24-06-2007
Por supuesto tiene razón Ball, pero lo facto és que las Leyes Internacionales solo se aplican a unos pocos, que no incluen Inglaterra, EUA y sus "aliados", los quales hacen lo que quieran, sin culpa.
Saludos
24-06-2007
Por supuesto tiene razón Ball, pero lo facto és que las Leyes Internacionales solo se aplican a unos pocos, que no incluen Inglaterra, EUA y sus "aliados", los quales hacen lo que quieran, sin culpa.
Saludos
24-06-2007
Podriamos decir a todos los paises Kurt, a todos los que tengan un poder militar o un peso especifico por la razon que sea en el panorama mundial, que nadie quiera meterse con ellos. O nos olvidamos de Rusia en Chechenia, China en el Tibet y asi podriamos seguir con varios mas, incluyendo a ejercitos de paises Iberoamericanos que tampoco se quedan mancos. Porque no se ha capturado ya al general Ratko Mladic, uno de los individuos mas carniceros del avispero de los Balcanes ??? , muy sencillo, los serbios son aliados de los rusos y franceses. Y asi podria seguir con muchos mas.
Saludos
PD. Perdon por salirme de lo que se trata en el topico, lo he hecho para aclarar que no solo los "occidentales" son culpables de todo lo que se dice.
24-06-2007
Estos casos los hay en todos los conflictos lamentablemente, y claro, los argentinos no violaron ningunas leyes al invadir las islas ¿no?
No se si esto enscandalizara y dara polemica pero en ese caso les recomiendo un post unas paginas atras sobre como trataban a los conscriptos argentinos el propio ejercito argentino.
24-06-2007
Yo describo los hechos de los combatientes britanicos en Malvinas...si alguien se siente ofendido por que salgan a las luz no me preocupa, tengo mucha mas informacion al respecto y la seguire publicando hasta que se cierre el topico o me hechen de foro, es muy sencillo.
Repito si alguien se siente muy ofendido por que yo describa crimenes de guerra britanicos en las islas mejor no siga leyendo porque pienso continuar.
24-06-2007
Para mi no es problema pero no te enojes cuando alguien pone algo como:
Viernes 13 de abril de 2007.
Los crímenes propios en Malvinas Por Marcela Valente
BUENOS AIRES, Dos décadas y medias después de la guerra de Malvinas, funcionarios y ex soldados de Argentina presentaron por primera vez ante la justicia una denuncia colectiva contra militares por asesinatos y torturas contra su propia tropa en combate.
"Tenemos 23 testimonios acerca de un soldado fusilado por un cabo, de otros cuatro ex combatientes muertos por inanición, y de por lo menos 15 casos de conscriptos (reclutas en periodo de instrucción de su servicio obligatorio) que fueron estaqueados", resumió a IPS Pablo Vassel, subsecretario de Derechos Humanos de la nororiental provincia de Corrientes
24-06-2007
No Marcelo, tu no describes los hechos de los combatientes britanicos en las Malvinas, describes los hechos de algunos soldados britanicos, que no es lo mismo, hay una diferencia de matiz.
No me siento ofendido ni pretendo que se cierre este topico o te vayas del foro, simplemente digo que no se puede generalizar y meter a todos los soldados britanicos en el mismo saco, al igual que no se pueden meter a todos los soldados argentinos por los hechos que describe Moisin.
Saludos
24-06-2007
Si se limita al teatro de operaciones de Malvinas a mi no me afecta nada.
Yo lamento el sufrimiento de los soldados argentinos a manos de una oficialidad corrupta o simplemente incapaz....mas alla del mensaje de Zhukov y meyer no he visto nadie que se solidarize con las victimas de crimenes de guerra britanicos.
Y si algunos ( en general en el foro) no conocian la informacion que puse ( y que me queda por poner) lo lamento mucho, seguramente pensaron que debido al sistema dictatorial argentino ellos eran los mas logicos autores de crimenes contra la poblacion civil isleña y los prisioneros, en otro foro algunos ingleses estan frustados...ellos hubieran preferido que hubiera algun muerto entre la poblacion civil o al menos alguna violacion para poder acusar a los soldados argentinos de "monstrous" ...nada de eso paso ::)
Ah...y si alguien puede pensar que soy una nacionalista pitencantropo por estos post...bueno lo soy y estoy terriblemente orgulloso de serlo ;D
24-06-2007
Las casas de los civiles fueron invadidas para instalar a altos oficiales, periodistas, etc. Ademas de que bueno... los argentinos les llevaron una guerra su isla.
24-06-2007
Querras decir nuestra isla ;D
A me me gustan los isleños, son gente trabajadora, Cuando malvinas retorne a la jurisdiccion Argentina tendran privilegios especiales. Los que no me agradan son la manada de inglesitos de 20-25 años que pululan internet hablando falsedades y desinformacion sobre los hechos y la FF.AA Argentinas, contra ellos he declarado una guerra a muerte.
A muerte.
24-06-2007
Actitud vergonzosa y criminal. Ensuciaron sin duda el uniforme que llevaban. ¿Se sabe si estos casos fueron denunciados a Tribunales Internacionales?
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Personalmente Marcelo, no puedo decir más de lo que dije, creo que es suficiente con ello.
Lo indignante es que algún megajuez que tenemos por estos lares se preocupase más de meter a Pinochet y a otros miembros de la Junta en juicios sobre derechos humanos...
¡Qué ocasión perdieron de no haber intentado juzgar estos casos de abusos de militares británicos!
Pero claro, esto no vende de igual manera.
Mi solidaridad con los argentinos.
Y al mismo tiempo me gustaría saber si el Ejército Británico no depuró responsabilidades por estos hechos.
Saludos.-
24-06-2007
El que no haya puesto especificamente mi solidaridad con las victimas de crimenes de guerra no significa que los apruebe y esa duda ofende.
Saludos
24-06-2007
Querras decir nuestra isla
Marcelo, 170 años de pertenencia, una guerra, casi mil bajas y mas de 300 suicidios dicen otra cosa.
Alguien dijo "Las Malvinas son extrangeras, los muertos son argentinos"
Personalemente me gustaria saber que piensan hacer si las recuperan. :P
25-06-2007
Yo describo los hechos de los combatientes britanicos en Malvinas...si alguien se siente ofendido por que salgan a las luz no me preocupa, tengo mucha mas informacion al respecto y la seguire publicando hasta que se cierre el topico o me hechen de foro, es muy sencillo.
Repito si alguien se siente muy ofendido por que yo describa crimenes de guerra britanicos en las islas mejor no siga leyendo porque pienso continuar.
Eso está muy bién pero como dijo Jesús de Nazareth "El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra."
Malvinas: el crimen, la guerra y el simulacro, 25 años después.
04 de Abril 2007
Los 25 años transcurridos desde aquel 2 de abril de 1982 no han sido suficientes para hacer un balance compartido por la mayoría de los argentinos sobre la guerra de Malvinas. Más todavía: no hay un consenso para examinar, a la distancia, las posiciones y las actitudes del progresismo frente al acontecimiento. Guerra absurda, guerra inútil. Aventura criminal. Todos, calificativos posibles.
Con su aguda ironía, no siempre feliz en los temas políticos, decía Jorge Luis Borges pocos meses después de la capitulación de las tropas argentinas que “la de Malvinas fue una guerra entre dos calvos que se disputaban un peine”. Y agregaba: “los militares argentinos que gobiernan actualmente son ignorantes e incompetentes, y mucho más peligrosos para sus compatriotas que para el enemigo”.
Sin disputa, Malvinas fue un crimen, como toda guerra, y una aventura criminal, según quedó demostrado en todos los procesos abiertos posteriormente.
Las consecuencias de Malvinas fueron numerosas y tuvieron réplicas como las de un terremoto durante los últimos 25 años.
La primera fue el rápido desmoronamiento de la dictadura genocida y una apresurado retorno a la vigencia de la Constitución con las elecciones que consagraron a Raúl Alfonsín –contra todo pronóstico– en las elecciones de 1983.
Las Fuerzas Armadas, responsables primeras pero no únicas de la guerra absurda y criminal, comenzaron un acelerado proceso de desgaste, divisiones internas y búsquedas de chivos expiatorios, limitadas a defender con ahínco el secreto (el pacto mafioso) de las acciones aberrantes y de las desapariciones de miles de personas.
En realidad, en los años noventa culmina un ciclo de la historia del Ejército, y por arrastre, de la de sus colegas de la Marina y la Fuerza Aérea. El Ejército argentino moderno nació en dos guerras infames: la de la Triple Alianza, que descuartizó el Paraguay –último sobreviviente del antiguo Virreinato de la Plata, que había buscado un camino independiente de los imperios– y la de la mal llamada “conquista del Desierto”, que no fue otra cosa que la extinción sistemáticamente planificada de los pueblos originarios. En los dos casos se buscaba la extensión territorial, a fin de repartir las tierras entre los dueños del poder. Este fue el Ejército real, y no aquel de las leyendas escolares, que habría nacido del pueblo en la verdadera gesta de lucha contra las invasiones Inglesas, y luego, en las guerras por la Independencia. Ése, el de la epopeya, murió en los años 20, cuando se dejó a San Martín abandonado en Guayaquil, renunciando a la Patria Grande, mientras el resto se exterminaba en las guerras civiles.
El Ejército moderno, que tuvo su bautismo de fuego en el exterminio de paraguayos e indios, se forjó en la represión de los primeros de Mayo a comienzos del siglo pasado, en la Semana Trágica; en la Patagonia Rebelde –fusilando a los peones laneros—; en la matanza de los quebrachales, para proteger los intereses de la Forestal; en los golpes de Estado, los fusilamientos de anarquistas, de obreros, en los bombardeos aéreos a los civiles en Plaza de Mayo, en Trelew, en la Triple A. Y como broche de esa sangrienta trayectoria, en la masacre sistemática, planificada hasta en sus mínimos detalles, que comenzó en la madrugada del 24 de marzo de 1976. Allí transformaron a la Nación en su propio botín de guerra. Secuestrar, torturar, violar, robar los bebés a sus madres en cautiverio, para después asesinarlas. Finalmente, el fango de las peleas internas (cara blancas y caras pintadas) en diciembre de 1990, y su adicción incurable al contrabando de armas y otros ilícitos menores a lo largo de un cuarto de siglo. Todo fue posible. Pero también hay que decir que fue posible porque esas Fuerzas tenían mandantes. Autonomizadas por momentos, siempre respondieron cuando la dominación del poder hegemónico se veía amenazada.
Malvinas fue una aventura, pero no una improvisación.
Entre 1977 y 1982, la Argentina compró armas por unos 2.000 millones de dólares. Aviones Dagger (versión israelí del Mirage 5), tanques Kurassier, 6 fragatas misilísticas a Alemania. Helicópteros. Aviones franceses y misiles de Estados Unidos. En 1982, los bombarderos Super Etendard a Francia. Y durante la misma guerra de Malvinas –cuando estaba vigente el bloqueo a la venta de armas dispuesto por los aliados de Gran Bretaña– se gastaron centenares de millones de dólares en la compra de armas a Israel, mediante una operación de triangulación con el Banco Ambrosiano (del cadenal Marzincus) como intermediario.
“No había mejor opción que el uso de la Fuerza para llevar a la Gran Bretaña a la mesa de negociaciones”, aseguró el ex comandante de la Armada y ex Almirante Jorge Isaac Anaya, ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que juzgó a los jefes de Malvinas. Y agregó: “En el año 1978 el almirante Massera propuso a los comandantes del Ejército y la Fuerza Aérea la ocupación de Malvinas. Tenía conocimiento de que el Comando de Operaciones Navales tenía planes secretos sobre cómo había que hacer para ocuparlas”. En la estrategia misma de superviviencia de la dictadura estaba, desde el inicio, algún conflicto territorial. Estuvieron a punto de llegar al enfrentamiento bélico con Chile, que hubiese significado pérdidas materiales en vidas humanas muy superiores a las de la guerra de Malvinas.
No se trataba, pues, de la ocurrencia de un general borracho, a quien en un delirio alchólico viniera la idea de ocupar las Islas. A Churchill le gustaba tanto el whisky como a Fortunato Galtieri, y ésa no fue la causa de la segunda Guerra Mundial, como no lo fue la “locura” de Hitler.
El sociólogo e historiador Vicente Palermo acaba de publicar el libro Sal en las heridas (Sudamericana, Buenos Aires, 2007), en donde desarrolla una interesante y necesaria polémica sobre Las Malvinas. No es un mero ensayo académico sobre la guerra, sino una verdadera provocación, en el mejor sentido del término: busca el significado de Malvinas en relación con la cultura de los argentinos. (Una entrevista a Palermo realizada por Mario Wainfeld reproducimos en esta misma entrega.)
Palermo no solamente echa sal en las partes de la herida de Malvinas aún abiertas, sino que reabre cicatrices ya cauterizadas para aumentar el escociente efecto de su sal. Compartiendo buena parte de su eficaz empeño desmitificador, me permitiré apuntar aquí algunas discrepancias.
Diría que Palermo subestima el paro y la movilización del 30 de marzo de 1982. Ciertamente, como él señala, eran unos pocos miles. Pero el carácter simbólico de ser el primer paro general de una central obrera apenas reconstituída tras la mayor masacre y derrota de la historia de los trabajadores argentinos –la de 1976—, no puede ser ignorado. Se manifestó en varias provincias, y hubo dos muertos. En la Capital, la columna que marchó con la bandera de Paz, Pan y Trabajo fue reprimida en una notable operación de la policía Federal, con empleo de gases de última generación. Los mismos, para quienes puedan haber olfateado sus efectos, que se tiraron la noche del 19 de diciembre, cuando comenzó la implosión del gobierno de Fernando de la Rúa.
La consigna de Paz, ese 30 de marzo, no fue casual: estaba en el ambiente que se preparaba una operación, la que se concretó el 2 de abril. Ya en febrero, un columnista de La Prensa, muy enterado de los entretelones de las operaciones de “inteligencia”, lo adelantó sin eufemismos.
Resistencias a la guerra
Palermo considera también irrelevante el rechazo a la guerra, en esos días, por una minoría de la sociedad argentina. Pero esa resistencia existió, silenciosa y silenciada, y produjo trabajos, documentos, testimonios importantes a la hora de un balance histórico.
A fines de abril comenzó a circular un pequeño folleto, ¿La verdad o la mística nacional?, firmado por el Círculo Espacio Independiente. Finaliza así: “analice esta declaración, critíquela, hágala circular, reprodúzcala por cualquier medio. En algún lugar de nuestro país tal vez nos encontremos”.
El trabajo, que había sido escrito por Carlos Alberto Brocato, poeta, intelectual de larga trayectoria en la lucha sindical y política, fue reproducido por el semanario judío Nueva Presencia. En ese número del semanario se expresaban muchas de las ideas del progresismo de la época sobre el conflicto. El editorial, firmado con las iniciales del director, HS, propone “Ganar la guerra y retornar a la democracia”. En sus páginas interiores, Raúl Alfonsín: “antes que nada hay que poner de manifiesto el resultado de una acción que se inscribe en la vieja aspiración de los argentinos. Las Fuerzas Armadas han producido un episodio que contó con el aval del pueblo. Se trata, en esencia, de un hecho que puede significar un arranque para terminar definitivamente con la decadencia” (Nueva Presencia, Nº 258)
Página seguida, el trabajo del Círculo Independiente (Brocato) denuncia que la mistificación de la “causa” Malvinas se montó sobre tres falacias. La falacia de una soberanía nacional, que escondía la evidencia de que el pueblo había sido despojado del ejercicio soberano del poder. Se llamaba soberanía a una cuestión territorial. Aquellos que no se inmutaban ante el remate del verdadero patrimonio nacional, y que habían llegado al poder matando y sometiendo a todo aquel que se les oponía, se constituían en los intérpretes y representantes de la soberanía. Una segunda falacia se montaba en relación al colonialismo. Aquí encontraba un argumento la izquierda malvinera. Se trata de la dictadura de un país oprimido que enfrenta a un imperio colonial, ergo una guerra justa; hay que aliarse a los hasta ayer genocidas torturadores. Aquí no se establece diferencia alguna, indica el documento, entre una usurpación de la soberanía nacional al estilo de la praticada por Francia en Argelia, por Bélgica en el Congo, por Inglaterra en la India, con una dominación como la de Gran Bretaña en el peñón de Gibraltar o la de los Estados Unidos en Guantánamo. Esto último es Malvinas.
Y la tercera falacia es “que se nos acabó la paciencia”. Que ya se habían agotado los tiempos de la negociación. “Hace ciento cuarenta años que los ingleses no quieren entregarnos las islas; hace sólo catorce años que le vienen dando largas a la resolución de las Naciones Unidas. ¿Por qué el 2 de abril de 1982 se ‘agotó la paciencia argentina’? Es una patraña. Una patraña en la que, a conciencia, entra toda la dirigencia política argentina”
A partir de la difusión de esta declaración se organizan una serie de reuniones donde participan activistas que comenzaban a organizar centros estudiantiles –particularmente de Ciencias Económicas y Ciencias Exactas–, junto a viejos militantes sindicales y políticos de izquierda (como José Lungarzo, Oscar “Miguel” Posse, Ignacio Moiragui, entre muchos otros), Madres de Plaza de Mayo, movimientos vecinales. Una actividad que confluye con el pronunciamiento pacifista de sectores cristianos, como el Servicio de Paz y Justicia, y los obispos Novack, de Quilmes, y Jaime de Nevares, de Neuquén, que van organizando reuniones en la línea de denunciar el engaño y la manipulación. Una pequeña pero efectiva red de esclarecimiento y debate.
En paralelo, el 7 de mayo de 1982, se publica en Le Monde una declaración que firman Julio Cortázar, Osvaldo Bayer, Osvaldo Soriano, entre los más conocidos de cientos de exiliados políticos argentinos residentes en París, Madrid y México, pronunciándose en términos similares a los de la resistencia interior.
Dos trabajos, entre muchos, publicados al calor de los acontecimientos dan cuenta de estas posiciones entre los exiliados argentinos. En Cuadernos Políticos, de México, Adolfo Gilly publica “La guerra del capital”, un ensayo en donde se señala la confluencia de dos crisis, la de los militares y la de Thatcher, como desencadenante de la guerra de Malvinas:
“En términos precisos lo dijo, desde el lado de la minoría británica que se opuso a la guerra colonial, el historiador Edward Thompson:
‘La guerra de las Falkland no es sobre los habitantes de las islas. Es sobre `no perder la cara´. Es sobre la política interna. Es sobre lo que sucede cuando uno le tuerce la cola a un león… es un momento de atavismo imperial, mezclado con las nostalgias de quienes hoy llegan al final de su edad madura’.
Como era fácilmente previsible para cualquiera menos inepto e ignorante que los militares que gobiernan Buenos Aires, Thatcher no iba a dejar pasar esta oportunidad de hacer una guerra, posiblemente costosa pero seguramente ganada desde un comienzo, para unificar en su apoyo a la opinión pública británica y subordinar a su política imperial a la oposición laborista, jamás reacia a apoyar tales empresas”. (Gilly)
Tony Blair acaba de decir que él hubiese actuado igual que la dama de hierro. ¡Luego de la invasión a Irak, qué duda cabe!
En los documentos, ahora desclasificados, encontramos la prueba de esos análisis.
Apenas unas horas antes del desembarco de las tropas argentinas en Malvinas, se registra la siguiente comunicación telefónica, entre el presidente norteamericano Ronald Reagan y Galtieri:
Reagan … “estimo imprescindible continuar con las negociaciones y buscar una alternativa al uso de la fuerza. Créame, señor presidente, que tengo buenas razones para afirmar que Gran Bretaña respondería con la fuerza a una acción militar argentina”.
Galtieri se niega a aceptar las indicaciones del jefe de occidente.
Alejandro Dabat y Luis Lorenzano escriben “Conflicto malvinense y crisis nacional” (Libros de Teoría y Política, México, 1982), en donde realizan una exhaustivo análisis y una documentada investigación sobre la crisis de la dictadura y de la sociedad argentina que desembocó en Malvinas.
Quedaron en desamparo, como bien lo señala Palermo, los ex combatientes. No pudieron entender la parte que les tocó en esta trágica opereta.
El capitán de infantería y paracaidista Carlos Arroyo describió al tribunal de las FFAA que juzgó los hechos las marchas y contramarchas del alto mando:
“Las raciones frías llegaban no a todas las posiciones. Pero inconsumibles porque los alimentos se congelaban a temperaturas de 10 y 12 grados bajo cero y no contaban con calentadores para descongelarlas. Inservibles. Falta de alimentación y de ropas adecuadas al frío. La movilidad del enemigo superó todo lo esperado.
El 50 por ciento de los soldados a su mando (150) o eran conscriptos con solo dos meses de instrucción o reincorporados de la clase anterior que habían hecho la colimba como cocineros, mozos, talabarteros, peluqueros, etc.” (Página 12)
A la hora de hacer su balance, el ex comandante del Ejército en tiempos de Carlos Menem, el teniente general Martín Balsa, admitió que “fuimos a un conflicto para el que no estábamos preparados…Se planificó sobre dos supuestos: que Gran Bretaña no iba a reaccionar y que Estados Unidos permanecería neutral. Ninguno de lo dos supuestos se dio”.
A 25 años de la guerra, las Fuerzas Armadas no han dado todavía a conocer oficialmente el informe de la comisión por ellos mismos designada, presidida por el teniente general retirado Benjamín Rattembach, para estudiar por qué perdieron la guerra. Sí se sabe que la comisión Rattembach pidió la pena de muerte para todos los jefes militares que dirigieron la guerra de las Malvinas.
Carlos Abel Suárez es miembro del Consejo de Redacción de SINPERM
25-06-2007
Mi solidaridad con los argentinos. Y al mismo tiempo me gustaría saber si el Ejército Británico no depuró responsabilidades por estos hechos. Saludos.-
Muchas gracias Steiner, no esperaba menos de vos. Scotland Yard incion una investigacion que se cerro en 1993 "por no haber evidencia" , curioso, yo sentado desde mi compu puedo recabar mas testimonios de los que se preocuparon en buscar los reputados investigadores britanicos. ;D
Y sigue la galeria de horrores.
El asesinato de Artuso:
Bicain: Luego de la rendición de la plaza, el Comandante de la Fuerza de Tareas británica, Capitán Young, me indicó que debían retirar el submarino del muelle de la BAS hacia otro que se encontraba en el fondo de la caleta. Paraello trajo al Comandante de la fragata .'Brillant", el capitán Coward, que era submarinista. Ellos aducían, de acuerdo a la Convención de Ginebra, que la comprometida situación del submarino podra generar gases explosivos ( emanaciones de hidrógeno provenientes del ácido de la batería) que en caso de estallido podría hacer detonar los 20 torpedos Mk 14 y los tres Mk 37 que llevábamos a bordo. (....) Para el movimiento designé a los Suboficiales Artuso, Ibalo, Ontiveros, Ruiz, Recalde y Salto. A Artuso le ordené que no hiciera ninguna acción de las mencionadas, ya iba a estar custodiado por dos infantes armados. La maniobra consistía en hacer el traslado con los motores eléctricos de propulsión. Nos pusimos en marcha y en medio de la caleta el submarino se escora. Indico poner en funcionamiento el rotocompresor a fin de entregar aire a los tanques inundados a consecuencia de los daños y mejorar la flotabilidad. Se escucha claramente la puesta en marcha del rotocompresor. De pronto, se asoma un infante inglés por la escotilla de batería de popa disparando su arma al aire y gritando que el submarino se hundía. Momentos después el Suboficial Ibalo me informa que Artuso había sido baleado. Lo ocurrido fue lo siguiente: al escorarse la nave, Artuso hace un movimiento hacia la banda de babor para alcanzar las palancas que compensarían el desbalanceo del barco, el Infante de Marina inglés que lo vigilaba tenía órdenes para que el maquinista no accediera a dichas palancas y le disparó (3). Aun sin saber si Artuso estaba herido o muerto, le indiqué a Coward que me hacía cargo de la maniobra y alcanzamos el muelle. Luego de atracar con la mayor premura, el comandante británico me informa que Artuso había muerto, mi indignación fue tal que lo insulté con gran variedad de adjetivos en castellano y en inglés, no me respondió una palabra.
Artuso fue ejecutado de dos disparos a la cabeza a quemarropa al mejor estilo ss en las fosas adriatinas.
Y por cierto Moisin , los representantes de Uruguay no piensan lo mismo ya que apoyaron de forma unanime el reclamo argentino en la O.E.A hace unos dias. ;D ;D
Suficiente lo dicho.
25-06-2007
Y eso es un crimen de guerra?, imaginate que eres el infante de marina, no tienes ni puñetera idea de como va un submarino, te dicen " que nadie se acerque a ninguna palanca puesto que puede ser una palanca para abrir la valvulas y que el submarino se hunda" ¿que harias? , yo lo tengo clarisimo, lo mismo que el infante y no por eso me considero un criminal de guerra.
La prueba de que esto es posible lo verifica el hecho de que despues del incidente y aprovechando que los ingleses estaban examinando que era lo que habia pasado, varios tripulantes del submarino lograron burlar la guardia y abrieron disimuladamente válvulas y escotillas de la nave, provocando su hundimiento.
Un criminal de guerra es el que ejecuta a prisioneros y/o heridos a sangre fria sin que estos tengan la mas minima posibilidad de defenderse.
Saludos
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