MALVINAS 25 AÑOS
Batalla de Monte Longdon -11/12 de junio de 1982
[color=blue]Fuerzas argentinas: RI 7 + Sección de Ca de Ingenieros 10[/color]
[color=red]Fuerzas británicas: Regimientos Para 2 y Para 3[/color]
Ubicación: Noroeste de Puerto Argentino


Desarrollo:
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Fuego de ablandamiento británico sobre las posiciones argentinas en Mte. Longdon (fuego de morteros y cañones sin retroceso) y fuego naval desde la fragata tipo 21 "Avenger".
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Primeros combates cercanos, se combate cuerpo a cuerpo. La compañia B del RI7 combate encarnizadamente en posiciones defensivas contra las compañías A y B del Para 3.
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Las fuerzas argentinas en el perímetro defensivo solicitan artillería controlada por el BIM5. El general Jofré ordena reforzar el sector suroeste del Mte. Longdon. Esta zona es sometida a intenso fuego de morteros británicos.
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La situación es crítica para la fuerza defensiva por numerosas bajas en el RI7, por munición escasa y porque la linea defensiva (LACPC) ha sido penetrada en forma discontinua.
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El general Jofré ordena el repliegue.
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Caída del Mte. Longdon en manos británicas.
[color=blue]Bajas argentinas: RI7 31 muertos y 152 heridos. (#)[/color]
[color=red]Bajas británicas: Para 3 23 muertos y 47 heridos.[/color]
(#) Regimiento de Infantería Motorizado 7 "Coronel Conde"
Relatos
El 3-Para británico lanza un asalto sobre Monte Longdon. La batalla sobre esta posición fuertemente defensiva, que se esperaba durara hasta el amanecer, resulta mucho más dura y larga que lo esperado.
Monte Longdon y sus alrededores finalmente son tomados luego de combate cuerpo a cuerpo y con bayonetas con las tropas argentinas, posición por posición.

Ilustracion Inglesa

Sargento Ian John McKay del 3-Para,ilustracion inglesa.
Las bajas británicas suman 23 hombres, uno de los cuales, el sargento Ian John McKay del 3-Para recibe luego su Victoria Cross en forma póstuma, y otros 47 británicos resultan heridos.
Los argentinos sufrieron más de 50 muertos y muchos más heridos. 6 británicos más mueren poco después.
Ataque a la posición del RI 7 en Monte Longdon
Durante las horas de luz del día 11 de junio se observan numerosos y constantes desplazamientos de helicópteros en la zona de Monte Kent, fuera del alcance de las armas de la posición.
Al caer la noche, se intensifica el fuego enemigo sobre la posición, el que alcanza su mayor magnitud a partir de las 20:30 horas.
Se cortan los tendidos telefónicos, y las distintas fracciones quedan comunicadas sólo por radio.
El radar se apaga, pues, aparentemente, el enemigo que bate su posición ha detectado su ubicación.
Personal de comunicaciones, bajo el fuego, intenta restablecer las comunicaciones alámbricas, lo que se logra parcialmente.
A las 21:30 horas el Subteniente Baldini, Jefe de la 1ra Sección, informa que el enemigo ha logrado alcanzar las proximidades de sus posiciones y se halla empeñado en combate a distancias cortas, aprestandose a ejecutar un contraataque sobre su flanco derecho.
Inmediatamente se pierde comunicación con el. La 1ra Sección, empeñada en combate cuerpo a cuerpo con el enemigo, debe ceder la cresta de la altura.
Deja varios heridos y muertos en el sector, y ocasiona bajas al enemigo.
El combate se hace en extremo difícil para los efectivos propios, dada la carencia de visores nocturnos para utilizarlos con las armas automáticas y portátiles,dificulta la efectividad de los fuegos.
No obstante el ímpetu del ataque enemigo, este parece haber sido bloqueado, pero la situación se mantiene aún incierta. La artillería propia bate intermitentemente la retaguardia enemiga, aunque no pueden evaluarse sus efectos.
El Subteniente Baldini, que multiplica sus esfuerzos alentando a sus hombres, decide desalojar a las fuerzas enemigas de la altura.
Para llevar a cabo esta acción, reúne un pequeño grupo de soldados de su sección e infantes de marina, y con ello se lanza al ataque.
Iniciada la lucha el citado oficial se pone al frente de su fracción seguido a corta distancia por el Cabo Primero Ríos.
Ambos son abatidos por ráfagas de ametralladoras, lo que hace que el resto del personal se vea obligado a mantenerse a cubierto, respondiendo el fuego enemigo.
Sobre la medianoche, el jefe del subsector ordena la Teniente Quiroga, Jefe de la 1ra Sección de la Compañía de Ingenieros 10, lanzar un contraataque sobre el sector de la 1ra Sección para recuperar sus posiciones y/o posibilitar el repliegue ordenado de sus efectivos.
El Jefe de Sección, bajo intenso fuego y en medio de una situación confusa, reorganiza su personal y se lanza al ataque.
El desplazamiento es penoso. Tal característica está motivada por las irregularidades del terreno, por la necesidad de avanzar ascendiendo la altura, y por la intensa acción del enemigo, el que, valido de sus medios de detección y observación nocturnos parece estar alentado sobre el movimiento.
La fracción entra en combate con el enemigo a muy corta distancia, los cuales comienzan a replegarse. Finalmente, y próximo a alcanzar el objetivo, el ataque debe detenerse, pues los infantes ingleses comienzan a presionar sobre los flancos.
Se generalizan intensos combates cuerpo a cuerpo, que producen bajas en ambos bandos.
No obstante todo esto, la Sección logra bloquear el avance inglés y estabilizar la situación en el sector.
Desde la 23:00 horas, la 2da y 3ra Sección son presionadas intensamente por el enemigo desde el oeste, suroeste y noroeste. La situación se mantiene estable.
El Jefe de Subsector, que ya ha lanzado su única reserva, solicita al Jefe del R I 7, el refuerzo de sus efectivos para intentar otro contraataque sobre las fuerzas inglesas que han sido bloqueadas.
El 12 de junio a las 02:00 horas arriba a su Puesto Comando el Jefe de la 1ra Sección C/RI 7, Teniente Castañeda, quien ha avanzado desde el Subsector Plata 1, hostigado por fuego enemigo. Inmediatamente es puesto en situación y se le ordena ejecutar un contraataque en dirección noroeste. Por medio de esta acción se busca envolver a los efectivos que enfrenta la Sección de Ingenieros y lo que queda de la 1ra Sección /B/RI 7.
En ese momento los Jefes de la 2da y 3ra Sección Sargento Primero González y Teniente Primero Neirotti, son heridos. El mando de sus fracciones quedan bajo las ordenes de los Suboficiales más antiguos. En ambos sectores se combaten con intensidad en cada posición.
La 1ra Sección/C/RI 7 del Teniente Castañeda avanza con dificultad, pero alcanza a las 03:00 horas la línea de contacto de las tropas en primera línea.
Allí choca con importantes efectivos ingleses en avance, los que aparentemente intentan desbordar por el norte a la Sección de Ingenieros para cercarla.
Se inician combates cuerpo a cuerpo y el enemigo se ve obligado a replegarse. Inmediatamente, un intenso fuego de morteros bate la zona de la Sección y obliga a los hombres a refugiarse en cualquier cubierta existente en el terreno.
El enemigo reinicia el ataque su ataque con nuevos efectivos y el combate se generaliza nuevamente.
A las 05:00 horas la situación de la Compañía B/RI 7 es la siguiente:
El enemigo ataca desde el norte, noroeste, oeste y suroeste con efectivos a preciados en 5 a 6 Compañías, con masivo apoyo de fuego de artillería y morteros.
Si bien la posición resiste, ha sido penetrada en varios puntos, pese a la sostenida oposición de sus defensores.
No existen efectivos propios para contraatacar, pues todas las fracciones se encuentran aferradas.
Los niveles de existencia de munición en la posición son críticos. Parte del personal ha agotado su dotación, por lo que se impone un urgente abastecimiento.
Los apoyos de artillería propios, si bien han logrado neutralizar por momentos el ataque inglés, no han podido aliviar la presión general sobre las posiciones.
Se han producido numerosas bajas especialmente entre el personal de cuadros.
A las 06:30 horas , el Comandante de la Agrupación Puerto Argentino ordena:
Ejecutar el repliegue de la Compañía B/RI 7 hacia el sector de Wireless Ridge, según los planes previstos. En ese lugar deberá reorganizarse para estar en condiciones de entrar en combate a orden.
Apoyar el repliegue de la Compañía con el Grupo de Artillería Aerotransportado 4, batiendo las principales avenidas de aproximación del enemigo, desde el oeste y noroeste.
Ejecutar concentraciones masivas de artillería sobre la altura, una vez que la B/RI 7 la haya abandonado.
A las 06:45 horas, comienzan a desprenderse los efectivos de la B/RI 7. Ya por entonces, algunas posiciones han sido cercadas. Se combate retardantemente hasta que se alcanzan, aproximadamente a las 08:00 horas el subsector Plata 1.
Solamente 90 hombres de los 300 que habían participado en los combates descriptos alcanzan la nueva posición.
El resto ha quedado herido, muerto o cercado. Dada la situación anímica y física en que se halla la tropa, después de soportar tantas tensiones y sacrificios, el Jefe del RI 7 considera necesario ordenar la marcha de los efectivos hacia Puerto Argentino, para su mayor reorganización y recuperación.
La Compañía B reforzada ha combatido intensamente durante 12 horas a distancias próximas en medio de la oscuridad.
Su posición ha sido saturada desde el 8 de junio por fuegos terrestres, navales y aéreos, sin tener en cuenta otros bombardeos anteriores a esa fecha.
También resultó atacada desde distintas direcciones, luchando contra un adversario para el cual la noche fue su mejor aliada.
Mas relatos de ambos lados.
"La mañana del 11 de junio estuvimos tratando desesperadamente de conseguir más municiones en el
caso de que los ingleses vinieran.
Sabíamos que era sólo cuestión de tiempo. Se podía oler la batalla en el aire. Esa noche no pude dormir, me preguntaba si sería mi última noche de vida. Nos recostamos en nuestros agujeros, nos tomamos de las manos y rezamos, tratando de darnos fuerza y tranquilidad unos a otros.
Tenía miedo y no me avergüenza decirlo. Sabía que al caer la noche, la batalla se acercaba. Nos sobrevino una sensación de desamparo. Nos decíamos: "¿Para qué nos tranquilizamos y damos fuerza uno al otro?. Nadie nos va a salvar" (Los dos lados del infierno, de
Vincent Bramley, Planeta, 1994).
Muy certero resultó el olfato de Santiago Gauto,conscripto aquel viernes 11 de junio de 1982 del
Regimiento de Infantería Mecanizada N° 7 Coronel Conde(La Plata), pues a eso de las 21 horas la Compañía B del Tercer Regimiento de Paracaidistas británico iniciaría el ataque al Monte Longdon desde el oeste,mientras los mandos argentinos lo esperaban desde el norte.
Así daría comienzo una dura lucha que insumió casi doce horas, constituyendo el combate más enconado y cruento de la Guerra del Atlántico Sur.
"Puedo decir lo estupefacto que quedé cuando estaba al pie del Monte Longdon, esperando la orden de ataque, y alguien nos ordenó formar una fila a lo ancho. Pensé que algún huevón estaba drogado y que habían retrasado el reloj y que pronto nos harían vestir una chaqueta roja.
Cuando escuché "calen bayonetas" ya estaba todo dicho. Supe que estábamos en un manicomio" (op.cit),testimonia por su parte el británico Kevin Connery.
"Me quedé parado tratando de mirar hacia abajo por la ladera oeste. Entonces escuché un clunck-clic, seguido de muchos clunck-clic. Conocía ese sonido. Era el de las bayonetas cuando se calaban. Me tembló todo el cuerpo. Corrí a las otras defensas a despertar a los hombres. Muchos estaban profundamente dormidos."Arriba, arriba, vienen los ingleses", les decía",puntualiza por su parte el entonces sargento Oscar Carrizo, quien se encontraba en la cima del citado monte.
En rigor de verdad, la batalla comenzó cuando el cabo británico Milne pisó una mina antipersonal que le arrancó una pierna. La explosión de la misma, y elalarido posterior, pusieron de sobre aviso a unos
sirvientes de ametralladoras Browning 12.7 que de inmediato hicieron fuego hacia abajo en la ladera
oeste. Superado el pasmo inicial, los diablos rojos (apodo de los paracaidistas británicos a causa de sus boinas rojas), se lanzarían cresta arriba con la bayoneta en ristre.
Sucursal del infierno
"A las 21:30 horas el teniente 1° Baldini, jefe de la 1° Sección, informa que el enemigo ha logrado alcanzar las proximidades de sus posiciones y se halla empeñado en combate a distancias cortas, aprestándose a ejecutar un contraataque sobre su flanco derecho.
Inmediatamente se pierde comunicación con él. La 1°Sección, empeñada en combate cuerpo a cuerpo con el enemigo, debe ceder la cresta de la altura. Deja varios heridos y muertos en el sector, y ocasiona bajas al enemigo.
El combate se hace en extremo difícil para los efectivos propios, dada la carencia de visores nocturnos para utilizarlos con las armas automáticas y portátiles. Esto dificulta la efectividad de los fuegos.
No obstante el ímpetu del ataque enemigo, este parece haber sido bloqueado, pero la situación se mantiene aún incierta. La artillería propia bate intermitentemente la retaguardia enemiga,aunque no pueden evaluarse sus efectos.
El teniente 1° Baldini, que multiplica sus esfuerzo alentando a sus hombres, decide desalojar a las fuerzas enemigas de la altura. Para llevar a cabo esta acción, reúne un pequeño grupo de soldados de su sección e infantes de marina, y con ello se lanza al ataque. Iniciada la lucha, el citado oficial se pone al frente de su fracción, seguido a corta distancia por el cabo primero Ríos.
Ambos son abatidos por ráfagas de ametralladoras, lo que hace que el resto del personal
se vea obligado a mantenerse a cubierto, respondiendo al fuego enemigo".
Este relato del Ejército argentino, carente de dramatismo, refleja parte de la enconada resistencia
de los efectivos argentinos que iban siendo cercados por el movimiento triturador de los británicos.
Si bien estos en dos oportunidades fueron obligados a recular, pudieron rehacer sus líneas y continuaron saturando las defensas argentinas hasta paulatinamente, no sin gran esfuerzo, hacerlas ceder palmo a palmo.
"No sé cuánto tiempo permanecimos allí" –relata Jorge Altieri en el libro mencionado- "Un minuto, una
hora…..fue toda una vida. Se habían retirado, pero no sabíamos cuánto ni en qué dirección. En nuestras inmediaciones todo estaba tranquilo. Tal vez tuviéramos suerte. Tal vez sobreviviéramos. Lentamente nos arrastramos fuera y observamos lo que nos rodeaba.
En el hoyo las cosas iban mal. Una masa de trazadoras sobrevolaba la zona. Escuchábamos gritos y las órdenes vociferadas de los ingleses que avanzaban. Los vi en una senda. Luego vi que explotaba una granada cerca de nuestras calibre 50, y los ingleses que tomaban la
posición. Comenzaron a avanzar lentamente……"
Hacia las 9:00, era más que evidente que los británicos ganarían la partida.
Los argentinos supervivientes pugnaban por seguir combatiendo hasta agotar la munición, para luego replegarse hasta Monte Tumbledown, donde estaba afincado el Batallón de Infantería de Marina N°5, o si tenían suerte, hacia la relativa seguridad de Puerto Argentino. Así lo relata
el aludido Gauto, quien en un instante de lucidez decidió que lo mejor era replegarse de esa locura: "No podía quedarme ahí. ¿Cómo iba a salir para reunirme con los demás?. De pronto aparecieron soldados ingleses justo frente a mí. Instintivamente, les disparé una ráfaga. Estaban a muy corta distancia de mí, a unos pocos metros. Dos de ellos cayeron
derribados. Me pareció que a uno le había dado en el pecho, y al otro justo en el medio. Salí corriendo hasta la cumbre y luego en bajada hacia el valle.
Lo había logrado. Comencé a dirigirme hacia Moody Brook. Ahora los proyectiles caían sobre Longdon.
Escuchaba las explosiones allá arriba, a mis espaldas.Ahora había otros que sufrían allá arriba, en aquel terrible lugar donde yo también había sufrido".