligrosas aguas de San

Carlos durante la noche, hasta aceptar la rendición de casi 1.000

soldados argentinos en la Bahía del Zorro.

Tras el alto de fuego, siguieron nueve semanas de patrullas.

Asimismo hubo una conmovedora ceremonia en memoria de sus buques

gemelos Ardent y Antelope en una colina que domina la zona de San

Carlos.

Entonces, el 23 de agosto de 1982, la Avenger zarpó hacia el norte,

en dirección a Gran Bretaña. Había disparado unos 1.000 proyectiles

de 115 mm en apoyo de las tropas desembarcadas y había surcado

centenares de millas a través del agua que, a menudo, fueron

hostiles, y salió ileso de todo ello.

Versión de Sandy Woodward del ataque 30 de mayo

Para ese entonces habíamos sido reforzados por el Cardiff (D-108),

un destructor con misiles guiados Tipo 42 de tres años, al mando de

otro Oficial ex submarinista, el Capitán Mike Harris. Dos ancianas

naves gemelas de nuestra fragata clase Leander, el Argonaut (F-56),

el Minerva (F-45) y el Penelope (F-127). Cada noche enviábamos

nuestros pequeños convoyes de suministros hacia la zona de

operaciones anfibias, guiados por barcos de guerra y cada noche

bombardeábamos las posiciones Argentinas en las islas, sus bases y

sus pistas de aterrizaje.

El 30 de mayo, sin embargó, la escena cambio. El Alto Mando

Argentino decidió disparar lo que era su último Exocet y una vez más

tomaron la firme decisión de tratar de apuntar al Hermes (R-12) o al

Invincible (R-05). Con los antecedentes de aciertos de Exocet que

hasta ese momento tenían muchas posibilidades de darle a algo, pero

muy pocas de darle a un portaaviones.

A nuestro favor, aparte de las lecciones dejadas por los dos últimos

ataques de Exocet, nosotros teníamos la más reciente versión del

sistema Sea Dart de toda la Marina, el que venía en el Exeter (D-

89), el Tipo 42 al mando de Hugh Balfour. En verdad se trataba de un

hombre bastante suave, algo así como un dandy, pero con una manera

de pensar muy moderna y, como oficial de comunicaciones, era un

experto en satélites y en guerra electrónica... Era un agudo

especialista del sistema Sea Dart instalado en el Exeter. Con el que

ahorraban 15 segundos de vital importancia en los momentos de

compromisos comparado con lo mejor que podían hacer el Glasgow y el

Coventry, gracias a los nuevos programas para la computadora.

De todas maneras los argentinos decidieron enviar dos Super

Etendard, uno con el misil, el otro para adicional ayuda con el

radar. Irían acompañados por 4 Skyhawk de la 4 Brigada Aérea, cada

uno armado con dos bombas de 250 kg. Sus órdenes eran usar al Exocet

como guía al portaaviones, mientras los Etendard daban la vuelta

para regresar a su base. Por supuesto, yo ignoraba todos estos

planes de buenas noches, Woodward que ellos tenían. Tampoco conocía

yo la ruta que tenían pensado usar, que debía dirigirse al Este por

400 millas (741 km) desde Río Grande y luego girar al Noroeste, con

la esperanza de sorprendernos por atrás. Como una seria misión de

ataque, no estaba mal pensada, si bien se requería un largísimo

viaje de rodeo.

Despegaron e hicieron su encuentro para reabastecerse de combustible

y luego se dirigieron hacia el Grupo de Batalla británico, en el que

el Cardiff (D-108) y el Exeter (D-89) ocupaban la posición de

avanzada en la línea de Piquete hacia el Oeste, con la fragata Tipo

21, Avenger (F-185), del Capitán Hugo White, en gran medida por

casualidad, navegando a 12 millas (22 km) Sur Sudeste de ellos, 20

millas (37 km) atrás, hacia el Este, estaban ubicados los Auxiliares

de la Flota y 3 millas más atrás de ellos estaban los portaaviones,

el Hermes a 7 millas (13 Km) al Norte el Invincible. Los argentinos

volaban, como siempre, por debajo del radar, hasta que se mostraron,

a las 16:31 hora Zulú para que los Etendard pudieran registrar el

mar con sus radares, en búsqueda de la flota Británica.

Cuando lo hicieron, el llamado de atención de un salón de

operaciones más notorio en todo el Atlántico Sur fue irradiado

desde el Exeter.

  • ¡Freno de mano ¡ Dos- dos - cinco.

A los pocos segundos el Exeter había lanzado la alerta por las redes

de comunicaciones y el Cardiff, el Avenger y el Exeter, dieron

vuelta para enfrentar el ataque que venía del Sudoeste. Los Etendard

se mostraron una vez más, 3 minutos más tardes. Las tres naves

británicas los vieron en las pantallas de sus radares y todas sabían

que un misil Exocet, disparado a una distancia de 21 millas (39 km),

estaba en camino y que además detrás de él venían 4 aviones.

El Capitán Balfour ordenó disparar su primer Sea Dart. El misil paso

cerca del Avenger y, 5 millas (9 km) más adelante, eliminó al líder

de los Skyhawk, matando al piloto, Primer Teniente Vázquez. Los

otros tres pilotos continuaron pero o bien el segundo Sea Dart del

Exeter, o bien el cañón de 4,5 pulgadas del Avenger, eliminó al

otro piloto (Castillo).

Mientras tanto el Exocet, sea porque estuvo mal apuntado o porque no

funcionaba bien, paso sin hacer daño entre el Exeter y el Avenger,

con varias millas libres a cada lado. Con inmensa valentía, los

otros dos pilotos argentinos (Ureta y Isaac), sintiéndose sumamente

ya a esa altura de los acontecimientos, continuaron a toda velocidad

hacia delante, decididos a continuar con su ataque. Se dirigieron al

Avenger, ya envuelto por el humo del cañón que continuaba disparando

a los Skyhawk. Sus bombas, sin embargó, se perdieron al sobrevolar

la fragata y atravesaron el humo a una velocidad superior a los 400

nudos (720 km), en dirección a sus bases, con los pelos de punta al

suponer que los Sea Harrier caerían sobre ellos por detrás con los

Sidewinder listos para ser disparados, pero pudieron llegar a salvo

a sus bases, para regalar a sus Comandantes con el relato menos

preciso de toda la guerra: el de que habían bombardeado al

Invincible, alcanzado por un Exocet, y que ellos habían visto el

humo, siendo testigos del daño causado.

Así y todo jóvenes tan valientes como esos merecen sus fantasías y

el los días siguientes protesté contra ellos al ver la imagen de la

primera pagina en un diario argentino, dibujada hábilmente por un

artista, en la que se mostraba al Invincible ardiendo ferozmente en

el Atlántico Sur. La verdad era que éste estaba a 7 millas de la

acción y casi tan brillante e inmaculado como un pañuelo blanco del

Capitán Balfour.

Personalmente, termine el día con una sonrisa de alivio. Como el

lector ya se habrá dado cuenta, yo trataba de preocuparme solo de

los hechos que yo conocía me resultaban buenos. Los Argentinos

habían comenzado su juego con 5 Exocet, 5 ases, y ya los había

jugado, indiscutiblemente, a todos ellos, el 4, 25 y 30 de mayo. En

cada una de esas oportunidades los lanzaron a la primera señal de

radar que vieron, un grupo de tres tropiezos incompetentes que muy

bien podría costarles esta guerra

Marcelo

17-01-2007

Gracis por la informacion Pedro.

hablando del tema me parece muy improbable que con el cañon de 114 se pueda destruir un Exocet, para eso estan los sistemas CIWS.

Gallo Rojo

17-01-2007

¿Cuántos Exocet tenía Argentina exáctamente? Porque no eran muchos ¿No?

MIGUEL WITTMAN

17-01-2007

Cuando estalló la guerra, la Armada Argentina tenía 5 Exocet y empleó todos durante el conflicto. Uno falló por motivos desconocidos en un ataque contra el "HMS Yarmouth".

Dos fueron desviados por laas contramedidas; y otros 2 hundieron al "HMS Sheffiels" y al "Atlantic Conveyor", éste último con su cargamento de helicópteros Wessex y Chinook.

Stalingrado!

17-01-2007

Solo 5?!

MIGUEL WITTMAN

17-01-2007

Sí, sólo 5.

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