Ejercitos y conflictos actuales en America Latina.

TITUS20050

04-03-2008

La reciente incursion de Colombia en territorio de Ecuador para dar muerte a guerrileros de la Farc y la inmediata reaccion de Venezuela con su Conductor al frente y Ecuador el mas agradido , nos muestra dos facetas del conflicto que puede sucitarse entre estos paises Sudamericanos:

1º) la aplicacion por parte de Colombia de la doctrina de los EEUU sobre que no hay fronteras para atacar al terrorismo y, nos muestra la absoluta dependencia de este pais de las ordenes de los Americanos , mostrando que la soberania de Colombia ha dejado de existir y 2º) la estupida intervencion de Chavez amenazando a Colombia y de esa forma alentando a los Americanos a intervenir en el continente en defensa de su sirviente Colombia, solamente se salva de este sistema de efrentamientos Ecuador pues es el pais agredido.

No quiero dejar la impresion de que defiendo a las FARC pues me parecen algo arcaico y que ha perdido el sentido de liberacion patriotica con que comenzo hace 40 años para transformarse en una sociedad anonima que comercia con drogas ,armas ,secuestros , robos y asesinatos politicos y tampoco a Chaves que  da la impresion de que quiere cualquier oportunidad para reflotar la Gran Colombia con que soño Simon Bolivar, pero que es totalmente imposible en la actualidad.

Tambien creo que el que nuevamente va a pagar los platos rotos es Ecuador que ya tuvo un par de guerras con Peru tambien instigadas por EEUU favoreciendo a los peruanos y que no les resultaronfavorables pues Peru fue el que llevo las de perder y , en este caso si se entra en conflicto belico tambien tendra que luchar nuevamente con desventaja

MIGUEL WITTMAN

04-03-2008

Los terroristas no deben tener refugio en ningún país limítrofe con el afectado por sus actos terroristas. Sólo así, se podrá acabar con esa lacra.

Saludos.

Lenz Guderian

04-03-2008

Totalmente de acuerdo con Titus

Zhukov

04-03-2008

Hay que leer un poco de la historia de Uribe y sus vinculos con ciertos sectores del narcotrafico para entender que los que se dicen buenos no son tan buenos.

Aqui hay muchos intereses en juego y Estados Unidos no es ajeno.

No le pido a los terroristas que se comporten de acuerdo a convenciones pero debemos exigirselo a los gobiernos democraticos porque si no ,la diferencia entre estado de derecho y terrorismo no existiría.

MIGUEL WITTMAN

04-03-2008

No le pido a los terroristas que se comporten de acuerdo a convenciones pero debemos exigirselo a los gobiernos democraticos porque si no ,la diferencia entre estado de derecho y terrorismo no existiría.

De acuerdo amigo Zhukov.

Estoy de acuerdo en lo dicho por Juan Manoel.

En un estado de derecho todas las opiniones se pueden manifestar siempre y cuando estén dentro de la Constitución, o cualquier otra norma principal que rija en determinado país. El terrorismo "pasa" del sistema y no le importa matar, secuestrar, extorsionar, etc. Sus acciones son de "guerra", y como tal hay que combatirles, dentro de esa Constitución o las leyes que sean. Que hay pena de muerte como castigo máximo, que se aplique. Que la pena máxima son 30 años de cárcel, que los cumplan íntegros; que es cadena perpetua, que sepan a lo que deben atenerse.

Y lo que es muy duro para un país que sufre terrorismo es ver como sus "vecinos" protegen y alientan a los terroristas.

Saludos.

Lenz Guderian

04-03-2008

Lo del "Estado de derecho" es muy relativo. Y se aplica a rajatabla asi como sugieres (Que ninguna doctrina juridica moderna lo contempla) ningun país latinoamericano es un estado verdadero.

Pura hipocresia.

Los establecimientos estan sostenidos en base a la corrupcion. Los sistemas comerciales no funcionan de acuerdo a las pautas legales con las exigencias juridicas. No hay transparencia, hay simulación y capas geologicas de complicidades. En américa latina la democracia es un pretexto para concentrar la riqueza en muy pocas manos, y el poder politico ha estado al servicio de ello desde hace mucho.

Lo que  sugieres ya se hace desde hace mucho. Carcel y la etiqueta de terrorista la oposicion y contratos y cargo publicos al advenedizo. 

Regresando al tema, el propio ecuador encuera a Uribe al hacer recuento de su propia politica de desmantelamiento de campamentos guerrilleros -que tiene años-. Por sí solo eso justifica el rompimiento de relaciones (sin hablar de chavez para nada)

El argumento de "cerrar" las fronteras es medieval, un regreso a algo que ya fracasó en todos lados

Lenz Guderian

04-03-2008

Qué hacer con la guerrilla

El Estado se puede deshacer de un movimiento armado opositor de múltiples maneras. Las más obvias son la liquidación (asesinato o encarcelamiento de todos sus integrantes y de su “entorno”, desde dirigentes, militantes y simpatizantes reales y potenciales, hasta todos aquellos que pudieran llegar a estar de acuerdo con uno o más de los puntos del programa de la guerrilla) y la rendición: las autoridades políticas renuncian en masa, los empleados que permanecen en las sedes les entregan las llaves a los insurrectos y con ello se termina, de raíz, la guerrilla.

Muchos gobernantes actúan como si sólo existieran esas dos soluciones, pero hay otras, intermedias. Una, nada mala, consiste en ir más allá de la visión estrecha de una legalidad a rajatabla (aplicada sólo contra los opositores) y entender que, más allá de las infracciones a la ley vigente que conlleva todo movimiento armado, hay descontentos sociales, económicos y políticos que no tienen otra vía de expresión que la violencia, y atender entonces las causas profundas que nutren de razones, de combatientes y de discurso a los grupos armados. Antes, después o en el transcurso de las medidas correspondientes, puede tener lugar, en forma paralela, una negociación de paz. O no: tal vez baste con que el gobierno se aplique a corregir desigualdades, injusticias y atropellos ancestrales para que se disuelva lo principal de la base de la guerrilla y a sus líderes no les quede más remedio que retirarse a escribir sus memorias.

A los gobiernos casi nunca les da por ir al fondo de las cosas ni por admitir que a los opositores armados les asiste la razón, al menos parcialmente. Se ha visto que prefieren repartir dinero en algunos sectores populares y armar grupos contrarios a los insurgentes, comprar a los dirigentes con cargos y con admisiones a trasmano al círculo de los selectos (incluso se les permite emparentar con buenas familias) y propiciar la descomposición del movimiento opositor hasta lograr que nadie tenga claro cuál de los bandos en la guerra es más delincuencial.

Generalmente, los poderosos recurren a una combinación de varias de las medidas señaladas. Álvaro Uribe, en Colombia, había venido apostándole a una pinza de exterminio conformada por las fuerzas regulares y por la conversión de sus amigos narcos y paramilitares en potentados electorales con peso propio, en líderes regionales, en cargos legislativos y en un poder creciente dentro del Estado. En esa receta, todo margen cedido a un proceso de paz sería contraproducente, y de allí su empeño en torpedear cualquier negociación con la guerrilla, por embrionaria que fuera.

Pero las cosas no han marchado bien para el presidente colombiano. En el congreso estadunidense han salido a relucir sus viejos vínculos con el tráfico de drogas y poco le han agradecido su esfuerzo por crear en América Latina la guerra bushiana “contra el terrorismo”. Además, y a pesar de las fronteras más bien difusas entre las FARC y la delincuencia común, las primeras siguen siendo una organización arraigada y dueña de un discurso político que encuentra eco en la miseria, en la desigualdad y en la opresión que afectan a buena parte de los colombianos. En esas circunstancias, Uribe empieza a ensayar la solución más insensata de todas las imaginables para acabar con una guerrilla: internacionalizar el conflicto y volverlo una confrontación regional. Por eso invadió Ecuador y por eso asesinó, en ese país, a una veintena de insurrectos, entre ellos el dirigente Raúl Reyes, quien era una pieza fundamental para lograr la liberación de los secuestrados civiles en poder de las FARC. Es lo que se conoce como una huida hacia delante, y casi siempre resulta desastroso.

Pedro Miguel periodico La jornada (Mexico)

MIGUEL WITTMAN

04-03-2008

Lo del "Estado de derecho" es muy relativo. Y se aplica a rajatabla asi como sugieres (Que ninguna doctrina juridica moderna lo contempla) ningun país latinoamericano es un estado verdadero. Lo que  sugieres ya se hace desde hace mucho. Carcel y la etiqueta de terrorista la oposicion y contratos y cargo publicos al advenedizo.  Regresando al tema, el propio ecuador encuera a Uribe al hacer recuento de su propia politica de desmantelamiento de campamentos guerrilleros -que tiene años-. Por sí solo eso justifica el rompimiento de relaciones (sin hablar de chavez para nada) El argumento de "cerrar" las fronteras es medieval, un regreso a algo que ya fracasó en todos lados

Por partes Lenz.

Sea cual fuere el estado de corrupción, hay elecciones y un ganaor, y unas leyes que cumplir. Estar fuera de la Ley es estar pasando del sistema, y claro hay que atenerse a las consecuencias de que te apliquen la ley.

Estos terroristas, no son ninguna oposición, son terroristas. No confundamos. No estoy diciendo lo que dices de etiquetar a toda la oposición (eso sí lo hacen otros), pero sí tener claro que estos de las FARC son terroristas, nada más, y que si quisieran defender una ideología si la tuvieran, lo harían por cauces legales, ateniéndose como los demás a la Ley.

Y respecto a "cerrar" fronteras. En ningún momento le doy el sentido que tú pareces darle. Si Ecuador no permite que haya terroristas en su territorio, no significa que vuelva a la Edad Media, sino que no quiere que elementos fuera de la Ley, se escondan en su territorio y desde allí lancen sus incursiones o mantengan a sus rehenes. Y esto es bien distinto a lo que dices tú.

Aquí tenemos experiencia en ese sentido. Se llamó "el santuario francés", y es donde sehan escondido los terroristas durante décadas.

Saludos.

MIGUEL WITTMAN

04-03-2008

Qué hacer con la guerrilla El Estado se puede deshacer de un movimiento armado opositor de múltiples maneras. Las más obvias son la liquidación (asesinato o encarcelamiento de todos sus integrantes y de su “entorno”, desde dirigentes, militantes y simpatizantes reales y potenciales, hasta todos aquellos que pudieran llegar a estar de acuerdo con uno o más de los puntos del programa de la guerrilla) y la rendición: las autoridades políticas renuncian en masa, los empleados que permanecen en las sedes les entregan las llaves a los insurrectos y con ello se termina, de raíz, la guerrilla. Muchos gobernantes actúan como si sólo existieran esas dos soluciones, pero hay otras, intermedias. Una, nada mala, consiste en ir más allá de la visión estrecha de una legalidad a rajatabla (aplicada sólo contra los opositores) y entender que, más allá de las infracciones a la ley vigente que conlleva todo movimiento armado, hay descontentos sociales, económicos y políticos que no tienen otra vía de expresión que la violencia, y atender entonces las causas profundas que nutren de razones, de combatientes y de discurso a los grupos armados. Antes, después o en el transcurso de las medidas correspondientes, puede tener lugar, en forma paralela, una negociación de paz. O no: tal vez baste con que el gobierno se aplique a corregir desigualdades, injusticias y atropellos ancestrales para que se disuelva lo principal de la base de la guerrilla y a sus líderes no les quede más remedio que retirarse a escribir sus memorias. A los gobiernos casi nunca les da por ir al fondo de las cosas ni por admitir que a los opositores armados les asiste la razón, al menos parcialmente. Se ha visto que prefieren repartir dinero en algunos sectores populares y armar grupos contrarios a los insurgentes, comprar a los dirigentes con cargos y con admisiones a trasmano al círculo de los selectos (incluso se les permite emparentar con buenas familias) y propiciar la descomposición del movimiento opositor hasta lograr que nadie tenga claro cuál de los bandos en la guerra es más delincuencial. Generalmente, los poderosos recurren a una combinación de varias de las medidas señaladas. Álvaro Uribe, en Colombia, había venido apostándole a una pinza de exterminio conformada por las fuerzas regulares y por la conversión de sus amigos narcos y paramilitares en potentados electorales con peso propio, en líderes regionales, en cargos legislativos y en un poder creciente dentro del Estado. En esa receta, todo margen cedido a un proceso de paz sería contraproducente, y de allí su empeño en torpedear cualquier negociación con la guerrilla, por embrionaria que fuera. Pero las cosas no han marchado bien para el presidente colombiano. En el congreso estadunidense han salido a relucir sus viejos vínculos con el tráfico de drogas y poco le han agradecido su esfuerzo por crear en América Latina la guerra bushiana “contra el terrorismo”. Además, y a pesar de las fronteras más bien difusas entre las FARC y la delincuencia común, las primeras siguen siendo una organización arraigada y dueña de un discurso político que encuentra eco en la miseria, en la desigualdad y en la opresión que afectan a buena parte de los colombianos. En esas circunstancias, Uribe empieza a ensayar la solución más insensata de todas las imaginables para acabar con una guerrilla: internacionalizar el conflicto y volverlo una confrontación regional. Por eso invadió Ecuador y por eso asesinó, en ese país, a una veintena de insurrectos, entre ellos el dirigente Raúl Reyes, quien era una pieza fundamental para lograr la liberación de los secuestrados civiles en poder de las FARC. Es lo que se conoce como una huida hacia delante, y casi siempre resulta desastroso. Pedro Miguel periodico La jornada (Mexico)

No puedo estar más en desacuerdo con este artículo de prensa.

Justifica el terrorismo para alcanzar no se qué metas políticas. Si quieren luchar contra las desigualdades, creen un partido político y a luchar por los derechos y libertades de sus conciudadanos.

Dejen las armas, y nadie les atacará, y cuando ganes las elecciones, cambien las leyes. Lo demás, demagogia.

Y eso de la "invasión de Ecuador"...imaginemos que se demuestra que Ecuador tiene tratos con los terroristas y les deja su territorio. ¿Qué habría que hacer entonces?

Saludos.

Saludos.

Lenz Guderian

04-03-2008

La radicalizacion de movimientos de oposicion en America Latina ha pasado por la creación de partidos politicos. Mismos que se han visto perseguidos e ilegaslizados sea por dictaduras (o "dictablandas" en el caso de méxico) o por actuales democracias. En ocasiones los movimientos guerrilleros tienen como origen la cerrazón al dialogo que tanto pregina ahora uribe y que es una postura para defender los intereses de Estados Unidos. Lo que le da argumentos al pintoresco Chávez

Tomando el caso de españa. Si México hubiese cerrado sus fronteras a los "terroristas" no se que hubiese pasado con mucha gente

Zhukov

04-03-2008

Kurt Meyer

04-03-2008

Si, ya conocia esta noticia...

Alguién se cree que Estados Unidos no lo sabia? Alguién aún se cree que la presencia dellos en Colombia és para el combate al narcotrafico o a los guerrilleros - que muy oportunamente son tratados ahora como terroristas?

Uribe, Karzai...y Colombia se combierte en el nuevo Afganistán

Saludos

Balthasar Woll

04-03-2008

Ahora va a resultar que un grupo como las FARC, (al que sigo llamando terrorista) y que tiene 700 rehenes, algunos de ellos desde hace mas de 10 años, son unos "pobrecitos". No soy un fan a ultranza de los EE.UU, pero tampoco se les puede achacar la culpa de todo lo que pase en el mundo.

Saludos

Kurt Meyer

04-03-2008

Pués se mirares la historia de las FARC Ball, no te sorprenderás con la ligación de Estados Unidos.

Toda la historia de America Latina és así. Todos los gobiernos, y ditaduras militares fueron impostas a nosotros por EUA. y quién pagó por esto? El pueblo.

No se puede hacer comparaciones de las democracias y sistemas de gobierno europeos o de cualquier otro pais de primero mundo con esto que pasa en America Latina. Salimos de la situación de colonias para tenermos gobiernos plutocratas y corruptos. Tenemos milliones de analfabetos, de pueblos sin casa, tierra o comida. Si, estos tipo fuéron quién por primera vez han formado las FARC. Lo que ocurrió después és una consequencia natural de una vida de sufrimiento, dolor y brutalidád.

Hoy pagamos por eso. Las FARC, el narcotrafico, el terrorismo, son una consequencia desto. Esto no cabe en los libros de filosofia o de politica. Esta és nuestra realidád. Y si, el grán imperio brinca con esto.

No tengo nada de comunista, y siento por los rehenes. Pero en America latina millones son rehenes de un sistema cruel, donde pocos tienen mucho y muchisimos no tienen nada. Esta és la escuela donde se aprende la violencia.

Saludos 

MIGUEL WITTMAN

04-03-2008

Tomando el caso de españa. Si México hubiese cerrado sus fronteras a los "terroristas" no se que hubiese pasado con mucha gente

A ver si me explicas esto un poquito, Lenz.

Saludos.

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